Ahora bien; ¿Por qué se sugiere en tantos trabajos que un padre debería ser más tolerante? Simple, porque entiende a los hijos. El profeta parecería olvidarse de cuando todavía no lo era. Y se enoja con la jovencita que no puede terminar con una relación pecaminosa que la ensucia y perjudica. Y no hace memoria que cuando era joven, a él le pasó una cosa totalmente similar. Y si no hubiera sido por Dios que le sacó a esa mujer, todavía andaba en problemas.
Pero, el apóstol tiene un grado de autoridad que no necesariamente se expresa en su hablar, sino en su influencia. Hay un antiguo dicho que dice: “Cuando te imitan, tú gobiernas”. El profeta irá y te preguntará si estás con él o no, y te exigirá que te decidas ahí mismo. El apóstol muy difícilmente te diga algo así. El apóstol gana terreno en las mentes y los corazones, por influencia. Y es cuando en un momento dado, y sin saber cómo, cuándo o por qué, te das cuenta que ya no quieres separarte de esa persona.
Y, reitero, te termina ganando la voluntad por influencia, no por imposición. Porque si te imponen que hagas algo, quizás lo hagas, pero no será con el corazón. En cambio sí es por influencia, sí lo harás a gusto y a puro corazón. Eso, porque estimo que hay que terminar de una buena vez con los papados evangélicos. ¿Papados? ¿De qué está hablando, Néstor? De una palabra que los Papas Católicos Romanos han usado mucho: infalibilidad.
Eso se produce cuando el Papa dice algo y nadie puede discutirlo, te aseguran que diga lo que diga igualmente siempre tiene razón porque el Papa nunca se equivoca. ¿Si utilizas tu sentido común esto te podrá parecer hasta ridículo, verdad? Sí, y de hecho muchos lo han criticado…cuando se habla de ese sector del cristianismo. Bueno; déjame decirte que en algunas denominaciones evangélicas que conozco, los que tienen la jerarquía de apóstoles, e incluso muchos de sus más insignificantes pastorcitos, gozan de la misma infalibilidad que el Papa.
¡Bueno! –me dicen- ¡Pero es la autoridad y hay que obedecerla! Un momento, estamos hablando de autoridad, no de dominio. La autoridad no es dominio. Ningún ministro está para dominar a la iglesia, está para caminar con ella en función y razón de aquello para lo que haya sido enviado, porque es para eso y no para otra cosa que trae la autoridad del cielo. El ministerio apostólico es básicamente un compuesto de todos los demás ministerios. Los apóstoles principales de la Escritura eran todos también grandes maestros, pastores, profetas y evangelistas. No obstante, esto no significa que alguien que muestre tendencia a ser todas estas cosas, sea efectivamente un apóstol.
El ministerio apostólico se establece especialmente sobre la autoridad, no sólo en la función. Ahí está el rol de la autoridad como algo muy importante, Mucha de esta autoridad tiene que ver con un balance que existe entre los talentos con los que tú has nacido, el equipamiento que Dios te ha dado y entre el llamado y el ministerio como tal. Esta combinación, de por sí es muy poderosa. Un ejemplo: cuando leemos los evangelios sinópticos, Mateo, Marcos, Lucas, vas a darte cuenta que ellos relatan incidentes comunes, una especie de biografía de Jesús. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay un incidente que lo relata Mateo y también lo relata Lucas, o un incidente que lo relata Marcos y también lo relata Mateo. Se repiten los incidentes.
La óptica varía, entre un evangelio y otro, en el autor. Porque de acuerdo con la especialidad de ellos, es que hacían su observación. Si tú estás en África y comes carne vacuna, te sabrá más o menos sabrosa. Pero un día llegas a Australia, y la carne vacuna que comes allí, al lado de la africana, te parece maravillosa. Sin embargo, el día que vienes a Argentina y comes nuestra carne, allí te quedas preguntándote qué comiste anteriormente con el nombre de carne.
¿Qué quiero decir con esto? Que es inevitable la comparación, como una herramienta de conocimiento. Lucas, era médico, mientras que Mateo, era cobrador de impuestos, es decir, algo así como lo que hoy sería un funcionario público. Ahora; cuando vieron entrar a un hombre que no podía mover su mano, la lectura de Mateo, ese día, fue: Y entró en la sinagoga un hombre con la mano seca. Pero Lucas, con un concepto más profesional, dice: Entró en la sinagoga un hombre con la mano paralizada.
¿Qué estaba queriendo decir? Su lectura de este problema, de la mano de este hombre, es más precisa en el médico, que en Mateo. La autoridad de la que estoy hablando, en el ministerio apostólico, en esencia, es una autoridad espiritual, o sea: uno no se la ganó, vino de parte de Dios con la función. Ir, obedecer el mandato, es lo que activa en quien lo hace, esa autoridad. Ya ha sido dicho y probado y comprobado: Obediencia produce Autoridad.
¿Y entonces cuándo es que una persona pierde su autoridad? Cuando no obedece y no va donde su Gran Comandante le ordena que vaya. ¿Por qué el Señor les dijo: vayan y sanen y liberen? Porque quería que fueran. Pero ellos eran cómodos y respondieron: Eh, Señor… ¿No me puedo quedar y liberar por aquí? No, no funciona así. La autoridad espiritual, siempre es una comisión. Dos principios que ya vimos anteriormente: Principio de Comisión, Principio de Autoridad. Obviamente, esto da para mucho más. Habrá mucho más.

Hace tiempo, leí un librito de un gran conferenciante evangélico, hombre de gran sabiduría y autoridad, que dijo algo que en aquel momento ne impactó porque lo había vivido en la iglesia donde asistía y no ne había dado cuenta: en la iglesia católica hay un solo papa, con autoridad e infabilidad únicas ;en la iglesia evangélica hay muchos papas, pueden ser tantos como pastores de la iglesia.¿ Cuando escucharemos a Dios decir que no digamos Papa a nadie en este mundo , pues solo hay un Padre en los Cielos?
Me hizo pensar en lo miserable que puede ser el pasar por esta vida física, sin responder al llamado como debe ser, nada ganaré si pierdo mi alma y ningúna ganancia entregaré a mi padre si no obedezco.