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¿Cuál es La Dirección Correcta?

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     Las elecciones presidenciales en Brasil, han dejado entrever una conducta electoral que parecería ser dominante en toda el área de América. Salvo escasas excepciones, el paso de gobiernos de centro izquierda o izquierda moderada, a las distintas vertientes de la derecha, ha sido casi un efecto dominó. Es tan particular en eso nuestra región que, lo mismo, viene sucediendo desde hace mucho tiempo. Sin ir demasiado lejos, todavía tengo fresca en mi memoria la etapa en donde las Fuerzas Armadas ejercían gobierno en un ochenta por ciento de la zona, a partir del temor casi visceral a lo que entonces se denominaba como “el peligro comunista”. ¿Coincidencias? ¿Decisiones superiores? Sólo el Espíritu Santo y el discernimiento preciso tienen la respuesta, el resto es conjetura y divagación oportunista.

     La iglesia, convengamos, jugó un rol importante en esos cambios, y tal vez lo sigue jugando. El triunfo del candidato de la derecha en primera vuelta, en Brasil, se asegura que fue respaldado grandemente por la iglesia evangélica, aunque desde aquí y a la distancia, no tengo claro si se trata de la iglesia evangélica en general, o de alguna fracción ciertamente poderosa de ella. Y esto, nos llevará una vez más a recalar en algo que siempre hemos mencionado, aunque no siempre lo hemos hecho con la claridad meridiana que los sucesos ameritan: ¿Debe la iglesia participar activamente en política? Y si así fuera, ¿Deberá hacerlo por cierta postura ideológica natural o aparentemente ligada al sentir cristiano?

     Yo, particularmente, entremezclando mi calidad de ministro del Señor y ex hombre de la Comunicación Social, tengo una idea más que clara al respecto, pero reconozco que mi idea no es la que se comparte en el seno del cristianismo evangélico, al menos en su gran mayoría. Una vez más, pregunto: ¿Puede la iglesia simpatizar o apoyar a la Izquierda? En teoría, es indudable que no. La Izquierda es pro-abortista, atea, defensora de ciertos derechos humanos que en la iglesia se consideran como pecado, etc. ¿Entonces, inevitablemente diremos que la iglesia tiene que enrolarse en la Derecha?

     (Isaías 9: 20) = Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo; 

     No necesito ser demasiado sabio para darme cuenta de mi posición en Cristo. Ni a izquierda ni a derecha. Y ni mencionemos siquiera la mediocridad de pensamiento que desembocaría en un supuesto e inexistente centrismo. El cristiano, tal como su enrolamiento dialéctico lo dice, es de Cristo. Y todo lo que coincida con Él, será bienvenido, venga de la mano que venga, y todo lo que se contraponga a Él, será desechado, venga de donde venga. Después de todo, cuando la Izquierda declara que la religión es el opio de los pueblos, no se equivoca. Sólo que la Izquierda supone que religión es sinónimo de fe y de Dios, y todos los creyentes genuinos, sabemos que no es así. La Izquierda no conoce al Dios al cual agrede, y no será tarea sencilla presentárselo, tendrá que verlo manifestado en la conducta diaria de sus hijos.

     La Derecha, en cambio, si parecería tener en sus pensamientos a alguna forma de Dios. Convengamos en que mayoritariamente parecen creer en un Dios especial, protector de clases sociales especiales, y pasible de una serie de permisividades que, en algunos casos, hasta pueden parecer insostenibles, acuden a alguna forma de iglesia y mencionan a Dios en todos sus discursos. Sus frutos, sin embargo, no tienen ni la transparencia ni la justicia que deberían tener y, por esa causa, siguen dando paso a esa Izquierda que desean combatir y erradicar. Dios es amor, Dios es justicia, Dios es equidad. Cualquier gobierno que trabaje de verdad para lograr eso, podrá contar con el apoyo de los hijos de Dios, sea cual fuere su discurso. Pero enrolarse ideológicamente con rudimentos humanos y carnales, no me parece lo más adecuado para representar a Dios en la tierra. Y eso, (Eklessia-Asamblea) es lo que llamamos La Iglesia. Nuestras batallas se ganan desde la oración de guerra y el decreto espiritual, no en las tribunas partidarias.

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octubre 9, 2018 Néstor Martínez