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A la Hora de la Disciplina

(1 Samuel 15: 22) = Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros

De acuerdo; no estamos en un templo, ni en medio de un culto de los que a diario se cumplimentaban en las que eran nuestras congregaciones, pero igualmente tomaré prestada una muletilla cultista clásica y tradicional. Quiero que repitas conmigo, (Aunque yo no te oiga con mis oídos naturales, Dios te oye) “La obediencia, es mejor que los sacrificios”. Escucha: lo que ocurre, es que si nos analizamos con cierta profundidad, descubriremos que el sacrificio en sí mismo ejerce una atracción muy potente sobre los hombres. Muchos hombres y mujeres se sienten de maravillas después de un tremendo esfuerzo y sacrificio para lograr un objetivo supuestamente espiritual. Pero, en el fondo de sus acciones, la satisfacción es por el acto sacrificial que eleva sus auto-estimas, y no por el supuesto objetivo espiritual cumplimentado. Curioso, ¿Verdad? Pero muy cierto.

Y si en lugar de eso se apareciera un ángel para decirles que no se necesita eso que ellos están haciendo, sino solamente que crean que Dios lo hará, te aseguro que habría muchos decepcionados. Lo que sucede, es que la religión se fortalece en la acción y el sacrificio. Es una tendencia innata. ¡Nos gusta sacrificarnos! Lo que sucede es que mayoritariamente, y preferentemente los cristianos, y especialmente los ministros, no estamos demasiado acostumbrados a disfrutar. Con decirte que nos cuesta aceptar una ofrenda sin ponernos algo incómodos y colorados de vergüenza. ¡Pero si es bíblico! Sí, pero nos sentimos mucho mejor dando que recibiendo. De ministros genuinos del Señor, estoy hablando. Creo que la aclaración es válida y necesaria.

Y eso no es nada. ¿Has visto las iglesias legalistas, esas que realmente maltratan a la gente? Las presionan a las mujeres con el cabello, el maquillaje, los pantalones y, encima, ni siquiera les permiten hablar. ¿Y sabes qué? ¡Están repletas de mujeres! ¿A qué van? ¿Por qué? Trabajo para un psicólogo. Te diría, seguramente, algo que ya sabíamos: porque nos sentimos gratificados por el sufrimiento. ¡Señor! ¿Qué quieres que haga hoy?Quiero que hagas una obra¿Una obra? ¡Dime cual, Señor, y saldré volando para hacerla!No, no tienes que moverte de donde estás; sólo quiero que creas en el que te ha enviado.Ehhh… ¿Esa es la obra?Sí.¿Y nada más? ¿No hay que pelearse a cimitarra con un musulmán para convertir a alguien?No…sólo deseo que disfrutes de creer en el que te envió… Obedecer, es mejor que un sacrificio.

Lo interesante es que, ese ministro, que es capaz de padecer sufrimientos impresionantes, que es capaz de dejar a toda su familia sin vacaciones porque quiere levantar una nueva construcción para los niños, recibe una orden de Dios de disfrutar de algo, y no sabe por dónde empezar. Es capaz de darlo todo por un servicio, pero le sugieres que le pregunte al Señor qué debe hacer y te mira como si estuvieras hablándole en chino. Si quieres agradar al Padre, haz algo: obedece. No hay cosa que al Padre le alegre y le emocione más, que sus hijos le obedezcan. ¿Sabes? Él es feliz con eso. Estuve años conversando a diario con el pastor de una gran iglesia a la que asistíamos, y nunca pudimos sintonizar el mismo idioma: yo le hablaba del Señor, él me respondía hablando de su iglesia. De la de él, no de la del Señor del que yo le hablaba.

(Romanos 15: 19) = Con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 

(Verso 23) = Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros,

Les está hablando a unos hermanos a los cuales no ha podido ir a visitar, y les dice que ya no le quedan lugares para ir. ¡Se había recorrido medio mundo! ¿Qué es eso? Responsabilidad. Todos conocemos las cartas que él escribió pero, más allá de su sabiduría, que a nadie puede asombrar porque es evidente que su perfil era altísimo, lo que verdaderamente impresiona de Pablo, es su disciplina. Nos ponemos en examen a la luz de su personalidad y nos damos cuenta que nos falta muchísimo de esa disciplina que él tenía. Creo que ninguno de nosotros podría hoy, en épocas de redes sociales, de aviones y trenes súper rápidos, decir que ya no nos quedan lugares donde ir o llegar. ¡Y en un tiempo donde un viaje duraba, por lo menos, un año y medio o dos! Es evidente que le faltó vivir más tiempo, y así y todo le quedó chico el mundo a Pablo.

Resumiendo: nunca le pidas a Dios algo que luego no vas a poder administrar. ¡Oh, Señor! ¡Dame la ciudad! Escucha, hermano: ¿Qué vas a hacer con ella! ¡Mira tu casa como está! Administra y adminístrate. Sé responsable con lo que Dios te dio y sé responsable con las palabras que dices. Sé responsable para enseñar aquello en lo que crees. Nunca enseñes algo en lo que no crees. Que las personas sepan que estás hablando de lo que has recibido, no de algo que suena lindo y punto. Responsabilidad. Conducir un vehículo a excesiva velocidad no es un simple riesgo deportivo, en algunos casos concretos, es irresponsabilidad. David dijo que era un simple pastor de ovejas, sólo podía gozarse de que cuando venían los lobos él sabía proteger a sus ovejas y nunca había perdido ninguna. Esa responsabilidad en lo menor, lo llevó a ser respaldado por Dios en lo mayor, cuando enfrentó a Goliat.

De hecho y como ejemplo práctico, voy a decirte que será mucho más fácil que tus padres te crean que Dios te ha llamado a un ministerio, si terminas tus estudios completos, antes. Tu palabra, ministro, va a tener mucha mayor autoridad, si provees como corresponde para tu casa. Entonces te escribe alguien que te dice: hermano, yo quiero ser profeta. ¡Muy bien! ¡Me gozo por ello! Pero… ¿Sabes cuán responsable debes ser para tomar ese ministerio? ¡Sí, hermano!  ¡Sé que hay que estar muy seguro de lo que se dice como palabra profética! Sí, claro, pero eso es en lo específico, ¿Y qué me cuentas de tu trabajo secular? ¿Y de tu relación con tu esposa? ¿Y del comportamiento público de tus hijos?Bueno, hermano… ¿Pero eso será más importante que una palabra profética que viene del Cielo? No, pero de tu calidad de mensajero, o de ese heraldo que se puede perder del que habla Pablo, sí que lo es.

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mayo 15, 2021 Néstor Martínez