Lujuria, una palabra que proviene del latín luxus, (Abundancia, exuberancia), es el deseo sexual desordenado e incontrolable. Existe un sentido no sexual de la lujuria, que se refiere a un deseo apasionado de algo. Viene normalmente acompañada de la lascivia, que es el apetito o deseo excesivo de los placeres sexuales.
La lujuria, en contraposición con las conductas sexuales consideradas normales o socialmente aceptadas, se manifiesta como la exacerbación, desorden o falta de control en los deseos sexuales que se manifiesta en lo que podría calificarse como conducta sexual patológica.
La consideración legal, ética y moral de los comportamientos considerados lujuriosos, tiene características personales y sociales. Así, hay que distinguir el comportamiento sexual humano que puede considerarse delito, -Según la legislación de los distintos países-, (Como en general son la violación, la pedofilia, la parafilia o el incesto, y dependiendo de los países, también el adulterio, la prostitución o la pornografía), de aquellos comportamientos sexuales individuales o colectivos que pueden practicarse legalmente y pueden ser considerados inadecuados o lujuriosos por otros individuos.
En general, lo que se conoce secularmente como la moral sexual religiosa, es muy restrictiva en el comportamiento sexual humano considerado como aceptable. Así califica muchas prácticas y comportamientos sexuales como desordenados y lujuriosos.
Sin embargo, muchas religiones tenían y tienen deidades de la lujuria, (A veces del amor y la belleza), sin que fueran moralmente reprobables. Las siguientes son las diosas o dioses del sexo, el amor y la lujuria de las distintas culturas, mitologías e, incluso, religiones:
Afrodita:Pertenece a la Mitología Griega, es la diosa del amor, la lujuria, la belleza y la reproducción.
Anuket:Pertenece a la Mitología Egipcia. Es la diosa del Nilo y también diosa de la lujuria.
Cupido:Pertenece a la Mitología Romana. Es el dios del deseo amoroso, también llamado amor, hijo de Venus y de Marte, y equivalente al griego Eros.
Dionisio:Pertenece a la Mitología Griega, es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis.
Eros:Es el dios primordial de la Mitología Griega, responsable de la atracción sexual, el amor y el coito, venerado también como un dios de la fertilidad.
Frevia:Pertenece a la Mitología Nórdica, diosa del amor, la belleza y la fertilidad. La gente la invocaba para obtener felicidad en el amor, asistir en los partos y tener buenas estaciones.
Huitaca:Corresponde a la Mitología Muisca, es una diosa de origen lunar, se oponía a las enseñanzas de Bochica y a causa de su hermosura predicaba la desobediencia, las borracheras y los placeres carnales.
Kamadeva:Este es un dios Hindú del amor. Su nombre, Kama, significa “deseo sexual” (Según algunos monjes hindúes, “lujuria”, más peyorativo), y Deva, que es “dios”. El conocido libro del Kama-Sutra, (Aforismos de Kama, o máximas sobre el amor), de Vatsvayana, está inspirado en este dios hindú.
LIlith:Figura legendaria del folklore Judío, de origen mesopotámico. Se la considera como “la primera esposa” de Adán, anterior a Eva. Abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló junto al Mar Rojo, uniéndose allí con Asmodeo, que sería su amante, y con otros demonios.
Pan:Semidiós de los pastores y rebaños en la Mitología Griega. Dios de la fertilidad y la sexualidad masculina desenfrenada.
Tlazolteotl:Mitología Mexicana, diosa de la tierra, el sexo y la inmoralidad.
Venus:Mitología Romana. Diosa relacionada con el amor, la belleza y la fertilidad.
Autores en Opinión
El escritor Alfonso Aguiló Pastrana, escribe en su libro “Es Razonable ser Creyente”, que: la moral sexual sostiene que al igual que el uso inadecuado del alcohol conduce al alcoholismo, el uso inadecuado del sexo provoca también una dependencia y una sobreexcitación que reducen la capacidad de amar.
Y de manera semejante a como el paladar puede estragarse por el exceso de sabores fuertes o picantes, el gusto sexual estragado por lo erótico se hace cada vez más insensible, más ofuscado para percibir la belleza, menos capaz de sentimientos nobles y más ávido de sensaciones artificiosas, que con facilidad conducen a desviaciones extrañas o a aburrimientos mayúsculos.
Sobrealimentar al instinto sexual lleva a un funcionamiento anárquico de la imaginación y los deseos. Cuando una persona adquiere el hábito de dejarse arrastrar por los ojos, o por sus fantasías sexuales, su mente tendrá una carga de erotismo que disparará sus instintos y le dificultará conducir a buen puerto su capacidad de amar.
Aunque la clave de la ética no son las prohibiciones, tampoco puede obviarse que toda ética supone mandatos y prohibiciones. Cada prohibición custodia y asegura unos determinados valores, que de esa forma se protegen y se hacen más accesibles.
Esas prohibiciones, sin son acertadas, ensanchan los espacios de libertad de valores importantes para el hombre. Así sucede en cualquier ámbito moral o jurídico; proteger el derecho a la vida, a la propiedad, al medio ambiente, a la intimidad, etc., supone prohibiciones y obligaciones para uno mismo y para los demás; de lo contrario todo quedaría en una ingenua e ineficaz manifestación de intenciones.
La moral no puede verse como una simple y fría normativa que coarta, y mucho menos como un mero código de pecados y obligaciones. Hay ciertamente prohibiciones y mandatos, pero se remiten a unos valores que así se protegen y fomentan.
La religión, además, sostiene que el deseo sexual no es malo de por sí. La lujuria, -que es el mal uso del sexo-, es una deformación de la legítima apetencia sexual humana, igual que el cáncer de hígado es una alteración del hígado, órgano que nada tiene de innoble.
Confundir el deseo sexual con la lujuria sería como confundir un órgano con el tumor que lo está destruyendo. De la misma manea que un tumor destruye un órgano cuando sus propias células tienen un desarrollo ajeno a su función natural, puede decirse que la búsqueda del placer sexual fuera de sus leyes naturales produce una alteración en la función sexual natural del hombre.
Religiones Coincidentes
El Islam, como el cristianismo, recomienda el matrimonio, donde únicamente pueden darse las relaciones sexuales. A diferencia del cristianismo, no recomienda ni el monacato ni el celibato. Sí las relaciones sexuales están prohibidas fuera del matrimonio. El Islam condena las relaciones prematrimoniales, considerándolas en todo caso adulterio; también condena la masturbación.
También condena la satisfacción de las relaciones entre personas de un mismo sexo, homosexualidad y lesbianismo. El único camino aceptable fuera del matrimonio es la abstinencia o castidad, así, la lujuria se inscribiría en todos los comportamientos condenados, esto es: toda relación sexual fuera del matrimonio.
La lujuria puede incluirse en varias de las aflicciones o males causantes del dolor, al menos en la yoidad y el apego. En la filosofía hindú, las aflicciones son las causas del dolor y miseria humanos. Se distinguen las cinco siguientes:
La Ignorancia:Es la ausencia del conocimiento, y por lo tanto no es algo consistente, sino que es falta de sabiduría.
La Yoidad:Es la consecuencia de la ignorancia y es la identificación de uno mismo con sus objetos de experiencia y da lugar al sentimiento del Ego individual.
El Apego:Es una consecuencia de la yoidad. Algunas experiencias agradables y esto provoca en la mente una impresión placentera que provoca deseo de volver a repetirla.
La Aversión:El contrario, si las experiencias son desagradables, la mente también se impresiona y provoca un deseo de que eso no se vuelva a producir.
El Deseo de Aferrarse a la Vida:El apego y la aversión hacen que el individuo quiera seguir experimentando, y por lo tanto viviendo.
¿Y Qué Dice la Biblia?
La Palabra de Dios habla a las profundidades de nuestro deseo sensual. La verdad de la inconmovible norma divina de santidad se opone a todo acomodo moral. La Biblia ofrece palabras sabias e instructivas, incitándonos a confiar en Dios para librarnos de los deseos mundanos. Los pasajes siguientes revelan el poder destructivo de la lujuria descontrolada y nos señalan hacia la libertad provista por el Señor.
La Lujuria: El Pecado
(1 Tesalonicenses 4: 3) = Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; (4) que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; (5) no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.
(1 Pedro 4: 3) = Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.
(Mateo 5: 27) = Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio.
(28) Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
(Gálatas 5: 19) = Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, (20) idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, (21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
La Lujuria: su Origen
(1 Juan 2: 15) = No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del padre no está en él.
(16) Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
(17) Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
(Gálatas 5: 16) = Digo, pues: andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
(17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
(Romanos 8: 8) = Y los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios.
(Verso 13) = Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
(Verso 5) = Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
(6) Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
(7) Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.
(Romanos 13: 13) = Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, (14) sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
(Santiago 1: 13) = Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.
La Lujuria: Su Poder Destructivo
(Santiago 1: 15) = Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
(Romanos 1: 24) = Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
(Verso 28) = Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
(1 Corintios 6: 9) = ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, (10) ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
(Judas 7) = Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
(1 Corintios 5: 11) = Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aún comáis.
(2 Samuel 12: 9) = ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
(10) Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
(2 Samuel 13: 12) = Ella entonces le respondió: no, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza.
(13) Porque ¿Adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego, pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti.
(14) Más él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella la forzó, y se acostó con ella.
La Lujuria: Consejos Sabios
(Proverbios 5: 12) = Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión; (13) no oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído!
(Verso 15) = Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo.
(Verso 22) = Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado.
(23) Él morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su locura.
(Proverbios 6: 25) = No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos; (26) porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer caza la preciosa alma del varón.
(27) ¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan?
(28) ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?
(29) Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare.
(Verso 32) = Más el que comete adulterio es falto de conocimiento; corrompe su alma el que tal hace.
(Proverbios 7: 21) = Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamería de sus labios.
(22) Al punto se marchó tras ella, cómo va el buey al degolladero, y como el necio a las prisiones para ser castigados; (23) como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón.
(Proverbios 9: 6) = Dejad las limpiezas, y vivid, y andad por el camino de la inteligencia.
(Proverbios 10: 9) = El que camina en integridad anda confiado; más el que pervierte sus caminos será quebrantado.
(Verso 23) = El hacer maldad es como una diversión al insensato; más la sabiduría recrea al hombre de entendimiento.
(Proverbios 11: 20) = Abominación son a Jehová los perversos de corazón; más los perfectos de camino le son agradables.
La Lujuria: Maneras de Tratarla
(Romanos 8: 1) = Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
(1 Corintios 10: 13) = No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
(Hebreos 12: 1) = Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, (2) puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
(3) Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
(4) Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; (5) y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menospreciéis la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; (6) porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
(Santiago 4: 7) = Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
(8) Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
(9) Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
(10) Humillados delante del Señor, y él os exaltará.
(1 Pedro 5: 8) = Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; (9) al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
(Proverbios 4: 14) = No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos.
(15) Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa.
(Proverbios 16: 17) = El camino de los rectos se aparta del mal; su vida guarda el que guarda sus caminos.
(1 Tesalonicenses 5: 21) = Examinadlo todo; retened lo bueno.
(22) Absteneos de toda especie de mal.
(23) Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
(1 Corintios 6: 18) = Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
(19) ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
(20) Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
(2 Timoteo 2: 22) = Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
(Filipenses 1: 27) = Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estás firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio.
O sea que la lujuria mantiene poder sobre nosotros cuando nos sometemos a su autoridad mundana. Permitir que cualquier tipo de pecado se siente sobre el trono de nuestra vida trae desgracia y destrucción.
En cambio, Cristo reina sobre nuestras vidas y el Espíritu Santo nos da el poder para vencer las tentaciones. Cuando “corremos con perseverancia la carrera”, Dios dirige nuestro camino a través de los peligros de la vida y aún más allá de la carga del pecado sexual.
Impresiones en Primera Persona
Sería muy difícil de explicar para alguien qué cosa representa en su vida la lujuria. Se sabe que es un tirano que quiere controlar tu sexualidad en su propio provecho, a su manera y en el momento que le apetece. Es un ruido mental-espiritual que tergiversa o pervierte el sexo, de la misma manera que una interferencia ronca de radio estropea el sonido de una melodía agradable.
La lujuria no es el sexo y no es física. Es una pantalla de fantasía auto condescendiente que te separa de la realidad, o de la realidad de tu persona en el acto sexual contigo mismo, o de la realidad de tu cónyuge.
Funciona de la misma forma, se trate ya de tu novia, de una prostituta de la calle, o de tu propia esposa. De esta manera niega la identidad personal, la tuya o de la otra persona, y va contra la realidad, contra tu propia realidad. En suma, va sencillamente en tu contra.
En la medida que la lujuria esté viva, te será muy complicado disfrutar de una unión auténtica con tu esposa. ¿Por qué? Porque con la lujuria viviendo en esa relación, tú esposa, como persona, no cuenta. Se convierte, incluso, es una especie de estorbo, en un simple objeto sexual.
La verdadera unidad contigo mismo es imposible si te divides en dos para tener un acto sexual contigo mismo. El compañero fantástico que has creado en tu mente, en realidad, es parte de ti mismo. Con la lujuria, el acto sexual no resulta de la unión personal; el sexo no fluye de la unión. Porque el sexo activado por la lujuria, hace imposible una unión verdadera.
La naturaleza de la interferencia ruido-lujuria que se puede sobreponer al sexo, puede consistir en diferentes cosas: recuerdos, fantasías que van desde lo erótico hasta aquellas que rebosan venganza o incluso violencia. O puede tratarse de la imagen mental de un fetiche o de otra persona.
A la luz de todo esto, la lujuria puede existir al margen del sexo. De hecho, hay personas que afirman que están obsesionadas con el sexo y, paradójicamente, no pueden mantener relaciones sexuales.
Se considera a la lujuria una fuerza que invade y pervierte también otros instintos: la comida, la bebida, el trabajo, la ira. Hay personas, por ejemplo, que tienen una tendencia casi lujuriosa al resentimiento, y que es tan fuerte como la lujuria lo ha sido en sus mejores momentos.
Asimismo, hay casos en que la lujuria no es física. Incluso, no es un deseo sexual más potente. Es una fuerza espiritual que pervierte los instintos; y cuando alguien se abandona en un área, trata de infectar también a las demás.
Como la lujuria tiene carácter asexual, atraviesa todas las barreras, incluso las de género. Cuando las aviva la lujuria, esas fantasías o actividades pueden dispararse en cualquier dirección, modeladas por lo que se experimenta. Por lo tanto, cuando alguien se entrega a la lujuria, menos sexual se vuelve.
El ideal, entonces, de toda persona que gusta del sexo en el modo y sentido general y abarcativo para el que fuera creado, debe procurar vivir libre de la lujuria. Cuando la tolere en cualquiera de sus formas, más tarde o más temprano tratará de manifestarse en las demás. De esta forma, la lujuria llega a ser el exponente no sólo de lo que haces, sino también de lo que eres.
Pero hay motivos sobrados de esperanza. Al renunciar a la lujuria y sus manifestaciones cada vez que seas tentado, y al experimentar la liberación dadora de vida de origen divino, se producen la recuperación y la curación, y te restauras, en unión con los demás y en la propia fuente de tu vida.
Muchos preguntan y se preguntan, qué cosa es en realidad la lujuria. No hay una sola respuesta, más allá de pronunciar la palabra Pecado; hay muchas. Déjame compartirte algunas y tú ve si puedes o debes incluirlas en tu vida.
La lujuria, es: No saber decir que no; encontrarse constantemente en situaciones peligrosas; volver la cabeza sediento de sexo a cada paso; sentirse atraído exclusivamente por la belleza; las fantasías eróticas; el uso de objetos eróticos; la adicción a la pareja como si se tratara de una droga; perder la identidad propia por fundirse con la pareja; la obsesión con lo “romántico”, la búsqueda del “efecto mágico” y el deseo permanente de excitar a otra persona.
Otra perspectiva nos dice que: la lujuria mata;es lo más importante en la vida de alguien, por encima de la propia persona; te transforma en su esclavo, te es imposible ser tú mismo; mata tu libertad y te mata a ti; siempre quiere más, y es lujuria que quiere más lujuria.
La lujuria es celosa, quiere poseerte; hace que te obsesiones contigo mismo, que te encierres dentro de ti; hace que el sexo sea imposible sin ella; destruye la capacidad de amar, mata el amor; elimina la capacidad de recibir amor y genera sentimientos de culpa.
La lujuria haceque una parte tuya desee morir, porque no puedes soportar lo que te haces a ti mismo y tampoco puedes impedirlo; hace que dirijas esa culpa y ese odio hacia ti mismo y hacia los más cercanos que te rodean; mata al espíritu y el espíritu eres tú.
Las relaciones sexuales normales y sanas no tienen absolutamente nada de malo, siempre y cuando sea dentro del matrimonio, porque está escrito que el hombre se unirá a su mujer y serán una sola carne. Sin embargo, contrariamente a lo que el general de la gente piensa, la unión sexual posee sus secretos sobrenaturales.
Cuando un hombre o una mujer caen en la infidelidad, se experimenta que algo más se ha perdido, se siente como que un halo invisible se ha cortado entre los cónyuges. Esto ha sido expresado por centenares de protagonistas de adulterios sin excepción ni condición de género, condición social, cultural, de raza y hasta en su calidad de ateos o creyentes.
Así, dentro de las cosas sobrenaturales que envuelven este acto, un hombre que tiene relaciones con una prostituta, por ejemplo, se hace una sola carne con esa mujer, lleva consigo como si fuera un miembro más todas las responsabilidades pecaminosas de esa mujer.
La prostituta pudo haber abortado varias veces, miente o roba a sus clientes, y todo el caudal de acciones y actitudes que, o bien por su condición personal o por imperio de las duras circunstancias reinantes, ella está permanentemente expuesta en su difícil ambiente diario.
Todos esos pecados también van a salpicar al hombre que estuvo con ella, ya que se hizo una sola carne con ella. No por nada está escrito que el sudor de una prostituta es condenación infernal. No es una mera frase de contenido casi poético, es una tremenda realidad que hoy por hoy viven decenas de miles.
¿Por qué dentro de los diez mandamientos, el cuarenta por ciento de ellos se refieren al sexo? Porque el sexo no es simplemente una “necesidad fisiológica”, como tantas veces hemos oído decir, incluso a muy serios “profesionales”, sino un acto en el que uno se hace co-partícipe en la creación con Dios.
Está en juego el nacimiento de un nuevo ser, de un nuevo hijo de Dios. Y que conste que, aunque sea abortado, ese ser ya existe, así de inapelable. Grande será la sorpresa de muchos que un día serán recibidos por unos hijos a quienes nunca se los conoció, porque el dolor será doblemente intenso.
Así, pues, el sexo como tal no tiene por qué ser malo, si todo se hace dentro de las reglas de Dios. La lujuria si esalgo diferente, porque toda lujuria es mala y altamente pecaminosa. La lujuria es la depravación del sexo. Cuando el sexo se tiñe con taras, sea de la índole que sea, se vuelve lujuria. Entonces, aunque la fornicación no necesariamente pueda ser lujuriosa, aun así seguirá siendo pecado…
Satanás y sus demonios trabajan mucho con el sexo, porque es una manera de degradar al hombre hasta por debajo de lo salvaje. Atención con esto, porque deberíamos aclarar que ni siquiera los animales se encuentran en ese grado, esa condición.
¿Y por qué necesitaría el diablo hacer eso? Porque es deseo de él mostrar a Dios cuánto se ha equivocado al crear al hombre como la mayor obra de su creación. Así también ofende a Dios, cuando su propia imagen y semejanza es peor que un animal salvaje. Dirá que una obra mala solamente podrá haber sido creada por un mal artista.
Él le dirá a Dios: “Ni a los ángeles les has dado tanto poder y libertad como le distes al hombre, y mira cómo te lo agradecen.” Ejemplo: un nuevo ser creado que no conoce a su padre y crece bajo el sufrimiento de su madre, o que es criado por sus abuelos, es una persona incompleta.
Llevará consigo muchas heridas aunque reciba todo el amor posible de parte de sus tutores. La fornicación hace así un ser desdichado. O más condenación por el aborto para los fornicadores. Y no sólo para ellos, sino que incluso condena a médicos, enfermeras y demás participantes voluntarios.
Tengo en mente hombres y mujeres. Para los hombres es evidente. Es urgente la necesidad de guerra contra el bombardeo de tentaciones visuales para mirar imágenes sexuales. Para las mujeres es menos evidente, pero igual de grande si ampliamos el alcance de la tentación a la comida, o figura o fantasías relacionales.
Y que quede bien claro que, cuando digo “lujuria”, me estoy refiriendo a la esfera del pensamiento, la imaginación y el deseo que lleva a la mala conducta sexual. Así que aquí hay un conjunto de estrategias en contra de los malos deseos. Toma debida nota, memorízalo y ponlo por obra ya mismo.
Estrategia 1.-Evitar tanto como sea posible y razonable las imágenes y situaciones que despiertan el deseo impropio. Y digo “posible y razonable” porque sé perfectamente que algunas exposiciones a las tentaciones son sencillamente inevitables. Y luego digo “deseo impropio” porque no todos los deseos de sexo, comida y familia son malos.
Nosotros sabemos muy bien cuándo son impropios e inútiles, y cuando están en camino de convertirse en esclavitud. Nosotros conocemos nuestras debilidades y qué las desencadena. Evitar, te aviso, es una estrategia bíblica. Huye de las pasiones juveniles y sigue la justicia, le dice Pablo a Timoteo, Y No satisfagáis los deseos de la carne, a los Romanos.
Estrategia 2.-Debes decir que no a cada pensamiento lujurioso dentro de los primeros cinco segundos. Y debes decirlo con la autoridad de Jesucristo: “En el nombre de Jesús, ¡¡No!!” No tienes mucho más que cinco segundos.
Darle más tiempo al pensamiento, sin oposición, significa que volverá a presentarse con tanta fuerza que será casi inconmovible. Sé fuerte y guerrero y, como alguien dijo alguna vez: “Vive matando al pecado o el pecado te estará matando a ti”. Golpe rápido y golpe fuerte. Someteos a Dios, resistid al diablo y él huirá de vosotros, dice Santiago, y así es.
Estrategia 3.-Debes girar la mente con fuerza hacia Cristo como la satisfacción superior. Porque en algunos casos, decir solamente “no”, quizás no sea suficiente. Entonces se impone que pases de la defensiva a una clara, concreta y contundente ofensiva.
Tendrás que combatir al fuego con fuego. Esto es: atacar las promesas del pecado, con las promesas de Cristo. La Biblia los llama lujuria, “deseos engañosos”, y añade que esos pensamientos, mienten. Porque –aclara- prometen mucho más de lo que pueden cumplir.
La Biblia los rotula como deseos que se tenían cuando vivíamos en la ignorancia, para añadir que solamente los tontos ceden. Y lo hacen como un buey que va al matadero. Sin embargo, el engaño es derrotado siempre por la verdad.
La ignorancia es derrotada por el conocimiento. Y debe ser verdad gloriosa y conocimiento hermoso. Es por eso que alguien escribió respecto a ver y saborear a Jesucristo. Debemos llenar nuestra mente con las promesas superiores y los placeres de Jesús. Y debemos recurrir a ellos inmediatamente a decir “¡No!”.
Estrategia 4.-Debes retener firmemente la promesa y el placer de Cristo en tu mente hasta que saque fuera las otras imágenes. Como dice Hebreos: Fijos tus ojos en Jesús. Aquí es donde muchos fallan, se rinden demasiado pronto.
Suelen decir: “traté de sacarlo fuera, pero no funcionó”. La pregunta, es: ¿Cuánto tiempo lo intentaste? ¿Qué duro ha sido tu esfuerzo mental para lograrlo? La mente también es un músculo. Se le puede ordenar con autoridad y luego flexionarlo con firmeza.
Mateo dice que debemos tomar el reino con violencia. Sé firme y rústico. Toma la promesa de Cristo y sujétala ante tus ojos. ¡Sujétala! ¡No permitas que se vaya! Mantente sujetándola. ¿Cuánto tiempo? En la medida que sea necesario.
¡Lucha! Por el amor de Cristo, ¡Hasta que ganes! Si un portón eléctrico estuviera a punto de aplastar a tu hijo, tú irías y lo sujetarías con todas tus fuerzas. Gritarías pidiendo ayuda, pero no lo soltarías, y la sujetarías, y no la soltarías, hasta que la ayuda llegue.
Estrategia 5.-Debes decidir disfrutar una satisfacción superior. Cultiva las capacidades para el placer en Cristo. Una razón por la que la lujuria reina en muchos, es que Cristo tiene muy poco atractivo para ellos. Omitimos el engaño porque tenemos muy poco deleite en Cristo.
Y no me digas: “¡Bueno, pero no soy solamente yo!”. ¿Qué medidas has tomado para despertar afecto por Jesús? ¿Has luchado por gozo? No seas fatalista, has sido creado para atesorar a Cristo con todo tu corazón – más que atesorar sexo o azúcar.
Si tienes poco gusto por Jesús, los placeres que compiten triunfarán. Suplica a Dios por la satisfacción que no tienes. Sácianos de tu amor por la mañana, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días, dice el Salmo 90. Entonces mira a la persona más magnífica del universo hasta que lo veas de la manera que Él es.
Estrategia 6.-Debes avanzar a una actividad útil, distanciada del ocio y otros comportamientos vulnerables. La lujuria es una planta que crece muy rápidamente en el jardín del ocio. Encontrar un buen trabajo para hacer, y hacerlo con todas tus fuerzas. No sean perezosos, fervientes en espíritu, sirviendo al Señor, les dice Pablo a los Romanos.
Estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, les añade a los Corintios. Abunda en el trabajo, levántate y haz algo. Barrer una habitación, clavar un clavo, escribir una carta, arreglar un grifo. Y hazlo por amor a Jesús. Fuiste creado para administrar y crear. Cristo murió para hacerte dedicado a hacer el bien. Reemplaza los deseos engañosos por la pasión por buenas obras.
A continuación, voy a darte sinónimos de lujuria. Palabras a veces cargadas de eufemismo que, de alguna manera, parecerían aliviarte a la hora de reconocer que peleas contra ese espíritu inmundo y maligno. Son muchas, pero seguramente con alguna estás en batalla hoy mismo.
Lascivia – Erotismo – Lujuria – Sensualidad – Deshonestidad – Impudicia – Liviandad – Obscenidad – Libídine – Voluptuosidad – Incontinencia – Concupiscencia – Libertinaje – Desenfreno – Inmoralidad – Vicio – Indecencia – Lubricidad – Ninfomanía – Erotomanía – Furor Uterino – Cachondez – Excitación – Libido – Apetito Venéreo – Salacidad.
