La Bendición del Espíritu de Dios

Convengamos en que es muy poca la gente que ha prestado atención a la base bíblica que se encierra en este trabajo. Con ese afán tan particular de los cristianos por solucionar vía iglesia sus problemas domésticos, colocándolos por encima de los intereses del Reino, en una clara exposición de idolatría evangélica, ha pasado inadvertido lo que a mi juicio, es la auténtica base de nuestra doctrina central.

En este capítulo o bloque, quiero dar un panorama global del significado también general de los siete espíritus de Dios, a los que luego escudriñaremos en particular, ya que en ello nos va un grado de entendimiento más que necesario irreemplazable si deseamos ser creyentes con victoria. El que sigue es el texto base que nos muestra lo que tal vez hasta aquí y hasta hoy, nos resultaba totalmente desconocido o, al menos, ignorado.

(Isaías 11: 1) = Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

(2) Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

(3) Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; (4) sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

(5) Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

Muy probablemente, (Debo dejar abierta una mínima posibilidad en contrario), esta sea una de las descripciones más precisas que tú puedas hallar respecto a Jesús en el Antiguo Testamento. Si te das cuenta, hay una comparación muy interesante que los teólogos hacen entre el libro de Isaías y toda la Biblia.

El libro de Isaías, –dicen los más estudiosos de modo sistemático-, es la Biblia en pequeño. ¿Tú sabes cuántos libros hay en la Biblia? Sesenta y seis. ¿Sabes cuántos capítulos tiene el libro de Isaías? Sesenta y seis. ¿Cuántos libros son del Antiguo Testamento? Treinta y nueve.

Si tú vas al capítulo 39 de Isaías, está el último libro del Antiguo Testamento. El libro cuarenta de la Biblia, es el evangelio de Mateo. Entonces, algo podríamos encontrar relacionado con Mateo en ese capítulo 40 de Isaías, ¿Verdad? Veamos lo que dice el verso 1.

(Isaías 40: 1) = Consolaos, consolaos, pueblo mío, die vuestro Dios.

(2) Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

(3) Voz que clama en el desierto; preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

En este pasaje del capítulo 11, se describe gran parte del ministerio de Jesucristo. Isaías fue una persona que pudo ver diferentes etapas de la vida de Jesús. Lo vio al nacer, lo vio en su reino milenial, lo vio juzgando. Él pudo ver las etapas más importantes del Reino del Señor.

En el capítulo 11, se describen algunas características que vendría muy bien revisar un poco más en detalle. El verso 2 dice: Reposará sobre él, el espíritu de Jehová.(Uno) Luego empieza a decir: espíritu de sabiduría,(Dos) de inteligencia, (Tres) de consejo, (Cuatro) de poder,(cinco) de conocimiento(Seis) y de temor de Jehová. Siete. Número santo, número de Dios, número de lo completo. Todo lo que sea necesario.

Un Proceso Tremendo

El Dios de los cielos tuvo que pasar por un proceso muy tremendo que no llegamos a entender, que se llama encarnación. Pablo en su carta a los Filipenses, hablando de esto y con relación a Jesús, dice que aunque era Dios no estimó ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó.

La palabra despojó, en el original griego, es kenosis, y si tú consigues diferentes versiones de la Biblia, va a ver qué kenosis, también se traduce como vaciarse. Dice: no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se vació a sí mismo, kenosis.

Pero la palabra kenosis es bien difícil de traducir, porque no es solo despojarse. Es muy similar al acto de degradación por el cual suelen pasar aquellos militares que han cometido actos delictivos y son sancionados. Le quitan sus grados.

Eso no es suficiente, es algo más. Imagínate un recipiente con aceite que tú tomas y lo vacías, estás haciendo la kenosis. Pero dentro del frasco quedan apenas unas gotas de lo que había; no está totalmente vacío. No es vaciar por completo, es dejarle algo.

Pero involucra algo más, no solamente es quitarte algo; tiene que ver también con un deterioro de calidad. Y ahí sí ya tenemos problemas serios para traducirlo. Es como pasar de un tremendo departamento en la mejor zona de la ciudad a vivir en un ranchito de la peor zona marginal. De rico a pobre, lo que en Argentina llamamos “bajarse del caballo”.

Eso también es kenosis. Habiendo estado en un lugar donde todo es tremendo y espectacular, descender vertiginosamente en escala para pasar a habitar en una zona donde todo es carencia y necesidad y donde nada tiene el mismo color que tenía lo otro.

Eso es, a grandes rasgos, lo que hizo Jesús cuando se operó la encarnación. Puedes comprobar ahora que la palabra despojó, es casi como escasa para el tremendo acto vivido. Porque no llega a reflejar con claridad todo lo que Jesús tuvo que dejar para poder estar con nosotros.

Si Él descendía, con toda su gloria, estábamos fritos. No podía contenerle María, ni tampoco hubiera podido contenerlo la humanidad. Nadie hubiera podido tener acceso a Él. En una ocasión el rey Salomón dedica la casa que él había hecho al Señor, y dice que la gloria del Señor descendió, y que era tal la gloria de Dios allí que nadie podía entrar.

La Biblia también dice que Dios no habitaba en casas hechas por hombres, pero sí descendió un día por amor a David, en la casa que su hijo construyó. Y nadie pudo entrar. Aunque Jesús se despojó de muchas cosas para poder encarnarse, y para que su ADN se pudiera unir con el ADN de María, hay algo de lo cual Él no se despojó.

De hecho, el único pasaje que Él lee en su ministerio terrenal, en la sinagoga de Capernaum, es éste: el Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí.Esta descripción de Isaías 11, es la descripción del ministerio terrenal de Jesús.

Él perdió muchas cosas divinas para poder encarnarse. Sin embargo, aunque se despojó de muchas cosas para poder encarnarse, no lo hizo así con la riqueza espiritual manifiesta que acabamos de leer en clara descripción de Isaías.

Un Ministerio Singular

Cuando tú ves el ministerio de Jesús, si lees la Biblia y esencialmente los evangelios con una visión de Reino, te vas a dar cuenta que Jesús sabía, por ejemplo, lo que la gente estaba hablando de Él, aunque no los estuviera escuchando.

¿Recuerdas eso, verdad? Él estaba en medio de un grupo y por allá atrás, bastante lejos, alguien hablaba de Él y dándose vuelta les decía: ¿Por qué decís eso de mí en vuestros corazones? Y ellos se quedaban sorprendidos y preguntándose quién se lo había dicho.

Pero esa era la consecuencia de lo que hemos leído en el verso 3 del capítulo 11 de Isaías, donde dice: Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni seguirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra.

Entonces Él empieza a hacer cosas en su ministerio, que aún los fariseos no entienden. Un día sorprenden a una mujer en adulterio. ¿Recuerdas ese pasaje? Según la ley debería se apedreada hasta morir, pero Jesús simplemente va y da una respuesta a la gente y ahí quedan todos patitiesos. (Tiesos, estáticos, paralizados, asombrados, impactados).

Esto deja en evidencia que además de tener la habilidad de escuchar lo que otros no escuchaban, Él también tenía la habilidad de ver lo que otros no veían. Él ve a la viuda dando todo lo que tenía, y ve a un rico dando lo que le sobra.

Y Él habla de eso, respecto a cómo era en realidad su ofrenda en el mundo espiritual. Y yendo más atrás: ¿Qué era lo que le permitió a ese niño Jesús de doce o trece años, sentarse mano a mano con los maestros de la ley y hablar de igual a igual con ellos?

Y si bien muchos pueden decir, -porque así era, efectivamente-, que los niños judíos eran entrenados desde muy pequeños respecto a la ley y sus vericuetos, tendremos que aclarar que Jesús jamás fue entrenado en una sinagoga como lo habían sido los demás niños de su edad.

De hecho, los niños de doce o trece años eran preparados para la ceremonia donde ellos dejaban de ser niños oficialmente, y se los pasaban a considerar como ciudadanos con todos los derechos. Pero antes se les interrogaba respecto a la ley.

Se les preguntaban cosas. Y allí está Jesús sentado en el templo, pero contrariamente a su edad y condición, ellos no le están enseñando cosas, sino que en muchos momentos están aprendiendo de lo que Él les está diciendo.

¿Cómo este niño de doce años podría estar hablando de tales cosas? Sencillo, porque la suma de la espiritualidad presente en Dios moraba enteramente en Él. Y es notorio como en toda la palabra, el Señor trató de poner señales. Es como que esconde pistas para que nosotros podamos darnos cuenta de adónde va.

El Verdadero Símbolo

Cuando Moisés recibe el encargo de hacer el Tabernáculo, no simplemente el Señor le muestra el edificio, la parte exterior, sino que el Señor también le mostró a Moisés, objetos que estaban dentro. Y tan importante como el color de las cortinas, el tejido de los serafines era, por ejemplo, cómo se hacía cada objeto.

Pero hay un objeto en particular en el Lugar Santo, que es muy interesante y que es el verdadero símbolo del pueblo de Israel. Se llama la Menorah, que es esa lámpara, ese candelero que tiene siete brazos. Ese es el verdadero símbolo de Israel.

No es la estrella de David, ya lo sabes. La estrella de David es un símbolo demoníaco, que no tiene nada de David ni es de Israel, sino que es un dibujo que viene del Bon-po tibetano, y que fuera utilizado por Hitler para maldecir a Israel.

Él lo hacía coser en el pecho de la ropa que utilizaban los judíos y esa era su sentencia de muerte. Pero esa estrella nunca fue bíblica ni estaba en la ley; nunca tuvo nada que ver con David y muchísimo menos debería estar entre los cristianos como adorno. Esto, entre otras cosas, es lo que decididamente, como cristiano, me coloca de cara contra toda decisión de algo llamado Moda.

El verdadero símbolo de Israel, es la Menorah; es el símbolo que Dios le dio a su pueblo. La Menorah tenía algunas características muy particulares. Allí vas a ver cómo el Señor fue tan preciso, porque Él nunca nos va a pedir que nosotros hagamos algo sin tener todas sus instrucciones precisas.

Esta lámpara, si tú ves la descripción, está hecha de una sola pieza. Tiene siete brazos en base a un diseño como de ramas de almendro, muy precioso, hecho todo con golpe, a pura fuerza. Y en la parte de arriba del candelero, tiene siete lámparas que eran removibles, que era donde se cargaba el aceite.

Esto estaba en el Lugar Santo, junto con otros dos objetos. Si la tienes en tu memoria visual a la lámpara, recordarás que esos siete brazos están ubicados, tres de cada lado y uno central, y todos se asientan en la misma base, conformando una sola unidad.

¿Uno, Tres o Siete?

En realidad, el Espíritu de Dios, es uno solo. De hecho, Dios mismo es uno solo. Y Dios es Espíritu. Dice el texto: Oye Israel, Jehová uno es. No son tres, es uno. Más, sin embargo, al igual que la lámpara, aunque es uno solo, salen siete brazos de esa lámpara en sí, del mismo modo que Isaías 11 describe siete espíritus que salen de Dios.

Los menciona a todos allí, y cada uno de ellos va saliendo de un tronco común que es el Espíritu de Dios. Ahora bien; en la historia de la humanidad,  nunca se han manifestado la suma de todos estos espíritus en un ser humano, salvo en Jesús. Pero va a haber un período de la humanidad, y de hecho estamos entrando a ese período, en que estos espíritus lo van a definir todo.

(Zacarías 3: 9) = Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué;(No está hablando de Josué y Moisés, este es el sacerdote Josué); sobre esta única piedra, hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.

¿Cuántos de ustedes se acuerdan del pasaje, en el Libro del Éxodo, en el cual cuando Israel está en el desierto, ellos tomaban provisión de agua de una roca? ¿Recuerdan eso? Es más; el haber golpeado a esa roca en vez de hablarle, provocó que Moisés fuera inhabilitado de entrar.

Ahora bien; ¿Por qué no podía golpear esa roca? Porque esa roca, -dice Pablo-, era Cristo. ¿Cómo lo entiendes esto? No lo entiendas, simplemente di amén y punto. Pablo lo dice así: les dio a beber de la roca que es Cristo.

Entonces, cuando Moisés golpea la roca, está haciendo algo que no le correspondía. Él debía hablarle, porque es el hablar lo que libera la provisión que Dios tiene para ti. Pero él no le habló, sino que la golpeó y listo, historia aparte.

Está hablando de esta roca y este pasaje de Zacarías. La primera cosa que vemos en este texto, es que dentro de la mentalidad judía y por prohibición de la ley, no se podía hacer esculturas de hombres. No te harás imagen de nada de lo que está arriba, nada de lo que está abajo,¿Lo recuerdas, no?

Y mira lo que dice: Yo grabaré su escultura.O sea que aquí el Señor está rompiendo un pensamiento ligado a dos mil quinientos años de historia. Zacarías está diciendo esto y no es ni casual ni sorpresivo que lo hayan perseguido y querido matar por eso; era muy pesado para la época.

Y luego dice: Y quitaré el pecado de la tierra en un día.Escucha bien; esto ya fue hecho. Jesús en la cruz, quitó el pecado de la tierra en un día. ¿Cuántos están entendiendo esto? Esta palabra ya se cumplió. Sin embargo, uno jamás vería a un Cristo con siete ojos, ¿Verdad?

No obstante, lo que está haciendo aquí Zacarías, es describiendo a esta roca desde el punto de vista espiritual, y eso es muy importante. Vuelvo otra vez: Porque he aquí esa piedra, Jesús, que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos. ¿Y qué son esos siete ojos? 

(Zacarías 4: 2) = Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: he mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él.(De repente Zacarías empieza a abrirte el mundo espiritual, y empieza a describirte qué era lo que el profeta estaba viendo.)

(Zacarías 3: 10) = En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera.

(Zacarías 4: 1) = Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño.

(2) = Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: he mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él.

Estas visiones que empieza a tener Zacarías, le empiezan a describir el mundo espiritual sobre el cual se mueven las entidades espirituales encerradas en Dios mismo. Ven conmigo al libro de Apocalipsis, por favor.

(Apocalipsis 3: 1) = Escribe al ángel de la iglesia en Sardis; el que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: yo conozco tus obras, y que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Te dije hace un momento en Zacarías que se estaba hablando de Jesús. También te decía que había referencia a Jesús en Isaías. Bueno, ahora creo que puedes no solamente entenderme sino también creerme, se está hablando de Jesús, sin dudas.

Porque en este capítulo 3 de Apocalipsis, es Jesús hablando. Él está dictando las cartas, ¿Recuerdas? La primera carta es la iglesia de Éfeso. ¿Y cómo se está presentando Jesús aquí? Dice que es el que tiene los siete espíritus de Dios.

Y fíjate que no te está diciendo el que es, sino el que tiene. Y es importante, porque de Dios se habla como que Él ES Espíritu, pero aquí dice el que tiene los siete espíritus de Dios. Ahora bien; en los capítulos 2 y 3, se genera una situación muy particular.

Un Enemigo Formidable

El Señor escribe cartas a cada una de las iglesias; a estas siete iglesias. Si ustedes se dan cuenta de las siete iglesias,  y más allá de cuál sea la interpretación, lo que se puede ver al leer estos dos capítulos de Apocalipsis, es la descripción de diferentes rasgos de la iglesia.

Sea histórica o sea actual. Por ejemplo: una iglesia que hace muchas obras para el Señor, pero que no parece que lo amara. Pero, realmente, hace muchas obras para el Señor. De estas siete iglesias que se mencionan acá, en el libro de Apocalipsis, apenas y sólo dos de ellas no tienen sanción.

Es como que el Señor está pesándolas. Y dice: “Muy bien, hablemos de la iglesia de Laodicea. Esto es lo bueno que ha hecho, esto es lo malo que ha hecho; su saldo es este, a favor o en contra. Venga la iglesia de Sardis, lo que ha hecho, lo que no ha hecho; este es su saldo a favor.”

Entonces, es bien interesante porque es así como el Señor juzga nuestras vidas también. Más allá de lo que tú haces, Él ve también la motivación de tu corazón. Gracias a Isaías 11, tú te das cuenta que Jesús podía juzgar con justicia. Lo dice Isaías 11: 4: sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra. Y herirá a la tierra con la vara de su boca.

Él pudo juzgar con justicia: ¿Por qué? Porque esos siete espíritus de Dios estaban en él, y si tú te das cuenta, entre todos estos espíritus que están operando en Él, están los de sabiduría y de inteligencia. Más adelante en el verso 5 vuelve a hablar de la justicia y dice: Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

Esto es clave a la hora de entender cómo funciona el mundo espiritual. Hoy día estamos viviendo una maldad que hace veinte años atrás no la vivieron nuestros padres. Es suficiente con ponerse a hablar con alguna persona que tiene algunos años más y te vas a dar cuenta que hoy día vivimos tiempos tan espantosos que nuestros abuelos no los soportarían.

Como ejemplo, basta decir que en algunos lugares del mundo, decir alguna palabra fuera de lugar contra un homosexual o un travesti, puede traerle al infractor una pena de hasta treinta días de prisión. Que decir algo fuera de lugar contra Mahoma, puede hacer que arda la mitad del planeta. Pero di lo que se te ocurra contra Jesucristo y nadie te dirá ni te hará absolutamente nada. Ese es el mundo nuestro hoy.

Para poder tener victoria contra lo que viene, se necesitan todos los espíritus de Dios obrando. Es como si la oscuridad se estuviera tomando la libertad de hacer cosas que nunca antes se había animado a hacer. Y si no aprendemos a sacarla, nos avasallará.

Aprende esto: todo lo que veamos de manera visible, es un reflejo pleno de algo invisible. La primera cosa que te va a cambiar la vida, es que sepas que hay una relación entre lo que ves y lo que pasa espiritualmente.

En el año 90 después de Cristo, se levanta un gigante que se comió a la iglesia. El más grande enemigo que se levantó contra la iglesia, no fue Roma. En realidad, Roma fue vencida por la iglesia. Si ustedes se dan cuenta, para el año 300, 315 hasta el 235, ya el cristianismo era la religión oficial del imperio.

De alguna manera, sea que Constantino el Grande se convirtió o no, no es la discusión, la iglesia se sobrepuso, y puso el pie sobre la garganta de Roma. Pero, hubo alguien, un enemigo invisible. Para el año 90, todos los apóstoles de Jesús habían muerto a excepción de uno.

Juan era el único, era un viejecito que quedaba en Éfeso, y gracias a que él vio este enemigo, el escribió el evangelio de Juan, escribió el Apocalipsis, escribió las cartas, simplemente para enfrentar a este enemigo.

¿Cuál fue el enemigo que se levantó? Se llama gnosticismo griego. Te saco un momento de acá. Jesús está sentado, es el año tercero de su ministerio, está compartiendo con sus discípulos, muy contento, y por detrás se acerca Andrés y le dice: Señor, Señor, unos griegos te quieren ver”.

Y literalmente Jesús cambia su expresión, se queda callado, toma su manto, se pone de pie y dice: “La hora ha llegado; vámonos”.Y sube a Jerusalén para la última semana de su vida. Pero es tremendo el cambio que hubo en Jesús simplemente cuando le dijeron que unos griegos lo querían ver.

El enemigo más formidable que tiene la iglesia, es el espíritu de Grecia. Es el espíritu que más daño le ha hecho a la iglesia en todos los siglos, junto con la reina del Cielo. Son los dos, ese es el rey con la reina.

¿Qué era el gnosticismo griego, para que tú lo entiendas rápidamente? El gnosticismo griego, era la mezcla de la filosofía griega con el cristianismo. Era una combinación de ambas. O sea, el error fue éste: el evangelio, tú lo sabes, se fue predicando a todas partes.

Jerusalén, Judea, Samaria, etc. Lejos, fue llegando muy lejos. Y un día llegó a Grecia. De hecho, Pablo estuvo muy cerca de ahí, pasando por el Mediterráneo. El evangelio llegó a estas personas, ¿Y sabes qué sucedió? Les ganó el corazón. Se convirtieron a Cristo. Pero no les ganó la mente.

¿Cuál era la fortaleza de los griegos? Su filosofía. Alguien dijo que la pluma, es decir: el bolígrafo, la birome, como la llamamos aquí, es más fuerte que la espada. Y es cierto. Entonces, a ellos se les predicó el evangelio, recibieron a Jesús en su corazón, pero su mente que era griega, no fue cambiada.

El Falso Evangelio

Entonces ellos empezaron a torcer la enseñanza del evangelio, y a acomodar lo que era espiritual a su mente filosófica. Por ejemplo: dentro de la filosofía griega, ellos rendían culto a una divinidad que se llama la Gnosis. Gnosis es Conocimiento.

Pero para ellos, el conocimiento no era algo estático ni era una cosa. La Gnosis era la razón de su vida. O sea, los filósofos hablaban de la Gnosis, justamente. Para que tú tengas Gnosis, tienes que ser iluminado. La iluminación como el camino de la iniciación para conocer lo sobrenatural.

Ellos decían, por ejemplo, que el cuerpo es corruptible, que la materia es despreciable, que lo único que es trascendente es la Gnosis, el conocimiento. Entonces, cuando Jesús empezó a predicar, y Él enseñó, y luego se fue, los apóstoles escribieron, primero el evangelio de Marcos, luego el de Mateo, luego el de Lucas.

Ahí estaban los escritos con las enseñanzas de Jesús, eso llegó muy lejos. Llegó a Grecia, y los griegos que habían recibido a Jesús en su corazón pero no en su mente, empezaron a decir: “Ah, esto dice esto, pero en realidad esto significa esto.”

Por ejemplo, ellos decían que Jesús no había resucitado, que no había muerto como Dios, sino como un hombre común y corriente. Sin embargo, lo cierto es que la naturaleza de Jesús estaba sellada, así que Él muere tanto como Dios que como hombre.

Claro, tú me dirás que Dios no puede morir. Cierto, y yo no sé cómo hacer para poder explicarlo, pero lo cierto es que el Dios eterno pasó por la cruz. Eso es lo que Pablo no se explica. Y pasó. No sólo eso, Jesús va a la cruz, y no sólo cumple con todo lo que era el sacrificio expiatorio por nosotros, sino que en su muerte Él nos hace otra creación.

Hay tremendos elementos que están en la palabra, pero que los griegos no los pueden entender porque sus mentes nunca se convirtieron. Entonces lo van torciendo. Y tanto es así, que Juan escribe sus cartas solamente para rebatir lo que ellos decían.

Por ejemplo dice: si alguno viene y le dice a usted que Cristo no vino en la carne, el tal es anatema.¡Probad los espíritus! Les decía Juan. Ya anciano se desesperaba, porque se daba cuenta que había entrado a la iglesia del Señor, una especie de pensamiento que estaba rompiendo todas las estructuras de su mente.

Tristemente, y tal vez sin que Juan se diera cuenta, se estaba cumpliendo la profecía que Daniel recibió. Las bestias que ve Daniel, es muy llamativo el papel de Grecia. Por ejemplo, en la imagen de Nabucodonosor, ustedes tienen que Grecia es la parte de los órganos reproductivos y el bajo vientre de la imagen. ¿Recuerdas, no? La cabeza, Babilonia, los medo-persas, Roma, los pies.

Es una descripción de los tiempos que vienen para las naciones, que Daniel recibe. Y Grecia, -reitero- está ubicada simbólicamente en los órganos reproductivos de la imagen. En otras de las visiones se habla de los cuernos, y habla justamente del cuerno que es Grecia, y dice: se extenderá al norte, al sur, al este y al oeste, y llenará la tierra.

O sea que, realmente, el espíritu de Grecia iba a llenar todas las naciones, por completo. Juan, el último de los caudillos, ahí en Éfeso, está peleando contra esto. Ahí escribe las cartas y el evangelio. ¿Por qué el evangelio de Juan es tan distinto a los otros tres?

Es que, de hecho, no es un evangelio sinóptico como los otros tres. La intencionalidad suprema de Juan en su evangelio, es la de demostrar que Jesús es Dios. En el principio, era el Verbo, el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.Y punto.

¿Por qué escribe esto? Porque se estaba corriendo una voz respecto a que Jesús no era Dios realmente. Él fue iluminado en el bautismo. La Gnosis descendió a Él en el bautismo, y desde ese momento pudo hacer milagros y enseñar sabiduría. Pero cuando estaba agonizando en la cruz, la Gnosis se fue de Él, y Él gritó: ¿Por qué me abandonas? De tal manera que el que murió fue Jesús, no fue Jesucristo. Sólo Jesús.

No fue así. El que murió fue Jesucristo. Cuando grita “¿Por qué me abandonas?,no es para la Gnosis que se fue; está mirando a su Padre que, por primera vez desde la eternidad, ha girado la cabeza, porque no puede ver tanto pecado sobre su Hijo.

Es decir que se torció la enseñanza del evangelio genuino. “¡Ah! ¡Jesús sólo les enseñaba el significado de las parábolas a sus discípulos! ¡Eso se llama conocimiento esotérico!” Y le hablaba solamente por parábolas a la gente, eso se llama conocimiento exotérico.

Empiezan a sacar conclusiones extrañas, y ese pensamiento toma la iglesia. ¿Y sabes qué? Le quita el Espíritu de Dios. La mejor descripción del espíritu de Grecia, es una serpiente de la clase pitón. La pitón te enrosca y te va matando simplemente por presión.

Una Batalla Jamás Librada

Entonces tú encuentras a la iglesia que se decía cristiana tiempo después, siglos 9, 10 y 11, prácticamente muerta. Sin embargo, lo que viene puede ser aún más duro. La batalla que la iglesia tiene por delante, nunca antes la ha librado.

Se nos ha enseñado tanto que en cualquier momento todos nos iremos volando con Cristo, que el concepto de hacer algo por tu país, por tu provincia o región o por tu ciudad o pueblo, no sólo parece poco importante, sino que en algunos casos suena hasta innecesario.

Yo sigo: si nos vamos a ir muy pronto, ¿Para qué vamos a hablar de transformación de comunidades, reforma o cuestiones parecidas? ¿Para qué armar una red de oración sin total nos vamos pronto?

De acuerdo, hermano, pero cuando llegue la gran tribulación, la iglesia ya no estará allí. – ¿Estás completamente seguro de eso? Sólo voy a decirte algo que te lo dejo para que lo estudies y lo medites. Por diecinueve siglos, hasta principios del mil novecientos, la iglesia sólo tuvo una interpretación del llamado rapto.

Hoy día se dan verdaderos debates al respecto. Unos dicen: nos vamos al principio de los siete años, otro dice: no, nos vamos al medio. Están los pre, los inte, los post y discuten, y siguen discutiendo, y por lo que vemos van a seguir discutiendo por mucho tiempo.

Pero es interesante que por diecinueve siglos, la iglesia sólo tuvo una interpretación. Y fue que la iglesia va a pasar toda la tribulación acá. El pensamiento y la explicación de que la iglesia se va antes de la gran tribulación, aparece alrededor del 1800, y es dada por una espiritista americana a un pastor, y el pastor que era un hombre muy famoso, la difunde.

Y claro está que, entre todas las interpretaciones, la más fácil de creer es esa que dice: “¡Oiga, nos vamos pronto!” La teoría de que el rapto es al principio de la tribulación, fue dada aproximadamente en 1830 a través de una mujer llamada Margareth Mac Donalds.

Y esta mujer, que era una persona muy especial, (Habrá que ver si conocía al Señor), pasa esta información a un famoso predicador de apellido Darby, y fue él quien hace famosa esta teoría. Y gracias a los hermanos de Plymouth, esto se hace muy famoso y llega a todas partes.

Pero lo interesante es que si tú hicieras una entrevista a John Wiklic, en Escocia, a Huss, a Lutero, a Calvino y otros, todos ellos te dirían que la iglesia debería pasar la tribulación, de hecho lo dijeron. Ahora bien; más allá de lo que tú interpretes o creas, suponte por un instante que esto sí es cierto.

Y ahora pregúntate: ¿La iglesia estará lista para algo así? La única manera que pueda estar lista, ¿Sabes cómo es? Si es que los siete espíritus de Dios antes mencionados, están en ella. Y los apóstoles, (Y hablo de los genuinos, no de los pre fabricados en reuniones de café y galletitas), han sido levantados para confrontar al anticristo, no para irse en un rapto.

Los ministros tipo, no pueden confrontar con los espíritus del anticristo, por eso se están levantando profetas reales. Los adoradores proféticos son los únicos que pueden confrontar con los espíritus de hechicería que hoy por hoy se mueven fuera y dentro de las iglesias.

El adorador de hace veinte años atrás no necesitaba tener sus ojos tan abiertos para todas estas cosas como se necesita hoy. Porque hace veinte años no se movían las cosas que hoy se mueven en el plano espiritual.

No es casual. Muchos de nosotros crecimos en iglesias donde a lo sumo había un piano y cantábamos las letras del himnario temas muy tranquilos y todos parecíamos estar muy felices. Hoy todo ha cambiado. Las cosas que se mueven espiritualmente por sobre la iglesia obliga a otra clase de pelea.

Por eso debo decir que los siete espíritus de Dios vienen del cielo para que nosotros hagamos algo que por nosotros mismos no podemos hacer. No estamos listos para la confrontación final. ¿Cuánta gente que tú conoces es salva pero no está lista?

Por ejemplo: en Chile, un volcán entró en erupción justamente un día 1 de enero. Tú sabes que espiritualmente, cuando un volcán hace erupción, se liberan cosas desde el centro de la tierra. Y esto a ti te parece fantasioso y hasta loco porque tu mente ha sido educada por el espíritu de Grecia y no por el Espíritu de Dios.

Cuando pasan estas cosas naturales que son un reflejo de lo espiritual, el espíritu de Grecia nos enseña que una cosa es lo espiritual y otra lo natural, que no están unidos. Pero el caso es que la Biblia nos dice que sí están unidos.

Niveles de Eternidad

Dios está soltando su Espíritu, y así como en este tiempo estamos viendo raptos de maldad sin precedentes, ahora también vamos a ver cómo Dios levanta a gente con un calibre espiritual tremendo. Muchos están orando por la generación de Elías y Eliseo, pero resulta ser que Eliseo es corto en comparación con lo que se va a levantar.

(Zacarías 4: 10) = Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.

¿Recuerdas que en el capítulo 3 y verso 9 dice que hay una única piedra y que sobre ella hay siete ojos? Zacarías es un libro bien complicado, porque te tira perlas pero en diferentes lugares y entonces lo puede dejar a uno medio confundido.

El caso es que el capítulo 3 dice que en esa piedra hay siete ojos, entonces la pregunta, es: ¿Qué son esos ojos? El verso 10 del capítulo 4 te lo dice: Son los espíritus de Dios que recorren toda la tierra. Está hablando de que esa roca está enterada y está mirando todo lo que sucede a su alrededor. Exactamente.

Vamos a Apocalipsis. Te mencioné que en las cartas, capítulo 2 y 3, empezando con Éfeso, Dios analiza cada situación de la iglesia, cada tiempo, cada período, lo que fuera, pero llegamos al capítulo 4 y me voy al verso 5.

(Apocalipsis 4: 5) = Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.

Esto es tremendo. Tú no vas a encontrar en todas las cartas apostólicas, nada en relación a los siete espíritus de Dios, hasta Apocalipsis. ¿Por qué crees que es? Porque es en Apocalipsis donde se necesita esta manifestación. Algunos teólogos llaman a esto el Espíritu Séptuplo de Dios. O sea: la manifestación de Dios en toda su gloria.

Si retrocedes algunos versos, vas a encontrarte con que recién en el verso 1 es donde Juan tiene acceso al mundo espiritual en un sentido completo. ¡NO! ¡Un momento! ¡Él ha visto las cartas, ha visto a los ángeles! ¿Cómo podemos decir que recién aquí accede al mundo espiritual?

Cierto, pero él está viendo todo eso desde aquí abajo. En el capítulo 4 Juan entra a otro nivel, y lo primero que ve es el trono de Dios y luego, ya en el verso 5, las lámparas de fuego. En el capítulo 5, te llevo al verso 6.

(Apocalipsis 5: 6) = Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Esto quiere decir que los siete espíritus de Dios no se quedan en las regiones celestiales. Nacen de los lugares celestiales, pero son enviados por toda la tierra. ¿Y por qué son enviados por toda la tierra? Porque ellos descienden para encender las lámparas. Tú puedes ser una de esas lámparas.

(Isaías 11: 4) = sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

Lo que destruye el espíritu de maldad de este tiempo es, precisamente, el espíritu que viene del trono de Dios, que ya no es sólo un espíritu, sino que son los siete espíritus de Dios, los que avalan nuestras declaraciones proféticas, algo que la iglesia todavía no ha ni descubierto plenamente ni entendido.

Nosotros gobernamos hablando. Por eso es que las oraciones mentales no sirven de mucho. Uno tiene que aprender a declarar. Tu boca debe abrirse. Lo que te guardas en tu mente no sirve mucho más que para seguir incubando al espíritu de Grecia.

El espíritu de Grecia es el que te dice que tú no necesitas hablar, sólo piénsalo, Dios sabe. Sí, Dios lo sabe, pero espera que obedezcas y lo digas con tu voz, tal como se te ha ordenado. Yo puedo declarar las cosas que no veo como si fueran, porque tengo algo que se llama fe.

La fe, o zoé, es lo que hace vivificar mi palabra. Simplemente digo creyendo, y es hecho. En Isaías die que juzgará con justicia a los pobres. Escucha; no está hablando de gente que no tiene plata; está hablando de aquellos que son lo suficientemente humildes para saber que necesitan de Dios.

Jesús dice el que tenga sed venga a mí y beba; yo no voy a ir a ofrecerle agua. El que tiene sed que venga, él sabe que yo soy la fuente.Ahora, si tú crees que no tienes sed, entonces aguántate sin protestar. Depende de ti que te acerques a beber o que no te acerques.

Él dice que argüirá con equidad por los mansos de la tierra. La palabra mansedumbre, en griego, es praus, y significa fuerza bajo control: O sea, los hombres de Dios no son tontos, no son mensos, no son gente sin personalidad, es gente que sabe que tiene poder en su boca. Por eso, cuando estamos enojados lo mejor que podemos hacer es callarnos. Eso es saber gobernar la fuerza que tenemos dentro de nosotros.

Sigo con el verso 4. Dice luego que herirá la tierra con la vara de su boca. No está hablando de la creación natural; está hablando de los habitantes de la tierra que no tienen el Espíritu de Dios correcto. Entiende: tú tienes en tu boca la capacidad de herir la tierra y a sus moradores.

Si tú te dieras cuenta de esos siete espíritus de Dios que están allí, que han sido enviados desde el trono, pero que por causa de nuestra prisa, perdemos de vista el hecho de que debemos entrenarnos, debemos aprender a hablar lo correcto. Cuando un hijo de Dios aprende a gobernar sobre sus palabras, su calidad de vida cambia por completo.

Y ¿Cuál es el primero de esos Espíritus que están allí, prestos a darnos su bendición diaria? El Espíritu de Jehová. ¿Vale la pena que yo invierta tiempo y letras para explicarte quién o qué es el Espíritu Santo de Dios? No lo creo, así que sencilla y directamente, como corresponde a un intercambio con gente madura y genuina, pasaré al segundo.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez