2 Pedro Capítulo 2
(026) Cuando Una Doctrina Destruye
(2 Pedro 2: 1)= Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
(2) Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, (3) y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Vamos a clarificar algo. Pedro nos dice que hubo falsos profetas, y que habrá falsos maestros. ¿Esto es circunstancial o tiene asidero lógico? Tiene asidero lógico. Porque en aquellos tiempos, los creyentes dependían (Porque la creían) de la palabra profética, mientras que hoy, por su formación intelectual, eluden un poco la supuesta “fantasía” profética para creer mucho más en la sobriedad de los maestros.
Entonces, convengamos en que el enemigo no es tonto ni ha abandonado la pelea. Y si lo que persigue es desacreditar a la iglesia del Señor y sembrar la desconfianza y la incredulidad, como en aquel tiempo se hizo dueño de las mentes de los falsos profetas, hoy hará lo mismo con la de los falsos maestros.
En realidad, Pedro está alertando en contra de los inmorales y los codiciosos. Antes, éstos eligieron ser profetas, hoy han optado por hacerse maestros. Son, – Se nos asegura – los que van a manipular a la gente para tratar de alcanzar sus propios objetivos egoístas. El Nuevo Testamento enseña que la era de la iglesia se caracterizará por la proliferación de maestros del engaño y que sus actividades se incrementarán en los “postrero tiempos”.
Dice que estos falsos maestros serán los que tratarán de introducir herejías destructoras. La palabra que aquí se traduce como herejía, es la palabra HAIRESEIS. Podemos comparar a herejía con herético. Viene de HAIREOMAI, que es “escoger”.
El vocablo originalmente quería decir hacer una selección o definir una opción. La palabra evolucionó hasta llegar a implicar una preferencia basada en una opinión o un sentimiento, lo cual hizo derivar fácilmente su significado hacia el concepto de falta de unidad, afiliarse a un bando, tener diversidad de creencias, crear disensión y sustituir la verdad con opiniones arbitrarias. En el Nuevo Testamento se aplica fundamentalmente a las sectas, la gente que profesa opiniones ajenas a la verdad.
Ahora bien: si vamos a descubrir a un falso maestro, será muy bueno leer aquí y ahora lo que ha escrito uno que dice ser legitimo, pero que tú puedes averiguar muy rápidamente si lo es o, si por el contrario, es uno de esos falsos que habrían de aparecer.
Dice que los falsos, negarán al Señor. Tú ya sabes, si has leído todo el material que hay en esta página Web, si en algunos de esos trabajos, hemos negado al Señor. Si no lo has visto, tienes tiempo de entrar y recorrer todo ese material.
Al mismo tiempo, reflexiona ahora con respecto a esas congregaciones enormes que han hecho de la sanidad interior o sanidad del alma herida, un verdadero epicentro. Pastores psicólogos o psicólogos pastores entienden y enseñan, que sus disciplinas científicas son irreemplazables a la hora de emitir consejería.
¿Esto es así? Desde el punto de vista desde el cual ellos lo observan, quizás sí, pero desde la Biblia, puedo asegurarte que no. Porque la sanidad de un alma herida sólo es posible cuando esa alma no ha sido crucificada con Cristo, tal como manda la Escritura.
¿Entonces? ¿Cuál es el falso maestro? ¿Aquel que insta a todos a hacer sanidad interior antes de ocupar cualquier clase de labor ministerial o a aquellos que siguen esperando ser llenos de un Espíritu Santo que sigue siendo el que guía a toda verdad?
Es el tiempo en que las vendas mágicas que por años han sido puestas en nuestros ojos adentro de nuestras propias congregaciones, caigan definitivamente. Es tiempo en que todos entiendan que la iglesia no es el lugar de contención a los problemas psicológicos de las personas y mucho menos, ministradoras del alma humana.
(1 Timoteo 4: 1)= Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.
El Espíritu Santo habla abierta y proféticamente. En los postreros tiempos, alude al período de tiempo entre la primera y segunda venida de Cristo. Allí, dice, apostatarán de la fe, esto es: negarán las doctrinas fundamentales del cristianismo.
¿Y por qué ocurrirá esto? Porque, se asegura, serán llevados de las narices por espíritus engañadores. Estos, indudablemente, serán los falsos maestros que están enseñando ya doctrinas inspiradas por Satanás, que pueden extraviar a líderes despreocupados. Eso está sucediendo.
No será la primera vez que alguien me escribe diciéndome que lo que yo publico es doctrinas de demonios. Recuerdo que en los primeros tiempos, ese tipo de cosas me ponía muy mal. Te aseguro que me hacía perder los estribos y podía salir disparado a ejecutar a quien me lo hubiera dicho.
En fin: la madurez duele y fastidia, pero finalmente llega. El dominio propio, un día deja de ser una letra escrita en la escuelita dominical y pasa a convertirse en un fruto visible del espíritu Santo obrando en tu vida.
Porque jamás alguna expresión de esa naturaleza, me hizo dudar de lo que estaba haciendo y de cómo lo estaba haciendo. Porque la expresión antiguo de que por nuestros fruto seremos conocidos, sigue siendo vigente y adecuada.
Una doctrina de demonios jamás buscará que tú te acerques a Cristo. Te pondrá a un hombre, o a varios, o a una determinada doctrina, o a un lugar específico o a alguna práctica determinada. Las doctrinas de demonios son difundidas para engrandecer a hombres y empequeñecer a Cristo.
Este es el plan de Satanás y nadie puede discutir que le haya dado excelentes resultados. Ahora te invito a analizar todo mi material y comprobar si lo escrito y hablado te lleva a adorar a un hombre, a una doctrina, a un sector o a un grupo determinado en lugar del Señor
Una vez que hayas hecho esto, por favor, haz lo mismo con tu congregación dominguera. Dime si lo que en ella se predica y se enseña sirve para encontrarte más íntimamente con Cristo o para admirar y seguir más en obediencia a tu pastor. Una vez que tengas los dos resultados, ya tienes bien en claro cual y adonde está la doctrina de demonios.
Nos hemos pasado años y años, como iglesia, esperando que el presidente de la Nación, el gobernador de la provincia o el estado donde vivimos o el intendente o alcalde de nuestra ciudad, un día se lancen a enseñar doctrinas de demonios y aún no los hemos visto hacerlo.
Entonces declaramos que para que llegue ese tiempo que aquí Pablo le profetiza a Timoteo, falta todavía. Y ni se nos ha ocurrido pensar que, desde el único lugar desde donde se puede enseñar una doctrina de demonios y la gente creerla, es desde el púlpito de tu congregación o de la mía.
¿Cuándo vamos a entender que nuestra lucha como cristianos, (Que significa ser seguidores de Cristo), es la misma que tuvo Él? ¿Y cuando asumiremos que su lucha no fue contra el imperio romano ni otros invasores de su pueblo, sino contra la iglesia organizada de su época?
Las doctrinas de demonios son patrimonio de la religión. Y la religión jamás podrá evidenciarse en un sitio que no tenga esa semblanza. Por lo tanto, si hay doctrinas de demonios ya, en vigencia, no tengas dudas: están saliendo de nuestras propias iglesias. Sólo habría que reflexionar un momento y quizás podríamos detectar algunas.
(Judas 17)= Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; (18) los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos.
Quiero que entiendas bien: cuando dice burladores, no está hablando de gente que se burla, sino de personas que pretenden, con sus actos, palabras, enseñanzas, doctrinas o lo que sea, burlar la esencia del verdadero evangelio de Jesucristo.
Y cuando señala que eso será en el postrer tiempo, no se refiere al postrer tiempo de tu vida o de la mía, ya que en ese caso el ciclo abarcativo de un postrer tiempo andaría rondando los diez o quince años. Habla del postrer tiempo de la Iglesia.
Y si tenemos en cuenta que la Iglesia tiene una existencia probada de más de dos mil años, su postrer tiempo, muy bien podría ubicarse en los últimos doscientos o trescientos años. Ahora bien: ¿Cuándo es el fin? Nadie lo sabe, pero: ¿Faltará tanto como para que ya no hayamos ingresado en esos doscientos o trescientos años del postrer tiempo?
Sería muy lógico, entonces, que si estamos dentro de ese lapso, ya mismo se nos estén infiltrando, desde muchos de nuestros púlpitos y de labios de muchos hombres que suponemos nuestros hermanos, auténticas doctrinas de demonios.
Es bueno el momento para establecer un pequeño paréntesis y estudiar brevemente que cosa real, concreta y tangible es o puede ser un demonio. Hay referencias que algunos teólogos han efectuado que pueden sumarse a este trabajo con fines de ampliar información al respecto.
Demonio:Entre los griegos este término designaba: (a) Un dios o una divinidad en general; (b) El genio o espíritu familiar que acompañaba a la persona; (c) Su “hado”; (d) El alma de un individuo que viviera en la edad de oro (la edad anterior a la entrada de la aflicción en el mundo.
Cuando se abrió la caja de Pandora, se precipitaron todos los males de la misma al mundo. (mitología griega), y que desde entonces actuara como divinidad tutelar; un dios de categoría inferior. La idea pagana, expuesta por los filósofos, era que los demonios eran seres mediadores entre Dios y el hombre.
Así lo expresa Platón:”Cada demonio es un ser intermedio entre Dios y el mortal. El hombre no se acerca directamente a Dios, sino que toda la relación y comunicación entre los dioses y los hombres se consigue con la mediación de demonios.”
Esto era un engaño satánico, lograr la adoración a Dios por mediación de demonios o semidioses. Podemos constatar cómo esta concepción pagana ha dejado su profunda impronta deformadora en grandes sectores de la llamada cristiandad, en franca oposición a las Escrituras.
Las Escrituras dejan de igual forma bien clara la verdadera naturaleza de los demonios como espíritus malvados En las Escrituras también se ve que la idolatría es esencialmente adoración de demonios siendo que el ídolo mismo no es nada Sacrificaron a los demonios (shed) y no a Dios, nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios (sair).
Jeroboam cayó tan bajo que ordenó a sacerdotes para los demonios (sair) y para los becerros que había hecho, y algunos sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios (shed). Las cosas adoradas pueden haber sido objetos invisibles, o pueden haber tenido alguna representación mística, o puede haberse tratado de meros ídolos; pero detrás de todo esto se hallaban seres verdaderos, malvados e inmundos; de manera que era moralmente imposible tener comunión con el Señor Jesús y con estos demonios.
Los malos espíritus que poseían a tantas personas cuando el Señor estaba en la tierra eran demonios, y por ello aprendemos mucho acerca de ellos. Los fariseos dijeron que el Señor echaba demonios por Beelzebú el príncipe de los demonios.
El Señor interpretó esto como significando Satanás echando a Satanás. Por ello sabemos que los demonios son agentes de Satán; y que Satán como hombre fuerte, tenía que ser atado antes que su reino pudiera ser asaltado.
Los demonios son también poderosos, por la manera en que manejaban a los que poseían, y en cómo uno poseído se lanzó sobre siete hombres, haciéndoles huir de la casa, desnudos y heridos. Sabemos también que eran seres inteligentes, reconocieron al Señor Jesús y se inclinaron ante Su autoridad.
Sabían también que les esperaba el castigo, algunos preguntaron si el Señor había venido a atormentarlos antes de tiempo. No se debe suponer que haya cesado la actividad demoníaca. Se nos da la exhortación: No creáis a todo espíritu, sino probad si los espíritus proceden de Dios.
Con esto concuerda la declaración que hemos visto, de que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Los espiritistas y teosofistas tienen relación con ellos y reciben enseñanza de ellos.
También en un día futuro, cuando Dios derrame Sus juicios sobre la tierra, los hombres no se arrepentirán, sino que adorarán a demonios y a todo tipo de ídolos. También los espíritus demoníacos, obrando milagros, reunirán a los reyes de la tierra en la batalla del gran día del Dios Todopoderoso.
Y la Babilonia mística vendrá a ser habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. El mundo y la iglesia profesante están evidentemente madurando para este estado de cosas y muchos son los que con la pretensión de investigar fenómenos parapsicológicos están inconscientemente viniendo a ser presa de los demonios.
El fin de la era de la iglesia va marcado por la terrible profecía de 2 Tesalonicenses. 2:11: Por esto Dios les envía un espíritu engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Visto esto, y unido a lo que antes hemos comentado, es lícito suponer que, si se enseñan doctrinas falsas desde algunos de nuestros púlpitos, será porque nuestros hombres han sido víctimas de influencias de demonios.
Entonces, la pregunta que siempre llega luego de decir algo así, es: ¿Pueden los demonios obrar a voluntad en la vida de un creyente? Podría responderte que si no dejas alguna puerta abierta por donde puedan ingresar, no, pero…¿Y cuando Pedro fue influenciado motivando que el Señor reprendiera a Satanás obrando en él? ¡Y era Pedro!
(1 Corintios 6: 20)= Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Esto quiere decir una sola, amplia y concreta razón: que si hemos sido comprados por precio de sangre, tal como sabemos, nuestra obligación, (Y no nuestra “opción” como muchos creen), es honrar a quien pagó ese precio.
Luego se nos dice que, por esta razón, habrá muchos que seguirán los errores y las conductas de esos falsos ministros portadores de doctrinas de demonios de tal modo, que hasta el camino de la verdad (El evangelio), será blasfemado.
Quiero recordarte que blasfemia, era en la Sagrada Escritura un vocablo con un sentido más amplio que en el lenguaje común. Incluía la calumnia, y abarcaba cualquier palabra o acto ofensivo a la majestad divina, como profanar lugares santos, alterar los ritos, violar conscientemente la ley, tomar el nombre de Dios en vano, etc.
Para evitar todo lo más posible esto último, llegó a omitirse la pronunciación misma del nombre sagrado de Jehová sustituyéndolo con “Adonai” («Señor»). Ahora ya sabes que cuando dices Señor, no estás cumplimentando una fraseología religiosa, sino reiterando un antiguo precepto.
En el Nuevo Testamento, blasfemia significa la usurpación por el hombre de las prerrogativas divinas. Los enemigos de Jesús lo acusaron de blasfemia, porque no reconocían su deidad. Los evangélicos, por respeto doctrinario, consideran blasfemia toda injuria a Cristo.
La blasfemia más grave, que no admite perdón, es la que va contra el Espíritu Santo. Esta blasfemia particular en contra del Espíritu Santo fue atribuir la acción del Señor de echar fuera demonios a poder satánico, frente a la evidencia innegable de Su poder divino.
Este pecado no iba a ser perdonado ni en este siglo, ni en el venidero. El contexto da evidencia de que “el pecado imperdonable” se refiere a esta forma particular de blasfemia. Los judíos expresaban violentamente su indignación ante la blasfemia. La blasfemia era castigada con la muerte.
Vale la pena agregar, entonces, que independientemente de cómo la iglesia evangélica, oficialmente, haya tomado este asunto de la blasfemia al Espíritu Santo, el simple hecho de adjudicarle a Satanás algo que proviene del Espíritu, ya es suficiente para considerarse blasfemia.
Aquellos fariseos, cuando le dijeron a Jesús que Él liberaba endemoniados por el poder del maligno, ignoraron y soslayaron el auténtico poder espiritual que emanaba de Él y blasfemaron. Ocurre exactamente lo mismo, cuando aparece algo que emana del Espíritu Santo de Dios y los teólogos, doctores de la ley moderna, artífices visibles de las denominaciones, deciden que no, que es cosa satánica.
En una ocasión, ante alguien que sostenía que lo que yo enseñaba era doctrina de demonios, el Señor me llevó a responderle con todo amor pero con absoluta firmeza: “Si lo que tú dices es verdad, yo estoy perdido, lo admito. Pero si no es como tú crees y dices, entonces ten cuidado porque has tocado a un ungido del Señor y has blasfemado en contra de su Espíritu Santo.” La discusión concluyó en ese mismo exacto momento.
Pero fíjate que dice Pedro seguidamente. Señala que por esta causa, por todo esto que hemos venido comentando y estudiando, esta gente de la cual venimos hablando por avaricia, harán mercadería de la gente usando palabras fingidas.
¿Cómo debemos entender esto? Yo creo que de la manera en que está escrito, sin quitarle ni agregarle nada. ¿Sabes lo que es la adulación? Palabras fingidas. ¿Sabes lo que es ministrar a alguien y darle “palabra del Señor” para su vida, que en realidad no es palabra del Señor, sino invento de quien la da? Palabras fingidas.
En ambos casos, estas personas que reciben, tanto la adulación como la supuesta palabra profética, quedan adheridas a ese ministerio y a ese ministro, en una clara y enorme dependencia que les resultará sencillamente imposible ver con sus propios ojos.
Y en esa condición, sus diezmos y ofrendas irán, matemática y puntillosamente a las arcas de ese ministerio, porque resulta más que lícito que ellos supongan que quienes tienen palabras de elogios y de profecía para sus vidas, constituyen sus indiscutibles alfolíes donde deberán traer todos sus diezmos.
De estos casos, he conocido por lo menos una docena. Seguramente, tú que quizás vives en una tierra muy alejada de la que yo vivo, hayas conocido otros tantos. Eso te demuestra dos cosas: que la Palabra de Dios no es geográfica ni nacional, y que a la hora de tener avaricia y hacer mercadería con la gente, la maldad no reconoce fronteras, idiomas, culturas, costumbres ni idiosincrasias.
Menos mal que, en el final del verso, Pedro nos asegura y te asegura, que la condenación para esa clase de falsos ministerios, no se tardará y que su perdición no quedará adormecida y podrá verse desde una punta a la otra del planeta. Lee ahora como lo trata Pablo al mismo tema.
(1 Timoteo 6: 3)= Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad (Recuerda que esto es: Espiritualidad), (4) está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, (5) disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Dice Pablo que el que inventa conceptos o rudimentos que nada tienen que ver con la doctrina de Jesucristo, delira. Delirar, recuerda, es desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad o una pasión violenta. Decir o hacer despropósitos o disparates.
¿Cuál podría ser la pasión violenta que llevaría a alguien, supuestamente tranquilo y sincero como creyente a caer en un delirio doctrinal? La religión. Su propia religiosidad. La religiosidad es una pasión. Porque ni razona ni mide consecuencias. ¿Y que tal si te digo que, mayoritariamente, nuestras iglesias están comandadas por religiosos?
Muy bien; de estas palabras nacidas de o los delirios de alguien, nacen contiendas, celos, envidias y pleitos. Pregunto: ¿Has tenido novedad de que algo así esté sucediendo en alguna iglesia del planeta? ¿Quizás en la tuya misma?
No te envanezcas, nadie está diciendo que eres tú quien tiene la razón y que los equivocados sean los demás. Puede ser a la inversa, sin dudas. Lo que sí te puedo asegurar es que, detrás de cada debate, de cada contienda, pleito, celos o envidias dentro del pueblo de Dios, se esconden los delirios de uno o más hombres.
¿Y cuando es que, – Dice Pablo -, ocurren este tipo de cosas? Cuando toman el comando hombres corruptos en su vida y en su entendimiento. Porque estos hombres están sencillamente privados de la verdad. Y quien está privado de la verdad, necesariamente camina en mentira.
Y si alguien está al comando de algún sector de la iglesia manejándose con mentiras, ese alguien no está trabajando para el Señor, sino operando para Satanás. Porque Satanás es el padre de mentira y, todo aquel que anda en ella, le rinde culto, obediencia y adoración a él.
Y, como si hiciera falta, agrega lo que ya conocemos sobradamente por nuestras propias vivencias y experiencias, aunque todavía no existan demasiados que hayan perdido su terror a los ministerios humanos y se lo callen: ministerios que toman lo espiritual como fuente de ganancias.
¿Se les puede acusar de ladrones? No, porque en verdad, no están robando, si tomamos a esta palabra en su sentido lato. Sí se les puede acusar de manipuladores, ya que esas ganancias las obtienen amenazando o adulando, formas básicas de la manipulación, que como todos sabemos, es lisa y llanamente una de las formas de la hechicería.
Y ahora observa muy bien el final. ¿Cuál es la sugerencia, el consejo o sencillamente la directiva al respecto? ¿Ponte a orar y a ayunar para que cambien? No. ¿Sopórtalos porque están puestos en autoridad por Dios? No. ¿Sujétate a ellos de todos modos, porque el que hará justicia y cambiará las cosas será Dios? No.
Esto, en todo caso, es lo que te dirán, con la natural diferencia de matices culturales y nacionales en los distintos países, en las congregaciones donde algunas de estas personas puedan estar operando. Lo que Pablo dice, inspirado por el Espíritu Santo de Dios como en el resto de la Escritura, es: apártate de ellos.
¿Y que cosa significa, concretamente, apartarse de ellos? Irse de los sitios en los que ellos están. No puedes pretender que sean ellos los que se vayan porque ellos están muy cómodos y tranquilos allí, y hasta es muy probable que sean los máximos referentes de esos lugares.
Lo que te estoy diciendo no es ninguna revelación, siempre estuvo escrito. Lo que ocurre es que a muchas escrituras se las toma conforme a las conveniencias, los usos y las costumbres. No le hace. Pablo te dice que te apartes y eso es exactamente lo que deberás hacer. Y aleja la culpa de no estar haciendo lo correcto, ahora ya sabes que lo es. A los Corintios, se los describe de otra manera.
(2 Corintios 2: 17)= Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Pablo necesita aclararles a los Corintios que él y sus compañeros no son como otros que andan por la iglesia falsificando la Palabra. Y es notorio que, si consideró necesaria esta aclaración, es porque la cosa no era sencilla de detectar ni mínima.
Si así hubiera sido, él no habría dicho que son muchos los que andan haciendo eso, sino hubiera dicho simplemente que eran algunos. Aprende: Pablo no tuvo el legendario temor evangélico metido en los huesos de los miembros de las iglesias de “murmurar del siervo”…
Simplemente dijo lo que debía decir con respecto a aquellos que, disfrazándose de siervos del Señor, en realidad, oficiaban de siervos de Satanás. La pregunta, entonces, es: Esto, ¿terminó en aquella época de Pablo y los demás? Evidentemente no. Entonces, ten cuidado: hoy todavía caminan por los templos muchos que medran falsificando la palabra de Dios.
¿Y como puedes descubrirlos si no eres demasiado fuerte en discernimiento de espíritus? Comprobando cuan sinceros son al hablar y si lo hacen como de parte de Dios. Porque si es así, jamás los verás exigiendo o pretendiendo glorias personales, sino que toda la gloria será siempre para el Señor.
Y a esto, si quieres, agrégale lo que en una Biblia de estudio se lee como acotación histórica y literal, al pie: que consideraban falsificación de la Palabra lo que ellos hacían porque la difundían sólo como un medio para hacer dinero, sin comprender la responsabilidad que con ello se asumía. ¿Hay alguna diferencia con algunos casos que tú y yo conocemos muy bien?
Ya desde el Antiguo Testamento la Palabra sugiere que si bien el confrontarlos y ponerlos en evidencia es una de nuestras tareas, no así la de sancionarlos. De allí que todas esas supuestas “disciplinas” cumplimentadas con ciertos falsos ministros, no sea más que algo que se hace para que todo siga igual.
(Deuteronomio 32: 35)= Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura.
¿Nunca te interesó saber que significa la palabra Venganza? Es la satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos. También se refiere a un castigo o pena. ¿Tú creías que se trataba de ahorcar a alguien con una sonrisa feroz y cruel en los labios? El diccionario bíblico amplía el concepto.
Después del Diluvio Dios dio a Noé la ley de que el que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada. La ley establecía la distinción entre homicida y asesino; cuando una persona era muerta accidentalmente, el homicida podía huir a una de las ciudades de refugio para ser protegido allí del vengador de la sangre.
Entonces se consideraba que el ejecutor de la justicia debía ser el pariente más próximo del asesinado. Dios ha investido al hombre con una autoridad gubernamental para mantener en vigor este mandato universal, dado mucho antes que la Ley de Moisés, y que nunca ha sido revocado ni mitigado.
En el Nuevo Testamento se menciona que el magistrado no lleva en vano la espada, porque es servidor de Dios para castigar a los que hacen lo malo. Bajo la Ley de Moisés se promulgó el “ojo por ojo y diente por diente”.
Para el cristiano es totalmente diferente: habiendo sido tratado en gracia, tiene que actuar también hacia los demás con este mismo espíritu de gracia. Lo que a él se le indica es: No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Ahora es el día de la gracia; pero se avecina el día de la venganza que caerá sobre aquellos que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. El deber del cristiano de no vengarse no choca en absoluto con el ejercicio del gobierno de Dios por los magistrados, que derivan su autoridad de Él en la represión y retribución del mal.
Por tanto, cuando Dios dice que suya es la venganza, no te está diciendo que en cualquier momento baja a la tierra y se come de un bocado al que te causó daño; te está asegurando que en el corto, mediano o largo plazo de tu tiempo cronológico, Él hará justicia.
¿Para que te lo dice? Para que tú no caigas en la vieja tentación satánica de hacer justicia por mano propia. Porque cuando el hombre cede a esta tentación, inevitablemente cae en pecado de injusticia, ya que no tiene capacidad para juzgar debidamente porque sus sentimientos del alma no se lo permiten. Entonces ya la justicia de Dios no será solamente para aquel que te lastimó, sino que deberá ser para ti también por injusto.
Entiende: al igual que cuando eras niño y tus padres no te permitían hacer algo que consideraban peligroso, hoy también tu Señor, como padre amoroso, procede exactamente igual. Y hacer justicia es patrimonio de Él y no tuyo. Y no se habla más del asunto por una simple razón. Dios lo dijo y está activado.
(027) ¿Sabes Qué? Dios es Justo
(2 Pedro 2: 4)= Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; (5) y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; (6) y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, (7) y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (8) ( porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), (9) sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; (10) y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, (11) mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
Este texto debe ser leído una y mil veces por aquellos que, suponiendo ser más buenos que Dios mismo, caen en un universalismo que no tiene absolutamente nada que ver con el evangelio de Jesucristo, ya que asegura que, como Dios es bueno, finalmente va a perdonar a todos y nadie va a perderse.
Es una teoría que, aunque te cueste creerlo, ha crecido muchísimo y se ha llevado a muchos cristianos con bases muy débiles que han visto en ella una especie de reaseguro para esas debilidades personales.
Sólo hay un problema: si de verdad Dios va a perdonar a todo el mundo porque es bueno y no permite que nadie se vaya al infierno, vamos a tener que hacer dos cosas: olvidarnos del sacrificio de Jesús en la cruz para redimirnos y borrar de las Biblias este texto.
Porque aquí dice Pedro que Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, (Son los que decidieron rebelarse conjuntamente con Luzbel), sino que los arrojó al infierno (¿Adonde están los que aseguran que en la Biblia no está en ninguna parte la palabra infierno?)
Y por si te quedan dudas de la calidad de ese infierno, (Hay teorías muy pintorescas y ocurrentes que hablan de un infierno muy…divertido, en contrapartida con un cielo demasiado… aburrido), toma literal o espiritualmente, como gustes, esta expresión de prisiones de oscuridad. ¿Esto no parece demasiado divertido, no crees?
Sobre este asunto, vamos a encontrar detalles un poco más concretos en la carta de Judas. En el verso 6, leemos: …Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.
Los ángeles que abandonaron su propia morada, son probablemente los “hijos de Dios” mencionados en Génesis 6 1-4. De acuerdo con las enseñanzas judías del primer siglo, especialmente en el llamado libro apócrifo de 1 Enoc, descendieron ángeles y cohabitaron con las mujeres que vivían antes del diluvio.
De allí que el pecado de estos ángeles caídos se compare con la “inmoralidad sexual” asociada con Sodoma y Gomorra. Los primeros cristianos conocieron y utilizaron esos escritos, a pesar de que no los consideraban parte de las Sagradas Escrituras.
Aunque la Biblia no aclara como cayeron estos ángeles, está claro que ahora se hallan confinados, aguardando el juicio del gran día, después que Cristo regrese y los malvados sean echados “al fuego eterno” preparado para el diablo y sus ángeles.
Cabe agregar, que la situación así descripta ilustra conjuntamente la suerte de los incrédulos por una sencilla razón: la incredulidad es un pecado y un pecado te separa de Dios y te asocia con Satanás. Si a eso le sumas que cuando dice que ese lago de fuego está reservado para el diablo y sus “ángeles”, el ciclo se completa.
¿Por qué? Porque “ángeles” es traducción de la palabra “mensajero”. Y un mensajero puede ser un serafín o un querubín con alitas, pero también puede ser el pastor de la iglesia de la otra calle, no de la tuya, claro…
(Juan 8: 44)= Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira.
Súmale a todas las condiciones que hemos estado revisando, que estos ángeles que no fueron perdonados por Dios, también eran mentirosos. Y esto es muy importante, porque mucho me temo que si hay algo en donde el enemigo todavía puede hacer pie en la vida de muchos cristianos, ese algo es su debilidad por la mentira.
El catolicismo romano, pretendiendo ser más buenos que Dios mismo, inventó para muchos asuntos aparentemente muy bien intencionado, el famoso artilugio de la mentira piadosa. Así ha sido usada esta práctica en una amplia diversidad de casos que, reitero, en apariencia no parecerían tener reproche.
El enfermo que padece un mal incurable y es desahuciado por la medicina, el niño ya crecido que todavía alimenta su ilusión con respecto a los tres Reyes Magos pasando en camellos voladores con bolsas cargadas de juguetes en la noche del 5 de Enero y otras.
En todos los casos, son mentiras muy bien intencionadas, pero inevitablemente mentiras. Y aquí dice que el diablo, cuando habla mentira, de suyo habla. Esta aseveración, digo: ¿Solamente será válida para Satanás? No. Porque no dice “Satanás”, dice “diablo”.
¿Y eso que tiene que ver? Tiene que ver. Porque Satanás es de alguna manera el nombre propio adjudicado a Lucifer o Luzbel, el ángel caído, mientras que Diablo es un espíritu influenciado por Satanás que puede morar en cualquier persona. Fíjate que cuando se habla de Judas Iscariote, no se dice que era EL diablo, sino que era diablo.
Allí está el impulso interno que hace mentir aún a los que aparentemente son serios, sinceros y fieles. Que reciben una influencia por alguna puerta abierta que han dejado y es entonces, cuando los deseos de su padre (Que no es Dios en este caso), quieren hacer.
Ahora cuidado: una cosa es lo que nos puede pasar a cualquiera de nosotros. Somos fieles, genuinos y verdaderos, pero podemos un día equivocarnos en algo, o por ignorancia de algo o sencillamente por debilidad, cometer un pecado. Allí es donde tenemos el abogado Jesucristo el Justo. Otra cosa muy diferente es vivir en pecado. Allí no hay defensa.
Del mismo modo, nuestra naturaleza humana puede determinar, si no estamos vigilantes o si todavía tenemos temores sociales, a que se nos escape una mentira para intentar con ella salvarnos de un problema. Allí pedimos perdón al señor y somos perdonados de inmediato. No lo volvemos a hacer y asunto olvidado. Otra cosa muy distinta es vivir de mentira en mentira. Esto es netamente satánico.
Ahora bien: a ti te hablo ahora, hermano predicador, pastor o lo que seas. ¿Predicas siempre con la verdad en tu boca o, a veces, para darle un poco más de…impacto o fuerza a tu mensaje, deslizas algunas cosas que no son ciertas?
Recuerda lo dicho: si en algún momento, como producto de tu fragor en defensa del Reino de Dios, has querido hacer las cosas más grandes de lo que son, mintiendo, para impresionar a los hermanos y llevarlos al arrepentimiento o a la conversión, pecaste, pero puedes arrepentirte y enmendarte.
Ahora si cuando predicas tienes a la mentira como elemento casi indispensable, entonces mi amado hermano, vas a tener que rever toda tu vida de fe, y mucho me temo que, si deseas estar con el Señor el día que te toque partir, convirtiéndote de verdad. Porque si vives de mentira en mentira eres de tu padre el diablo, aunque ocupes el púlpito de la mejor iglesia de la ciudad cada domingo…
(Apocalipsis 20: 1)= Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
(2) Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; (3) y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
En cualquier Biblia de estudio medianamente seria y con prestigio reconocido, vas a encontrar apuntes con la interpretación clásica de este pasaje y luego, a continuación, otro pequeño texto con la interpretación dispensacionalista.
Es excelente la intención de los traductores y hacedores de estas Biblias, porque entregan un material que no tiene opiniones propias, sino que se limita a establecer las diferentes tesis existentes y dejar a sus lectores la posibilidad de optar por la que más afín con su doctrina es.
Sólo un pequeño pero gravísimo problema: estamos hablando de UNA palabra de Dios, escrita en la única Biblia que Dios le ha dejado a su pueblo, que contiene un relato de tono literal que solamente puede ser develado y revelado cuando el Espíritu Santo, que también es uno, otorgue esa interpretación que, natural y obviamente, también será solamente una.
Yo no la tengo porque mi certeza interior me dice que aún no es el tiempo de Dios de abrir el sello en este pasaje, así que no voy a introducirme en la antigua puja del milenio y pre-milenio con que una gran parte de la iglesia ha perdido soberanamente su tiempo mientras miles y miles se van al infierno porque nadie les habla de Jesucristo y su plan de salvación.
Sí voy a rescatar de este texto paralelo a lo que estamos comentando sobre el no perdón de Dios a los ángeles caídos, es que conforme tú alimentes a una de las dos fuerzas que operan en el mundo espiritual, así será su crecimiento.
¿Has leído en el libro del Génesis el estado de Satanás hecho diablo tentador, engañador y mentiroso para con Eva? Serpiente. Esa es la serpiente antigua. ¿Y que encontramos en Apocalipsis? Un dragón. Es decir: la misma serpiente que, alimentada por todos los que sucumbieron ante sus estratagemas, engordó, creció y terminó en dragón.
¿Esto indica que hemos padecido una indiscutible derrota? No. Esto indica, sí, que esa derrota es posible, pero si nos olvidamos que la historia de nuestro Dios también tiene su símbolo. Comienza con un Cordero inmolado y termina con un León de Judá. Tú eres quien decide y define a quien ayudas a crecer.
Y Pedro no se queda allí. No se queda con que Dios no perdonó a esos ángeles. Añade, como para que a nadie le quepan dudas sobre la cualidad y calidad del perdón divino, que tampoco perdonó a aquellos hombres y mujeres impíos del mundo antiguo.
¿Dice en el verso 5 de nuestro texto, que ese mundo antiguo era promiscuo, asesino, pervertido o delincuente? No lo dice. Muy probablemente lo serían, pero por añadidura. Lo que sí nos puntualiza, es que ese era un mundo impío.
Tú ya lo sabes. Esa palabra utilizada allí significa que Pedro, de parte de Dios, le otorga mucho mayor importancia a que esa gente no era espiritual ni creyente, que a todo lo demás que pudieran ser. Y dice que guardó a Noé.
¿Por qué lo hizo? Porque Noé era un justo, eso es lo que siempre hemos leído y observado. Sin embargo aquí le añade un elemento más que no siempre hemos estudiado con cuidado. Dice que lo guarda porque Noé era un pregonero de justicia.
Un pregonero es alguien que publica o divulga algo que es ignorado. También es un oficial público que en alta voz da los pregones, publica y hace notorio lo que se quiere hacer saber a todos. Todo esto es lo que Noé hacía con respecto a la justicia.
¿Y de que justicia estamos hablando aquí? Esto es Palabra de Dios, y para dios, la única justicia real y sin mácula, es la justicia de su voluntad. Así que de ambas cosas, entendemos que Noé era pregonero de la justicia de Dios. Es decir: un predicador de esos que no vienen a hoteles cinco estrellas y por un cachet en dólares a tu iglesia, sino uno de esos que nadie invita porque nadie quiere oír.
¿Todavía el Espíritu Santo no ha tocado tu entendimiento, para que puedas vislumbrar de que cosa se habla cuando se habla de un arca congregando a todos los seres vivientes de la tierra con la finalidad de guardarlos y preservarlos del diluvio que significa juicio?
Hoy existen muchos hombres y mujeres que, en el planeta, andan predicando la Palabra de Dios genuina y sin contaminaciones bajo el mismo espíritu con que lo hiciera Noé. Auténticos pregoneros de justicia que muy probablemente no encuentres en la mesa de los más importantes líderes, pero sí firmes en la brecha defendiendo los dictados del Reino de Dios aún en oposición con todas las estructuras religiosas conocidas.
Hemos leído mil veces la historia de Noé, pero jamás llegamos a tocar la Palabra de Dios que se esconde en ella. Hemos relatado, enseñado y hasta dibujado arcas, animalitos y ancianos con barba lanzando palomas, pero nunca vimos la tremenda revelación de un arca espiritual para este tiempo. Fíjate como se relata esa decisión divina de guardar a Noé.
(Génesis 7: 1)= Dijo luego Jehová a Noé: entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.
¿Verdad que a este versículo lo debes haber leído cien veces y te lo deben haber leído otras personas, en el marco de un mensaje o una enseñanza, otras cien? ¿Y que habías entendido? Que Dios metió a Noé y a su familia en el arca para que se salvara del juicio. ¿Nada más?
¿No has pensado ni por un instante que, si Dios le dice a Noé que entre al arca él y toda su casa, pero luego le añade muy específicamente que a él (No a toda su familia; dice “a ti”) ha visto justo (Que en ese momento era alguien que vivía conforme a la Ley de Dios) delante de Él en esa generación.
¿Cuánta gente incluye una generación? Miles de millones. Un justo. Uno solo. Se llama Noé y Dios lo elige para que se salve del juicio por diluvio y le manda construir un enorme barco. Le ordena convocar a todos los animales que lleguen (¿Atraídos por quien?)
Pero luego, ya en el momento en que los hechos van a desencadenarse, le añade que ingrese a ese arca él y toda su casa. Su familia. Escudriña. ¿Dice Dios en algún momento que ha visto justos a los integrantes de la familia de Noé? No. Dice que a Noé ha visto justo delante de Él en esta generación.
¿Entonces? Entonces vamos a tener que rever algunas cosas. Aquel viejo versículo de “serás salvo tú y toda tu casa” que se le dice al carcelero, no es como muchos han enseñado una expresión destinada a una persona específica en un caso específico y en lugar específico. Es un principio.
Es un principio que nos muestra que, cuando Dios considera justo (Que hoy sería alguien que vive su vida cotidiana, no necesariamente eclesiástica, conforme a la Palabra de Dios) a alguien, esa decisión, para lo que sea, incluye a todo el grupo familiar del elegido.
Te preguntarás que sucede si en esa familia directa hubiera alguno que está comportándose indebidamente o sencillamente en pecado. No hay respuesta porque no será el caso. Porque Dios no dice que la familia de Noé eran también justos, pero tampoco en toda la Biblia se dice que fueran, hasta allí, malvados o pecadores. ¿Lo estás entendiendo?
No estoy creando doctrina, sólo estoy leyendo la Biblia. Y será muy bueno y necesario, en este punto, recurrir a un buen diccionario bíblico, que como tú sabes no suelen tener simpatías por credos o denominaciones, sino que se remiten a la historia concreta y literal, para conocer la vida de Noé.
En principio, el nombre Noé significa “descanso, tranquilidad”. Era hijo de Lamec, descendiente de Set. En base a las palabras de Lamec, el nombre de Noé significaba para él a la vez reposo y consolación: Éste nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.
En efecto, en hebreo, es usual hacer juegos de palabras y de asonancias. No se nos dice nada más acerca de Noé hasta que llegó a los 500 años de edad, y que tuvo tres hijos, que fueron llamados Sem, Cam y Jafet.
El pregonero de justicia. Es así como Pedro designa a Noé. Era justo, íntegro y caminaba con Dios, lo que le hacía estar en acusado contraste con su generación impía y corrompida. Mientras duraba la paciencia de Dios Noé predicaba a sus contemporáneos de diversas maneras:
(A) Por el ejemplo de su vida limpia; (B) por su “predicación”, por cuanto advirtió con toda claridad a los hombres de su generación, (C) por la construcción del arca, poseído de un temor reverente creyó en la santidad ultrajada de Dios y en lo inminente del juicio que se avecinaba.
Tomándose seriamente la Palabra del Señor, se aferró al único medio de salvación para él y los suyos. Había en el arca lugar de sobra para muchas otras personas (si hubieran querido entrar), así como para los animales.
Fue así que por esa fe condenó al mundo demostrando que los impíos iban a morir, no por las aguas del Diluvio, sino por su indiferencia e incredulidad. En cuanto a Noé, vino a ser heredero de la justicia que viene por la fe.
En efecto, por íntegro que fuera no era sin pecado y fue literalmente salvado por la fe. Es impresionante el comportamiento de Noé durante este período prolongado en el que su paciencia y fe son puestas a prueba.
Tenía 600 años cuando entró en el arca. Dejó abierta la puerta aún siete días y después el mismo Dios cerró la puerta tras él. No vemos en Noé ningún apresuramiento ni aturdimiento, él hizo conforme a todo lo que Dios le mandó y su actitud expresa, lo mismo que su nombre, reposo y tranquilidad.
Después de los largos meses del terrible cataclismo, Dios mostró que se acordaba de Noé. De una manera tranquila y metódica, Noé examinó una solución, dejando salir al cuervo y hasta tres veces la paloma, para verificar de una manera factual el estado de la tierra; a continuación abrió la cubierta del arca.
Sólo salió de ella, no obstante, en obediencia a una orden determinada de Dios (ocho semanas más tarde, ni antes ni después) con todos los suyos, y con los animales que se habían salvado. Esa había sido la directiva y así la había cumplimentado.
De inmediato, el patriarca erigió un altar, ofreciendo a Dios sacrificios. Sin derramamiento de sangre no se hace remisión, y es sobre la base del sacrificio que Jehová establece un pacto con Noé y sus descendientes.
Los puntos esenciales de este pacto son: (A) Dios promete no volver a enviar jamás un diluvio de aguas sobre toda la tierra; los días, las estaciones y las cosechas durarán tanto tiempo como la tierra. Sin embargo, un día los cielos y la tierra serán destruidos por fuego.
(B) Como con Adán en el pasado, Noé y sus hijos recibieron la orden de ser fecundos y de multiplicarse y llenar la tierra. (C) Dios entregó en sus manos los animales, y les concedió su carne como alimento, en tanto que Adán, antes de la caída, era vegetariano.
(D) Se da la prohibición general de comer sangre. (E) La vida humana queda protegida contra los animales y los mismos hombres. Este texto instituye la pena de muerte por primera vez en el Antiguo Testamento; para el Nuevo Testamento. (F) Se da el arco iris como señal de este pacto perpetuo.
Noé labró la tierra y plantó una viña, siendo sorprendido por el efecto embriagador del vino. Sem y Jafet se comportaron hacia su padre con respeto filial. Pero Cam se comportó con una actitud indecorosa, que suscitó la cólera de Noé, y que atrajo sobre Canaán, hijo de Cam, una maldición profética.
Incluyo comentarios precisos de diccionarios bíblicos porque entiendo que enriquece mucho tu estudio el hecho de que puedas ver aspectos históricos relacionados con los hechos que estamos comentando, pero de ninguna manera comparto algunas posiciones porque el resto de la Biblia ya ha dejado muy en evidencia que no es así.
Finalmente, y nada menos, nos encontramos con que la acción de Noé pasa a ser, con el devenir de todos los tiempos, un sinónimo a imitar de inquebrantable fe. Así es como lo encontramos en la carta a los Hebreos.
(Hebreos 11: 7)= Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Todos los hechos y actitudes relatados en este episodio tan clásico y conocido, dan una muestra muy clara de la confianza suprema que Noé depositaba en Dios. Porque el asunto era imaginar sin usar la lógica, que un enorme diluvio de agua se abatiera sobre una región en la que jamás llovía.
Y si encima de todo eso, el propio Dios le había demandado construir un enorme barco para salvarse él y su familia con todos los animales que llegaran sin que nadie los fuera a buscar, convengamos en que había que tener una dosis de fe superlativa para poder creerlo, aceptarlo y ejecutarlo.
Muy bien; esa es la clase de fe que puede juzgar al mundo. Porque es la fe del Hijo de Dios activada a favor del hombre. Porque si será que el justo por su fe vivirá, también será que el impío por su falta de fe se perderá. ¿Nunca lo habías pensado?
En los dos versos siguientes, Pedro escribe como mayor ejemplo sobre la cualidad y la calidad del perdón y la justicia de Dios, el tema de Sodoma y Gomorra. Y señala que como ejemplo para los impíos, condenó y redujo a cenizas esas ciudades, poniendo a salvo al único justo que allí había hallado: Lot.
Y una cosa altamente curiosa. Más allá de la desobediencia manifiesta y explícita que la esposa de Lot comete al mirar hacia tras cuando se le había prohibido específicamente y convertirse por ello en una estatua de sal, aquí también vemos activado el principio que nos muestra que, por causa de un justo, es salva del juicio toda su casa.
Y aquí creo necesario explicitar algo y reiterarlo debidamente para evitar falsas interpretaciones, falsos entendimientos y, en base a ello, errores graves. Nadie está habando de salvación de eternidad, ya que los hijos de Noé, luego, tejerán otras historias que quien sabe que destino le proporcionaron.
Se trata de puntualizar que, cuando Dios desata su juicio hacia un determinado sitio, los justos son salvos de él por causa de su justicia. Y el grupo familiar de esos justos, también están incluidos en la salivación de ese juicio, aunque la salvación personal será otra historia a escribir y contar.
(Génesis 19: 24)= Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos.
Aquí está el relato bíblico de lo que conceptualmente hemos visto anteriormente. Al decir “azufre y fuego”, parece referirse a un fuego sulfuroso. Muchos postulan que Dios envió un tremendo terremoto, acompañado de descargas eléctricas que incendiaron las sustancias bituminosas que abundan en esa región.
Está muy buena esta última acotación porque nos proporciona elementos “lógicos” como para “convencer” al mundo incrédulo que ese hecho en contra de Sodoma y Gomorra realmente existió y fue probable.
No le hace. Esto, de última, completa nuestra íntima y propia cuota de incredulidades, ya que si dios nos cuenta que lo hizo, independientemente de la manera científica, técnica o lógica, nosotros sus hijos debemos simplemente creer que lo hizo. Y punto. Eso es fe. Lo otro es razonamiento.
¿Y es malo razonar? ¿Es malo tener raciocinio? No, no es malo porque Dios nos hizo así. Pero si en Hebreos 11:1 dice que tener fe es tener certeza de lo que se espera y convicción de lo que no se ve, avísame como se hace para poder razonar o aplicar raciocinio humano sobre eso.
(Judas 6)= Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; (7) como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.
Si te digo que Dios hizo juicio contra las ciudades de Adma y Zeboim, seguramente te quedarás pensando un buen rato hasta deducir que cosa estoy hablando. Sin embargo es muy simple; estoy hablando de las ciudades vecinas a Sodoma y Gomorra, que tal como dice aquí, fueron juzgadas de la misma manera que las otras.
SODOMA: Una de las cinco ciudades de la llanura del Jordán. Lot, separándose de Abraham, decidió establecerse en Sodoma, a pesar de la pésima reputación de esta ciudad. Quedorlaomer saqueó Sodoma, llevándose cautivo a Lot junto con los suyos.
Abraham los libró y recuperó sus bienes. Más tarde, Dios destruyó Sodoma y al menos otras tres ciudades de la llanura, a causa de su perversidad. El juicio divino consumió a Sodoma bajo una lluvia de azufre y fuego que indudablemente inflamaron los muchos pozos de asfalto de aquel valle.
Lot y sus dos hijas escaparon al cataclismo. En Apocalipsis se designa alegóricamente a la gran ciudad pecadora por los nombres de Sodoma y Egipto. El emplazamiento preciso de Sodoma no ha podido ser determinando.
Hay dos argumentos que pueden hacer suponer que esta ciudad estaba en el extremo septentrional de la llanura: (a) Desde un lugar cercano a Bet-el, Abraham y Lot pudieron contemplar toda la llanura del Jordán.
Sin embargo, se debe tener precaución con el término toda en este pasaje. (b) Quedorlaomer, que provenía del sur, venció a los amorreos de Hazezón tamar, esto es, En-gadi, antes de enfrentarse con el rey de Sodoma y sus aliados, lo que parecería indicar que se encontraron entre En-gadi y el extremo septentrional del mar.
Pero hay sólidos argumentos que llevan a suponer más bien que Sodoma se hallaba al sur del mar Muerto. Por una parte, el betún o asfalto sólo abunda en el extremo sur del mar. Además, hay la mención que hace Josefo de que una de las ciudades, Zoar, se hallaba en el extremo meridional del mar.
W. F. Albright, junto con otros brillantes eruditos, ha difundido la tesis de que las cinco ciudades podrían estar sepultadas bajo las aguas del golfo meridional, que tenían una profundidad de entre 60 centímetros y 6 metros.
Sin embargo, debido a las desviaciones de agua del Jordán con propósitos agrícolas, y a la disminución del aporte al mar Muerto, una gran parte de la cuenca meridional quedó a descubierto en 1979, lo que posibilitó su exploración.
El resultado negativo del examen de esta zona se une, sin embargo, con el positivo de las exploraciones de Bab edh Dhra, Numeira, Safi, Feifa y Khanazir, que se hallan en la linde oriental de la llanura de Lisán y del Ghor.
Aunque sólo se han hecho excavaciones de los dos primeros yacimientos (1975-1979), de ellas, y de los exámenes de los tres últimos lugares, los arqueólogos Rast y Schaub han llegado a conseguir datos fiables y sólidos para su identificación con las cinco ciudades de la llanura.
Todas estas ciudades presentan evidencias de haber acabado en una fiera conflagración. Toda la evidencia excavada y de campo concuerda con el relato bíblico, confirmando de manera independiente que hacia la mitad del siglo XXI a.C. un gran cataclismo asoló todo el país.
Todo el valle se halla sobre la gran falla que sigue el curso del Jordán, el mar Muerto y el Arabá. En esta región, siempre sometida a temblores de tierra, es indudable que los fenómenos geológicos contribuyeron a la destrucción de las ciudades, aunque la Biblia sólo menciona la acción divina desencadenante.
La sal y el azufre, abundantes en estado libre, aparentemente mezcladas en el curso de una gran convulsión de la tierra, provocaron una violenta explosión; proyectadas incandescentes al aire, llovieron literalmente sobre la llanura en una lluvia de fuego y de azufre.
El relato de la mujer de Lot transformada en estatua de sal ha sido frecuentemente relacionado con una gran colina de sal de una longitud de 8 Km. que va de norte a sur por el extremo suroeste del mar Muerto.
En la época del Nuevo Testamento todavía se podían ver ruinas de ciudades destruidas. Recientemente se han hallado menciones de las cinco ciudades de la llanura en antiguos registros comerciales guardados en los archivos del imperio de Ebla.
En estas tabletas comerciales, los nombres de las ciudades de la llanura se hallan en el mismo orden que en Génesis 14:2. Sodoma es considerada como ciudad símbolo de iniquidad, culpable de un desenfreno en repugnantes pecados contra natura.
Isaías llama a los príncipes de Judá “príncipes de Sodoma”. El Señor, para mostrar la inmensa maldad de rechazarle a Él después de haber oído Sus palabras llenas de gracia y de haber visto Sus poderosas obras, declaró que sería más tolerable en el día del Juicio el castigo aplicado a Sodoma que el de las ciudades que le habían rechazado.
La destrucción de Sodoma y Gomorra, tanto en lo repentino del acontecimiento como en su globalidad, es expuesta como advertencia a los pecadores de los juicios venideros.
GOMORRA:“Inmersión” (cp. el árabe «ghamara», “inundar”). Ciudad de la llanura del Jordán. Quedorlaomer y sus aliados vencieron al rey de Sodoma y al de Gomorra, saqueando ambas ciudades. A causa de la desatada perversidad de sus moradores fueron poco tiempo después destruidas por fuego del cielo.
Su historicidad ha quedado vindicada con los recientes descubrimientos de Ebla en Tell Mardikh, donde se han hallado tabletas que mencionan a Gomorra y a las otras ciudades comarcanas como centros de comercio contemporáneo.
ADMÁ: “Roja”. Ciudad de Pentápolis, habitada por cananeos; su rey Sinab tomó parte en la lucha contra Amrafel y sus aliados. Según Deuteronomio 29:22 y Oseas 11:8, Admá fue comprendida en la catástrofe de Sodoma.
ZEBOIM: (Hebreo. “s’boyim” = “gacelas”.) Una de las cinco ciudades de la llanura. Quedorlaomer venció a su rey. El fuego del cielo la destruyó, como a las otras ciudades vecinas. (Hebreo. “s’bo’im” = “hienas”.)
Valle de Benjamín, entre Micmas y el desierto al este. Este nombre hebreo se preserva en el árabe moderno: el wadi Abu Diba’ (“padre de hienas”) es un afluente meridional del wadi el-Kelt, al norte del que una pequeña ramificación del valle se llama Shakk ed-Diba’ (“barranca de las hienas”).
(Números 26: 9)= Y los hijos de Eliab: Nemuel, Datán y Abiram. Estos Datán y Abiram fueron los del consejo de la congregación, que se rebelaron contra Moisés y Aarón con el grupo de Coré, cuando se rebelaron contra Jehová; (10) y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, para servir de escarmiento.
Ha sido mucho más frecuente de lo que normalmente se nos ha enseñado que Dios descargara su ira de alguna manera sobre algún sector del pueblo en rebelión. Pero cuidado: se trata siempre de rebelión en contra de Él, no necesaria o supuestamente en contra de hombres también, supuestamente, que le representan.
Hemos sino ocultado, al menos sí minimizado esta clase de juicios sumarísimos porque, entre otras cosas, siempre anduvo por los aires una onda que señalaba que, si Dios era capaz de producir estos hechos, no merecía denominarse como un Dios de amor.
Sin embargo, cuando el dentista pasa su torno por la muela dolorida y la anestesia no ha tomado lo suficiente, puedes pegar un salto y tocar el techo del consultorio con tu cabeza. Pero nadie podría negar que el dentista te acaba de producir ese daño por amor a tu dentadura, por querer salvarla.
Cuando el cirujano, sin tiempo de anestesiar la zona por temor a complicaciones más graves, utiliza su bisturí para extirpar una parte putrefacta de tu cuerpo con peligro de gangrena y muerte, no presta atención al dolor físico que eso te pueda producir. Él desea salvar tu vida y, junto a esa prioridad, un poco de dolor físico no es tan importante, después de todo.
Siendo así y aceptando esto como cierto, que lo es: ¿Por qué no pensamos de la misma manera con respecto a los hechos que Dios produce causando crisis y dolencias a algunos de sus hijos, pero procurando salvar sus vidas para toda la eternidad?
¿Tú te creíste la novela híper-mística de que Jesús no sufrió ningún dolor físico en la cruz porque era Dios? Basta de niñerías. Jesús era un hombre de carne y hueso como tú y yo, y le dolieron horrores los latigazos, las torturas, los clavos y la asfixia de su muerte en la cruz.
Sin embargo, Él debía pasar por eso porque la victoria que eso iba a producir en el ámbito espiritual lo demandaba. “Es que…hermano…¡¡No lo entiendo!!” – Oye: ¿Y a ti quien te dijo que tienes que entender? A ti lo que se te dijo, es que tienes que aceptar y creer, nada más que eso.
De otro modo nos vamos de un extremo al otro: O el Dios súper bueno que es incapaz de hacer nada cuando algunos de sus supuestos hijos hace lo que se le da la gana o el Dios horriblemente cruel y castigador que está esperando que te equivoques para asesinarte con una sonrisa en los labios.
Si esos son los extremos, de ello tú puedes extraer una enseñanza. Tú ya sabes, por una serie de razones que tienen que ver con todas las actividades ideológicas y de conjunto que existen en el planeta, que: un extremo, de lo que sea, es nada más que una sobre exageración de una verdad.
Pedro dice que en el asunto de Sodoma y Gomorra, Dios libró a Lot porque era justo y porque estaba abrumado por la nefanda conducta de los malvados. Esto significa que estaba agobiado y con un peso grave sobre sí mismo. Dios.
Y que la conducta de los habitantes de esos sitios era nefanda. Es un término muy poco utilizado y conocido que significa que algo es Indigno, torpe, del que no se puede hablar sin repugnancia u horror. ¿Entiendes ahora la calidad de aquellos hombres y mujeres?
Echando una mirada a cualquiera de nuestras sociedades contemporáneas, hoy, no podemos menos que reflexionar muy seriamente en las posibilidades futuras. Este mundo en el cual vivimos hoy contiene “sodomas y gomorras” en cada ciudad, en cada lugar. ¿Cómo actuará nuestro Dios, ahora?
¿Es que cabe la posibilidad de que, otra vez, vengan ángeles a tomar de las manos a los justos para sacarlos de las ciudades donde truene el escarmiento por causa de la multitud y la suciedad inmunda de su pecado, tal como lo vemos en aquel episodio?
(Génesis 19: 16)= Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y e las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová par con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
Leemos la Biblia como si estuviéramos leyendo el periódico del día, o la novela de ficción. Y por eso no vemos detalles que tienen que ver, no ya con relatos ancestrales que muchos todavía se preguntan par que están incluidos, sino con nuestra vida cotidiana y actual, Hoy.
Porque en este verso que has leído, se dice algo que quizás no te has preocupado en indagar, o en escudriñar, si utilizo la palabra que Dios nos ordenó cultivar. Dice, en el inicio, que Lot se detuvo. Y que por esa razón los ángeles tuvieron que tomarlos de las manos para sacarlos de allí.
De otro modo sería innecesario poner eso, ya que cualquier persona que está siendo ayudada a escapar de un lugar que va a ser inseguro por una suerte de bombardeo divino, no necesitaría que nadie la tome de la mano, se iría solo. A menos que…
Sí señor; a menos que las posesiones que quedaban en la ciudad hayan hecho pensar a Lot por un momento la posibilidad de regresar y hacer algo con ellas antes de huir. Es un principio. Y enseña que, cuando Dios va a obrar en tu vida por pura misericordia, ni se te ocurra pretender salvar lo material. Aquí es donde se hará cierta la Palabra que nos asegura que quien desee salvar su vida la perderá…
No obstante, Lot era el único que se angustiaba y afligía por causa de las iniquidades que cometían los habitantes de su ciudad. ¿Nunca te ha sucedido a ti algo similar? Si no te ha sucedido eso, presta atención; no sea que te encuentres del lado de los inicuos.
Sin embargo, la historia concluye como sabes porque, dice la Palabra, Dios sabe muy bien librar de toda tentación a los espirituales y reservar para los injustos que no viven conforme a su voluntad, el castigo debido para el día del juicio.
El rescate de Noé y Lot demuestra que Dios preserva a los creyentes en medio de cualquier clase de circunstancias adversas, mientras que la destrucción de quienes hacen el mal pone e manifiesto el castigo que estos recibirán, sin dudas, en el día del juicio.
El rescate que nos queda de esto es tener la convicción, la certeza y la seguridad que Dios nos librará de toda tentación que nos pudiera sobrevenir. Porque, recuerda, el pecado no está en ser tentado, sino en sucumbir a esa o a esas tentaciones. No olvides que Jesús fue tentado en todo y, sin embargo, fue sin pecado.
Tentación es una expresión que se traduce como la instigación o estímulo que induce el deseo de algo. Cuando dice que Jesús fue tentado en todo, lo que está significado es exactamente eso: en todo. ¿Y que significa “en todo”? Pues lo que estás leyendo: en todo.
Vamos a ver: ¿Decir “en todo”, puede incluir deseos sexuales, sucios, inmundos, perversos o de cualquier otra naturaleza pecaminosa? Exactamente. Por más que nuestra religiosidad no nos permita desmitificar ciertas figuras, la Biblia se encarga de hacerlo. Porque así es como funciona esto.
Seria muy bonito que aquí se dijera que ninguna tentación tocó la santa figura de Jesús porque él era Dios y no podía ser tentado, pero no dice eso. Jesús es un hombre de carne y hueso como tú y yo en el cual Dios se encarnó para poder cumplimentar el plan de redención.
Pero a la hora de vivir su vida, Jesús padeció, rió, lloró, disfrutó y se angustió por las mismas cosas por las que tú mismo habrás tenido similares reacciones. Sólo que es seguro que tú caíste en algunas de ellas, en tanto que Él no. Allí está la diferencia. Mira como lo muestra Pablo…
(1 Corintio 10: 13)= No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
En principio, vemos que Pablo advierte casi de manera solemne en contra de la autosuficiencia en torno a la propia moralidad y continúa con un mensaje de aliento. No te olvides que la tentación es una incitación al mal o ser probado en términos generales, lo cual incluye varios tipos de prueba.
Es posible, además, que la palabra se entendiera en su sentido amplio, sabiendo que mientras Dios permite la tentación con el propósito de fortalecer la fe y el carácter, Satanás la utiliza para incitar al mal con la intención de destruir al creyente.
Los corintios no debían desesperar por dos razones: sus tentaciones no eran únicas, como se evidenció por las experiencias de Israel en el desierto; y se podía confiar en que Dios no dejaría que fueran tentados más de lo que pudieran resistir. No sólo limitaría las pruebas; proveería también una salida.
Es mucha la gente que en algún momento ha consultado a alguien, muy atribulada, porque supone que ha caído en un horrible pecado, solamente porque pensamientos sucios han caminado por sus cerebros. Suponen que eso significa una debilidad, una caída y, por lo tanto, un pecado.
Eso es sencillamente una tentación. De cualquier calibre y nivel, siempre depende de los puntos vulnerables de cada uno. Los demonios no son ni omnipotentes ni omniscientes, pero sí son muy viejos e inteligentes. Y ellos te conocen muy bien y saben en que lugar te ajusta el zapato.
De todos modos, la mejor prueba de que el poder del infierno no es ni será jamás al del cielo, está en lo que dice este texto. Dios tiene el control final de esas pruebas, y por ello no habrá de permitir que seas tentado con algo más pesado de lo que puedes soportar.
¡Pero hermano! ¡Aquí dice que las tentaciones siempre son humanas! ¿Por qué le echa la culpa a los demonios? – Porque los demonios son espíritus, y un espíritu siempre necesita un cuerpo físico para manifestarse. Entonces usan a todos los que están aptos. Y una tentación de cualquier naturaleza, siempre viene en envase físico y humano, pero su influencia siempre es carnal o diabólica.
Así es que, de aquí en más, cuando sientas que eres tentado o tentada en algo específico, por más fuerte que sea esa tentación, si eres un creyente genuino y no simplemente “carne de templo”, ya sabes que deberás buscar la salida a esa tentación, ya que Dios te asegura que nunca está demasiado lejos de ti.
Pero Pedro dice más aún. Dice que el juicio será para los injustos, y añade que mayormente para los que andan en concupiscencia e inmundicia por seguir las órdenes de la carne. Concupiscencia, ya sabes que se trata de apetitos desordenados de placeres deshonestos y de codicias ilegítimas. ¿Y la inmundicia?
La inmundicia tiene otra historia que convendrá repasar a la luz de los estudios neutros para contar con mayor información y para que ese caudal informativo no se nos vuelva en contra por causa de nuestra ignorancia.
Comencemos por consignar que La Ley establecía una distinción entre la pureza legal y la santidad. Un animal, por ejemplo, es limpio o inmundo, lo cual no implica ninguna idea de santidad o de pecaminosidad.
La impureza legal, si era adquirida involuntariamente, no era equiparada a una falta moral. La impureza provocaba la exclusión del santuario y de la comunidad, pero no interrumpía la relación con Dios mediante la oración.
Las prescripciones que definen la impureza son frecuentemente reforzadas por la orden: Seréis santos, porque yo soy santo. Al guardarse de las impurezas, el israelita se hacía consciente de que había sido apartado para servir al Señor.
La impureza legal era símbolo del pecado. La Ley distinguía además entre lo físicamente propio y la pureza ceremonial o legal. La higiene era necesaria para la salud y la vida comunitaria de los israelitas con independencia de las demandas ceremoniales.
Pero la idea fundamental es que los hijos de un Dios santo tienen que alejarse de toda contaminación espiritual y física, para acercarse al Señor debían buscar esta doble purificación. De allí que existían algunas causas de la impureza ceremonial:
(a) Contacto con un cadáver. Esta infracción era la más grave, por cuanto se relacionaba con la consecuencia última del pecado (la muerte del hombre, la disolución del cuerpo). La contaminación contraída hacía inmunda a la persona durante siete días, y sólo podía ser levantada mediante el agua de la purificación.
La manipulación de las cenizas de la vaca alazana, necesarias para la preparación de esa agua, hacía que el sacerdote fuera impuro hasta la noche; el contacto con un hombre inmundo también contaminaba.
(b) La lepra era causa de exclusión de la comunidad. Los enmohecimientos sobre tejidos o paredes eran asimilados a la lepra. El leproso era separado de su familia y de la sociedad. Su purificación precisaba de un rito particular, con sacrificio de expiación y holocausto.
(c) Las emisiones, naturales o mórbidas, provenientes de los órganos genitales. La mujer era considerada impura durante los días de su menstruación y los ocho días siguientes. Después del alumbramiento estaban prohibidas las relaciones sexuales, por el mismo estado de “impureza”, durante 40 días como mínimo, lo que se corresponde de manera precisa con las recomendaciones de la medicina moderna.
En cuanto a la procreación en sí misma, no es considerada en absoluto como pecado, por cuanto ha sido ordenada por Dios. Sin embargo, el salmista exclama: He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre (Salmo 51:5), porque a causa de la caída, un hombre y una mujer pecadores sólo pueden tener hijos a su semejanza.
(d) El consumo de la carne de un animal inmundo; el simple contacto con su cadáver o con el cadáver de un animal puro no sacrificado conforme a las ordenanzas ceremoniales. La purificación no era una mera medida de higiene, exigiendo lavar en agua el cuerpo u objeto contaminado; constituía un acto religioso, basado en la expiación necesaria para el restablecimiento de la comunión con el santo Dios.
Se ha mencionado el agua de la purificación hecha con las cenizas de una vaca ofrecida como expiación. Además, era necesario un sacrificio de expiación individual para la que había sido madre, para el leproso, para el hombre o mujer enfermos.
El sentido profundo de todas estas enseñanzas se resume en Levítico 15:31: los creyentes tienen que librarse de toda impureza que contamine el santuario y que conduce a la muerte espiritual así como física.
Esto último es la clave con la que nos podemos conducir en esta época de la Gracia. El santuario de Dios, ahora, es tu cuerpo, mi cuerpo, nuestros cuerpos, no un templo. Allí es donde les decimos a los que desean convertirse, que deben recibir y hacer ingresar al Señor, ¿No es así?
También estamos hablando de cuerpo, de santuario, cuando hablamos de la iglesia como cuerpo de representantes de Jesucristo en la tierra, ya que la Palabra nos dice que, en el conjunto, formamos Su Cuerpo. ¿Entonces?
Entonces la ecuación es muy sencilla. Inmundicia, hoy, será contaminar tu cuerpo, mi cuerpo, nuestros cuerpos con cualquier cosa que provenga del enemigo. Y al hacerlo, estaremos al unísono contaminando el Cuerpo del Señor.
¿Filosofía? ¡Gloria a Dios por todos los filósofos del mundo y sus importantes estudios! ¿Psicología? ¡Gloria al Señor por todos los psicólogos y sus excelentes intenciones de ayuda humana! ¿Intelectualidad? ¡Gloria a Dios por todos los intelectuales que han aportado grandes cosas a la humanidad! Pero… ¿Sabes que? Cualquiera de estas cosas como prioridad en tu vida, en la mía y en la de la Iglesia del Señor, es contaminación y, por ende, inmundicia.
Muy bien; Pedro dice que son estos atrevidos y contumaces los que se atreven a despreciar el señorío de Cristo y no muestran ningún temor al decir cosas malas de las autoridades superiores. Obviamente, este fragmento ha sido utilizado en muchas ocasiones para censurar una leve crítica a un pastor que no estaba haciendo las cosas como Dios manda.
Es un error. Porque aquí se habla de potestades (autoridades) superiores, y ninguna autoridad en la tierra lo es. Está hablando de aquellos que no dudan en insultar o expresar improperios en contra de Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo o los ángeles.
Quiero que entiendas que la palabra atrevido, aquí, está utilizada como sinónimo de insolente. Y la insolencia es interpretada directamente como descaro, como un dicho o hecho ofensivo e insultante, como una acción desusada y temeraria.
Alguien contumaz, mientras tanto, es alguien rebelde, porfiado y tenaz en mantener un error. Algo así como un terco y obcecado. Suele decirse de una persona rebelde o que se ha declarado en rebeldía sobre determinado asunto.
Desprecio por un señorío, en tanto, es soslayar la magnitud de señor de alguien. Hay dos palabras hebreas que se traducen como Señor. Son: ADON y KYRIOS.
Se usan como término de deferencia entre hombre y hombre, como se ve en el trato de los hijos de Het a Abraham; de siervos a dueños y, en una ocasión, de una esposa a su marido. El título de Señor es aplicado a Dios cuando se lo llama ADONAI, y en el Nuevo Testamento al Señor Jesús, no sólo como término de deferencia, sino también en reconocimiento de Su Señorío oficial.
Él es enfáticamente el Señor, sobrepujando a todo otro para los cristianos, que se deleitan en considerarlo de una manera personal como mi Señor. Para los creyentes colectivamente Él es Nuestro Señor Jesucristo.
En este título hay también la idea de administración que es de gran importancia observar. Como Hombre, el Señor Jesús es mediador entre Dios y los hombres, y recibe bendiciones para ellos que son administradas por Él como Señor.
(1 Corintios. 8:6)= Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de Él.
.El mismo término griego se emplea con frecuencia traduciendo el nombre hebreo YAHWEH (trascripto en la Reina-Valera como Jehová), y pasa al Nuevo Testamento como nombre propio en el sentido de Yahweh, aunque en castellano sea preciso traducirlo como “el Señor”.
Esto es lo que Dios mismo censura en estas personas, y por eso es que las califica como atrevidas y contumaces. De ninguna manera podrá aplicarse esto a autoridades del clero terreno. En todo caso, si alguien que es genuino y fiel y resulta agredido, se pondrá en marcha la sentencia de que Dios siempre protege a su ungido.
(Judas 8)= No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.
Quiero confirmar lo que anteriormente te dijera. Aquí se viene hablando de los ángeles caídos y de los habitantes de Sodoma y Gomorra. De ellos es que se dice que son “soñadores” que mancillan la carne y rechazan la autoridad.
Si todavía alguien se atreve a utilizar este y otros versículos similares para disciplinar a un hermanito que criticó al pastor porque supo que se quedaba con algunas monedas de los diezmos, allá quienes lo hagan, pero queda más que en evidencia que no se está hablando de eso ni en ese nivel.
La blasfemia tiene una connotación que siempre es trascendente. De ninguna manera podemos usar la expresión para rotular algo que tú digas mal de mí o que yo diga mal de ti. Desde lo humano la blasfemia es inexistente, pero en lo divino no. Por tanto, estamos hablando de difamadores de lo divino, no de lo administrativo, institucional o religioso.
(Tito 1: 7)= Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas.
Estamos hablando de la iglesia de Creta. Las exigencias espirituales a los ancianos eran lo más importante, porque los cretenses no tenían muy buena reputación de moralidad. La lista de requisitos es similar a la que se encuentra en 1 Timoteo 3: 1-7; léelo.
El obispo se refiere a la máxima autoridad del lugar. No estamos hablando de posiciones y cargos avalados por la Biblia; estamos hablando de usos y costumbres que, si bien no son aprobados por Dios, sí pueden ser reglamentados como para que no se corrompan demasiado.
Irreprensible. El líder no puede tener ni debe tener absolutamente nada en su conducta y comportamiento que pueda dar origen a censuras o críticas concretas. Administrador. Eso es proteger, cuidar, preservar y tener mucho cuidado con las cosas que son propiedad de Dios y no nuestras. Ser buen administrador es gastar con criterio, no ser un avaro y no gastar nada.
No soberbio. La soberbia es un pecado de condición más que grave. La Palabra es clara en cuanto a como reacciona Dios ante ella. Sin embargo, una cosa es la soberbia en el ámbito natural y secular y otra muy distinta, (la peor de todas), la soberbia espiritual.
Iracundo. ¿Qué es la iracundia? Seguramente que si recurrimos al diccionario va a decirnos con claridad muchas cosas, pero lo cierto es que la iracundia es la reacción intempestiva y exagerada ante hechos que no la merecen. En suma: la falta de aplomo y dominio propio.
No dado al vino. ¿Esto significa que un líder no puede ni debe beber vino? Así se lo interpretó en muchos sitios. Fundamentalmente, en aquellos conducidos por misioneros de origen estadounidenses que sienten visible repugnancia y rechazo por esta bebida, aunque no así por otras de mayor gradación alcohólica.
No ser dado al vino quiere decir que, más allá de una copa en la cena o el almuerzo, lo que no conviene de ningún modo es que un líder pueda colocarse a sí mismo al borde de la borrachera. Porque en suma, el problema no está en el vino en sí mismo, sino en la falta de dominio propio al beberlo.
Pendenciero. ¿Has conocido gente a la cual no le puedes decir nada, advertir nada, censurar nada o aconsejar nada, porque lo primero que hacen, de forma inmediata, es reaccionar destempladamente y, si se ofrece, trabarse en pelea callejera contigo? Eso es la pendencia. Y, además, también provocar a los que no pensaban pelearse con nadie con cualquier pretexto.
Codicioso. Finalmente, la codicia en toda su crudeza es un mal que, cuando se lo deja avanzar y progresar, resulta terrible. Nadie discutirá las lógicas ambiciones humanas, pero sí la medida en que estas puedan sobredimensionarse porque eso trastoca y destruye toda intención loable.
Y Pedro termina estableciendo una comparación para nada despreciable. Él dice que como estos pequeños hombrecillos con sus pies pegados al piso se atreven a proferir blasfemias en contra de potestades que ni los mismos ángeles osan tocar.
Y consigna algo muy importante que siempre ha sido dicho pero muy pocas veces confirmado por la Palabra. Aquí está. Los ángeles son mayores en fuerza y en potencia que cualquier hombre, por fuerte y potente que este pudiera ser. Hay un modelo al respecto en la carta de Judas.
(Judas 9)= Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: el Señor te reprenda.
No sé si tú sabes que algunos antiguos escritos cristianos indican que este relato procedía de una obra judía titulada “El Testamento (o “La Ascensión”) de Moisés”. Una explicación similar de la disputa por el cuerpo de Moisés es que el diablo disputó el derecho de Miguel de enterrar a Moisés, porque éste había dado muerte a un egipcio.
En el libro de Deuteronomio se dice que el entierro de Moisés fue divinamente arreglado. El arcángel…no se atrevió a proferir juicio de maldición (Blasphemia, en griego) aún contra el diablo, lo cual se compara con el hablar presuntuoso de los falsos maestros (Blasphemeo, en griego).
La palabra arcángel significa “ser el primero (En rango o poder político); con esto se indica el más alto rango de las huestes celestiales. El único arcángel del cual se habla específicamente en las Escrituras es Miguel.
Probablemente escucharemos su voz en la segunda venida. Como Gabriel es un personaje prominente en la Biblia, y también a que su nombre deriva de una raíz que significa “fuerza” o “jefe” (Políticamente), lo cual caracteriza a los arcángeles, hay algunos que consideran a Gabriel también como un arcángel.
Esta última opinión, o tesis, o posición teológica, aunque no tiene apoyo escritural, alcanzó popularidad con la obra clásica “El Paraíso Perdido”, de John Milton.
Muchos eruditos sostienen que antes de su caída Lucifer era un arcángel. Sin embargo, esto es solamente especulación, basada en la posición y la influencia que ejerció sobre los ángeles que cayeron con él.
A propósito de este pasaje, en muchas congregaciones ortodoxas o conservadoras que no son partidarias de lo que normalmente se denomina “Guerra Espiritual”, se asegura que los cristianos no están autorizados a reprender o echar fuera demonios, sino que es el Señor quien debe hacerlo, tal como se lo muestra aquí.
No han terminado de entender todavía que el hombre puede hacer eso en la autoridad de Cristo Jesús, que en su ministerio terrenal lo hizo, mientras que los ángeles (O arcángeles) no pueden hacerlo sencillamente porque tienen en el mundo del espíritu el mismo nivel que Lucifer.
(028) ¿Depravación en la Iglesia?
(2 Pedro 2: 12)= Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, (13) recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.
(14) Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.
(15) Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, (16) y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
(17) Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.
Quiero que estés entendiendo, como prioridad absoluta, que Pedro está describiendo con todo detalle y una puntillosidad realmente llamativa en su condición de rudo pescador, a los falsos maestros que ya habían infiltrado a la iglesia.
El énfasis, – Ya vamos a verlo con mayor claridad -, cae en su carácter sensual, arrogante e indulgente. Hasta aquí se ha dicho más de un falso estilo de vida que de falsas creencias. Y si bien aquí se habla e falsos maestros, en otros sectores se alude a los falsos profetas, pero esta condición de falsedad le cabe por igual a los tres ministerios restantes: apóstoles, evangelistas y pastores.
Me asombra todavía la ceguera espiritual, casi en el nivel de lavado de cerebro que, por años, ha evidenciado la iglesia cristiana en sus organizaciones. Negando toda deficiencia y con mucho énfasis y hasta enojo cualquier posibilidad de infiltración de falsedades en su seno.
¿Qué Biblia habrán leído? Porque si esto ya ocurría en los tiempos de Pedro y él cree oportuno resaltarlo utilizando un largo escrito para hacerlo, es porque algo quería significar y de algo deseaba prevenir a la iglesia del futuro.
Muy bien: hemos tomado muy en cuenta la prevención. Al menos nosotros, los que formamos parte de los miles y miles que aman al Señor, a Su Iglesia y a la extensión de su Reino, pero que no tenemos ningún compromiso con las instituciones, ni con sus postulados sociales, políticos o económicos.
Él viene hablando de esos nefastos personajes y acaba de preanunciar para con ellos un futuro de juicio indiscutible a inapelable. Y aquí comienza este pasaje añadiendo que en el mejor de los casos, si es que no lo hacen con premeditación, alevosía e intereses oscuros, hablan de cosas que no entienden.
Y dice que lo hacen de la misma manera que si fueran animales irracionales. Esto se puede tomar literalmente y ya está entendido e interpretado, pero también podemos interpretar que “animal” tiene que ver con el ánima, que es el alma, y la sinrazón, que es la corrupción de esa alma.
La declaración de contenido profético es que perecerán en su propia perdición. ¿Qué significa esto? Que quizás por un tiempo, los falsos ministros puedan causar efectos rimbombantes y llamativos que cautivarán a muchos ignorantes, pero que en el final habrán de desmoronarse víctimas de sus propias elucubraciones.
Pero añade algo más curioso. Dice que recibirán un galardón por sus injusticias. Y esto me sorprendió que yo suponía que un galardón solamente correspondía ante actos honestos, ya que el significado de la palabra es concretamente: Premio o recompensa de los méritos o servicios.
Es aquí donde descubrimos que, además de haber recibido suficiente unción como par escribir un largo tratado aún en medio de su rusticidad natural, Pedro también ha recibido el talento y la capacidad de Jesús para establecer parábolas.
Si tú cometes una injusticia por propia decisión y conveniencia, quiero decir: no por ignorancia, y por ello recibes un galardón, la realidad nos muestra que a lo que se refiere aquí, es a que siempre habrá un pago por nuestras acciones.
La carta de Judas ofrece una panorámica distinta en este asunto, ya que estima que estos falsos maestros encaran muy erróneamente la vida, tanto desde el ángulo de lo que no conocen y tratan como si conocerían, como lo que sí conocen y también fracasan.
(Judas 10)= Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.
Otra condición de los falsos ministros, (Maestros en este texto), es la blasfemia adherida a sus enseñanzas. En lo que conocen, alterándolo en su propio beneficio. En lo que no conocen, cometiendo pecado de injuria.
La blasfemia tiene en la Sagrada Escritura un sentido más amplio que en el lenguaje común. Incluía la calumnia, y abarca cualquier palabra o acto ofensivo a la majestad divina, como profanar lugares santos, alterar los ritos, violar conscientemente la ley, tomar el nombre de Dios en vano, etc.
Para evitar todo lo más posible esto último, llegó a omitirse la pronunciación misma del nombre sagrado de Jehová sustituyéndolo con Adonai que quiere decir Señor. En el Nuevo Testamento, blasfemia significa la usurpación por el hombre de las prerrogativas divinas.
Los enemigos de Jesús lo acusaron de blasfemia, porque no reconocían su deidad. Los evangelistas consideran blasfemia toda injuria a Cristo. La blasfemia más grave, que no admite perdón, es la que va contra el Espíritu Santo.
Esta blasfemia particular en contra del Espíritu Santo fue atribuir la acción del Señor de echar fuera demonios, al poder satánico, frente a la evidencia innegable de Su poder divino. Este pecado no iba a ser perdonado ni en este siglo, ni en el venidero.
El contexto da evidencia de que el pecado imperdonable se refiere a esta forma particular de blasfemia. Los judíos expresaban violentamente su indignación ante la blasfemia. La blasfemia era castigada con la muerte.
Cuando me congregaba en una denominación ortodoxa y conservadora, recuerdo que se nos enseñaba que muchas de las cosas que en otras iglesias se adjudicaban al Espíritu Santo, en realidad, eran del diablo.
Muy bien; mal que les pese a mis antiguos hermanos, esto es una blasfemia. Y lo peor de todo, es una blasfemia en contra del Espíritu Santo. ¿Te dice algo eso? Acertaste. Es la única que ante los ojos santos de Dios, no puede ser perdonada. ¿Qué significará eso?
Pablo lanza una advertencia a los creyentes de Roma. Es una advertencia que en principio podrá sonarte a cosa sabida, pero que si la profundizas un poco, podrás entender que Pablo conocía la naturaleza humana y sabía de antemano lo que podía ocurrir con ciertas cosas.
(Romanos 13: 13)= Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidias.
Pablo insiste en una norma moral elevada de conducta, teniendo especialmente en cuenta la proximidad del regreso del señor, cuando se consumará nuestra salvación. El camino de la excelencia moral tiene dos vías.
La positiva: debemos vestirnos del señor Jesucristo, someternos a su voluntad, aceptar sus normas morales, vivir en constante compañerismo con Él y depender de su fuerza. La negativa: no debemos hacer provisión para los deseos de la carne, sus reclamos y apetitos.
Veamos: ¿Qué significa andar como de día? Andar en la luz, sin preocuparnos si la gente nos observa o no. Esto es: andar por la vida sin tener absolutamente nada para ocultar. Eso es lo que la Palabra suele denominar como transparencia.
A eso, debes agregarle que debes hacerlo honestamente. Esto es una resultante de la honestidad y la honestidad es una cualidad de honesto. Es decir: decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto y honrado.
Vivir de esta manera, implica evitar una serie de actitudes que no convienen. La primera de ellas, es la glotonería. Esto representa a los que comen con exceso y con ansia. Es una cualidad de glotón. ¿Y que tiene de malo? El deterioro físico entre otras cosas, pero en el plano espiritual evidencia la carencia de dominio propio, que es como decir la falta de presencia del Espíritu Santo en tu vida.
Las borracheras significan otro desorden de conducta por falta de auto control. El borracho es alguien que bebe más allá de lo que su cuerpo puede soportar y, posteriormente, pierde el control de sus actos quedando a merced de cualquiera. En el plano espiritual, este “cualquiera”, generalmente es un demonio que aprovecha la puerta de ingreso para introducirse y causar estragos.
Sin embargo, la palabra en su faz gramatical tiene otros significados que convendrá conocer para poder darles una significación espiritual. También se traduce como un disparate grande y una exaltación extremada en la manera de decir o hacer algo. ¿Te suena familiar? Cuidado: no se está hablando solamente de exceso de alcohol. La Palabra es completa, profunda y dinámica. Ni te atrevas a cristalizarla con doctrinas humanas.
La lujuria, quizás lo sepas pero siempre conviene reiterarlo, tiene que ver con el vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los placeres carnales. Mayoritariamente se asocia con el sexo por razones que tienen que ver con la cultura de nuestra sociedad en general.
No estamos hablando de reprimir sentidos o sensaciones. Dios nos construyó como somos, por lo que cuando nos enamoramos y experimentamos deseo sexual, no estamos haciendo nada más que comportarnos tal cual como Dios nos creara.
Lo que Él nos manda es ordenarnos en esos sentires y darles la ubicación que corresponde. Seguir con los pasos debidos con la finalidad de no convertir algo hermoso, placentero y divino creado para bendición del hombre, en algo sucio, promiscuo y corrupto. Jamás será mala la sexualidad. Lo que sí puede ser malo es la forma en que la vives.
La lascivia se le parece porque es la propensión a los deleites carnales, el apetito falto de moderación por algo. También a esta palabra se la vincula casi con prioridad y absolutismo con el sexo, pero aunque lo incluye, no es solamente eso.
La contienda es una pelea, una riña, una batalla por algo.Es una disputa, una discusión, un debate. En el ambiente deportivo, es un encuentro entre dos equipos que batallan por imponerse el uno al otro. Esto también ocurre en la vida humana, social, política… y eclesiástica.
Y la envidia, finalmente, es la tristeza o el pesar por el bien ajeno. La emulación o el deseo de algo que no se posee. ¿Puede un cristiano ser víctima de esto? No puede. ES inocultable víctima, sin dudas. ¿O nunca sentiste deseos de empujar al predicador del púlpito y ocupar tú su lugar?
(Judas 12)= Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.
Dice que la gente que sostiene estas cosas, son manchas en nuestros ágapes. Esta palabra, ya ha sido enseñado en otros estudios, es una de las cuatro palabras que en griego bíblico expresan el vocablo que en las Biblias castellanas se traduce por amor. En el Nuevo Testamento se emplea para designar el amor que los creyentes deben sentir los unos por los otros y tiene la implicancia de un carácter interno.
También se da ese mismo nombre a una cena fraternal que los primeros cristianos celebraban (Y que es de lo que se habla en este texto). Desgraciadamente surgieron abusos graves en estas fiestas, por lo que fueron desapareciendo, al menos como celebración de corte litúrgica.
Esto tiene que ver con lo que la historia bíblica e incluso secular relaciona con los denominados “banquetes sacrificiales”. En muchas religiones paganas los adoradores participan de los sacrificios ofrecidos a sus dioses; bien en honor de ellos, o con el carácter de participación con ellos comiendo entre sí, o, como en el culto a Osiris, se creía que se comía a la misma divinidad.
En este culto, un pedazo de pastel era consagrado por el sacerdote, y se creía que se convertía en el cuerpo de Osiris. También en el México precolombino existía un culto similar, en el que los adoradores participaban de una imagen de harina, afirmando que era el cuerpo de su dios.
Los sacerdotes de las diversas religiones paganas participaban de la mesa de sus dioses. A esto alude el apóstol Pablo al decir: Antes os digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios» (1 Corintios 10:20-21).
En el judaísmo, había banquetes sacrificiales ordenados por Dios. Uno de ellos era de carácter religioso-familiar, la Pascua. Otro era el de las primicias, y en otros sólo podían participar los sacerdotes, como en los sacrificios del holocausto, de la culpa.
Había otros de diverso carácter. En el cristianismo, todo ello ha quedado abolido. Queda una comida memorial, no sacrificial, carente de todo valor eficaz en cuanto a aplicación de ningún tipo de mérito correspondiente a una idea de sacrificio.
Es la respuesta amante del creyente al llamamiento del Señor a recordar Su muerte por nosotros hasta que Él venga, en comunión con Él. No se trata de una repetición del sacrificio de Cristo en la cruz.
No es una repetición, sino una proclamación y un recuerdo. En realidad, la postura que mantiene una transubstanciación del alimento material en el cuerpo del dios se halla en el paganismo antiguo en muchas formas, y, como con tantas otras prácticas paganas, vino gradualmente a ser aceptada por amplios sectores de una cristiandad cada vez más apartada de la enseñanza y exhortación de los apóstoles en las Escrituras.
Como cierre a esta ilustración, quizás convenga referirnos brevemente a lo que significaba la comida para los antiguos precursores de la iglesia. Los alimentos básicos eran agua y pan (en parte también frutas); los días de fiesta se tomaba además carne y vino.
En vez de mesas se servían generalmente de un tablero (muchas veces algo levantado). Los israelitas “yacían a la mesa” (los hombres con los pies hacia atrás y apoyados sobre el brazo izquierdo; las mujeres acuclilladas en posición recta.
Posteriormente se yacía sobre alfombras, divanes y cojines desgastados. La comida era expresión mucho más que hoy de una relación amistosa o comunitaria que no debía ser perturbada. La comida es uno de los símbolos usados para expresar la comunión con Dios y representar el reino de Dios.
Se comía, valiéndose de los dedos, sopas de pan, con un mismo plato para dos o más personas. El jefe de la familia honraba a los huéspedes de honor ofreciéndoles doble ración y los mejores bocados. Durante las comidas y de sobremesa había varios entretenimientos, como ponerse adivinanzas, narrarse relatos, oír música y presenciar danzas.
Los estudios más profundos sobre nuestra tradicional Santa Cena o Mesa del Señor, nos deja en evidencia que el mandato de Jesús no fue interpretado tal como Él lo plasmó, sino de un modo que lo convirtió en una especie de liturgia desarrollada por todos los credos autotitulados cristianos como parte esencial de una ceremonia que, en casos, tiene la sobredimensión de limpieza y purificación, cuando en su origen y esencia no significaba eso de ninguna manera.
En cuanto a la calificación de los falsos maestros como nubes sin agua, corresponde a una visión muy conceptual del agua como fuente de vida. Ellos, estos falsos maestros, solían prometer alivio espiritual pero no lo cumplían de ninguna manera.
Lo curioso del caso, es que tanto los antiguos concurrentes a sus oficios como los encargados de escribir lo que ahora llamamos La Palabra de Dios, no vacilaron jamás en confrontarlos y dejarlos en evidencia, cosa que en este tiempo no se hace y se cambia por un silencio que llaman respetuoso, pero que en realidad termina transformándose en cómplice.
(1 Corintios 11: 20)= Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
(21) Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.
¿De que otra cosa sino de división se está hablando aquí? Cuando cada uno hace algo que le parece es lo mejor, en primera instancia podrá parecer que existe libertad, pero lo que realmente hay es división, ya que en un cuerpo que pretenda funcionar debidamente, cada miembro tiene su función y no puede superponerla con las de otros por simple deseo personal.
¿Qué es una división? Es, tomado en este sentido del que estamos hablando, una discordia, una desunión de los ánimos y opiniones. Cada uno de los grupos en que compiten, según su categoría, los equipos o deportistas.
Modo de conocer las cosas, que sirve para dar clara idea de ellas. Acción y efecto de dividir (separar). Y Dividir es partir, separar en partes. Distribuir, repartir entre varios. Desunir los ánimos y voluntades introduciendo discordia. Separarse de la compañía, amistad o confianza de alguien.
Lo cierto es que hay un ángulo del que jamás se observa esta definición, esta palabra. La palabra División está conformada por dos vocablos complementados. “DI”, que significa doble, repetido, reiterado, y VISION, que es lo que todos conocemos.
Por tanto, cuando existe una DI-VISION, lo que realmente hay es una doble visión con respecto a una misma cosa. Si el hermano “A” piensa que en la iglesia hay que hacer tal cosa y el hermano “B” entiende que debe hacerse lo opuesto, hay dos visiones y no pueden compatibilizar juntos hacia un objetivo común.
Entonces, la pregunta que cabe aquí, es: ¿Es mala una división? En lo concerniente al mundo secular, no tanto, ya que es lógico y hasta natural que en distintos tipos de personas existan visiones diversas para encarar negocios, trabajos, emprendimientos, etc.
En la iglesia del Señor la cosa es total y absolutamente diferente. Y no por una cuestión de verticalidad pastoral, que es un mero invento de hombres, sino por un principio espiritual. Si quien nos guía a toda verdad es el Espíritu Santo, Él nos dará una UNICA visión. No puede haber dos.
¿Qué haremos, entonces, cuando hay división? Lo mejor será mantenernos al margen de los sectores encontrados, ya que en el mejor de los casos, habrá uno acertado y el otro equivocado o, sencillamente, ambos en error. Si tu discernimiento no opera lo suficiente como para garantizar adonde está la verdad, mantente fuera de la discusión.
Otra condición que Pedro remarca en estos depravados infiltrados en la iglesia, es que tienen los ojos llenos de adulterio. ¿Significa esto que viven pensando en como seducir y someter a las mujeres de los demás? En parte sí, pero cuidado: adulterio es mucho más que acostarse con la mujer del prójimo.
En sentido particular y literal, adulterio es la relación sexual entre un hombre casado y una mujer que no es la suya, o entre una mujer casada y un hombre que no es su marido. La poligamia con mujeres de razas inferiores y concubinas no era considerada como adulterio bajo la ley de Moisés, y, sin embargo, una debía ser siempre la mujer principal.
El adúltero con mujer casada era castigado con pena de muerte, por la ofensa que ello representaba para el marido legítimo; en cambio, la relación sexual con una joven soltera tenía como sanción el tener que tomarla forzosamente por concubina y tratarla con las mismas consideraciones que a la mujer propia o a las otras concubinas si las había.
En el caso de mujer casada la pena era de muerte, sentido indirecto. Según el Sermón de la montaña, toda impureza sexual de pensamiento, palabra u obra es considerada como adulterio. La palabra “codiciar” tiene, empero, un sentido de desear intensamente y recrearse voluntariamente en pensamientos pecaminosos, y no significa una simple mirada a una mujer bella como admiramos las flores, las montañas o una puesta de sol.
Jesús exige aquí un control voluntario de los sentidos, que nos podrían conducir a situaciones que más tarde querríamos haber evitado. No es que Cristo ponga al mismo nivel el adulterio carnal con la simple observación de una mujer, sino que nos previene para que no caigamos en la tentación.
En sentido simbólico, la adoración de dioses falsos es considerada como una traición al pacto contraído con Jehová. Dios exige que nuestro amor para con Él sea total, como el esposo lo exige a la esposa que le ha jurado fidelidad.
Están divididas las opiniones en cuanto a la interpretación de 1 Corintios 7:15, que dice: Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.
. Mientras algunos interpretan la primera parte del texto como un justificante para el divorcio y segundo matrimonio, en el cual el cónyuge inocente pueda encontrar la paz, otros consideran esta última frase como imperativo de celibato perpetuo por parte del que ha sido casado alguna vez.
La exégesis conjunta de ambos textos parece inclinarse a la idea de que es deber del cristiano buscar la paz hasta el máximo posible, y que si el infiel se aparta, (o sea, abandona el hogar común), el creyente está libre para buscar la paz en un segundo matrimonio.
Antes que alguien se desmaye por lo que, supone, es una herejía o una blasfemia, quiero recordarte algo que te podrá sonar incoherente y hasta irreverente, pero no por eso dejará de ser espiritualmente cierto.
¿Cuál era la esposa espiritual de Dios en la época del Antiguo Testamento? Israel. ¿Y que pasó en ese matrimonio? Ella, Israel, le fue infiel y adulteró con dioses extraños. ¿Qué hizo entonces nuestro Dios? La repudió, que es el equivalente legal para decir que la separó, se divorció de ella.
¿Y como quedaron las cosas? Como las que se entienden en este texto. Hoy, la iglesia es la novia que está esperando el momento para unirse en matrimonio con Cristo, que es también dios. Por tanto, Dios va a volver a casarse. ¿Qué te parece? Ve y llévales esto a las venerables pero religiosísimas hermanas de tu congregación…
Sin embargo, si bien Dios aborrece el adulterio de su creación humana, el que realmente le desagrada hasta el punto de desatar su santa ira, es el adulterio espiritual. La iglesia es la esposa, Cristo es el esposo. ¿Es que ella está siendo infiel? Lo está. Los “amantes” son varios: Humanismo, Filosofía, Intelectualidad, Esoterismo, Paganismo, Sincretismo, Psicología. ¿Continúo? Es suficiente.
Ahora bien: ¿Por qué Pedro lo diría del modo en que lo dice? Él señala que los falsos ministros tienen los ojos llenos de adulterio. ¿Qué significa esto? Que el pecado ingresa a la iglesia mediante los aspectos externos.
Todos cuidamos que nuestro templo se vea bien. No importa si adentro hay unción o no, lo principal es que desde afuera todas las cosas se vean normales. No importa si el pastor predica la Palabra o hace discursos humanistas. Lo que más importa es que vista bien y esté presentable para las cámaras filmadoras que elaborarán los videos de cada mensaje. Ojos.
Dice, además, que no se sacian de pecar y que seducen a las almas inconstantes. Fíjate que dice que la seducción es con las almas. El espíritu se salva porque el espíritu está en manos de Dios. Evidentemente, entonces, el alma no.
El alma es falible, vulnerable y muy inestable. Y si partimos desde la base de que la mayor parte de nuestras congregaciones son meras ministradoras de almas, estaremos viendo que de ninguna manera nuestro trabajo se está efectuando conforme a la voluntad de Dios.
Ahora bien. Con todos estos elementos en las manos, ¿No será necesario estudiar un poco, desde la óptica de lo conceptual y concreto, que cosa es un alma? Porque el sentido abstracto que tiene, no es obstáculo para que podamos dar al menos una explicación con ciertos fundamentos.
La palabra hebrea NEFESH, (que es uno de los vocablos traducidos generalmente en castellano por alma) aparece 754 veces en el Antiguo Testamento. Como puede verse en la primera cita bíblica al respecto, significa “lo que tiene vida”, y se aplica tanto al hombre como a los demás seres vivientes.
Muchas veces se identifica con la sangre, como algo que es esencial para tener aliento y animación, y en el hombre es su principal característica que lo distingue de los seres irracionales. La primera función del alma es la de dar vida al cuerpo, y como la respiración es el signo principal de la vida física, de ahí que en hebreo, como en la mayoría de las lenguas, se designe con términos que se relacionan más o menos con la imagen del aliento.
Este principio es la base donde radican los sentimientos, las pasiones, la ciencia, la voluntad. El alma expresa al hombre entero, a su total personalidad en muchas de las ocasiones en las que aparece en la Biblia.
Toda esta concepción del alma se basa en la observación concreta del hombre. Así, estar en vida es todavía tener aliento; cuando el hombre muere sale el alma, es exhalada, y si resucita vuelve el alma a él.
Para el pensamiento hebreo el alma es inseparable del hombre total, es decir, que el alma expresa los hombres vivientes. Tal vez aquí radica el origen de la identificación del alma con la sangre; el alma está en la sangre, y a veces se dice metafóricamente (?) que la sangre es la vida misma.
De todos estos pasajes se puede deducir que la NEFESH es el principio de vida vegetativa que se considera ligada a la sangre del ser vivo. Hay en hebreo además otras palabras que tienen casi el mismo significado, como NESAMAH, que expresa un soplo divino vivificante que es principio de vida racional, sensitiva e intelectual.
Otro término casi equivalente es RUAH, que designa un soplo vital, el principio de la vida y de los sentimientos. El hombre es superior y se distingue de las bestias por haber sido creado a imagen y semejanza de Dios.
En el Antiguo Testamento la NEFESH parte del cuerpo con la muerte; pero el término no se aplica al espíritu de los muertos. “Ya que la psicología hebrea no tenía una terminología semejante a la nuestra”; la explicación debe buscarse en los pasajes donde las palabras hebreas traducidas por “corazón” y “espíritu” son usadas.
Es preciso esperar a los tiempos del Nuevo Testamento, los de la plenitud de la Revelación en Cristo, para tener una doctrina completa del alma. En el griego del Nuevo Testamento la palabra PSYCHE se usa como equivalente de la palabra hebrea NEFESH, pero hay once casos en los Evangelios Sinópticos en que se expresa la seguridad de la vida después de la muerte.
En todos los cuatro evangelios la palabra PNEUMA, que es equivalente de RUAH, también se usa para indicar la vida espiritual, y la palabra KARDIA (“corazón”) se usa para expresar la vida psíquica del hombre.
En el Nuevo Testamento el alma es la parte invisible del hombre, en oposición con la sangre y la carne; la PSYCHE, el alma, es el principio de la voluntad y del querer, el centro de la personalidad íntima del hombre; el alma es nuestro propio yo.
En el Nuevo Testamento, al contrario del Antiguo, el alma puede vivir separadamente del cuerpo y es el principio que le da vida. Claramente se habla de la supervivencia del alma. Así que es sinónimo de espíritu, y cuando el apóstol Pablo habla de tres componentes del hombre, a saber: cuerpo, alma y espíritu, no debemos pensar en una verdadera tricotomía, sino en la distinción entre la vida biológica del hombre y su vida espiritual, y que son salvos juntamente con su cuerpo, porque Dios salva al hombre total, que, si ahora está sometido a la muerte, será transformado y revestido de inmortalidad al final de los tiempos.
La expresión usada por Pablo que compara la muerte a un sueño es una metáfora usada ya por los judíos y que ciertamente aparece también en numerosas inscripciones en las catacumbas de las primeras generaciones, y en la cual se expresa la firme convicción de que si duermen en el cuerpo, ciertamente ya han empezado a gozar de la salvación de Dios.
En este pasaje, como en otros, el apóstol supera las falsas concepciones que invadían el mundo helenístico en cuanto a la resurrección. El hombre total resucitará, en alma y cuerpo, porque la muerte no termina con el hombre, ya que Dios, cuando lo creó, lo hizo inmortal, y si por el pecado la muerte entró en el mundo, por Cristo entró la vida.
Aunque la Biblia no desarrolla la idea del alma de una manera abstracta como lo hace la filosofía, no obstante, es bien claro que en el Nuevo Testamento el alma que anima al hombre terrenal lo sobrevive y lo animará cuando, ya transformado y revestido de inmortalidad, tenga la plena visión de Dios.
Cuando Dios creó al hombre a su “imagen y semejanza”, su alma, su vida, su carácter, su voluntad, su psicología, su personalidad total tenían rasgos divinos que el pecado destruyó. El hombre, señor de la Naturaleza, tiene un alma, una vida superior a la de los animales, sobre los cuales tiene dominio por su razón y personalidad que le vienen por un acto de la soberana voluntad de Dios que le permite señorear y “llamar” por su nombre a los animales.
Su alma es, por tanto, superior y distinta de la de los demás seres. El hombre resucitará en su integridad (tanto los buenos como los malos) al final de los tiempos, y lo hará a partir de su alma. Por tanto no es algo despreciable, pero tampoco prioritario.
Ahora bien; lo que Pedro dice en el verso 14, es que esas almas son inconstantes. ¿Cómo se entiende esto? ¿Qué cosa concreta es la inconstancia? En principio, se trata de una falta de estabilidad y permanencia de algo. También es la facilidad y la ligereza excesivas para mudar de opinión, de pensamiento, de amigos, etc.
¿Has visto comportamientos así adentro de tu iglesia? Entiendo, yo también los he visto en las que conocí. ¿Es, acaso, normal? Lo es, siempre y cuando las personas no estén llenas del Espíritu Santo. Porque no te olvides que la Palabra nos dice que el alma puede ser inconstante, pero no el espíritu. Y mucho menos si está pleno de la presencia de Dios.
Pero además añade que esa alma, ( A la que los hebreos también llamaban “corazón”) está habituada a la codicia. Y la codicia es, en lo concreto, un afán excesivo de riquezas. Un deseo vehemente de algunas cosas buenas. Un apetito sensual incontrolable.
El codiciar los bienes ajenos es condenado en el Decálogo y combatido por los profetas. La codicia consume la vida. Los bienes no garantizan ninguna seguridad y, en cambio, comportan preocupación; su deseo se vuelve insaciable; la avaricia es miope; el culto a las riquezas llega a convertirse en una religión de compensación y por ello es idolatría. El Nuevo Testamento enseña a los cristianos a negarse a sí mismos, no poner su confianza en las riquezas y a seguir el ejemplo de Cristo.
Finalmente, agrega que estos falsos ministros o maestros, ya que de ellos es que viene hablando, son hijos de maldición. Una maldición es una imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño. Eso desde lo humano.
En cuanto al plano divino, la maldición es el castigo pronunciado por Dios como consecuencia del pecado de Adán y Eva. El hombre no fue objeto de la maldición, sino que ésta cayó sobre la serpiente y sobre la tierra.
El hombre debería comer con dolor del fruto de la tierra todos los días de su vida, y en dolor debería la mujer dar a luz sus hijos. Después del diluvio, el Señor olió el grato olor del sacrificio de Noé, y dijo en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud. (Gn. 8:21).
Había comenzado una nueva dispensación del cielo y de la tierra, y Dios no iba a maldecirla ya más, sino que iba a actuar respecto a ella en base al grato olor de la ofrenda de Noé. El hombre recibió aliento.
Las estaciones anuales persistirían en tanto que la tierra permaneciese. Dios hizo un pacto con Noé y su descendencia, y con todo ser vivo, y como prenda de este pacto estableció su arco en las nubes.
Toda la creación está sometida a vanidad, y gime y está con dolores de parto. Pero hay la certidumbre de una liberación ya conseguida. Las espinas y cardos eran las pruebas de la maldición; pero viene el tiempo en que en lugar de zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán. (Is. 55:13).
Tanto los débiles como los fuertes del reino animal morarán también en feliz armonía en el milenio. En un sentido más sublime, Cristo ha redimido a los creyentes procedentes del judaísmo de la maldición de la Ley, habiendo sido hecho maldición por ellos, porque maldito es todo el que es colgado de un madero.
Quiero que entiendas que todas estas cosas se aúnan en personas que operan, trabajan y supuestamente sirven dentro de los templos de las congregaciones. No estamos hablando de gente impía, incrédula y pecadora en el paganismo, estamos hablando de aquello que Pablo estimó tan grave como todos sus horrendos padecimientos: los falsos hermanos.
Sobre ellos. Judas es mucho más contundente. En el verso 11 de su carta, señala: ¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.
¿El error de Balaam? La palabra utilizada para esta traducción, aquí, es la palabra PLANE. Originalmente, un andariego, un individuo errante; de aquí, la palabra “planeta”. Metafóricamente, el vocablo se refiere a un andar desviado, un error.
En el Nuevo Testamento, el descarriado siempre lo sería con respecto a la moral y a la doctrina. Luego nosotros, vulgarmente, en la lengua española, lo adoptamos como sinónimo de equivocación. Pero en su esencia es más que evidente que no se trata de una simple equivocación, sino de algo torcido. ¿Entiendes ahora por qué se le llama error a la actitud de Balaam?
¿Recuerdas la historia de Balaam? Sintéticamente, puedo decirte que Balaam significa, en hebreo, “un peregrino, o señor del pueblo”. Fue un profeta madianita que residía en Petor, hijo de Beor o Bosor.
Fue contratado por Balac rey de Moab para maldecir a Israel, pero Dios le empujó a bendecir en lugar de a maldecir a Su pueblo elegido. Aunque hablaba con una forma de piedad, su corazón estaba evidentemente inclinado a conseguir la paga de Balac.
El ángel de Jehová le resistió, y su asna le reprendió, pero le fue permitido seguir por su camino. Aunque empujado por Dios a bendecir a Israel, aconsejó perversamente a Balac a que los sedujera mediante las mujeres madianitas, lo que condujo a la caída de ellos en una burda idolatría.
Después de que Israel fuera castigado por su pecado, cayó la venganza sobre Moab, y entre los muertos estuvo Balaam. Es llamado “adivino”, y cuando estaba con Balac buscó encantamientos. En Números 23:15 las palabras “a Dios” son añadidas por los traductores.
En Números 24:1 se afirma que no fue en busca de agüeros, sino que quedó dominado por Dios. En los pasajes del Nuevo Testamento es puesto como ejemplo de consumada maldad y apostasía. Y a esto es lo que aquí se le denomina error.
Pero Judas añade que, además de cometer el error de Balaam, también incurren en la contradicción de Coré. Una contradicción es una afirmación y una negación que se oponen una a otra y recíprocamente se destruyen, expresadas por una misma persona sobre un mismo tema.
Pablo apela a su epístola a los Efesios para referirse a estos temas. Cuando alude a los beneficios de la gracia por medio de la fe, en el segundo capítulo de esa carta y desde el primer verso, señala:
(Efesios 2: 1)= Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, (2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
El hombre no necesita meramente a un guía o a un maestro. Él está muerto, y lo que necesita es a alguien capaz de resucitar su espíritu. Por eso es discutible desde el punto de vista espiritual lo que nosotros llamamos “la sanidad interior” o “sanidad del alma herida”. Muy mal podríamos sanar lo que necesariamente tiene que estar muerto.
El modo y las actitudes de la sociedad son formados por el príncipe de la potestad del aire, un título para Satanás que tiene relación con la influencia que ejerce sobre todas y cada cultura. Es bastante incoherente que la Iglesia, a través de sus departamentos de misioneros, sostenga que ellos deben evangelizar cada país “respetando sus culturas”. ¿Podremos evangelizar para Jesucristo y al mismo tiempo sostener las culturas impuestas por Satanás en cada lugar?
El fin inevitable de los “hijos de desobediencia”, es estar bajo la condenación de un Dios justamente airado; es enfrentar un juicio justificado por haber violado fronteras conocidas de orden espiritual y de orden moral.
En el verso siguiente, Pedro comprar el camino recto con el camino de Balaam. Quiero que entiendas que, “El Camino”, era una forma de designar al cristianismo. Según el Antiguo Testamento, el profeta Balaam se disponía a maldecir al pueblo de Dios, aparentemente para sacar provecho, lo cual servía para ilustrar la codicia de los falsos maestros, quienes engañaban y explotaban a la gente para obtener beneficios personales.
Consigna luego que la reprimenda que este hombre recibe por su mala acción, le llega de parte de una bestia y no de una persona. Una mula es la que cobra de pronto voz audible y le da una lección. Una lección personal y particular para Balaam, pero que sin dudas sirve para todos nosotros.
Porque en una ocasión, ante un éxito circunstancial mayor de lo acostumbrado de mi espacio radial, la vanidad me produjo ciertas cosquillas haciéndome pensar que eso ocurría, entre otras cosas, porque yo hablaba muy bien de las cosas de Dios.
Recuerdo que estando en oración y en otro momento, el Señor me llevó a esta historia de Balaam y su asna. En principio no atiné a darme cuenta su significado, pero de inmediato y con muchísimo amor, el Espíritu Santo me dio la interpretación exacta.
Es como si me hubiera dicho: “Escucha, hijo; ¿Estás presumiendo de tener buena voz y buena dicción y por eso yo me veo en la obligación de hablar por medio de ti? ¿No has visto que, si quiero, puedo hacer hablar una mula? Y si soy capaz de hacer hablar a una asna, ¿Cómo no voy a hacerte hablar a ti? ¡Paf! Fin del estado vanidoso.
El relato de loa acontecido con Balaam está en el Libro de Números 22:5: Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí.
(6) Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito.
(7) Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac.
Dice que llevaban para Balaam, dádivas de adivinación. ¿Qué es una dádiva? No hay demasiadas explicaciones en los diccionarios, pero en principio es una cosa que se da gratuitamente, aunque también es intentar o pretender cohecho o soborno.
¿Y la Adivinación? Tiene una historia un tanto más extensa y variada que, quizás, conviene conocer en mayor profundidad. Era una práctica, en principio, condenada con pena de muerte en la Ley. Las numerosas referencias en las Escrituras a las varias formas del ocultismo, como ahora se le denomina, y las fuertes denuncias en contra de que los israelitas tuvieran participación alguna en tal cosa, muestran que se trataba de una peligrosa realidad, por mucho que fuera el engaño que en ocasiones pudiera haberse incluido en ello.
Leemos por primera vez acerca de la adivinación cuando Faraón convoca a todos los magos de Egipto, y a los sabios, para que interpreten su sueño. Habiendo fracasado todos sus intentos, fue llamado el varón de Dios que estaba en la cárcel para que interpretara el sueño, y ello resultó la ocasión de llevar a cabo los propósitos de Dios con respecto a José.
Es indudable que la anterior clase de hombres eran eminentes por su acervo de conocimientos, como lo eran los que se hallaban en la corte de Babilonia, sobre los que Daniel fue hecho jefe. Entre los magos de Egipto los había algunos, al menos, que podían ejercitar poderes más allá de los obtenidos por el conocimiento humano.
Cuando Moisés estaba tratando de convencer a Faraón del poder de Dios mediante señales, los magos de Egipto pudieron convertir sus varas en serpientes, y simular las dos primeras plagas con sus encantamientos.
Éstas fueron la transformación del agua en sangre, y la plaga de las ranas. Esto se hallaba más allá del poder meramente humano, y es evidente que los magos no obraban por el poder de Dios; tiene que haber sido entonces por el poder de Satanás.
Se desconoce la naturaleza de los encantamientos utilizados; la palabra es LAT, y significa “artes secretas, mágicas”. Satanás puede sugerir qué encantamientos emplear, si el hombre está dispuesto, y puede ejercitar sus poderes hasta allí donde Dios se lo permite.
Después de estas dos plagas, el poder fue refrenado, y los magos tuvieron que admitir, cuando se formaron los piojos, Dedo de Dios es éste. En Deuteronomio. 18:10-11 se da una lista de cosas que tienen que ver con la adivinación que fueron denunciadas por el Señor:
Adivinación, GESEN, “predicción”.Un notable pasaje en Ezequiel. 21:21-22 da unos ejemplos de cómo adivinaban los paganos. El rey de Babilonia había llegado a una encrucijada; deseando saber si debía tomar el camino a Rabá o a Jerusalén, recurrió a la adivinación.
Primeramente, “sacudió sus flechas”. Es indudable que se inscribieron dos o más flechas con los nombres de las ciudades, agitándolas en el carcaj; la flecha tomada con la mano derecha decidiría cuál era el camino a tomar.
Jerusalén cayó a la mano derecha. Es posible que el rey tuviera todavía dudas, por lo que se desconoce cómo se usaban éstas en adivinación. El rey buscó aún otra guía: “miró el hígado”. Había ciertas normas por las que se decía que las entrañas de un sacrificio eran propicias para algo, o no.
Que el rey utilizara tres maneras diferentes de adivinación demuestra que no tenía una gran confianza en ellas; es posible que hubiera sido engañado por ellas anteriormente. ¡Qué diferencia de una respuesta que Dios concediera a Israel!
Se mencionan otros medios de adivinación, como “adivinación por la copa”. Esto era practicado por los egipcios y persas, y se describe así: se echaban pequeños trozos de metal y piedrecitas, marcados con signos, a la copa, y se obtenían respuestas de ellas al caer.
En ocasiones se llenaba la copa con agua, y al caer la luz del sol sobre el agua, se veían o imaginaban imágenes sobre la superficie. Otra referencia es: Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde (Os. 4:12).
Los árabes usaban dos varas, sobre una de las cuales se escribía “Dios lo quiere”, y sobre la otra “Dios lo prohíbe”. Se agitaban juntas, y la primera en caer, o en ser sacada, era aceptada como la respuesta; o se lanzaba una vara, y la respuesta quedaba dada por la dirección en la que caía.
Se verá aquí que se invocaba a un “ídolo de madera”, y que lo que “el leño”, o la vara, dijera, quedaba controlado por él. Así que en toda adivinación se usaban encantamientos, y se invocaba a los dioses para que dieran las respuestas más favorables.
Sabemos que detrás de todo ello se hallaban demonios que controlaban los resultados dados, para llevar a cabo los propósitos de Satanás. En Hechos hallamos a una joven poseída por espíritu de adivinación, o de Pitón.
Éste era un oráculo profético en Delfos, considerado como el centro focal de la adivinación pagana. Un espíritu maligno relacionado con aquel oráculo poseía a esta joven. Es notable el testimonio del espíritu maligno hacia los siervos del Dios Altísimo; puede haberse visto forzado a hablar así al verse ante el poder de Dios (como los demonios reconocían atemorizados a Cristo); sin embargo, el apóstol no podía tolerar recomendaciones procedentes de tal fuente: el espíritu fue echado por un poder superior. Aquí acabó su adivinación, y su dueño perdió la fuente de sus inicuos beneficios.
Luego tenemos al Agorero o, como otros lo traducen, “observador de los tiempos”: puede haber incluido ambas cosas. El término es ANAN, que también se traduce como encantador, hechicero. El observador de los tiempos determinaba los días propicios y no propicios, y nada debía hacerse sin consultar a los dioses.
Tenemos un ejemplo de ello en Ester, cuando Amán echó suertes para hallar el día en que llevar a cabo sus planes contra los judíos. Es indudable que al echar la suerte invocaron a sus dioses para asegurar el éxito.
Otros practicaban los augurios con el similar propósito de determinar la voluntad de su dios. La respuesta a sus preguntas podía venir de los truenos, relámpagos, de la forma de las nubes, o del vuelo o aparición de ciertas aves.
Seguidamente hallamos al Sortilegio. La palabra es NACHASH, “un murmurador”. Esto parece referirse a los cánticos o a los encantamientos murmurados como un preliminar para obtener la respuesta de los espíritus que deseaban consultar. Ésta es una de las formas a las que recurrió Manasés.
El más conocido término de Hechicero. El vocablo utilizado es KASHAPH, y se refiere a la práctica de las artes mágicas, con el intento de dañar a hombres o animales, o de pervertir la mente; hechizar.
Puede que no tuvieran poder para dañar a otros a no ser que aquella persona, por curiosidad o amistad, oyera voluntariamente los encantamientos utilizados. Manasés también practicó esta iniquidad. Nínive es comparada a una ramera bien favorecida, maestra en hechizos.
Después nos encontramos con el Encantador. Viene de CHABAR, que es “unir juntamente, fascinar”.Se asocia con otro término, LACHASH, que se traduce como “hablar de una manera suave y gentil”, y se aplica después al encantamiento de las serpientes.
Similarmente el hombre es engañado y baja la guardia de su aversión a relacionarse con los espíritus malignos, hasta llegar a verse bajo su influencia. En Isaías 19:3, otro término, ITTIM, se traduce “evocador” con un sentido similar, como aquel que da un suave sonido en los encantamientos de los hechiceros.
Finalmente Adivino (o con espíritu de adivinación). El término hebreo es OB, que significa “una botella de cuero”, y se supone que implica que las personas aludidas estaban hinchadas con un espíritu. Aparece dieciséis veces, traducido en este sentido en todos ellos menos en Job 32:19.
Como ejemplo del sentido de esta palabra está la mujer de Endor, consultada por Saúl. De ella se afirma que tenía “espíritu de adivinación”. Saúl le pidió a la mujer: Te ruego… me hagas subir a quien yo te dijere.
Tan pronto como su vida quedó garantizada por un juramento, le preguntó a quién iba a llamar. Es evidente que era su profesión llamar a los espíritus de los muertos, pero en esta ocasión reconoció la obra de un poder superior, pues al ver a Samuel quedó aterrorizada.
Aquella mujer pensaba que su demonio familiar se personificaría como de costumbre; de ahí su terror cuando Dios permitió que el verdadero espíritu de Samuel apareciera, en este caso particular. Samuel le dijo a Saúl que al día siguiente él y sus hijos estarían con él.
No se sabe si en el término anterior siempre está implicado el poder de llamar espíritus de muertos. Una cosa notable, en relación con los que tienen espíritu familiar, es que aparentemente se oye una voz desde la tierra.
Luego encontramos al Mago, de VIDDEONI, que se traduce como “un sabio”. Lo único que se dice de ellos en las Escrituras es que “susurran hablando”. Es indudable que ello formaba parte de sus encantamientos, usados para aturdir a aquellos que iban a pedirles consejo, y quizás necesarios para hacer entrar en acción el espíritu que deseaban consultar. Puede que el consejo fuera bueno en ocasiones a fin de llevar más eficazmente a los engañados bajo la influencia de los malos espíritus.
Allí están también los Consultadores de muertos. De DARASH METHIM, “consultar a los muertos”. Esto aparece solamente en Deuteronomio 18:11, aunque se implica lo mismo en Isaías 8:19. ¿Debieran ir los vivos a los muertos? ¿No debieran ir en pos de su Dios?
Y en Salmos 106:28 leemos de algunos que comieron los sacrificios de los muertos, lo que puede haber constituido un acto preliminar para consultarles. Lo anterior es la lista dada en Deuteronomio 18:10, 11; hay otros que se mencionan en otros pasajes.
Los más conocidos, los Astrólogos “los contempladores de los cielos”, con fines astrológicos. En Daniel, la palabra traducida “astrólogo” en todo el libro, ASHSHAPH, es distinta, y no implica ninguna relación con los cielos, sino que se trata de “hechiceros” o “encantadores”, como leemos con referencia a Babilonia en Isaías 47:9, 12, donde se habla de una multitud de hechizos y de encantamientos.
Juntamente con los astrólogos babilónicos del verso. 13 se mencionan los que observan las estrellas, que pueden haberse dedicado a pronosticar acontecimientos en base a las posiciones alteradas de los planetas en relación con las estrellas.
A esto se añaden los que cada mes [te] pronostican, que probablemente dedujeran sus pronósticos de la luna. También relacionado con Babilonia tenemos el término adivino, GEZAR,”dividir, determinar el hado o el destino” mediante cualquier forma pretendida de predecir acontecimientos.
En el Nuevo Testamento, además del caso ya mencionado de la joven poseída por un espíritu pitónico, leemos de otros, como el de Simón, que usó de encantamientos, y fascinó por largo tiempo a la gente de Samaria; Elimas, el mago, un judío que en Chipre procuraba oponerse a la obra de Dios.
Éstos usaban artes mágicas, “magia”, atrayendo tras de sí a las gentes. En Apocalipsis se usa otra palabra traducida hechicerías, farmacia, referida a drogas, “aturdir con drogas”, y por extensión a cualquier sistema de hechicería mediante encantamientos.
La hechicería queda clasificada entre los pecados más graves, y se aplica también a la iglesia profesante en la Babilonia mística. Aparece en la lista de los frutos de la carne. Lo anterior ha sido tan sólo un breve repaso del sutil poder de Satanás en el mundo invisible, mediante el que engaña a la humanidad, por lo menos allí donde el hombre es su bien dispuesta víctima.
Está claro que la adivinación y las artes ocultas no debieran ser confundidas con una mera prestidigitación. Por mucho que haya trucos y engaños asociados con ella, detrás se halla el poder real de Satanás.
Algunos hechiceros convertidos en tiempos modernos en diversas partes del mundo han dado testimonio de que habían estado controlados por un poder superior al suyo propio; pero que éste cesó totalmente al creer y confesar a Cristo.
Es importante ver que este poder es de Satanás, debido al gran aumento, en la actualidad, de los cultos satanistas y de las sectas ocultistas, y a la gran inclinación de la sociedad hacia la astrología, espiritismo, cosas a las cuales incluso los cristianos pueden verse arrastrados, y lo han sido, atraídos por la curiosidad. Nadie os prive de vuestro premio…, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal» (Colosenses 2:18).
Mientras, el relato de lo ocurrido entre el profeta y su asna, más la participación de un ángel, también se encuentra en el Libro de los Números 22, verso 22 en adelante. Lo reproduzco para evitar que tengas que ir a tu Biblia y para que puedas comprobar lo mismo que yo comprobé en un momento determinado: que para Dios no hay nada imposible. ¡Que novedad! ¿No es así?
(Números 22: 22)= Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.
(23) Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.
(24) Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.
(25) Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.
(26) Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.
(27) Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.
(28) Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?
(29) Y Balaam respondió al asna: porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!
(30) Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿He acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No.
(31) Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.
Lo primero que encontramos en este relato, es a un personaje al cual solamente hallaremos en instancias muy importantes: el ángel de Jehová. Y en cada ocasión en que hemos leído de él, no hemos podido sustraernos a la duda: ¿Quién es el ángel de Jehová? ¿Qué es ese ángel?
En principio, todo ángel que Dios envía a ejecutar sus órdenes pudiera ser llamado el ángel del Señor. Pero el misterioso ser llamado el Ángel de Jehová es de un orden totalmente distinto. Es a la vez distinto y uno con Dios, siendo semejante a Él.
Habla como siendo el mismo Dios y su persona parece confundirse con la de Dios. El ángel de Jehová revela la faz de Dios; el nombre de Jehová está en él, y su presencia equivale a la presencia divina.
Su nombre es “admirable”, que se vuelve a encontrar en la profecía de Isaías 9:6 aplicada al Mesías: Y se llamará su nombre: Admirable (el mismo término también en hebreo). De todo ello se puede llegar a la conclusión de que el Ángel de Jehová es una verdadera teofanía, o aparición de Dios.
Jehová mismo es invisible, y nadie lo ha podido ver jamás. Es el Hijo Unigénito quien lo ha manifestado, y ello no solamente por Su encarnación en el Nuevo Testamento, sino ya en el Antiguo Testamento por Sus apariciones como el Ángel de Jehová.
Así se armonizan los textos en base a los cuales por una parte nadie puede ver ni ha visto jamás a Dios, y por otra parte aquellos textos en base a los cuales creyentes del Antiguo Testamento tuvieron un encuentro real con Dios; fue el Ángel que se apareció a Moisés, etc.
Citemos también al profeta Zacarías, donde el Ángel de Jehová interviene como lo hace Cristo, nuestro Abogado, para defender a Josué, que estaba siendo acusado por Satanás ante Dios. Es indudablemente también el “ángel fuerte” de Apocalipsis.
Otra de las cosas que encontramos aquí y de la cual casi nadie ha hablado en enseñanza o predicación sobre este pasaje, es que no era solamente Balaam quien vivió esta aventura del asna parlante. Porque aquí dice que iba con dos criados.
La pregunta, es: ¿Oyeron también esos criados el diálogo entre Balaam y su asna? Si lo oyeron, ellos también tienen que haber sido despertados luego para que pudieran ver lo que solamente el asna había visto. Si no oyeron hablar al asna, nadie podría convencerlos jamás de que su amo no se hubiera vuelto rematadamente loco. Tanto por hablar solo como por pretender hablar con una mula.
Y la asna es el segundo personaje clave en cuestión en este episodio. Obviamente, estamos hablando de la hembra del asno, un animal clásico de la región. En oriente el asno ha tenido siempre el lugar que el caballo ha tenido en las naciones de Europa.
Es allí un animal mucho más noble, y se declara que es muy inteligente. Es muy valorado y muy bien tratado. Se usaba como montura tanto de hombres como de mujeres, y para transportar cargas. Con frecuencia se enumeran los asnos entre los bienes de alguien.
Hay cinco palabras hebreas utilizadas para el asno doméstico y el silvestre, refiriéndose a su fuerza o a su color .Los “asnos blancos” siguen siendo muy apreciados en Oriente. En ciertos lugares la carne del asno es muy apreciada como alimento, pero estaba prohibida como impura para los judíos.
Sin embargo, se comió en la terrible hambre que hubo en el asedio de Samaria. El asno montés es muy indómito y rápido. Raras veces se puede domar. Es así un emblema adecuado del hombre en su estado natural. Jehová le preguntó a Job: ¿Quién echó libre al asno montés, y quién soltó sus ataduras?
Y lo último que podemos ver aquí es algo que si no lo tenemos en cuenta, hoy mismo, nuestra vida cristiana será un verdadero fracaso, una frustración. ¿Por qué? Porque aquí se nos dice que en un momento dado, Dios le abrió los ojos espirituales a Balaam y recién allí éste pudo ver al ángel que el asna ya había visto hacía mucho tiempo.
Aquí es donde toma valor el detalle de que el ángel portaba una espada desnuda en su mano. Eso tiene que ver con la Palabra de Dios revelada. Y también tiene que ver con que si Dios no abre tus ojos espirituales como abrió los de Balaam, no sólo no podrás ver al ángel, sino que tampoco llegarás a tocar la Palabra de Dios auténtica y revelada.
¡Pero yo leo la Biblia todos los días, hermano! No le hace. ¿Cómo que no le hace? Si leo la Biblia regularmente, cada día tendré mayor conocimiento de ella, ¿No es así? Sí, pero del Logos. La Rhema, o la revelación de esa Palabra, solamente si tus ojos espirituales son abiertos, de otro modo jamás.
¿Pero y todos los cristianos que por motivos relacionados con sus doctrinas denominacionales, hacen un énfasis menor en el Espíritu Santo? No quiero hablar de cuestiones puntuales. Sólo voy a decirte una sola cosa: Hay muchos cristianos que leyeron sus Biblias durante cincuenta años de sus vidas y jamás llegaron a tocar la Palabra de Dios…
Y concluye, Pedro, señalando que esos falsos ministros que han depravado a la iglesia son fuentes sin agua y nubes empujadas por la tormenta. Y dice que la más densa de las oscuridades está reservada para ellos.
La palabra fuente tiene varios significados en la Biblia. En primer término encontramos a la palabra hebrea BOR, que significa abismo, pozo, pero que suele traducirse como fuente. MABBUA, también hebrea, que es fuente, pero que también se traduce como manaderos de aguas o manantiales de agua.
AYIN, también en hebreo, que literalmente es ojo u orificio a través del cual fluye agua. MAYAN, que viene de AYIN. MAQOR, que es fuente perpetua o fuente de lágrimas y PEGE, que suele usarse para expresar algo así como fuente de sangre.
Las fuentes son una característica notable de la tierra de Israel, que es descrita como “tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes”. La fuente de agua viva simboliza las bendiciones espirituales permanentes e inagotables que nos vienen de la misma presencia de Dios.
Indudablemente, cuando Pedro cataloga a estos personajes como fuentes sin agua, lo que en realidad está diciendo es que se trata de gente que pretende ministrar a Dios merced a sus conocimientos intelectuales, pero que del Señor no tienen absolutamente nada.
Es muy sencillo de descubrir esta esencia falsa. Cuando oyes a alguien que te informa o te enseña cuestiones históricas del tiempo de Jesús, pero que no te bendice en lo íntimo, en lo profundo, allí donde mora tu espíritu, ese alguien te está dando algo de sí mismo y, por lo tanto, no cuenta con nada del Espíritu Santo en su vida. Es falso.
¡Pero hermano! ¿Qué está diciendo? ¡Mi pastor es así, pero es un hombre dedicado a la obra todo el tiempo que esta le demande! – No lo dudo. Hay muchos líderes así. Pero presta atención: una cosa es liderar una obra levantada con nuestras fuerzas y otra, muy distinta, administrar un ministerio que el propio Dios ha puesto en tus manos.
Por eso es que se lo rotula con la catalogación de Depravados. La depravación es una corrupción moral del hombre a tal grado que se inclina irresistiblemente hacia el mal. En este estado no puede hacer nada que agrade completamente a Dios y sin la gracia salvadora de Dios no puede salvarse.
Lo peor del caso, es que no estamos hablando de gente que concurre los domingos alegremente a sentarse en un banco a oír durante un lapso lo que hacen los demás. Estamos hablando de personas encargadas de llevarles alimento, bendición y unción a otros.
Esto comienza a explicar con mucha seriedad y sin ninguna clase de apasionamientos resentidos, lo que verdaderamente está sucediendo en la mayor parte de las congregaciones evangélicas del planeta. La falsedad se ha infiltrado a partir de la ignorancia y falta de discernimiento del pueblo.
(029) De la Depravación al Engaño
(2 Pedro 2: 18)= Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.
(19) Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.
(20) Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.
(21) Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
(22) Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Es nuestro deber como auténticos y genuinos hijos de Dios, el cuidarnos de esas doctrinas que suenan muy bonitas, pero que en realidad no llegan a significar nada. Debemos afirmarnos sólidamente en nuestra posición de una manera tal que no nos pueda arrastrar nada que no provenga del Dios verdadero, así nos lo predique el mejor de todos los pastores que hemos conocido.
Algo hay que poner letra sobre letra aquí para que nadie se confunda. Absolutamente ningún ser humano, por prestigioso, famoso o espiritual que parezca o sea, puede darnos una enseñanza que no tenga sustento, argumento, base y fundamento en la Palabra de Dios que tú debes conocer.
Aquí es mucho más explícito el apóstol Pedro, y de alguna manera contribuye a que en este tiempo del siglo veintiuno podamos definir mejor a los falsos ministros. Dice que hablan palabras infladas. ¿Qué es una palabra inflada? Algo exagerado, ampliado, sobredimensionado con la finalidad de producir impacto en el oyente.
¿Quieres un ejemplo práctico y muy habitual? El pastor de una iglesia del país XX viene de visita a tu iglesia. ¿De que habla mayoritariamente? De las maravillas, señales y prodigios que el Señor está haciendo allá, en su iglesia. ¿Qué te produce eso? Un deseo enorme de viajar urgente al país de XX y poder disfrutar de esas maravillas. Obvio, lógico, natural.
¿En ningún momento te detuviste siquiera un segundo a pensar que, si el Señor está usando tan grandemente a ese hombre en el país de XX, muy bien podría usarlo en algo muy pequeñito, aquí, como para producir un golpe que posibilite un despegar de tu iglesia?
Pero no. Aquí el buen hombre no hace nada más que hablar y hablar de aquellas lejanas maravillas. Pasan al frente los mismos de siempre, se caen al suelo los mismos de siempre y tiemblan, ríen o se estremecen los mismos de siempre. Pero milagros reales, cambios o algo realmente sobrenatural, nada. ¿Será que no hay suficiente fe? Alguien deja deslizar esa posibilidad.
De lo que tú casi nunca te enteras, es que en cinco o seis meses el que viaja al país de XX es tu pastor, el pastor de tu iglesia. ¿Y a que no sabes de que habla allá, par los hambrientos y necesitados hermanitos de la iglesia del país de XX? De los prodigios, señales y maravillas que ocurren aquí, en su iglesia, que casualmente es la misma a la que hace veinte años asistes tú y jamás viste que suceda nada.
¿La conclusión cual es? Que decenas, cientos, miles de personas de la iglesia del país de XX desearían viajar ya mismo aquí, a tu iglesia, para poder vivir, disfrutar y bendecirse con todas esas maravillas. Palabras infladas y vanas, porque no contienen ningún elemento capaz de modificar la vida de alguien.
Es mi oración que nunca jamás hayas visto o vivido algo así. Porque si no lo has vivido, estás limpio y puro de algunas de las corrupciones más habituales que existen dentro de la iglesia, cosa que como puedes comprobar leyendo a Pedro, no es ni nueva ni asombrosa. El diablo y sus estrategias siempre es el mismo.
Pero el apóstol no va a detenerse en esto. Va a añadirle algo que quieras o no, va a hacerte reflexionar ahora mismo, ya mismo. Dice que esos falsos ministros seducen con sus concupiscencias, a los que huyeron de los que viven en error.
¿Qué es vivir en error? Vivir fuera de la voluntad y el propósito de Dios, eso es error desde el punto de vista espiritual. ¿Entonces? ¿Quiénes son los que viven en error? Los incrédulos, impíos o inconversos, tal como nosotros los llamamos.
Porque el cristiano puede equivocarse en algo y fallar, pero no vive por decisión propia en la equivocación. Una cosa es pecar, y por tal caía ser defendido por nuestro abogado Jesucristo el Justo, y otra muy diferente vivir en pecado. Lo primero es debilidad humana, lo segundo influencia diabólica.
Ahora bien; tú eras un incrédulo, impío y pecador que vivía en error. ¿Lo sabías? Algunos sí y otros no. Un día, decidiste salir de ese error y pasar a vivir una vida tal como Dios manda vivir. Aceptas a Cristo y vienes a refugiarte en una congregación que supuestamente cree y piensa lo mismo…
¿Y con que se supone que te encuentras? ¿Con gente que te respalda en tus crisis, te ayuda en tus ignorancias, te pone el hombro en tus debilidades y te comprende en tus caídas? No. Eso sería lo que debería ser, pero lamentablemente, Pedro lo dice y yo te lo corroboro, mayoritariamente no es así.
En lugar de eso te encuentras con corruptos de ropaje religioso, que te predican vacuidades sin contenido, discursos humanistas plagados de palabras infladas y vanas, y métodos de manipulación y seducción tendientes a que tú obedezcas sin chistar todo lo que se te dice y no confrontes, cuestiones ni discutas nada de lo torcido que puedas estar viendo. Falsos ministros.
Una pregunta. Una sola pregunta para que no pienses ni por asomo que esto puede estar escrito con enojo, resentimiento, amargura u otra sensación emocional similar: ¿Cuándo fue la última vez que alguien te predicó sobre los falsos ministros? Y no me refiero a los de otros credos “competidores”, me refiero al que supuestamente es el nuestro.
Judas en su carta también alude a estos mismos corruptos y añade algunos adjetivos más a los conocidos: (Judas 16)= Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.
Murmuradores. ¡Un momento! Estamos hablando de ministros, maestros, pastores, no de mundanos inconversos. Ministros falsos, es cierto, pero ministros ordenados por alguna junta de notables, ¿Entiendes?
Pero dice que son murmuradores. ¿Estará exagerando Pedro? En toda la Biblia, créeme, no hay una mínima palabra fuera de lugar o de realidad concreta. Podrás no verla con tus ojos conforme al sitio que te toque vivir, pero a corto o mediano plazo, alguien va a confirmarla en algún lugar.
A mí me toca confirmar esto, lamentablemente. En una congregación que me tocó conocer, cualquier hermano que se salía de los carriles considerados “normales”, esto es: sujeción incondicional y todo eso, caía en desgracia y feos rumores sobre él o sobre ellos comenzaban a circular entre los miembros.
A nadie se le ocurría pensar por qué eso recién salía a la luz cuando esta persona se rebelaba en contra de la autoridad establecida. Nadie pensaba por que nunca jamás antes se había dicho ni sabido nada de lo que ahora era rumor fuerte.
La respuesta es muy simple, pero muy alejada de lo que los miembros de cualquier congregación pueden atreverse a suponer. Esta persona había dejado de ser obediente al pastor y, oh sorpresa, quien comenzaba a circular esos feos rumores sobre esa persona, era el mismísimo pastor.
Y ello podía detenerse allí, en murmuraciones engañosas que servían para matizar los largos lapsos utilizados supuestamente como “vigilias de oración”. El mate, (difundida bebida nacional), galletas, café y la consabida charla sobre esas murmuraciones le daban lustre al evento.
Si todo no iba más allá de la murmuración y el descrédito, todo finalizaba en la paz del olvido y el pasar a otros temas. Pero si el hermano se enteraba de esas murmuraciones y de sus responsables, pasábamos inmediatamente al siguiente adjetivo usado por Judas: querellosos.
Y la condición que encontramos en el final, ya te fue adelantada en el comentario del texto de Pedro. La adulación es una forma muy eficaz de manipulación. El asunto es que tú hagas lo que yo quiero que hagas. La forma o las formas que emplearé para lograrlo, es lo de menos. Falsos.
Pero no se detiene allí esto tan valioso para este tiempo. Pedro añade que esta gente tan singular que hoy por hoy es lamentablemente una inocultable mayoría en nuestras congregaciones babilónicas, además de mentir, adular, inflar sus discursos y todo lo que hemos visto, también prometen libertad.
Es curioso esto, porque por poco que hayamos leído la Biblia, todos sabemos lo que en principio se nos predica y enseña en cualquier iglesia: que en Cristo hay libertad. Que cuando conocemos la Verdad, ese conocimiento nos hace libres.
Sin embargo, luego echas un vistazo por las congregaciones, prestas atención prolija al comportamiento de mucha gente, y también de muchos líderes, y caes en la cuenta que existen ciertas dependencias supuestamente ministeriales que le quitan, no sólo la libertad al cristiano, sino en casos hasta su propia voluntad.
¿No has conocido grupos o incluso denominaciones, donde un joven o una joven, ni siquiera pueden establecer una relación de noviazgo con una hermana o hermano, si su líder celular o el pastor principal no lo autorizan? Pregunto: ¿En que Biblia tú lees un control de esa naturaleza? ¿En que historia ves a un Jesús metido en esas cuestiones?
Yo sé perfectamente que, en la mayoría de los casos, hay una intención sana en esas actitudes: la de impedir, si se puede, que los jóvenes se equivoquen y se enreden en relaciones inconvenientes que pueden acarrearle muchos problemas.
Sin embargo, si Dios hubiera pensado en algo así para el hombre, lo hubiera creado de un modo casi autómata, una especie de máquina obediente sin chistar a todo lo que se creador dispusiera. Pero no fue así: Él lo hizo con una voluntad que puede sujetarse a la suya solamente por decisión voluntaria y no por imposición legal.
Ahora entiende bien: si Dios nos construyó así, fue para que en algún momento hiciéramos valer y funcionar nuestra capacidad de decidir a partir de un sentido de libertad interior que no nos prohíbe nada y no nos obliga a nada, sino que simplemente nos muestra que nos conviene y que no nos conviene.
Sin embargo, muchos en su nombre (Y esencialmente muchos de los que desde los púlpitos prometen libertad), luego cercenan esas libertades haciéndolas depender de sus propias decisiones. Eso no sólo no es bíblico, sino que además es insano. Llega un momento en que el poder de una persona sobre otra, lleva esa relación a cualquier final.
El problema es que la mayor parte de esos que hoy te prometen todas las libertades en Cristo, cuando tú pasas al cuarto del fondo del templo te cambian el discurso y comienzan a establecerte exigencias porque ellos mismos son esclavos de sus corrupciones.
Por eso la gente es tan presionada con su actividad en el templo, con su cumplimiento administrativo, con la puntualidad de sus diezmos y con todo aquello que más que beneficiarlo al creyente beneficia al líder. Si nos vamos de la escritura caemos en corrupción. ¿Está claro?
Y no es en un solo sitio en el que se han apartado de la Biblia para ir en pos de sus propios reglamentos internos y estatutos denominacionales. Y así, a falta de auténtico poder de Dios y de Su Palabra, echan mano a diversa clase de manipulaciones emocionales con la finalidad de captar adherentes.
Bajo el emblema de la sujeción incondicional, suelen tomar verdadero control, dominio y autoridad sobre otras personas similares a ellos, y arrastrarlos en muchos casos a aventuras totalmente apartadas del evangelio.
En el caso de mujeres, hay excelentes trabajos realizados por investigadores del tema, que han dejado en evidencia miles de abusos principalmente sexuales y también en dinero, con estas formas de conducción de masas.
El caso es que, tal como lo anticipa Pedro, cuando un hombre, ostente el cargo, la posición o la función eclesiástica que ostente, utiliza eso para reclamar sujeción y obediencia ciega, el resultado es el que en el texto básico se señala: alguien pasa a convertirse en esclavo de alguien.
Y los creyentes, – Que esto quede absolutamente claro y línea sobre línea, por favor -, solamente podrán aceptar ser esclavos de Jesucristo, pero no así de quien quiera que les asegure que lo representa. Nadie sale de la esclavitud del pecado para caer en la esclavitud religiosa. Son extremos que en algún lugar se unen, aunque no lo creas.
(Juan 8: 34)= Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Lo dicho. Acabas de leerlo en el texto anterior a este versículo donde el propio Jesús lo señala. Cualquier líder que en este tiempo cometa el pecado de la manipulación, (que es pecado de hechicería), con la finalidad de captar la obediencia y sujeción de sus liderados, terminará siendo esclavo de su propio pecado.
Lo estamos viendo ya, exactamente en este tiempo. La gente no se va de las congregaciones evangélicas porque no les gustan los sermones del pastor o porque los aturde la música con mucho volumen. La gente se va, mayoritariamente, porque sus ojos espirituales son abiertos por el Espíritu Santo y pueden ver que estaban siendo abusados.
Es un recurso demasiado facilista cargarle las culpas de todo al miembro raso. Totalmente, cualquier cristiano evangélico antiguo estará dispuesto a creer que otro hermano es demasiado conflictivo, desobediente, insujeto y rebelde, antes de plantearse si no lo asiste la razón y quizás esté siendo abusado.
Por eso es que ese pecado, que en principio era responsabilidad quizás de una sola persona, va extendiéndose al plantel del liderazgo de toda la iglesia y concluye con todos ellos esclavizados en el mismo pecado, con la gente huyendo de allí y con esa congregación extinguiéndose. ¿Así lo pensó Dios? En absoluto. Así lo armó el hombre ambicioso para su conveniencia.
(Romanos 6: 16)= ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
Pablo es mucho más claro, todavía. Dice que una persona es esclava de aquello ante lo que se inclina y de lo que reconoce como su dueño. Si obedece el mandato del pecado, este es entonces su amo y se mueve en dirección hacia la muerte. Si obedece el mandato de la justicia, esta es a quien se somete, y experimenta la verdadera vida.
Veamos este ejemplo gráfico: tú estás en una congregación en plena sujeción al pastor de ella. No sólo no le desobedeces en nada sino que, incluso, ni siquiera te permites pensar que él pueda equivocarse en algo.
Pero resulta ser que ese hombre, al que tú solamente conoces vestido de traje y corbata predicando con fuerza y vigor desde el púlpito, lleva una doble vida que es ignorada por la iglesia. En su vida oculta es adúltero, estafador y hasta tiene practicas ocultistas.
“Bueno…” – Me dirás tú -, “…Ese es su problema, en todo caso. A mí no va a afectarme en nada lo que él pueda estar haciendo con su vida privada. Deberá responder ante Dios…” – ¿Ah, sí? ¿Y que hago con este texto de Romanos, entonces?
“¡Pero hermano! ¡Yo no puedo andar investigando la vida de los pastores antes de empezar a congregarme en sus iglesias! – Es verdad, tú no puedes trabajar de detective santo. Tendrás que ir a esa iglesia sin saber nada de su pastor.
Lo que de ninguna manera deberás hacer, – Entiéndelo de una vez por todas, y borra de una vez de tu mente la programación satánica que han plasmado en ella -, es someterme total e incondicionalmente a ese hombre. No hay argumento bíblico que avale eso. Y hay muchos riesgos posibles que sí son bíblicos.
Es más que obvio que debemos evitar por todos los medios regresar a las viejas prácticas de las cuales has sido liberado. Deberás entender que, si lo haces, caerás en una servidumbre mayor a la que estabas. Y deberás orar, incluso, para que ninguna práctica no aprobada por Dios te sea enseñada en el lugar llamado “iglesia” al cual has ingresado a desarrollar tu nueva fe.
Pedro consigna algo que todos sabemos, a todos nos es dicho, pero que no siempre llegamos a recordar debidamente en el momento en que podemos correr el riesgo de no verlo. Que cuando salimos del mundo dejamos de ser esclavos, pero que si un día, por alguna razón decidimos regresar allí, nuestro estado no será el mismo de antes de llegar, sino siete veces peor. Mateo lo dice claramente.
(Mateo 12: 45)= Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
Estas palabras de Jesús, en primera instancia, se aplicaban específicamente a lo vacío del judaísmo cuando sustituye regeneración por reforma. Así, la situación de Israel empeoraría. Una vez que la nación judía rechazó a Jesús, nada podría llenar este vacío, sino los engaños de Satanás.
Con el hombre actual sucede exactamente lo mismo. Las cosas del Señor, el evangelio todo, le parece algo tan nimio, tan simple, que le suena como a ridículo y siente vergüenza por interesarse en ello. Entones, ¿Qué hace? Opta por grupo o sectas aparentemente más “profundas” que no son nada más que expresiones satánicas que lo captan y lo esclavizan.
Este pasaje se utiliza mucho (Te diría que en demasía) en el área de Guerra Espiritual y en los conceptos básicos de Demonología. Sin embargo es mucho más abarcativo y comprende a todas las áreas del hombre, incluida aquellas que tienen que ver con su fe y sus convicciones. Jesús sabía esto, por eso lo advierte.
La aplicación de esta parábola se hace explícita cuando Jesús compara la presente generación (Es decir: las circunstancias a las cuales se dirige) con el hombre al que le han sacado demonios. Advierte que la situación creada por estas acciones puede tornarse peores si no tienen lugar cambios fundamentales.
Jesús se refiere al peligro de una vida vacía. El vacío dejado por la salida de un espíritu maligno debe ser llenado con el Espíritu Santo, o el individuo quedará expuesto a una mayor actividad demoníaca.
Esta enseñanza se aplica en forma inmediata a aquellos que carecen de discernimiento espiritual para reconocer a Jesús como Salvador. Al rechazarlo no les queda otra cosa que ceremonias y ritos vacíos, lo cual hace de ellos aún más vulnerables al engaño de Satanás.
En este caso es que se aplica una base esencial de un principio inequívoco: quien no conoce el camino de justicia, (Y son millones de millones en el mundo, aún, los que no lo conocen), tienen alguna clase de justificación para sus actos erróneos. Pero aquellos que lo han conocido y retornan al mal no pueden tener absolutamente nada a su favor. Lo dice claramente en Hebreos.
(Hebreos 6: 4)= Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, (5) y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, (6) y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
El lenguaje de los versículos 4 y 5, fundamentalmente, describen claramente a aquellos que han experimentado la gracia salvadora de Dios, y el lenguaje del verso 6 indica una completa renuncia de Cristo, un abandono deliberado y definitivo de la fe cristiana.
La gente a la cual se está aludiendo en este texto ya no son arrepentidos, sino directa y sencillamente apóstatas. Porque no sólo han caído en pecado, sino que han renunciado a Cristo. Esto significa que se han convertido en gente semejante a los que crucificaron a Jesús.
Por lo tanto, algo es total y absolutamente claro, no sólo para el entendimiento bíblico o teológico apto para aprobar materias de estudio religioso, sino para que no pongas en juego tu propia vida eterna. Si aceptaste a Cristo como Salvador, ya no podrás volver atrás.
Porque si lo haces, no será solamente un asunto tuyo personal, como podrías llegar a pensar por influencia satánica, sino que directamente estarías diciéndole a Cristo que su sacrificio, contigo, ha sido inútil y que tiene que volver a repetirlo. Y como ya no hay fariseos ni romanos que lo crucifiquen para ello, lo estarás haciendo tú mismo. ¿Lo alcanzas a entender?
Y dice algo más; dice que si haces eso, no sólo vuelves a crucificar a cristo, sino a hacerlo receptor de vituperios. ¿Tienes claro que significa el vituperio? Es lisa y llanamente un baldón u oprobio que se dice a uno.La acción o circunstancia que causa afrenta o deshonra a alguien.
Según lo veremos ahora en su carta, Judas sostiene que la fe no es algo que podemos recibir y guardar como si fuera una reliquia o un talismán. A veces, él dice que deberemos jugarnos bravamente por ella. Y créeme que esa situación les ha sido real a muchos de los que hoy leen este trabajo.
(Judas 3)= Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Aparentemente, Judas abandona en forma momentánea la redacción de otra carta que estaba escribiendo, o que se disponía a escribir a estos cristianos, para alertarlos sobre lo falsos maestros que se han infiltrado en la iglesia.
Cuando habla e la fe que ha sido dada a los santos, hace referencia a la doctrina apostólica impartida a los creyentes en los primeros días de la iglesia. Esta es la enseñanza que está siendo tergiversada y por la cual los cristianos deben contender.
La corrupción de la fe auténtica y genuina, entre otras cosas, suele manifestarse en una conducta ciento por ciento egoístas y, desde ya, carente de amor por donde se la mire, además de estilos de vida sensuales e inmorales o doctrinas distorsionadas y engañosas.
De ninguna manera este texto abre juicio de valor, debate o polémica relacionada con aquella disyuntiva que por años ha separado posiciones dentro de la iglesia cristiana evangélica: ¿La salvación se pierde o no se pierde?
Aquí se está hablando de otra cosa, indudablemente, y así es explicitado. Si los bandos enemistados por la polémica mencionada, desean utilizar los servicios de estos textos para reforzar sus tesis, allá ellos, pero mucho les agradecería a ambas partes, en el nombre del Señor, que no me le hagan decir a la Biblia lo que la Biblia no dice.
No voy a realizar ninguna aclaración respecto a esa discusión por una sola y simple razón: la considero modestamente una ridiculez, una soberana forma de perder nuestro tiempo en vaguedades mientras el enemigo todos los días se lleva miles de almas al infierno ante nuestra pasividad.
Sí quiero aprovechar la coyuntura para decir una vez más, (Lo he dicho en casi todos mis trabajos medianamente grandes), que los dos bandos defensores de dichas posturas cometen gruesos errores de interpretación y exageran sus ideas en grado sumo.
Y sabemos muy bien que cuando hablamos de extremismos, estamos hablando de sectores que por algún motivo han llegado a exagerar una verdad hasta lo indemostrable. Muy bien: el de la salvación-se-pierde-no-se-pierde, es un extremismo. Y peligroso.
Porque de pronto nos encontramos con la línea que propone creer que la salvación se puede perder. Míralos, allí andan, re-convirtiéndose todos los domingos por temor a haber perdido su salvación durante la semana. No con seguridad, por las dudas.
Entonces, en cada culto, cuando el predicador hace el consabido y usual llamado al arrepentimiento y conversión, ellos levantan sus manos, pasan corriendo al frente y reciben el “okey” ministerial que los deja tranquilos…por una semana.
Ya conté en uno de mis libros a anécdota que me sucedió en una pequeña iglesia donde fui invitado para predicar en un día de bautismos, para que el pastor pudiera dedicarse a ello. Como había familiares de los que iban a bautizarse que no eran creyentes, hice un llamado a aceptar a Cristo, al final y luego de haber explicado lo mejor que pude el plan de salvación.
Para mi enorme sorpresa, uno de los que levantó su mano y pasó al frente a “convertirse”, era un hombre que iba a ser bautizado. El pastor titular, lejos de asombrarse, se sonrió y palmeando mi hombro me dijo: “no te preocupes, él se convierte todos los domingos”
Pero el otro sector no le va en zaga. Son los que defienden a morir la teoría de salvo-siempre-salvo y entonces, a partir del día en que hacen su “compromiso de fe”, dejan de pensar en una posibilidad negativa y viven tranquilos.
Tan tranquilos que muchos de ellos cometen verdaderas tropelías (Muchas dentro de las iglesias y con cierto barniz de “santidad”) porque están convencido que “ya está” ya nadie les puede sacar lo que ya “se ganaron”.
Para este grupo sólo tengo una duda en forma de pregunta: ¿Alguien piensa que Dios es tan tonto como para dejar pasar por algo que alguien viva como se le da la gana y luego pretenda reinar con Cristo? ¿Existirá alguna Biblia que pueda avalar tamaña barbaridad e incoherencia?
Sólo me queda una duda en el final de este verso. ¿Contra quien o quienes debemos contender en defensa de nuestra fe? ¿Acaso contra el catolicismo romano? No me parece, ellos están demasiado preocupados y ocupados con sus propias falencias.
¿Contra quien? ¿Tal vez en contra de alguna clase de ocultismo? Muy difícil, porque si no le permites entrar, al ocultismo en cualquiera de sus expresiones, se le haría muy complicado perturbarnos de alguna manera.
Entonces, sencillamente no se entiende lo que Judas nos quiere advertir. Un momento. ¿No se entiende o no queremos entenderlo de tan claro que está, porque nuestra mentalidad no lo puede admitir de ese modo?
Porque para mí, y no tengo dudas, la advertencia de Judas tiene que ver con los disloques doctrinales que, con nuestra fe, se pretende llevar adelante desde adentro de la iglesia. ¿Contra esos sectores corruptos, – Casualmente de los mismos que venimos hablando -, es que debemos contender par defender nuestra fe? Y no tengo dudas, no si a ti todavía te quedan algunas.
Porque míralo desde este ángulo: ¿Cuál es el método que el diablo ha venido utilizando largamente para sacar a la gente de los templos y regresarlos al pecado? La desilusión, la frustración, el enojo, la decepción ocasionada por los falsos ministros. Entonces, ¿Quién es el que escribe los libretos de los que pretenden inculcar doctrinas humanistas, cientifistas, filosóficas, psicológicas y hasta paganas? Ya lo tienes.
(Proverbios 26: 11)= Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.
El último verso del capítulo 2 de la segunda carta de Pedro, alude y cita a este proverbio. Que es un símbolo de la necedad, pero también de la inmundicia. ¿Qué otra cosa sino inmundicia representa a un perro volviendo para comer su propio vómito?
Esa sucia actitud es comparada, entiende, con aquellos que cometen errores muy graves por causa de su necedad. Deja de lado a los oportunistas, corruptos y mal intencionados. Toma a los que se equivocan por cometer errores y colócalos junto a esos perros. Aquí dicen que son la misma cosa.
La necedad es un adjetivo muy usado en la Biblia. Viene siempre en conjunción con el pecado. Así que no estaría ni mal ni de más estudiar un poco que cosa significa un necio y porque se comporta de la manera que lo hace.
Dicen los que saben de estas cosas, que un necio es una persona desprovista de inteligencia o de sabiduría. El término necio designa particularmente al pecador, implicando la falta de conocimiento de Dios que se revela ante todo en los malvados.
Cuanto más talento se haya recibido, tanta más responsabilidad se tiene; el que usa sus dotes para fines malos es un necio. El que se aparta de Dios para seguir ídolos y sus maldades es un necio. Para las personas del mundo, son los creyentes los que son unos necios.
Ello no ha de sorprender, por cuanto el mismo Cristo fue tratado de esta manera. Por ello, si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio (1 Corintios 3:18).
El falso maestro o falso profeta está guiado por la carne, buscando obtener el poder o los beneficios del ministerio para sí mismo. Inicialmente, su mensaje puede no haber sido falso, pero su motivación para ejercer el ministerio es carnal, por lo que apela a lo carnal en los demás, ofreciéndoles alguna satisfacción material o espiritual. Estas personas introducirán, por último, algunas contrarias a la verdad. Cada uno de nosotros utilizará la Palabra de Dios para medir el mensaje que todo predicador presente; de esa forma podrá juzgar adecuadamente los cambios o tergiversaciones en lo que enseñe. Sólo debemos juzgar lo que se enseña. Dios juzgará la persona que enseña.
