La Soberbia, que proviene del latín superbia y orgullo del francés orgueil, es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás.
Otros sinónimos son: altivez, altanería, arrogancia, vanidadetc. Como antónimos pueden citarse los siguientes: humildad, modestia, sencillez, etc. El principal matiz que las distingue está en que el orgullo es disimulable, e incluso apreciado, cuando surge de causas nobles o virtudes, mientras que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido por otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del yo o ego.
En términos negativos la soberbia es una actitud orgullosa consistente en la perspicacia de aquella persona que se envanece a sí misma. Genéricamente se la define como la sobrevaloración del yo respecto de otros, para superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo o situación, o bien en alcanzar una elevada desvalorización del contexto.
También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que se posee es superior, que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás, o de superar los prejuicios. El orgullo incita a la persona a valorarse demasiado, creyéndose capaz de hacer cualquier cosa por encima de los demás e incluso de sus propias capacidades, de las circunstancias o mejor dicho los contratiempos que se presenten.
Esta idea deriva directamente en que la persona orgullosa ponga en detrimento a las demás personas, debido a que piensa que sus capacidades o que su valor no equiparan al suyo, lo que se considera arrogante.Es considerado por la teología católica uno de los siete pecados capitales.
Conviene no olvidar la connotación positiva que, ya en su origen latino, posee la palabra, puesto que la calificación de un acto como soberbio u orgulloso puede ser sinónimo de óptimo o de bella factura. En la filosofía objetivista de Ayn Rand, en particular, el orgullo es una de las tres virtudes principales y se define como estima apropiada de sí mismo que proviene de la ambición moral de vivir en plena consistencia con valores personales racionales.
Para Nietzsche la soberbia es una virtud elevada, propia de hombres superiores, la cual conduce a una honestidad absoluta consigo mismo (lo cual hace imposible cualquier trampa o acto deshonesto), valentía y superación constante siempre buscando estar por encima de los demás y no ocultarlo ante nadie en aquello y en todo.
El orgullo también puede entenderse como la autoafirmación y reivindicación de lo que uno es y del grupo o colectivo al que se pertenece. En este sentido, se puede hablar de orgullo nacional, orgullo racial(un ejemplo conocido es el black pride, un movimiento de reivindicación y orgullo de las personas negras, en particular en los Estados Unidos) y orgullo LGBT (de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
Entre las varias representaciones artísticas con que se ha identificado la soberbia se encuentran el león, el caballo, el pavo real, el murciélago, el colorvioleta y el espejo. Su título y su concepción se relacionan con un pasaje del Eclesiastés: vanitas vanitatum omnia vanitas (vanidad de vanidades, todo es vanidad). El mensaje que pretende transmitir es la inutilidad de los placeres mundanos frente a la certeza de la muerte, animando a la adopción de un sombrío punto de vista sobre el mundo.
Las consecuencias en las conductas por la existencia de soberbia u orgullo, son varias. Entre ellas, las más significativas, son: Rebeldía ante la obediencia – Autoritarismo al mandar – Envidia de los valores de otros – Críticade los envidiados – La mayoría (de los momentos) del malhumor en la convivencia familiar – La mayoría de los enojos, incluyendo los contrarios a uno mismo y nunca tienen dignidad y mucho menos aceptan sus errores.
La soberbia es vivir uno mismo creyéndose mejor que los demás. Una persona orgullosa, soberbia y arrogante, es aquella que tiene un exceso de autoestima y menosprecia a los demás. Alardea incluso de características que carece.
Generalmente es la gente que tiene más, es decir, posee un alto cargo en su trabajo, goza de una economía abundante y se les olvida que la vida les ha llevado a obtener todo eso, creen que lo logran por sí solos no reconocen que algo superior, Dios, la fuente, la energía, el universo, la vida, es quien les ha concedido todo. En cierto modo, se creen dioses.
Para entender mejor, te comparto algunas características de las personas soberbias, las cuales te ayudarán a analizar si andas transitando ese camino o si para nada el tema tiene que ver contigo:
Deseo compulsivo por solicitar piropos o alabanza de la gente.Son personas que están buscando y desean con anhelo tener reconocimiento, distinción, alabanzas por parte de los demás. Se pasan buscando que los demás les admiren y les hagan ver todo lo que han logrado y todo lo que tienen.
Y acá muchas veces los demás caen el punto de querer obtener algún beneficio de esa persona, incluso hay quienes se prestan a alabar a alguien con tal de decirse su "amigo" porque eso les abre puertas. Una cosa es que tengas el talento para algo y otra que los demás te digan algo para congraciarse contigo.
Por lo general son personas que dicen: "qué bueno que soy en esto", "nadie como yo", "tengo un cuerpo espectacular", "soy tan inteligente", y situaciones parecidas. Están buscando que les digan: "qué bien que te ves", "qué bien que lo haces".
Te la pasas hablando de tus logros y éxitos.Todos tenemos dones y talentos que se nos fueron dados. Hay quienes los usan, mientras que otros ni se apuran por descubrirlos o no los trabajan, pero hay otros que se la pasan haciendo un recuerdo y no de los daños, como diría Gloria Trevi, sino de todos sus logros.
Son esas personas que se te la pasan diciendo: "es que tengo tal cosa", "viste lo que me compré", "vengo llegando de…". Aun así lo tengas, no es necesario que lo estés diciendo, se nota y punto. Cuando les hablas más de ti, de lo que eres, de todo lo que logras, a los demás, eres soberbio. Lo que tienes no es para competir.
Pero, hay muchas personas que viven en plena competencia por lo que los demás poseen, logran, dicen o hacen. Y créeme -por experiencia propia- eso de andarse comparando es complicado. Cuando esto ocurre, tratas de ver a todos por debajo de ti y haces sentir mal a los demás, bueno, a quienes eligen sentirse menos, cuando te dedicas a sacarles los ojos con tus logros.
En mi caso era: "yo tal cosa, yo tal otra, yo esto y yo aquello". Qué pena, pero qué bendición es poder hoy reconocerlo y haberlo superado. Valgo por quien soy, no por lo que tengo, ando, visto, gozo o he logrado, porque además nada ha sido si no más que la obra de Dios en mi vida.
Siempre deseas tener el control.Esto cobija a todas las personas que desean controlar a los demás, que no aceptan que cada quien tenga su propia opinión o un gusto diferente. Quieren que la gente sea a su imagen y semejanza, que piensen como piensan, que hagan o diga lo que él haría o diría.
Son aquellas personas que deciden por los demás, casi son como dictadores porque no aceptan nada que no sea lo que ellos imponen: si van al cine es la película que ellos eligen, le dicen a las personas cómo vestir, qué poner, ellos eligen a dónde comer, qué tipo de carro, qué deben comprar los demás y así. Claro está para que esto suceda la persona debe ser sumisa o insegura a tal modo que permite una manipulación de ese tipo. Así que mucho ojo, ¡aguas! por ambas partes.
Regocijarse por el fracaso de otros y resentirse por el éxito de los demás.Así de simple, otra de las señales de que somos arrogantes, soberbios y orgullosos es cuando las personas se alegran del mal ajeno, de lo mal que la están pasando los demás.
"Qué bueno que le pasó eso", "bien merecido que se lo tenía", "algo habrá hecho para merecerse eso", "cosechas lo que siembras", "cada quien su vida", son algunas frases típicas para identificar a estas personas. Son aquellas personas que se regocijan alguien fracasa y se alegran cuando a alguien le va mal, hacen leña del árbol caído.
Quién no haya caído en esto, me supongo que no es de este mundo, porque hasta la persona más buena creo que en algún momento aunque no lo haya dicho, de pensamiento ha juzgado a otro, es inevitable somos seres humanos y para algunos eso, es deporte.
Deseo de defenderse de la crítica.Si yo tuve todo lo anterior, acá desarrollé maestría, en mis tiempos de soberbia y por años (gracias a Dios ya no) me excusaba de todo, no reconocía mis errores, siempre trataba de tener una explicación o de encontrar un culpable para cuando me equivocaba y buscaba la forma de convencer a los demás con justificaciones.
No tenía la capacidad de analizar la crítica para al menos discernir si porqué había surgido esa llamada de atención y si en algo podía sacar provecho de eso, que me aportara. No era capaz de recibir corrección. Así que si tú eres así, eres soberbio.
Te cuesta pedir perdón.Una persona que ha permitido que la soberbia habite en su vida, no reconoce que se ha equivocado, por eso a veces, las bendiciones que la vida le tiene se demoran, porque ofende, se equivoca y no pide perdón, lastima corazones, destrozamos a algunas personas con nuestros actos o palabras y no pedimos perdón y por eso de pronto no logran lo que desean o a pesar de tener todo lo material que desean no gozan de una vida plena, de paz interior.
Hay que ser humildes y pedir perdón pero ante todo, perdonarnos a nosotros mismos porque es así como reconocemos y aceptamos nuestras culpas. Casi siempre es más valioso el perdón a nosotros mismos que el ajeno.
Conociendo estas características que describen perfectamente a una persona soberbia, orgullosa, arrogante, tienes dos caminos para abandonar este patrón de conducta que has venido quizás por años teniendo: o le bajas unas cuantas rayitas y emprendes un cambio en tu vida reconociendo y haciendo todo lo contrario a lo descrito anteriormente o la vida en algún momento te dará un trancazo para lo asumas. Como bien dijo Francisco De Quevedo: "La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió".
La soberbia y la vanidad no sirven de nada. Bien dijo Salomón que "donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; pero donde hay humildad, habrá sabiduría".O como dijo un célebre pensador: "La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano".
¡Tú eliges! Y recuerda: ¡Sonríe, agradece y abraza tu vida! Sobre todo: ¡a despertar a la vida, gente! Para VIVIR.
Inspirado por la necesidad que tenemos de erradicar la soberbia de nuestras vidas, me permito hacer esta reflexión con el propósito de que nos ayude a localizar su origen en nuestra vida y así poder trabajar en la humildad, tal como nos lo pide el Señor
La soberbia es el más grave pecado contra Dios, contra el prójimo y contra sí mismo. El hombre se hace autónomo desconociendo su condición de creatura.La soberbia fue el primer pecado que se cometió en los tiempos inmemoriales con Satanás que se reveló contra Dios llevándose consigo a otros ángeles, y el mismo, ya en el tiempo del hombre, lo llevó al primer pecado de rebeldía, de autonomía, de auto dependencia, de autodominio.
Es lo que Dios nos hace ver en su palabra desde el capítulo 3 del Génesis. La soberbia está en la raíz del pecado original y por eso es la fuente y raíz de todos los pecados, y es por lo tanto la puerta para todo otro pecado; por eso también es el primer pecado capital.La soberbia es fuente de muchos delitos; por eso se ora al Señor: Guarda a tu siervo también del orgullo no sea que me domine; entonces seré irreprochable, libre de delito grave (Sal 19, 14).
Vanidad, vanagloria, sobre autoestima, ostentación, hipocresía, jactancia, celos, violencia, rencores, prepotencia, son algunos de los vicios que engendra la soberbia.Mientras más se tenga en el corazón es mayor fuente de pecados: los humildes pecan poco, los soberbios demasiado.
Nuestras actitudes.
Luego de aclarar algunas definiciones y conceptos sobre la soberbia, he detectado algunas actitudes y posiciones que nos llevan a ella, las cuales enumerare a continuación:Sentido de Identidad o identificación – Sentido de posesión o dueño de algo o alguien – Sentirse superior – Sentirse con derechos adquiridos – Sentirse indispensable, único etc. – Tener la Razón.
Analicemos cada uno de ellos, con el propósito de entender su significado y cómo pueden llegar a activar la soberbia.El sentido de identificación es que permite identificarnos con alguien, algo y nos da un sentido de pertenencia, por ejemplo yo soy Néstor, yo soy argentino, yo soy periodista, etc.
Y con cada “etiqueta que nos agregamos afianzamos ese sentido de identidad, tenemos muchas dependiendo de muchas cosas a que grupos pertenecemos, y con qué nos identificamos (católicos, y dentro del catolicismo a qué comunidad etc., etc.)
El Sentido de posesión nos hace “dueños” de algo o alguien, podemos ser dueños de bienes materiales como una casa, un carro y tomamos como propios nuestra esposa o esposo, nuestros hijos, o pueden ser bienes no materiales como sentirnos dueños de la “verdad, del conocimiento absoluto en un tema etc.
El “sentirse Superior a”, nos hace creer que tenemos más privilegios que los demás, más sabiduría, más conocimiento, más santidad, mayores abolengos, etc.El creer que tenemos derechos sobre algo o alguien, a veces estos derechos son dados por el medio en que vivimos, la sociedad, por las reglas con que vivimos y nos movemos. etc.
El sentirse indispensable, único que sin nosotros nada funciona correctamente etc.El creer que “en este caso” tenemos la razón y todos los argumentos para imponer nuestro criterio,Todos ellos (quizá en su caso Usted pueda identificar algún otro), se combinan y forman parte de nuestra identidad y posición frente al mundo y frente a los demás.
La Estrategia del Diablo
Ahora debemos analizar cómo el diablo actúa frente a esta condición y como aprovecha esta identificación.Primero que todo debemos revisar la estrategia del diablo a nivel general, debemos tener en cuenta quien es cuáles son sus objetivos y cómo actúa.
Sabemos que el diablo es el enemigo declarado de Dios y por tanto de su misión, que es el dueño del mundo: a él se lo dieron, recordemos las tentaciones de Jesús en el desierto (Lucas 4, 5-7); el diablo también es dueño absoluto del infierno y busca siempre aumentar su sequito.
Por tanto el Diablo buscará siempre que en el momento de tu muerte te encuentres en pecado Mortal, pero como no conoce este momento, ni la hora ni el día buscará afanosamente que siempre te encuentres en pecado mortal cuando tu final llegue, para ello usará cual herramienta, subterfugio, trampa o condición para lograrlo.
Al fin y al cabo su astucia y experiencia excede la de cualquier mortal. Esto lo podemos ver en un juego de probabilidades, si a través de la vida nos mantenemos más tiempo en pecado y encadenados a Satanás, mayor es la probabilidad de parar en el infierno, a su vez si por ejemplo el 80% del tiempo nos mantener en santidad, confesados, habrá menor probabilidad de morir en pecado, por ello es tan importante luego de la caída “correr” a realizar un acto de contrición puro y pedir el perdón del Señor.
El diablo nos conoce, nos ha estudiado por años, conoce nuestras flaquezas, nuestras debilidades y sabe en qué y en donde somos más vulnerables y siempre estará atento a sorprendernos en nuestra debilidad, es como el que va a jugar un partido de futbol, debe conocer a su adversario, sus flaquezas, sus limitaciones etc.
Estamos en guerra, y luchamos cada batalla. Cada vez que estamos expuestos a una tentación, una batalla se inicia entre la legión angelical y la legión diabólica, el resultado dependerá de donde nos encontremos y de qué lado nos ponemos, esto define el resultado final, si nos inclinamos al mal estaremos del lado del diablo y de su legión, No podemos jugar en ambos bandos.
Estrategia para la Soberbia.
Ahora vamos a revisar la estrategia diabólica en el caso de la soberbia y como aprovecha cada identificación nuestra frente al mundo.Muchos de los conceptos que traes arraigados dentro tuyo, obedecen a conceptos de separación, mientras más te sientas separado de los demás más oportunidades tiene Satanás de usarla en tu contra. Es allí donde empezamos a equivocarnos.
Para comenzar tu identidad personal y cada “YO SOY” que utilizamos inicia este proceso, es la forma como nos sentimos individuales y separados de los demás.El Yo soy en todas sus variantes de la identidad personal.
Esto, crea una identificación única y concreta de tu ser, pero a su vez te separa de los demás.Con cada “yo soy” que agregamos a la lista, más barreras colocamos entre nosotros y los demás.Veamos cómo la identificación trabaja y como es aprovechada por el diablo:
Separación Debida a la Nacionalidad y el Patriotismo.
El creernos “argentinos, mexicanos, chilenos, colombianos, españoles, etc. Identificación que inicia desde muy pequeños, crea en nosotros una separación con relación a los que pertenecen a otras nacionalidades, lo cual es utilizada para hacernos actuar en cual o tal modo de acuerdo con la conveniencia. (Ej. Problemas fronterizos, guerras etc.), Este mismo concepto es aplicable al apreciar, despreciar o menospreciar a los que nacen en otras regiones, lugares, sean o no de un mismo país.
La soberbia sale a flote cuando nos sentimos “ofendidos” debido a que nuestra “soberanía” está siendo afectada y es cuando sentimos como propia la ofensa.Igualmente si nos sentimos separados por otros conceptos como sexo, raza, posición social y económica, estudios, edad, etc.
Estamos propensos a sentirnos ofendidos por estas diferencias y allí nacen radicalizaciones como el feminismo o el machismo, el sentirnos superiores o inferiores a los demás en lo económico, lo social o lo profesional, en el racismo y sus derivados al separarnos por color o alguna otra característica, no olvidemos que la segunda guerra mundial se fundamentó en la diferencia racial entre los Arios y los Judíos. En general cada cosa que nos separa de otro ser humano, puede inclinar la balanza y hacernos llenar de soberbia
Así nos separamos porque “no tienes la misma religión que yo”, o los mismos abolengos que yo, porque pertenecemos a diferentes grupos dentro de la comunidad, o somos hinchas de distintos equipos de futbol, (cuántas muertes han causado las trifurcas entre hinchas de dos equipos enfrentados en las tribunas) y tantas otras cosas.
Las posesiones y el sentirnos propietarios de algo o alguien, en igual forma nos separa de los demás, por ejemplo los celos es un acto en el cual nos sentimos ofendidos debido a que alguien a “osado” mirar o tocar nuestra posesión, somos capaces hasta de matar a otro ser humano por dicha ofensa, la cual puede ser el mirar a “MI mujer”, intentar apoderarse de un objeto de mi propiedad, etc.
La soberbia nos hace creernos superiores a los demás ya que pensamos que nuestro valor está asociado al poder, la fama, nuestro prestigio, nuestros títulos y estudios, nuestra dignidad o gobierno y muchas otras cosas, y cuando alguien que consideremos inferior nos desafía reaccionamos airadamente llenándonos de soberbia.
Basta pensar en que alguien de una posición social inferior no nos mire con la dignidad que deben tener según nuestro criterio para reaccionar negativamente.Este sentimiento de superioridad nos hace creernos únicos, indispensables, de mayor valor y el de poseer derechos a los cuales a otros no se les concede y es cuando la intolerancia, la vanagloria, el orgullo, los celos, la Vanidad, el egocentrismo, la elevada autoestima, la hipocresía, la prepotencia y el rencor hechas raíces en nuestro corazón.
Los derechos que consideramos adquiridos, también causan estragos similares en nuestro corazón, muchas de las reglas establecidas en nuestra sociedad que sirven para regular un servicio por ejemplo, se pueden convertir en actos de soberbia cuando sentimos que estos derechos han sido violados.
El que alguien pase un semáforo en rojo cuando nosotros tenemos derecho a la vía, nos habilita para llenar de insultos y ofensas al infractor, o el no respetar el derecho que adquirimos al hacer una fila en un banco causa que hagamos un gran alboroto y nos sintamos ofendidos.La soberbia aparece cada vez que dejamos aflorar y damos cabida a cualquiera de estas circunstancias que obedecen a “tentaciones” del diablo y nos rendimos a su poder.
El tener “la razón en algo” puede generar conflictos cuando existen diferencias de opinión, allí la soberbia aparece levantando la voz y ofendiendo al interlocutor.En esta forma el diablo siempre está presto a aprovechar esta identificación para causar que nosotros inclinemos la balanza a su favor y caigamos en pecado.
La Respuesta de Dios
Ya hemos visto cuál es la estrategia del diablo y que es lo que busca, ahora vamos a ver cuál es la respuesta de Jesús a cada una de estas condiciones.Primero que todo, el Señor en su infinita misericordia espera que nosotros nos encontremos salvos al momento de nuestra muerte y siempre está presente “haciendo “fuerza” por nosotros”, sin embargo él nos ha dado el libre albedrio para permitirnos decidir.
Sabemos que por ese amor tan grande hacia nosotros Dios, nos envió a su hijo para redimir nuestros pecados y para enseñarnos a actuar y comportarnos en la forma correcta.En las enseñanzas de Jesús, siempre encontramos formulas y reflexiones que nos ayudan a encontrar la verdad, para tomar las decisiones que nos lleven a la vida eterna.
Contra el Pecado.
Al Igual que el diablo tiene una estrategia general que busca nuestra condenación, el Señor Jesús, nos dejó una hermosa enseñanza antes de su muerte, En Mateo 26, 41, allí el Señor estando en Getsemaní, invito a tres de sus discípulos a velar con él, y mientras se apartó, sus discípulos se durmieron y al encontrarlos así les dijo:
Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil”, algunas otras versiones de la Biblia dicen: “Estén despierto y en Oración para que no caigan en tentación, porque el espíritu es animoso pero la carne es débil.
Para mí en particular esta enseñanza me ha mostrado una de las fórmulas más extraordinarias que el Señor nos regala para el momento que nos encontremos frente a la tentación. Recuerden que en la oración del Padre Nuestro oramos siempre No nos dejes caer en tentación, lo cual significa que la tentación siempre estará presente como una constante en nuestra vida, pero pedimos que ante ella, el Señor nos ayude a pasar la prueba.
Adicionalmente declara que aunque tengamos la voluntad de cumplir con los mandatos de Dios, nuestra carne tiende a pecar.Al afirmar manténgase despiertos o velad, nos muestra cómo debemos permanecer, “alerta”, siempre atentos a la presencia de Satanás y a detectar las señales que nos indican la posible presencia de una tentación.
Estas señales generalmente aparecen como una sensación de molestia o incomodidad o a través de pensamientos relacionados, un ejemplo podría ser algún pensamiento en el cual nos sentimos superiores a otro en cualquier orden, termina llevándonos a una tentación y es aprovechado por Satanás para iniciar el ataque.
También el Señor nos invita a Orar. En la oración siempre encontraremos las fuerzas para evitar el pecado.En Mateo 21, 22 el señor nos dice Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis.El poder de la oración con fe es una las más grandes herramientas para combatir el pecado.
En otra ocasión ante la presencia del demonio, en un joven poseso, el Señor nos dice esto:“Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: « ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?» 29 Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con ayuno y oración.»(Mt 9, 28 – 29).
Aquí claramente nos muestra el inmenso poder que tiene la Oración.En Marcos 11, 24-25 nos dice:“Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. 25 Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas.»”
Aquí nuevamente el señor nos muestra el poder de la oración unida al perdón y como cuando se realiza con fe, se obtendrá el beneficio solicitado.En Hebreos 10, 1 -4, Cornelio centurión de la corte, es premiado por el Señor y nos muestra como nuestras oraciones van directamente a la presencia de Dios.
Había en Cesárea un hombre, llamado Cornelio, centurión de lacohorte Itálica, (2) piadoso y temeroso de Dios, como toda su familia, daba muchas limosnas al pueblo y continuamente oraba a Dios. (3) Vio claramente en visión, hacia la hora novena del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: “Cornelio.” (4) Él le miró fijamente y lleno de espanto dijo: ¿Qué pasa, señor? Le respondió: Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios.Estas son algunas muestras de las ocasiones en que Jesús nos enseña acerca del poder de la Oración y como ella nos ayuda a combatir el pecado.
Contra la Soberbia.
Él nos ha dicho yo soy la verdad y la vida y soy el único camino para llegar al padre, por ello la unión en Cristo nos permite salvar todos los obstáculos que nos crean los conceptos de identificación y de separación del prójimo.
Comencemos con: Romanos 12, 5 sí también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros. Igualmente en 1 Corintios 10, 17 encontramos:
Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.Una y otra vez la Biblia nos muestra cómo somos Uno solo en Cristo y que nuestro concepto de separación obedece a una estrategia, del demonio, en donde desde la misma creación del mundo con la caída de Lucifer, se inició el proceso de la separación del creador.
Por tanto debemos empezar a No crear escusas para sentirnos separados de los demás, por el contrario debemos estimular nuestra mente a encontrar similitudes con los hermanos para sentirnos más unidos a ellos.Mi sentido de superioridad también es tratado por el señor en muchas ocasiones veamos algunos ejemplos:
Marcos 9, 35.Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.
Aquí, el Señor nos indica claramente la humildad que debe regir nuestros corazones constantemente para evitar el sentirnos superiores a los demás, igualmente en:
Lucas 14, 7 -11.Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: (8) Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, (9) y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: Deja el sitio a éste, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. (10) Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. (11) Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.
Aquí el Señor claramente que la humildad debe ser en nosotros un puerto fijo de destino para evitar estos sentimientos.Nuestro sentido de posesión y de dueño del mundo es tratado por San Pablo, así:
1 de Corintios 6, 19¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
Nuestro cuerpo es un “préstamo” del señor que nos permite vivir plenamente y es el templo del espíritu, debemos cuidarlo y administrarlo correctamente ya que no nos pertenece.En Mateo 25, 14 – 30, en la parábola de los talentos, el dueño de la hacienda (el Señor), encomendó a tres de sus siervos (Nosotros) a administrar unos talentos (bienes materiales, un cuerpo físico, dinero, propiedades, estudio, prestigio, fama, poder etc.) y se ausento, y a su regreso pidió cuentas de lo que cada uno hizo con ellos.
Así, parece lógico pensar en que cada cosa que creemos poseer, no es más que un bien dado en administración.Enseguida el señor a continuación en Mateo 25, 35 al 36, nos invita a la generosidad, como parte de la buena administración que debemos dar a estos bienes.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; (36) estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.
O nos invita a restarle tanta importancia a los bienes materiales y a darnos cuenta de la banalidad del mundo.
Los que lloran, como si no llorasen. Los que están alegres, como si no lo estuviesen. Los que compran, como si no poseyesen. (31) Los que disfrutan del mundo, como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa.
Debemos empezar a pensar seriamente que nada se nos da por méritos propios, que todo es dado por el Señor porque esa ha sido su decisión. Basta con mirar por ejemplo cuantos atletas se preparan toda la vida, con duros entrenamientos y grandes sacrificios y solo uno llega a ser el ganador. Muchas veces vemos que hubo otros que hicieron mayores esfuerzos y mayores sacrificios y nunca ganaron.
La única forma de evitar la soberbia es practicando asiduamente la humildad, la tolerancia, el amor fraterno y la unidad en Cristo.
Estrategias Personales
Ya que tenemos una tendencia natural a la separación podemos empezar a pensar en forma diferente.Como respuesta al “yo soy” que nos identifica con el mundo, podemos utilizarla cambiando de la identificación al mundo con una identificación cristiana, por Ejemplo:
Yo soy un hijo de Dios y me llaman Néstor, Yo nací en Jesús, en Argentina.Así rompemos el esquema mundano de pensamiento y nos reconocemos primero en el Señor y luego con nuestra posición mundana, Nota que evito decir “Yo soy argentino”, o Yo soy Néstor.
Con cada sentimiento de separación posicionemos en las palabras de Jesús y los evangelistas, donde una y otra vez nos repiten, que somos un solo cuerpo en Cristo.Por Ejemplo cada vez que entremos a un sitio público pensemos, en que somos los servidores del lugar y con humildad sintámonos como el último y el que tiene los menores privilegios.
Los sentimientos de superioridad pueden ser aplacados, con los pensamientos y el ejemplo de humildad que Jesús nos da, en donde la humildad inicia desde su nacimiento en un pobre establo, naciendo sobre la paja y termina en una cruz, blasfemado, insultado y asesinado.
En Mateo 11, 29 y 30 nos dice:Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. (30) Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
Debemos tomar conciencia que tal como Satanás nos ha estudiado y conoce cuando y donde tentarnos, así también nosotros debemos prepararnos para la batalla, aprendiendo de cada caída, analizando cada vez que caemos en tentación, analizando los “porqués”, cuando, donde, como, que pensamientos y sentimientos precedieron al pecado.
Debemos aprender a cargar la cruz y con cada caída, estudiar cómo el diablo actuó y nos llevó a pecar, este análisis nos permitirá determinar si la soberbia sucedió por nuestro sentimiento de superioridad, de posesión, por creernos con la razón, etc. y realizar los correctivos necesarios para corregir el error.
En 1 de Corintios 10, Pablo nos dice: Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio. (11) Porque, hermanos míos, estoy informado de vosotros, por los de Cloe, que existen discordias entre vosotros. (12) Me refiero a que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, Yo de Apolo, Yo de Cefas, Yo de Cristo.”
En primera de Corintios 4, 7 Pablo nos habla de la humildad así: Pues ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?
Trabajemos tal como el estratega que plantea una defensa sólida, porque Satanás utiliza cualquier subterfugio sin respetar nada, así nos encontremos frente al mismo Dios, allí llegará con la tentación y si triunfa le “restregará” al Señor la victoria en su propia cara y en la nuestra. Hay un viejo texto de procedencia incierta que, al respecto, nos dice:
Hijo, actúa con dulzura en todo lo que hagas, y te querrán más que al hombre generoso.Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y alcanzarás el favor del Señor.Porque grande es el poder del Señor, pero son los humildes quienes le glorifican.
No pretendas lo que te sobrepasa, ni investigues lo que supera tus fuerzas.Atiende a lo que se te encomienda, que las cosas misteriosas no te hacen ninguna falta.No te preocupes por lo que supera a tus obras, porque ya te han enseñado más de lo que alcanza la inteligencia humana.
Pues las especulaciones desviaron a muchos, y las falsas ilusiones extraviaron sus pensamientos.Corazón obstinado mal acaba, y el que ama el peligro en él sucumbe.Corazón obstinado se acarrea fatigas, y el pecador acumula pecado tras pecado.
La desgracia del orgulloso no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en él sus raíces.El hombre prudente medita los proverbios, un oído atento es el anhelo del sabio.Sea cual sea su agravio, no guardes rencor al prójimo, y no actúes guiado por un arrebato de violencia.
La soberbia es odiosa al Señor y a los hombres, para ambos es un delito la injusticia.La soberanía pasa de una nación a otra, a causa de las injusticias, las violencias y el dinero.¿De qué se enorgullece el que es tierra y ceniza?, ¡si ya en vida su vientre es podredumbre!
La larga enfermedad desconcierta al médico, y quien hoy es rey mañana morirá.Y cuando un hombre muere, recibe como herencia lombrices, bichos y gusanos.Principio de la soberbia es alejarse del Señor, apartar el corazón del Creador.
Porque principio de la soberbia es el pecado, el que se aferra a ella difunde iniquidad.Por eso el Señor les infligió asombrosos castigos, y abatió a los soberbios hasta aniquilarlos.El Señor derribó del trono a los poderosos, y en su lugar hizo sentar a los sencillos.
El Señor arrancó la raíz de los soberbios, y en su lugar plantó a los humildes.El Señor arrasó los territorios de las naciones, y los destruyó hasta los cimientos de la tierra.A algunos los arrebató y destruyó, y borró de la tierra su recuerdo.No está hecha la soberbia para el hombre, ni la violencia para el nacido de mujer
