Estudios » Crecimiento

¡No Entendemos lo que Habla!

Todavía no me explico ni entiendo la razón por la cual nosotros, los hombres que supuestamente deberíamos estar llevando la Palabra de Dios a su pueblo, en muchas ocasiones optamos por elaborar ricos discursos con base en la teología fría, en la psicología emocional o en un humanismo de corte social, en lugar de limitarnos, sencillamente, a repetir y ampliar las multicolores perlas de bendición que dejó Jesús con sus propias palabras. Olvidamos que nuestra fe está en lo que oímos, y si lo que oímos tiene mayores porcentajes de asuntos del alma y muy escasa cantidad de intereses del espíritu, entonces hermano mío como se dice vulgarmente, estamos en el horno. Jesús no habló para llamar la atención de esa gente ni para proyectarse como la gran figura de su tiempo. Jesús habló todo lo que habló, y lo dijo puntualmente, para que todo aquel que tuviese oídos para oír, lo oyera. Y para que no se quedara con ese tesoro auditivo, sino que saliera de inmediato a poner por obra lo oído, aprendido y creado.

Un día les dijo que Él era el camino, la verdad y la vida, y de allí en más comenzó a mostrarle a aquellos hombres rudos y hasta ilustrados, a un Dios revelado con notable precisión y no como esa figura abstracta que la religión presentó porque nunca llegó a conocer al verdadero. Les habló de la oración, de su capacidad de llegada al trono de la gracia y de la indefectible respuesta a ella que cada uno tendría. De la promesa del Espíritu Santo y de todo lo que éste haría en cada uno cuando Él ya no estuviese con ellos. Les explicó casi con idoneidad magisterial y magistral, la manera en que Él estaba con el Padre y el Padre con Él. Les hizo conocer algo llamado como el don de la paz y les hizo degustar y beber del verdadero vino. Les enseñó los rudimentos del amor y el gozo perfectos, los advirtió sobre el aborrecimiento del mundo, cosa que todavía padecemos e hizo especial hincapié en lo que Él denominaba como la persecución venidera, algo que en estos tiempos es una realidad latente y todos podemos comprobar. En este estado, el evangelio de Juan llega a su capítulo 16, y desde el primer verso, Él les aclara la razón por la cual les habló de todos esos temas.

Juan 16: 1 = Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. A primera lectura, parecería ser como que Jesús les habla todas esas cosas para que ellos no tropiecen con nada que les impida ponerlas por obra. Está bueno, pero si leemos en el original, vemos que el término que se traduce como tropiezo es skandaliízo, lo que le da un giro diferente. Porque una cosa es tener tropiezo por lo dicho por Él y otra bastante distinta es escandalizarse. Parecería confirmarlo Mateo 11:10 cuando Jesús dice: y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. (Que no se escandalice de mí) Tiene mucho más que ver con causar revuelo o provocar algo que indigne. (2) Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. ¡Es tan claro esto que Jesús dice que todavía no entiendo por qué tantos supuestamente buenos cristianos no terminan de aceptarlo! ¡No hablas el mismo idioma que los líderes? ¡Afuera! ¿No dices lo que a ellos les conviene que digas? ¡Afuera! No te echan, es verdad, pero te solicitan con toda elegancia y una sonrisa de dientes blancos y relucientes, que te pierdas de sus vistas por tiempo indefinido. ¿Cómo los llamó Jesús? Entre otras bellezas, ¡Hipócritas!

De hecho, cuando dice que si alguien te mata pensará que le hace un servicio a Dios, es más que claro que no está hablando de muerte física, aunque dependiendo del lugar, los tiempos y los hombres, en algún caso muy especial hasta se podría incluir. La palabra usada en el original, llega a traducirse más cómodamente como destruir. Si alguien destruye tu reputación con calumnias para sacarte del medio porque estás perjudicando sus negocios, estará convencido que le hizo un gran favor a Dios. Se olvidan que hay un texto donde Dios dice: ¡Mía es la venganza! No hay caso; leer la Biblia de manera fraccionada, viene de lejos, no es invento moderno. Nadie mejor que Pablo para darte un ejemplo de lo que significa encarar contra un ungido. En Hechos 26:9 él mismo lo cuenta así: Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; ¿Por qué razón haría eso un hombre como Pablo? Simple, porque todavía no era Pablo sino Saulo de Tarso, un hombre totalmente distinto que operaba en Adán y en la religión de su tiempo al ciento por ciento. Jesús es más contundente al respecto: Verso 3 = Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. El propio Juan, pero en este caso en su primera carta, lo dice de este modo: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 

Buen momento para preguntarte: ¿Qué es conocer a Dios? No debemos confundirnos con tener información acerca de Dios, eso es otra cosa. Puede ser útil, lo reitero, si decides estudiar teología, pero no si realmente quieres saber lo que tu espíritu anhela saber. Conocer a Dios, es lo que ese verbo bíblico significa: tener intimidad con Él. Y para cumplimentar con cualquier forma de intimidad, es menester que previamente exista pasión. Sin pasión, es imposible la intimidad. Me pregunto y pregunto: ¿Cuántos apasionados por el Señor conoces? Yo, muchos menos de los que quisiera. Y me incluyo en el examen. Verso 4 = Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Es una clara y concreta advertencia. Y muy válida su posterior aclaración en cuanto al motivo por el cual no se los había advertido con anterioridad. Él estaba con ellos y puntualmente se ponía sobre sus hombros todas las responsabilidades de la misión encomendada, pero ahora estaba a punto de retirarse del plano terrenal y no quería que ellos ignoraran al menos lo básico de esta guerra. Y eso es exactamente lo que les dirá:

Verso 5 = Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Cuando lavó los pies de sus discípulos y les dio una clase magistral de lo que es la verdadera humildad, y no ese cartón pintado con el que se muestran humildes los campeones de la religión, les dijo exactamente lo mismo. Lo recoge el propio Juan en 13:19 de su evangelio: Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. ¿Se entiende la idea? ¿Se entiende que todavía ellos, aún cuando formaban parte de su círculo más cercano, todavía no terminaban de darse cuenta quien era? No es de extrañarse, entonces, que más adelante, el propio Juan relate en 15:27 lo que le dice casi a modo de cierre ministerial: Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio. Por eso hay tanta diferencia entre sus apóstoles, esos muchachos casi díscolos y distraídos de los comienzos, con esos hombres fuertes y dispuestos a todo por el evangelio de los últimos tiempos. ¿Fueron los mismos Pedro, Juan y Mateo, por ejemplo, durante su trabajo ministerial, que lo que ejecutaron luego de su ascensión final? En tu Biblia está más que claro, eso.

Realmente, ¿Ninguno de sus apóstoles querían saber dónde se iba? La gran duda que queda, siempre es: ¿Era porque tenían re-claro que se iba al cielo con su Padre? ¿O era porque no tenían ni la menor idea de nada y no querían quedar expuestos en su ignorancia? Elige tú una; u otra al tono. Ellos, aparentemente, le habían demostrado que, si les decía la verdad, iban a querer impedírselo, tal como luego lo propondría el mismísimo Pedro. Por eso es que Él les dice: Verso 6 = Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Es obvio que estas palabras dan una cierta evidencia de que ellos no tenían del todo en claro quien era Él y por qué debía irse. Entonces su deseo era que siguiera allí, viviendo con ellos y sacándolos de tanto en tanto de algún apuro con los fariseos u otros enemigos. Eso, sin contar la emoción de los milagros de sanidad, liberación y poder. De allí que Jesús tenga que recordarles lo que viene: Verso 7 = Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. ¡Ey! ¡Muchachos! Si quieren que venga el Espíritu Santo, los bautice y los llene con su poder sobrenatural para que hagan las mismas cosas que yo hago y mucho mayores, todavía, es necesario que yo me vaya, ¿Entienden o tengo que explicárselos de nuevo?

Es notorio que a esos jóvenes les costó bastante caer en cuenta de lo que significaba esa presencia invisible, abstracta y casi inconcebible de creer, llamada Espíritu Santo. Date cuenta que si no terminaban de entender quien era Jesús, pese a haberlo acompañado en su ministerio y haber visto todas las señales prodigios y maravillas que había ejecutado delante de sus ojos, ¿Cómo se les podría pedir que aceptaran de primera a un Espíritu Santo al que todavía no sabían que rol adjudicarle? Por eso Él se ve en la necesidad de presentarles alguna de sus facetas. Verso 8 = Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. ¿Has pasado por este estado de tu ser? ¿Has sido rescatado o rescatada del mundo? ¿Cómo se siente eso? Tienes convicción de pecado. Porque no es convencimiento, es convicción. El convencimiento llega desde afuera hacia adentro, mientras que la convicción es algo que te nace desde adentro hacia afuera. La palabra es elenjo, y tiene que ver con un sentimiento interior muy similar a lo que emocionalmente llamamos culpa. Sabes, que sabes, que sabes que estás fuera de la voluntad de Dios, aunque no puedes explicar como es que lo sabes. Espíritu Santo.

Verso 9 = De pecado, por cuanto no creen en mí; Esto te está dejando en evidencia que, independientemente de todas las porquerías que como seres humanos carnales podamos realizar con entidad pecaminosa, la que Dios pone por encima de todas las demás, es la incredulidad. Tú puedes ser el humano más entregado a causas nobles, colaborador, eficiente, abnegado e incluso hasta sacrificado por las cosas de la iglesia de Dios, pero si no crees en Él de la manera diseñada, esto es, por medio de aceptar a Cristo como único Salvador personal de tu vida y convertirlo en Señor de ella, tú estás pecando grave. ¿Tienes hijos? Piénsalo así, seas hombre o mujer. Tus hijos pueden cometer toda clase de travesuras, aún las más peligrosas que rozan lo delictivo, y a ti siempre te saldrá alguna estrategia para rescatarlos, contenerlos y ayudarlos. Pero si tus hijos te demuestran que no creen en ti como padre o madre, a ti se te caen los brazos y no tienes fuerza para hacer nada por ellos.

Verso 10 = de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; Es curioso, porque la palabra que aquí es traducida como justicia, es dikaiosúne, y la Biblia interlineal elige traducirla como rectitud. Tiene que ver con una conducta de parte nuestra que esté encaminada a sentir la tranquilidad de que, aunque no le veamos, Él está siempre cerca nuestro y observando nuestro diario vivir. Esa es la máxima garantía de un creyente, saber que aunque de pronto los hombres no terminen de entenderlo o aceptarlo, hay un Señor majestuoso que sabe perfectamente lo que hay en su corazón y, en función y razón de ello, será evaluado. Siempre doy el mismo ejemplo porque para las leyes y tradiciones humanas, es la más incomprensible, aunque sea real: David. Adúltero, homicida y, sin embargo, con un corazón según Dios mismo, conforme al Suyo, Justicia. Y el hecho de no verlo, acredita aún más esta condición. Es muy fácil, o directamente muy sencillo, hacer buena letra en conducta a los ojos de un hombre de carne y hueso, (El pastor, por ejemplo), que sólo puede ver lo externo, lo que ven sus ojos naturales. Y otra muy distinta, moverse sabiendo que quien te está mirando, ve tu todo interno y externo por igual. No hay escapatoria. O eres o no eres.

Verso 11 = y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. ¿Qué es juicio? ¿Acaso determinar que tal o cual persona es mala y no permitirle ni siquiera deambular por las cercanías de nuestro medio? No, eso sería adoptar un rol para el cual no fuimos ni llamados ni levantados. Juicio, puntualmente, siempre se trata de separar lo verdadero de lo falso. Cuando los hechos, que en realidad son los frutos de una persona, demuestran con claridad que esa persona es falsa en su conducta, su comportamiento o su fe, esa persona es considerada falsa y como tal es juzgada. Pero si no se hallan esas pruebas y sus frutos no muestran esa condición, esa persona deberá ser considerada verdadera y no podrá en modo alguno estar sujeta a duda o a marginación. Un juicio sobre esas bases, es lo que Dios llama Justicia, así con su inicial en mayúsculas. Y en cuanto a que el que ha sido juzgado es el príncipe de este mundo, todos hemos entendido que está hablando de Satanás, ¿Verdad? Sólo un problema de traducción que no es menor. Si la nominación de príncipe es para el hijo de un rey, ¿De qué rey es hijo Satanás? Creación de Dios, si, como todos los demás ángeles y arcángeles, pero hijo, que yo sepa, no. ¿Y entonces? ¿Por qué es llamado así?

Porque hay un error. No tal vez en quienes realizaron esa traducción, pero sí en muchos de nosotros, al interpretarla de un modo que no corresponde. La palabra griega de la cual se traduce Príncipe, es árjon. Y su traducción extendida sería: principal, soberano, gobernante, hombre principal, magistrado, autoridad y príncipe, pero no de calidad real como hijo de un rey, sino de principado, que sería un estado de dominio por fuera del diseño divino. Satanás es muchas cosas de estas, ya que ejerce un poder sobre tanta gente que sería ingenuo no reconocerle sus victorias. Puede ser el principal dentro del reino de las tinieblas y también de algún modo gobernante del mundo incrédulo en el que habitamos. Pero no príncipe en condición real. El único que ostenta ese rango por ser Hijo del Rey, es Jesucristo. Y dice que ya fue juzgado. No tenemos que juzgarlo nosotros a futuro, sino que ya lo fue por la única Justicia, la divina. En síntesis: el ministerio del Espíritu Santo entre los no creyentes es el de la convicción. Específicamente, Él utiliza su incredulidad para probar la gravedad del pecado, la obra triunfante de Cristo para probar la disponibilidad de justicia y la derrota de Satanás para probar la solemne certeza del juicio.

Verso 12 = Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. En primer lugar, Jesús les da entender que ciertas cosas del Espíritu, por su profundidad y su naturaleza sobrenatural, son muy complejas para asimilar cuando todavía se es inmaduro, tal como lo eran esos jóvenes que ni siquiera tenían bien en claro a quien estaban acompañando. Por otra parte, les reconoce que su propia enseñanza no estaba completa, ya que se basaba especialmente en la instrucción adicional que la iglesia debía recibir del Espíritu Santo. Esto que les dice Jesús, casi que forma parte del basamento de lo que luego será el Nuevo Testamento. Es, asimismo, un serio llamado de atención a todos aquellos que aceptan si dudar lo que Jesús enseñó, pero que ponen en duda y hasta se permiten cuestionar lo que Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento enseñan y que no hacen más que corroborar lo que ya Jesús había expresado. Por ejemplo, ellos no sabían que algunas de las costumbres y mandamientos entre los judíos serían cumplidos en la persona y en la obra de Jesús, y ya no serían obligatorias bajo el Nuevo Pacto. Tampoco sabían que Dios traería a los gentiles a la comunidad del Nuevo Pacto como compañeros iguales, sin tener que volverse judíos primero.

Verso 13 = Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Ese os guiará a toda la verdad, en un sentido, se cumplió cuando los escritos del Nuevo Testamento, inspirados divinamente por Dios, fueron completados. En otro sentido el Espíritu Santo en la actualidad continúa guiándonos a toda la verdad, (Lee bien, por favor y no te comas palabras. Dice TODA la verdad, nada menos) pero nunca en oposición a la Escritura, porque la revelación suprema acreditada de Dios se ha cerrado con el Nuevo Testamento. En griego significa ‘toda la verdad’. Y es la verdad específica sobre la persona de Jesús y el significado de lo que dijo e hizo. El Nuevo Pacto es evidencia permanente de que los apóstoles fueron guiados a la verdad sobre esto. No te olvides que siempre un pacto es algo ejecutado entre dos o más partes. Si una parte es Dios, ese pacto es eterno e inamovible.

Luego dice que nos hará saber las cosas que habrán de venir: Esta promesa se debe referir a las características principales de la nueva dispensación cristiana. El Espíritu los guiará a esa nueva economía en la cual ya no contarían con el ejemplo visible y la ayuda y el consejo de su maestro. Porque una cosa era ministrar con Jesús cerca y otra muy distinta, sin verlo y sólo creyendo que está. Y que no hablará por su propia cuenta…  Verso 14 = Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. El me glorificará… tomará de lo mío, y os lo hará saber: El ministerio del Espíritu Santo es revelarnos a Jesús, dar testimonio de Jesús. Juan lo había dicho en el capítulo anterior, verso 26: Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Él utiliza muchas maneras diferentes y muchos dones diferentes para lograr esto, pero el propósito siempre es el mismo: revelar a Jesús. Uno puede hablar de sueños, visiones, experiencias, revelaciones y decir que vienen del Espíritu Santo, pero muchas de esas supuestas revelaciones del Espíritu no dicen nada o casi nada acerca del mismo Jesús. Este versículo es decisivo contra todas los agregados y supuestas revelaciones subsecuentes a y además de Cristo; es el trabajo del Espíritu testificar y declarar las cosas de Cristo; no nada nuevo ni más allá de él.

Verso 15 = Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Si Jesús no hubiese sido quien era, jamás hubiera podido decir esto sin caer en alta blasfemia. Pero lo dijo porque Él era quien decía ser, independientemente de si los que lo escuchaban y veían alcanzaban a creerlo. Verso 16-18 = Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla.  Los discípulos no entendían que el arresto de Jesús estaba a solo una o dos horas de distancia, y luego seguiría su crucifixión. Sin embargo, como debía ir al Padre, ellos lo verían una vez más cuando resucitara.

Durante el intervalo entre su muerte y su resurrección los discípulos perdieron su fe y su visión espiritual, y no lo vieron más de lo que lo hizo el mundo. No entendemos lo que habla: Los discípulos estaba preocupados y confundidos. Probablemente pensaban que Jesús hablaba con misterio innecesario sobre a dónde iba y lo que haría. Ellos no entendían a qué se refería sobre no verlo y luego verlo. Aquí se utiliza una palabra diferente en el griego para habla del que se usa en la primera parte del versículo. Por consiguiente, dicho correctamente, sería “no entendemos de que habla’. El uso del tiempo imperfecto en ‘seguían preguntando’ muestra que debieron haber hablado entre ellos sobre esto y que el discurso no procedió como una conferencia ininterrumpida. Donde para nosotros, todo es claro, para ellos todo era un misterio. Si Jesús desea fundar el reino mesiánico ¿Por qué irse? Si no lo desea ¿Por qué regresar?

Hasta aquí esta escena que seguramente habrás leído muchas veces. ¿Qué tiene de particular? Casi lo mismo que algunas cosas de este tiempo tienen. Por un lado, gente ungida hablando de cosas espirituales muy profundas, sólo aptas para los que tienen oídos para oír, y por el otro, gente con sus pies duramente arraigados sobre la tierra y, por esa causa, son ineptos para entender un idioma que tiene origen en otro nivel, en otra dimensión. Han existido tantas películas de ciencia ficción haciendo hincapié en la tridimensionalidad que, cuando decimos otra dimensión, no son pocos los que dudan si eso es cierto o sólo otro libreto de Hollywood para enriquecer sus carcas a costa de espectadores deseosos de aventuras. No le hace. Lo cierto es que hay una dimensión paralela y sobrenatural, que es imposible ser entendida y ni siquiera vista por nuestros ojos naturales.

Esto mismo era lo que les sucedía a esos jóvenes discípulos de Jesús. No podían siquiera imaginar la realidad de lo que Él les decía y, por tanto, terminaban sin saber de qué les h abalaba. ¿Te digo algo? Hoy mismo eso está sucediendo en muchos sitios o espacios cristianos. Gente que habla de cosas sobrenaturales, ciertas, evidentes, pero que no es entendida por otra gente, que, aunque está reunida en los mismos lugares, sus mentes todavía están programadas para el otro. No existe una carrera de teología que te enseñe la cualidad de los milagros. Aunque formen parte de la Escritura, eso siempre será una especie de fantasía que acompaña la seriedad de un estudio intelectual de la Palabra. No funcionó, no funciona, ni funcionará nunca. Porque el evangelio no es un asunto intelectual, es un asunto espiritual. Y como lo espiritual es invisible, media población mundial, aunque se diga a sí misma cristiana, prefiere ignorarlo y seguir basándose en lo que sus ojos pueden ver y sus manos palpar.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

diciembre 7, 2025 Néstor Martínez