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¡Esto es el Reino!

Hace más de veinte años que vengo hablando del Reino. Y todavía hay mucha, pero muchísima gente de la que me escucha, que no ha entendido lo que es el Reino y lo que significa. Yo podría hacer la más fácil y decir que eso es culpa de toda esa gente, por no escudriñar y ser ignorante, pero la verdad es otra. Somos una generación nacida en un sistema de gobierno llamado Democracia. Con todos los claros y oscuros que cada democracia tiene en cada país, pero democracia al fin. Lo poco que conoces sobre reinos, tiene que ver con los pocos que todavía existen, pero sólo figurativamente.

Sus reyes son reyes, pero no gobiernan. Generalmente en esos países que te menciono, hay democracias que operan bajo el sistema de legislaturas. Primeros ministros son los que gobiernan, los reyes sólo están para ir a fiestas y celebraciones. Nuestro Reino no es eso, y cuando te de las pautas que lo sostienen, por momentos se te van a caer las medias del impacto. Y algunas cosas no te van a gustar, como no me gustaron a mí al principio, cuando conocí esta verdad. Pero es mi deber transferirte lo que he aprendido, aceptado, creído y puesto por obra. Es mi oración que al final, tú vayas y hagas lo mismo.

Escucha. Jamás le hablo a mis oyentes de manera directa, pero hoy tengo mandato y dirección de hacerlo. Y es para decirte que no me sorprende que justamente hoy y justamente tú, estés allí dispuesto o dispuesta a escucharme. Con una paz y una expectativa distinta a las de otras veces. ¿Sabes por qué no me sorprende? Porque lo que estoy a punto de enseñarte, es el mensaje más importante que existe sobre la tierra. Pero cuidado, porque también es el más peligroso. Es el único mensaje al que Satanás le teme. Cuando oye que alguien lo enseña, se hace presente en persona para procurar borrarlo de la mente de quien lo reciba. Toma toda tu autoridad en Cristo, ahora, y no se lo permitas.

Y a eso supongo que deberemos probarlo. Vayan con sus biblias a Mateo capítulo 13. Quiero explicar por qué esto está pasando ahora. En este capítulo, Jesús cuenta una historia, acerca de un agricultor, un sembrador. Mucha gente ha predicado sobre esta historia. Y lamentablemente debo decirte que, en muchos casos, lo que han predicado no ha sido verdad. No, al menos, la verdad completa. ¿Cómo se supone que yo sé esto? Porque yo mismo decía las mismas cosas que esos que te estoy mencionando, decían. Era lo que había aprendido. Así que, para evitar errores, yo quiero que tú leas lo que Jesús dijo de esta historia.

Él cuenta la historia de un sembrador que sembraba semillas. Y todos ustedes conocen de esta historia. Así que ni siquiera la voy a leer. De todos modos, lo que sí quiero es que leas una parte de lo que acaba de suceder aquí. Son muchos los que han usado de esta parábola, resaltando la importancia del perdón. Y no son pocos los que usan este pasaje para incentivar una mayor ofrenda. Porque dicen que, si siembras dinero, cosecharás dinero. Prosperidad le llaman. ¡Y eso no es verdad! ¡Eso no es lo que Jesús dijo aquí! ¿De qué trata, entonces, esta parábola? Hay muchas parábolas que Jesús no explicó.

Pero en esta, no hace falta preguntarse qué es lo que Él quiso decir. Es una de las pocas parábolas que Él sí explicó. Observa el verso 10. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? Y Él explica por qué. Alguna vez me llegará la orden de explicar lo que Él explicó, porque me llevaría una enorme cantidad de tiempo hacerlo. Pero vayamos al verso 16. Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. (17) Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. 

¡Wow! ¿Sabes lo que les acaba de decir? Lo que te estoy enseñando, la mayoría no lo entendió. Amós no lo entendió. Isaías no lo entendió. Jeremías no lo entendió. Ezequiel no lo entendió. Pero ustedes sí lo están entendiendo. ¿De qué estaba hablando, Él? Él está a punto de explicar la parábola. Verso 18. Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: O sea que a esto no hay que adivinarlo, hay que entenderlo. Te lo explicaré. Así que, leamos. Verso 19. Él dice: esto es lo que significa esta parábola. Cuando alguno oye la palabra del reino Subraya eso, por favor. Porque tú puedes oír muchos mensajes; fe, sanidad, bautismo, unción, poder, prosperidad.

Pero esto no tiene nada que ver con todo eso, esto es diferente. El Reino. Cuando alguno oye el mensaje, del Reino, y a la palabra del Reino no la entiende, viene el malo. Cuando estás a punto de predicar el Reino. Cuando se toca este tema, Satanás no envía demonios. Jesús dijo: Él viene en persona. Cuando alguien oye el mensaje del Reino, el mismo Satanás viene. Muchos predicadores vendrán y predicarán buenos mensajes. De unción, prosperidad, poder, sanidad, milagros. Pero Él dice que cuando empiezas a predicar el Reino, Satanás no envía demonios para interferir, viene él mismo, en persona.

¿Y por qué viene? …y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. ¡Viene para arrebatarlo! Para volverte incrédulo. Para destruir el momento ungido que estás viviendo. Para apagarte la luz del entendimiento. Por eso es que no me sorprende que hoy estés casualmente allí, oyéndome. Porque seguramente Satanás también hoy anda por allí, rodeándote y procurando que no entiendas nada. ¿Por qué? Porque el mensaje del Reino es el único que predicó Jesús. Jesús nunca predicó sanidad. ¡Sanaba a la gente! Nunca predicó resurrección. ¡Resucitaba a la gente! Nunca predicó liberación. ¡Liberaba a la gente! ¡Sólo predicó el Reino!

Así que ahora quiero que tomes tu biblia, porque vamos a hablar del Reino, del poder y de la gloria. Es un paso tendiente a establecer el Reino, el poder y la gloria de Dios en la tierra. Porque eso es exactamente de lo que trata el Reino. Es el establecimiento de la gloria y el gobierno del Reino de Dios en la tierra. La pregunta que cabe, es: ¿Por qué necesita la tierra el Reino de Dios? 1.- El más grande problema en la tierra es, el mundo. Es una declaración bien importante, esta. El mundo entero se está desmoronando. Las economías están colapsando. El mundo, con todo su aparente esplendor, en realidad se está desintegrando.

Las economías se están desmoronando. ¿Por qué? Porque el mundo está colapsando. Dios creó la tierra, con un mundo. Y ahora escúchame con cuidado. Porque si no logras entender esto, nunca entenderás a Dios. Dios hizo una tierra, y sobre esa tierra, puso un mundo. Y hoy tenemos dos mundos, en una sola tierra. Dios creó una tierra, con un mundo. Pero hoy, tenemos una tierra con dos mundos. Si no comprendes esto, nunca entenderás la biblia. ¿Qué es mundo? ¿Cuál es la diferencia entre el mundo y la tierra? La palabra tierra, en la biblia, es una palabra hebrea en la que tierra, significa polvo de la tierra.

Tierra física. La palabra mundo, es diferente. Así que el mundo y la tierra, son diferentes. La tierra, es el planeta físico. El polvo, los montes, los árboles, los ríos, las plantas, los animales. Esa es la tierra. Es el planeta físico. Es la mayor tierra. Pero el mundo es diferente. La palabra mundo, en la Biblia, es la palabra kosmos. Así que al leer tú la Biblia debes ser muy cuidadoso. Cuando tú lees estas dos palabras: Mundo y Tierra. Hay una diferencia. ¿Qué significa la palabra Kosmos? 1.- Significa poderes de autoridades. 2.- sistemas que controlan. 3.- Sistemas de control. 4.- Pilares o columnas de influencia.

Ahora te doy la más importante. Mundo en la tierra, Kosmos en la tierra, significa influencia de gobierno. Así que la palabra Mundo, Kosmos, significa, Sistema de gobierno. La tierra, entonces, es el planeta. Pero el mundo, entonces, es el sistema que produce influencia en el planeta. No hay nada malo con la tierra. ¡La tierra es inocente! La tierra es perfecta. ¿Qué anda mal con la tierra? El mundo. No hay miseria en la tierra. ¿Dónde está la miseria, entonces? En los sistemas del hombre. No hay criminalidad en la tierra. Las plantas jamás atacarán a los animales. Los árboles, jamás atacarán a los océanos.

Entonces, ¿De dónde viene el crimen? De los sistemas del hombre. El mundo. Dios creó a la tierra para ser regida por el cielo. Nunca fue la intención de Dios que la tierra fuese regida o gobernada por la tierra. Dios creó la tierra para ser regida por el Reino de los Cielos. Dios quiso regir o gobernar lo visto, desde lo no visto. Él quiso regir lo natural, desde lo no natural. Su plan fue dominar lo visible, desde lo invisible. El Reino de Dios, es invisible. Y es más real que la tierra. ¿Por qué? Porque la tierra fue creada por el Cielo. Y la tierra necesita, el mundo del Cielo.

El Cielo necesita que la tierra funcione. Sin el Cielo, la tierra no tiene propósito. Y el primer país que existió, no fue sobre la tierra. Escucha con cuidado. El primer país que haya existido, fue un país llamado El Cielo. El Cielo es un país. Es invisible. Es sobrenatural. Pero es más real que la tierra. Y el país del cielo, produjo la tierra. Por eso es que el cielo es más real que la tierra. ¿Por qué creó los cielos a la tierra? ¿Por qué el Reino de Dios creó la tierra? Tengo la respuesta. La tierra fue creada para ser una colonia del cielo. El Reino de los Cielos, es el primer Reino que haya existido.

Pero el Reino de los Cielos, es invisible. Es espiritual. La tierra es física. Lo visible es temporal. Más lo invisible, es eterno. Lo visible fue creado por lo invisible. Lo visible fue creado y fue diseñado para ser regido por lo invisible. Lo natural fue creado para ser gobernado por lo sobrenatural. El cielo fue creado para gobernar la tierra. Esto es básico, fundamental. Nunca fue la intención de Dios que la tierra estuviese sola. Nunca fue intención de Dios que la tierra fuese gobernada por un gobierno terrenal. ¿Por qué creó Dios la Tierra? Busca en tu Biblia, en Isaías capítulo 45 y mira el verso 18. Allí nos dice Dios por qué creó la tierra.

Dice: Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. Él no creó la tierra para que estuviese vacía. Él la formó para que estuviese habitada. ¿De qué estamos hablando? ¡Estamos hablando de gobierno! Dios dijo: Yo hice los cielos; ese es mi territorio. Ese es mi país. Ahí es donde vivo. Es invisible, es sobrenatural, es perfecto, es poderoso, todo está en orden. No hay crimen, no hay depresión, no hay pecado, no hay enfermedad, no hay dolencia, no hay temor, no hay guerra. ¡Cielo! Es donde vivo.

Los cielos. El cielo es mi país, así que yo soy el Rey del Cielo. Así que el Cielo es el Reino de Dios. Y Dios decidió: Voy a crear un planeta, y lo formaré. No para que esté vacío. La Tierra, es el único planeta, dice Dios, que sería habitado. Así que el hombre, que anda enviando cohetes y naves espaciales por todo el espacio, están buscando vida. Viajan a la Luna, a Marte, a Venus, a Júpiter buscando vida. Y siempre regresan con el mismo reporte: no hay señales de vida. ¿Por qué? Porque están invirtiendo millones de dólares tratando de probar que es Dios el que está equivocado.

La Tierra, dijo Dios, será habitada. ¿Por qué? La Tierra será mi colonia. Hoy vivimos bajo gobiernos democráticos y estamos acostumbrados a ellos. Pero tengo que advertirte que las democracias no colonizan. Ninguna democracia coloniza. Sólo los Reinos colonizan. Y el primer Reino que existió, es el Reino de los Cielos. Y el Rey del Cielo, dijo: quiero colonizar. Así que creó un planeta llamado La Tierra. Luego dijo: habitaré este planeta. Cuando quieres colonizar un país o un territorio, tienes que enviar allí a tus conciudadanos. Así que años atrás, hubo un reino, en Europa, España. Un reino poderoso. Entonces el Rey Fernando, dijo: Quiero colonizar. Y lo mismo, en alguna medida, dijeron los reyes de Gran Bretaña, Portugal y Francia. La gran pregunta, entonces, es: ¿Por qué colonizan los reyes? Porque la gloria del rey es territorial. Mientras más territorio tenga un rey, más gloria tiene. Por eso es que todos los reinos, se expanden. Colonizan.

Así que los portugueses, un día llegaron a lo que hoy día es Brasil. El reino de España, vino a Argentina, Colombia, México y varios lugares más. El reino británico vino a lo que hoy son los Estados Unidos. Así que mi Argentina, es un resultado de la colonización. Ahora, la otra pregunta: ¿Cómo colonizaron? Miren; nunca se coloniza con las personas que ya viven en ese territorio. Envías ciudadanos de tu propio reino para vivir en el territorio a colonizar. Así que Dios dijo: ¡Quiero colonizar la tierra! ¡Necesito ciudadanos de mi Reino, allí! Que sean iguales a mí.

Pero tuvo un problema. El problema de Dios fue que no había ninguno como Él en el Cielo para enviar a colonizar la tierra. Había ángeles, Serafines, Querubines, pero ninguno como Él. Y Dios dijo: para que yo pueda colonizar al planeta Tierra, necesito ciudadanos tales como yo. La vida ya había sido creada. Génesis capítulo 1. En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Ahora Dios necesita ciudadanos. ¿Por qué? Quiere colonizar. No tiene ciudadanos. Así que Dios dice, en Génesis capítulo 1, verso 26: El planeta está listo, hay vida en el planeta, hay plantas, animales, oxígeno, todo está listo, ¡Pero ahora necesito ciudadanos!

¡Quiero que mi Reino se expanda! Verso 26. Entonces dijo Dios. hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza. Tal como nosotros. ¿Por qué? ¿Para qué? Para que señoree en la tierra. ¿Por qué creó Dios al hombre? No lo creó para que viva un tiempito, se tome un par de cervezas. se muera y se vaya al cielo. A los religiosos les fascina ir al cielo. ¡Aman irse al cielo! Pero la gente de Reino, ama sojuzgar la tierra. Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Ningún ángel, en la Biblia, tiene la imagen de Dios ni tampoco su semejanza. Nosotros, ¡Ustedes que me están escuchando ahora! Son las únicas criaturas en existencia que tienen la imagen y la semejanza de Dios.

Ustedes son igualitos a su Padre, Dios. Tú no viniste de la tierra. Tú fuiste enviado a la tierra. Tal como aquel rey de España envió a miles de ciudadanos españoles a Sudamérica. Y ellos sojuzgaron, que es como decir que dominaron a Sudamérica. Así Dios te envía a ti a la tierra, a dominar la tierra. Porque tú existías antes de la tierra. La Biblia dice que tú estabas en Él, antes que empezara la tierra. Tú estabas en Él. Tú estabas dentro de Dios. Él estaba embarazado con la raza humana, antes que Él hiciera la Tierra. Tú existías antes que la Tierra. Porque la Tierra fue hecha para ti. Salmo 90. Versos 1 y 2, dice: Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Ahora escúchame con mucho cuidado. Dios te produjo a ti, antes de haber creado la Tierra. Y creó la Tierra, para que tú la tengas. Para que Él pudiera colonizar la tierra. Con sus propios hijos, sus propios ciudadanos. Todos habitantes del Reino de los Cielos. ¿Por qué es esto importante? Porque tú y yo hemos estado buscando extraterrestres. Y el problema es que tienes a varios cerca de ti allí donde estás. ¡Porque tú no eres de la Tierra! Tu viniste a la tierra, desde el cielo. Tú estabas dentro de Dios y Dios te puso en la tierra para colonizarla, para dominarla. Para los cielos.

Escucha, por favor. ¿Cuál es el propósito de la colonización? Sencillo. Transferir tu cultura. Tu gobierno. Tu idioma. Tu comida. Tu forma de vestir. Tu estilo de vida. Todo eso a un territorio lejano. Colonización. Dios dijo: quiero colonizar la tierra con el Reino de los Cielos. Así que tendré unos cuantos hijos. Los llamaré hombres. Como especie, no como género. Y los pondré en el planeta. Eres un extraterrestre. No eres de aquí. Fuiste enviado acá. Para hacer que la tierra sea exactamente como es el Cielo. Permíteme ahora darte diez componentes de lo que es un Reino. Anótalos, porque esta es tu tarea. La mía la estoy cumpliendo ahora.

Así es como tú traes el gobierno de Dios a tu país. 1.- Todos los reinos tienen territorio. 2.- Lenguaje. 3.- Leyes. 4.- Símbolos. 5.- Constitución. 6.- Códigos morales. 7.- Valores compartidos. 8.- Costumbres. 9.- Normas sociales. 10.- Cultura. Cada país consiste en estas diez cosas. De manera que, si tú quieres definir un país, primero debes reconocerlo como un territorio. El cielo tiene territorio. Se llama el cielo. El cielo tiene un idioma, se llama lenguas. Si tengo el don de lenguas, salvo que haya alguien con el don de interpretación, no me puedes entender. ¿Por qué? Porque es el lenguaje nativo.

Cuando el hombre cayó, perdió su idioma. Perdió su tierra. Perdió sus leyes, su constitución, perdió sus valores, sus códigos morales. Perdió todos sus valores sociales. Perdió su cultura. El Reino de Dios no es una religión. Es un país. Tiene un rey, tiene territorio, tiene leyes, tiene una constitución, tiene una cultura. Dónde el Reino colonice, se habla el mismo idioma, se come la misma comida, de la misma cultura. Por eso a quien lo cree, lo acepta y se lo pide, Dios le da el don de lenguas. ¡Forma parte de la colonización, eso! Pero no todos lo creen, no todos lo aceptan y muy pocos lo piden. Ese es el hombre por fuera del Reino.

Y esto es lo mismo que nos sucede aquí en Sudamérica o incluso en Norteamérica. No necesitas decirme de dónde eres. Cuando te oiga hablar y escuche en qué idioma lo haces, sabré de qué reino eres consecuencia. Mis antepasados, puedes darte cuenta por mi apellido, vinieron de España. Yo nací hace muchos años en Argentina, igual que mis padres y abuelos, pero hablo el idioma de aquellos parientes lejanos que vinieron de lo que aquí solíamos llamar “La Madre Patria”, España. Soy un producto de aquella colonización. Así que Jesús dijo: Id por todo el mundo, predicad el evangelio del Reino y todo aquel que creyere, será salvo. Hablarán nuevas lenguas.

¿Y por qué nuevas lenguas? Porque cuando vuelves al Reino de los Cielos, cuando vuelves recibes al Espíritu Santo, y Él te devuelve tu idioma original. Por eso es que, al hablar yo en lenguas, no necesitas preguntarme de donde soy. Cuando hablas en lenguas, tú dejas expuesto el país de donde eres. Si ahora me pusiera a hablar en lenguas, salvo que exista alguien que tenga el don de interpretarlas, ninguno de ustedes sabría lo que estoy diciendo. ¿Sabes por qué? Porque ustedes (Y yo también, obvio) hablamos normalmente en un idioma foráneo llamado español.

El español es un idioma nuevo para el cielo. Porque tu idioma original, son las lenguas. Por eso Pablo dijo: le doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos ustedes. Porque cuando hablo en lenguas, mi mente queda sin fruto. Pero le hablo directo a Dios. Y el me entiende al toque, mucho antes que yo mismo sepa de qué estoy hablando. Y ahora déjame ir diciendo esto. La expresión más poderosa de un país, es su cultura. ¿Y qué es cultura? Jesús dijo: cuando oren, no oren para ir al cielo. La religión dice que cuando oren, oren para irse al cielo. Jesús dijo: cuando oréis, no oréis para ir al cielo.

Es por eso que, a veces, tus oraciones no tienen respuesta. ¡Señor! ¡Ya no aguanto más todo lo que está pasando aquí! ¡Por favor! ¡Sácame de aquí y llévame contigo al cielo! ¿Te suena conocida esa oración? Es la oración de todos los religiosos. Hinduismo, budismo, islam y cristianismo. ¡Esa no es la oración de Jesús! Los discípulos se acercaron a Jesús. Ellos eran religiosos. Dijeron: Maestro, enséñanos a orar. Y enséñanos por qué hay que orar. ¿Por qué cosas debemos orar? Jesús dijo: Está bien, les enseñaré. He aquí como deben orar.

Padre nuestro. ¿Padre? Nuestro padre. Primero dijo: nunca vengas a orar nada más que por ti mismo. ¿Sabes como ora la mayoría? ¡Padre MIO! ¡Tengo problemas! YO necesito MI sanidad y que ME arregles todos MIS desaguisados. ¡No ores así! Dijo Él. Padre Nuestro. Cuando entres a orar, trae a toda la comunidad que conoces contigo. Eso es tan incorrecto como los movimientos carismáticos o de la prosperidad. Oran por bendiciones privadas. Oran por prosperidad personal. En el Reino, no oras por ti mismo. Oras para que todos prosperen. Que todos crean, que todos sean bendecidos. Cuando oréis, orad así: Padre Nuestro.

Padre. Es una palabra hebrea que se pronuncia Abba. ¿Sabes lo que significa? Fuente. ¿Y quieres algo más impactante, todavía? Abba no es una persona, es una función. Dios es tu fuente. Padre Nuestro. Que estás en los cielos. No en la tierra. Él está en su país. Él está en nuestro país de origen. Santo es tu nombre. Venga a nos tu Reino. Hágase tu voluntad. Venga a nos (A nosotros) tu Reino. Él dice: oren, no para irse al cielo ustedes, sino para que venga su Reino y se haga su voluntad. ¿Dónde? En la tierra, así como se hace en los cielos. Él dijo: oren, para que lo que está sucediendo en los cielos, comience a suceder aquí también en la tierra.

Venga a nos tu Reino. Venga a nos tus leyes. Venga a nos tu idioma. Venga a nos tu constitución. Venga a nos tus valores morales. Venga a nos tus normas sociales. Venga a nos tu cultura. En la tierra, así como es en el cielo. En el cielo no hay enfermedad, no hay dolencia, no hay pecado, no hay hogares rotos, no hay depresión, no hay crisis económica, no hay miseria, no hay temor. A la tierra. Por eso es que Jesús nunca predicó sanidad. Por eso es que Jesús nunca predicó prosperidad. Por esta razón es que Jesús nunca predicó liberación.

Si. tú tienes hambre y yo te doy una manzana, tú te la comes, pero dentro de un rato vuelves a tener hambre. Pero si yo te doy un manzano, o sea: una planta llena de manzanas, eso es otra cosa. Pedirle a Dios sanidad, es pedirle UNA manzana. Pedirle a Dios que venga a nosotros su cultura, es salud. Pedirle a Dios dinero, es una manzana. Pedirle a Dios que venga la cultura del cielo, es riqueza. Jesús nunca sanó y luego predicó el Reino. Primero predicó el Reino, y luego sanó. Eso significa Poder. Si el Reino de Dios ha vuelto a la tierra, entonces la cultura del Reino volvió a la tierra, y en esa cultura, no hay enfermedad. Eso significa que un milagro, es una sencilla evidencia de que la cultura está presente.

Ya fue dicho y enseñado: Dios creó una especie llamada Hombre. La palabra hombre, en ese verso, es plural. Eso significa que Dios no estaba haciendo una sola persona, estaba creando toda una especie. Hombre. Y decidió crearla a Su imagen. Y la palabra imagen, no significa verse igual, sino que significa tener el mismo carácter. Características. La misma naturaleza. Eso quiere decir que todo lo que Dios posee, esta criatura creada lo poseerá. Dios tomó partes de Él mismo para crearlo. Eso significa que lo que hay en Dios, está en nosotros. Misma naturaleza, características. Y luego dijo que sería a Su semejanza. Y semejanza no quiere decir que nos parecemos a Dios. La palabra del original da a entender que funcionará como Dios.

Así que tenemos la naturaleza de Dios, el carácter de Dios, sus características y funcionamos al igual que Dios. ¿Por qué? Porque de Dios salimos. ¿Cómo funciona Dios? Él funciona por fe. ¿Y qué es fe? Fe es creer algo que no estás viendo, hasta que lo veas manifestarse. Tú fuiste diseñado para vivir por fe. Cuando tú no funcionas en fe, funcionas en temor. Y la biblia dice que en Dios no hay ningún temor. Así que, al temer, estas luchando en contra de tu propia naturaleza. Luego dijo Dios: ¿Para qué he creado esta especie llamada Hombre? Y esta es la gran pregunta. ¿Por qué Dios te creó a ti? No tienes que preguntarte el por qué. Él nos dice por qué.

Aquí es donde la religión te juega una mala pasada. Porque si le preguntas a un religioso por qué cree que fue creado, te va a responder lo que medio mundo religioso suele responder: “¡Para adorar a Dios!” ¡Eso no es lo que Dios dice! Suena bonito, pero no es verdad. ¿Por qué Dios te creó a ti? Leamos lo que dice: Y señoree, (O sea que tenga dominio) sobre los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. ¡Aquí te está diciendo por qué te creó! ¡Para tener dominio, multiplicación, procreación, autoridad y gobierno sobre la tierra!

Entonces, si tú quieres saber por qué y para qué existes, vas a tener que descubrir qué cosa es dominio. Si tú no sabes qué es dominio, no vas a poder saber por qué fuiste creado. Ahí te lo explico. En el Antiguo Testamento y en este verso, te daré la palabra original usada por Dios. Señorear, en hebreo, es Rada. O sea que lo que Dios dijo, es que el hombre tenga rada. ¿Y qué es rada? Te la daré en español. La palabra rada, es en español, la palabra Reino. Que tengan Reino, eso dijo. Que también significa, Gobierno Soberano.

Y te diré algo. El gobierno de Argentina, no es un gobierno soberano. Porque sólo un Reino tiene un gobierno soberano. ¿Dónde está la diferencia? En que una democracia, es un gobierno del pueblo, eso significa el término griego demos-cracia. Pero en un reino, no hay democracia alguna. Es el gobierno del rey. Eso quiere decir que en democracia, el pueblo es soberano. El pueblo hace las leyes. Pero en un reino, el rey es soberano. Y el rey hace las leyes. Muy diferente. Así que Dios dice que el hombre tenga rada, Reino, gobierno soberano sobre la tierra.

Ahora míralo desde esta óptica. Dios te hizo a ti, un rey. Pero, atención, porque un rey no puede ser rey sin territorio. No se puede ser un rey de la nada. Dios es llamado el Rey del Cielo, ¿Verdad? O sea que el cielo es un lugar real, de realeza. Es un territorio, es invisible, es sobrenatural, pero es real. Y Él es el Rey del Cielo, por eso es que el suyo es llamado el Reino de los Cielos. Luego, Dios tuvo hijos. Y los llamó Hombre. Y seguramente tienes alguno allí cerca para saludar como parte de tu familia real. Tengo un principio de Reino para darte. Bien importante.

Cuando leo la Biblia, trato de leerla desde la óptica de un Reino, no desde una democracia. Jesús no es un presidente ni tampoco un primer ministro. Jesús, Jesucristo, ¡Es Rey! Y Jesús no tiene democracia. Jesús tiene un Reino. Y un Reino no es una religión, es un país. Así que cuando leo la Biblia, veo que la Biblia trata acerca de un Rey. Y de un Reino. Y de una familia real. No de una democracia. No tratamos a Jesús como a un presidente. A Jesús no hay que votarlo para que acceda a gobierno y autoridad. Un Rey nace como rey.

Y algo tan importante como esto. Cuando un rey tiene hijos, se les llama príncipes o princesas. ¿Sabes por qué un rey llama príncipe o princesa a un hijo o hija? Príncipe, en hebreo, significa primero. Así que cuando un rey tiene un hijo, es llamado Primero. Suena medio extraño, ¿Verdad? ¿Y qué quiere decir esto? Que es primero o primera en línea para el trono. El primero en la línea para asumir el trono. ¿Y cuándo un príncipe llega a ser rey? Al momento en que el rey muere. Ahora tenemos un problema. Dios es rey, y tiene hijos que son príncipes. Pero no pueden llegar a ser reyes si Dios no se muere. ¡¡Y Dios no se morirá nunca porque es eterno!

Entonces nos encontramos con otro principio. He aquí como es que operan los reinos. Si un rey quiere que su hijo llegue a ser rey mientras él está con vida, tiene una sola manera: tiene que remover al hijo de su territorio y ponerlo en un territorio distante. Y al estar en el territorio distante, puede llegar a ser rey sobre ese territorio distante. Entonces ahora, el rey se encuentra con que, siendo todavía rey en su territorio, en otro territorio también tendrá un hijo que sea rey. Mientras ese hijo se mantenga alejado del territorio del rey, puede ser rey.

Y entonces Dios, que es un Dios tan bueno, dice que quiere que sus hijos sean reyes tal como lo es Él. Pero como el cielo es su territorio, tiene que sacarlos de allí. ¡Fuera del cielo! Así que ahora ha creado un planeta llamado Tierra y allí los enviará, a que sean reyes de esa tierra. Y así Dios no sólo será el rey del cielo, sino también será el Rey de reyes y Señor de señores. Él en los cielos, nosotros sus hijos reinando en la tierra. Esta es la razón por la cual Dios se llama a sí mismo Rey de reyes y Señor de señores. Y que ellos señoreen, rada, dominio, Reino. Gobierno sobre la tierra, no el cielo.

Sólo un problema. Esto pasa. Alguien dio un ejemplo muy claro respecto a esto. El rey de Portugal no permitía que ninguno de sus hijos fuera rey porque él todavía estaba con vida. Pero ellos querían ser reyes. Entonces envió a uno de sus hijos a Sudamérica, concretamente a lo que hoy es Brasil. Y allí fue rey. Y su padre, allá en Portugal, era llamado rey de reyes. El único problema que tenía ese hijo suyo era que, cuando volvía a Portugal de paseo, ni bien llegaba allí, volvía a ser príncipe, porque el Rey allí era su padre. Eso quiere decir que en Sudamérica ese joven tenía poder, autoridad, control, era rey. Pero cuando viajaba a Portugal abandonaba todo eso y estaba sometido a su padre, el único rey válido en ese lugar.

Dios dijo: que señoreen, que tengan dominio, poder, autoridad, gobierno, sobre la tierra. Así que, cuando vayas al cielo, no tienes poder. Hay dos títulos que Dios te da. Reyes y príncipes en la tierra. Eso está en Apocalipsis. ¿Y eso qué quiere decir? Que, si estás en la tierra, eres un rey, pero si estás en el cielo, eres un príncipe. ¿Qué prefieres, sumisión o poder? Jesús dijo: Padre, no te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del mal. Muchos cristianos, hoy, aquí y ahora, están orando al revés. Están tan abrumados por todo lo malo que ven en derredor que piden a Dios que se los lleve de aquí.

Mi pregunta, es: ¿Cuál de estas dos oraciones será respondida por el Padre, la de Jesús o la de esos cristianos? Basta. Déjate de hacer planes para irte de esta tierra, mejor haz esos planes para cambiar esta tierra. El Reino de Dios es la entrada del gobierno de Dios en la tierra. Así que su plan fue extender el cielo a la tierra. Colonizar a la tierra con el cielo. Llenar la tierra con la gloria del cielo. Eso dice el salmo 115:16: Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres. Dios dijo: el cielo es mi territorio. La tierra, es territorio de los hombres.

¿Cuándo vino el Reino de Dios a la tierra? Jesús nos dice cuando vino. Mateo 25.:34: Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. No una mansión. No ropa de primeras marcas. No autos de última generación. ¿Qué dice Jesús que has heredado desde la fundación del mundo? ¡El Reino! Y nota esto; no usó la palabra tierra. Usó la palabra mundo. Sistema. Cuando Dios puso a Adán en el jardín, el Reino estaba allí. Luego, en el tercer capítulo de Génesis, lo perdimos. ¿Cómo?

Con una declaración de Independencia. La colonia, declaró su independencia del Reino. Adán le dijo a Dios: “Quiero ser independiente”. Y eso es, exactamente, lo que todas las colonias hicieron en Sudamérica. 9 de julio de 1816, Argentina declara su independencia del reino de España. Hasta hubo enfrentamientos armados, guerras por esa causa. ¿Sabes tú como se le llama a eso en idioma real? Rebelión. ¿Sabes tú lo que significa esta palabra, rebelión, en el hebreo? Pecado. Dios, entonces dijo: Adán, has pecado contra mí. Pecado. Rebelión.

Cuando la colonia hace su declaración de independencia del Reino, se le llama rebelión. Eso es lo que le hizo lo que hoy es Argentina, a España en 1816. Cuando se independizó, entonces creó su propio gobierno. Reitero para que se entienda: cuando tú resuelves independizarte del Reino, creas tu propio gobierno. Adán le dijo a Dios: “Ya no te quiero más para gobernar sobre mí”. Pecado. Así que, de allí en más, la tierra desarrolló un nuevo sistema de gobierno. Creado por el hombre. Y el primer acto del nuevo gobierno, fue violencia doméstica.

El esposo atacó a su esposa. Y la culpó a ella por lo que él había hecho.  Y eso mismo sigue sucediendo hoy en muchísimos lugares, incluida mi Argentina. Cuando un hombre comete adulterio, culpa a la esposa. Cuando un hombre no puede pagar las cuentas, culpa a la esposa. Cuando un hombre no puede proveer para sus hijos, culpa a la esposa. Adán; violencia doméstica. El segundo acto de aquel nuevo gobierno, crimen de hermano contra hermano. Nuevo gobierno; un hermano asesino a su propio hermano. Caín a Abel. ¿En cuantos lugares de Latinoamérica se están matando entre hermanos por causa de supuestas ideologías que en realidad, todos sabemos, esconden otros intereses?

Cuando el hombre se gobierna a sí mismo, se destruye a sí mismo. Así que Dios dijo: todos ustedes se han ido como ovejas. Cada uno por su propio camino. Independencia. Hay camino que al hombre le parece derecho en su propia opinión, pero su fin es camino de muerte. Su fin es destrucción. Eso porque, al pecar Adán y romper su relación con el cielo, Dios hizo una promesa. En el capítulo 3 de Génesis, Dios no entró en pánico. Tenía un plan. Dios le dijo a Adán: ¿Dónde estás tú? ¿Qué pasó? ¿Por qué te independizaste del cielo? Y Adán dijo: ¡Esta mujer que me diste, fue la causante de todo!

Y la mujer dijo: ¡El diablo! ¡La serpiente! Ahí fue cuando la serpiente miró para un costado y no encontró a nadie más a quien culpar. Y luego Dios hizo una promesa. Dios le habló al diablo. Y le dijo: Satanás; te hago una promesa. La misma mujer que tú usaste para destruir mi colonia, yo la usaré para mi gloria. Entraré al vientre de ella y vendré al planeta tierra, legalmente y te pisotearé la cabeza, legalmente. Y voy a retomar la autoridad y el gobierno, y se lo voy a devolver a los hijos. Cuatro mil años después, llegó un ángel a una mujer y le dijo: María, necesito prestado tu vientre.

Necesito que incubes un cuerpo para mí. Isaías dice: Porque un hijo nos es dado, un niño nos es nacido. El niño, es el cuerpo, el hijo es el Espíritu. El niño es Jesús, pero el Hijo es el Mesías. El niño es el humano, pero el hijo es Cristo. Isaías 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. No dice que viene como una religión. Tampoco que viene como UN gobierno, sino que dice que viene EL gobierno.

¿Por qué es tan importante esto último? Porque Dios siempre tiene un solo gobierno. El que perdió Adán. Y cuando el Mesías llega, trae con Él el gobierno que Adán perdió. Y concluye el verso 7: Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. De lo dilatado de su gobierno, no habrá fin. Y Él reinará, sobre el trono de David y, sobre su Reino, sosteniéndolo con justicia. ¡Es la promesa! ¡Justicia!

Cuatro mil años después, aquí viene Jesús. Su primo, Juan el Bautista, que le dice: He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, no de la tierra. Del sistema. No le dice LOS pecados, le dice EL pecado. ¿Cuál pecado? Él viene para destruir la rebelión y volver a unir el cielo con la tierra. Mateo 3:1-2: En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 4:17; Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 

Jesús dijo: han esperado durante cuatro mil años. Antes de venir, yo envié profetas, jueces, patriarcas, y ninguno pudo hacer el trabajo. Así que he descendido a la tierra por mí mismo. Y he venido para restaurar mi colonia hacia el Reino de los Cielos. Porque la colonia ha sido salvada. El gobierno está otra vez en la tierra. Por eso es la gran pregunta que nos resta: ¿Qué fue lo que Jesús vino a restaurar? ¿Por qué Él siempre habló de Reino y no de religión? De hecho, eso te tiene que dejar como alguien que vino aquí para gobernar, no para sobrevivir. Estás aquí nada menos que como un embajador del cielo.

Han llegado a decirme que predicar sobre el Reino, hoy, es estar a la moda, porque es lo que se usa en la iglesia. ¿Ah, si? ¿Quién inventó esa barbaridad? Hace veintitrés años que, de una u otra manera, con menor o mayor volumen de conocimiento, estoy predicando sobre el Reino porque eso fue exactamente lo que hizo Jesús durante su ministerio en la tierra. Y si voy a imitar a alguien que admiro y amo, no será a ningún hombre por brillante que sea, será a Jesús. Y eso es lo que trato de hacer cada día, es mi trabajo, es mi visión y mi misión.

¿Y sabes qué? A mí nadie me predicó el Reino cuando me convertí. Me hablaban de la fe, de la sanidad, de la familia, del amor y de todo eso que la religión tiene altas credenciales para hablar, incluido liberación, ya cuando eres un poco más maduro. Pero del Reino, nadie. No te digo poco o escaso: te digo NADIE. Por mi antigua profesión pude entrevistar a famosos teólogos y ellos me confesaron que no existía seminario ni universidad teológica que enseñara sobre el Reino. Increíble. Tanto como que tampoco hay ninguna enseñanza sistemática respecto a la revelación del Espíritu Santo. ¡No puede haberla! Hasta que un día, allá por los años noventa, apareció alguien hablando del Reino. Fue novedad, impacto y guía.

Y fue revelación. Revelación es darte cuenta un día que estás en este planeta como embajador del Reino de los Cielos. Si soy embajador, solamente respondo ante mi autoridad territorial. Un rey es alguien que tiene dominio sobre un territorio. Hay que aclarar, aunque no creo que haya alguien que no lo sepa, que un Reino no tiene nada que ver con una democracia. Es más; un reino es algo opuesto a una democracia. Un reino no es una república. Y Jesús vino predicando un reino, no una república ni una democracia. En una democracia, con tu voto, eliges a tu líder. En un reino, es el líder quien elige a sus ciudadanos.

En una democracia, su constitución, (todos los países la tienen), es el resultado de los pensamientos del pueblo. En un reino, en cambio, es la palabra del rey la que se convierte en su constitución. En una democracia, el pueblo crea la ley, por eso pueden cambiarla. En un reino, la palabra del rey define la ley, y nadie puede cambiarla. En un reino, la autoridad no está en un gabinete ministerial, está en una persona. En democracia, un referéndum puede cambiar una ley. En un reino, el rey define la ley y nadie puede cambiarlo. Por eso Dios dice en mi biblia que su palabra permanece para siempre.

Hoy vemos que la religión, matices más o menos, se ha convertido en una democracia. No es esto lo que Jesús quería. De hecho, el cristianismo se ha convertido desde hace mucho tiempo en una religión. Y es más que claro y notorio, desde los propios hechos, que eso jamás estuvo pensado así. Cuando un rey dice algo, ese algo no puede ser cambiado. Si Jesús dijo que la fornicación es un pecado, tú como iglesia no puedes votar para cambiar ese decreto, no tienes autoridad alguna para hacerlo. La palabra de Dios dice que la homosexualidad es abominación. No puedes juntar a setenta líderes y votar en contra de eso. Será democrático, pero no es propio de Reino.

El que cambia las leyes del Reino es un cristianismo convertido en una institución religiosa. Y hasta se pueden dar el lujo de aclarar que lo hacen porque Dios no está actualizado y lo que dice en su Palabra ya quedó anticuado. Que no está al tanto de todos los cambios que están ocurriendo en la sociedad. Es como decir que, porque en nuestra sociedad tenemos problemas culturales, o problemas emocionales, u hormonales, entonces lo correcto es actualizar nuestras biblias, ya que como están escritas, desentonan con todos los cambios modernos. Y es como si un grupo de teólogos se reunieran con Dios y le dijeran que no están de acuerdo con lo que Él dijo hace dos mil años y van a proceder a modificarlo. Lo hemos sometido a votación y una mayoría decidió el cambio. Es lo que nos exige nuestra gente y a ellos nos debemos.

Dale, de acuerdo, no tengo dudas que como quiera que lo mires, esos teólogos están diciéndole a Dios una verdad, pero eso no es un Reino, eso es una absoluta manipulación ejercida por hombres que han hecho de ella, su metodología cotidiana de operaciones. Así que no tenemos que enojarnos ni atacar o injuriar a liderazgos que construyen iglesias de las más distintas modalidades. Ellas funcionan dentro de una religión llamada cristianismo, pero no tienen absolutamente nada que ver con el Reino de los Cielos. El problema más grande de los hijos de Dios en la tierra, hoy, es como se ha perdido y bastardeado el concepto de Reino.

Fíjate que toda civilización y todo reino que surgió desde la caída de Adán, nunca tuvo el prototipo del Reino de los Cielos en su interior. Todo gobierno, desde la caída de Adán, nunca tuvo el programa que Dios había planeado para el hombre. Y te doy un ejemplo. Cada vez que los Asirios, los Babilonios, los Griegos o los Caldeos y todos los demás reinos que siguieron tras la caída de Adán, invadían un territorio, sometían a la gente, luego los desarraigaban y se los llevaban a sus países para convertirlos en esclavos. Ese era el estilo de guerra y el estilo de los reinos humanos. Todos los reinos hicieron esto, con excepción del Imperio Romano.

El Imperio Romano fue el primer reino que, cuando sometía a un pueblo, nunca se llevaba a la gente de su país. Los dejaban en sus tierras, pero enviaban a un gobernador desde Roma a ese lugar, para que trabajara logrando que ese país fuera como Roma. Pilatos era eso. Por eso fue que el Imperio Romano se convirtió en el imperio más exitoso de la historia. Porque su sistema de gobierno era una imitación al del Reino de Dios. Mantenían su sede en Italia, en Roma, y enviaban a sus gobernadores a todos los territorios, para hacer que esos territorios fueran como Roma. Y lo consiguieron. Entrabas a ciertos territorios dominados por los romanos, y era como si entraras en Roma. España, Inglaterra, fueron reinos que procedieron de la misma manera. Imitaciones humanas de algo divino.

Entonces nos encontramos con la escritura que dice que, en la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo. De hecho, la plenitud del tiempo, no significa un tiempo en un reloj, significa establecer. Todo está colocado en su lugar. Así que lo que Dios vio, fue un prototipo del Reino de los Cielos en la tierra, donde tienes a un rey gobernando en la tierra a través de gobernadores, no elevando al pueblo. El Imperio Romano se construyó sobre ese concepto. Lo que fuera que se manifestaba en Roma, debía manifestarse en cada lugar donde ellos gobernaban. Y así gobernaron el mundo entero por doscientos años. Era un sistema perverso, pero les funcionó porque era una imitación del sistema de Dios.

La intención de Dios no era realmente venir a la tierra. Su intención era que lo que sucediera en el cielo, sucediera en la tierra. Él quería colonizar la tierra como el cielo a través de sus hijos. Es decir que, lo que sea que sea el reino que coloniza, esa colonia se convierte en un calco del reino padre. Cuando le preguntaron a Jesús como debíamos orar, Él respondió: oren así: Padre nuestro que NO estás en la tierra, santo es tu nombre. Venga tu reino y hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Un reino no es una religión, un reino es la influencia de un rey sobre un territorio, interactuando con su voluntad, su intención, su propósito.

Por eso es que hoy hay tanta impotencia en la iglesia. En muchos casos, por el simple hecho de ser miembros de una religión cristiana, nos volvemos soberbios. ¿Recuerdas a quien puso como modelo de fe, Jesús, cuando estuvo en la tierra? No fue a un israelita, precisamente. Era un hombre que representaba a un reino, un romano. Porque un reino no es una religión. Este centurión que Jesús conoció, tenía un problema. Y vino a Jesús, no porque fuera un hombre religioso. Vino a Cristo, porque sabía que era un hombre de Reino.

Por eso le dijo que no era necesario que fuera a su casa, porque en los reinos, de la misma manera que su Pilato tenía el pulgar de César, podía dar la vida o podía quitarla, porque cuando representas a un reino, la autoridad de ese rey se distribuye a través de sus siervos. Así es que no necesitas ir a la sede central para que las cosas se hagan. Conque digas la palabra, conque des la orden, mi siervo estará sano. Eso dijo el centurión que impactó a Jesús, que lo colocó como modelo de una fe que sus paisanos todavía no evidenciaban poseer.

Para ser sanado o liberado, no necesitas ir al Cielo a entrevistarte con Dios. Eres un embajador del cielo en la tierra. Y un embajador no es una persona religiosa. El de embajador es un nombramiento político. Todos ustedes que me escuchan hoy, son embajadores de Cristo. La Biblia, que es la constitución del Reino de los Cielos, dice eso, que somos embajadores de Cristo. Eso significa que hemos sido nombrados por el gobierno del cielo, para representar al Reino de los Cielos en la tierra.

Un embajador no es una persona, un embajador es la encarnación de un país. El no lleva consigo a un país, el ES el país. Y esto es muy importante conocerlo, porque te ayuda a ver cuan grande es tu poder. Si eres un legislador o un ministro de un país, no eres tan grande. Un embajador es más grande que tú. Yo elegiría ser embajador, si se me permitiera. Porque cuando nombras a un embajador, conviertes a esa persona en un país andante. Tomas control total de sus vidas. Un embajador no paga ninguna factura. En el momento en el que un gobierno te nombra embajador, se hace responsable de tu comida, ropa, transporte, autos, casas y hasta la matrícula del colegio de tus hijos.

Dicho de otro modo, tu vida se convierte en propiedad del gobierno. ¿Recuerdas cuando Jesús dijo por qué nos preocupábamos por lo que íbamos a comer o a vestir? De eso hablaba. La última. Si soy un ciudadano de un país y alguien me da una bofetada, eso se considera como una agresión o un insulto. Pero si soy embajador de ese país y alguien me da una bofetada, eso se entiende como un incidente internacional. ¿Te das cuenta lo que es ser un embajador del Reino de los Cielos en la tierra? Eso soy. Eso eres. Eso somos. ¿Has podido entenderlo? ¿Fui lo suficientemente claro como para mostrarte que esto es el Reino?

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octubre 13, 2025 Néstor Martínez