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Cuando el Pasado no es Pisado

Soy uno de los que dice permanentemente que vivir mirando el pasado no es bueno, que la verdad, el destino y la victoria siempre están al frente, allá adelante, y lo sigo pensando y lo sostengo. Sin embargo, cuando he dicho esto, siempre he aclarado que mirar hacia atrás, es como utilizar el espejo retrovisor de nuestro vehículo, que nos es útil para ver lo que hemos dejado atrás y nos da las bases para no volver a equivocarnos de ruta. Pero que sólo hay que hacerlo de manera esporádica y cuando es necesario. Bien; hoy creo que es necesario mirar atrás y eso es lo que haremos en este trabajo. Yo hablé de esto que voy a hablarte ahora, en el año 2007, hace quince años. Cuando lo termine, nos reuniremos otra vez aquí y coincidiremos o no si es algo que ya fue o es algo que todavía está vigente, activo y, obviamente, nocivo. Ahí vamos.

En este estudio quisiera comenzar con una rutina diferente a la de los demás: con una breve página editorial introductoria. Porque este estudio es bien fuerte. Y si bien tú ya estás acostumbrado que en esta página Web no encontrarás jamás almíbares y zalamerías vernáculas, esto es fuerte en palabra y en conceptos, aunque no para ofender, claro está; y mucho menos para avergonzar o restar, sino para exhortar, respaldar la fidelidad de tantos y tantos justos, – que los hay y muchos, felizmente -, y para sumar para la extensión del reino.

Porque cuando miro a mi alrededor, es decir el marco de la sociedad secular en la que estoy insertado, siento que estoy cansado. Cansado de funcionarios que no funcionan; de políticos que no tienen política; de instituciones que no instituyen nada; de una justicia que no hace justicia; de militantes de esto y aquello que no militan, sino que vegetan o lo peor, son parásitos; de empresarios que en lugar de optimizar sus empresas, prefieren jugar a las distintas formas de ruletas financieras; de hombres que quieren ser mujeres; de mujeres que quieren ser hombres; de unos y otras que como no saben muy bien qué es lo que son, pretenden ser ambas cosas; de jóvenes que actúan como viejos; de viejos que hacen ridículas irresponsabilidades de jóvenes; de delincuentes que andan en libertad; de cierta libertad que incita a la delincuencia; de malas personas respetadas como honestas, de honestos que son tratados como malas personas; de inicuos promocionados como decentes y de decentes injuriados como inicuos.

Cansado, también, porque cuando miro hacia adentro (Y tú sabes perfectamente a qué me refiero cuando digo “adentro”), veo, a veces, (Y dije “a veces” porque no es justo generalizar), a cristianos que no conocen al Cristo que dicen seguir; ministros que no ministran, sólo administran; adivinos de feria honrados como profetas, profetas verdaderos marginados como adivinos, herejes o blasfemos; emocionalistas y manipuladores dialécticos promocionados como evangelistas, evangelistas despreciados porque no muestran nada “espectacular”; constructores de políticas religiosas y edificios de mampostería llamados apóstoles; verdaderos apóstoles que son borrados porque su palabra duele y su visión no encaja con la de los hombres “importantes”; pedagogos científicos y hasta agnósticos evidentes designados como maestros, maestros reales neutralizados porque sus enseñanzas, – aunque bíblicas -, no encajan con los proyectos humanos; asalariados con privilegios y status de pastores; pastores fieles oprimidos y obligados a ser simples gerentes por comisiones evaluadoras designadas por ilustres y, finalmente: cansado de ver creyentes que no creen.

Por todo esto, por lo de alrededor y por lo interior, hoy voy a extraer de la palabra de Dios, sin introducir opinión ni interpretación personal, principios básicos que nos permitan elaborar una clara radiografía del hipócrita. Y como decía aquel viejo adagio: …al que le quepa el sayo, que se lo ponga… Cualquier diccionario secular, dice que HIPOCRESÍA (La palabra griega es HYPOCRISIA), es el fingimiento de sentimientos o cualidades diferentes a las que se tienen. Y agrega que un HIPÓCRITA es, en suma, un comediante, un actor. Un diccionario bíblico amplía algo más el concepto. Dice que un HIPÓCRITA es aquel que pretende o finge ser lo que no es. Aclara, también, que la palabra proviene de un vocablo griego que significa actor o protagonista en el teatro griego. Los actores, – entonces -, solían colocarse diferentes máscaras conforme al papel que desempeñaban. De allí que HIPÓCRITA llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras una máscara de apariencias.

Esta palabra, en algunas de sus derivaciones, está en treinta y tres oportunidades en la Biblia. Seis en el Antiguo Testamento y veintisiete en el Nuevo. De allí es donde voy a extraer de los relatos literales, principios espirituales que le van a sonar total y absolutamente vigentes para hoy. Rescaté cuatro o cinco textos que te voy a compartir textualmente donde estimé que debería ser necesario hacerlo. A eso lo vamos a leer juntos para no hablar tonterías o fabricar doctrinas a partir de una letra. Por lo demás, todo lo demás, también está documentado en el libro. Un libro que si tú lo lees seguido, yo no necesito asegurarle nada más. Un hipócrita es alguien que actúa permanentemente. Es hipócrita de corazón, de alma según el léxico hebreo. Es decir que su mente elabora conceptos de un color pero por diversas circunstancias tiene que actuar de un modo totalmente opuesto a cómo piensa. El resultado de estas actitudes es que, – dice la Biblia -, atrae para sí la ira, reacción normal de un justo ante un corazón no arrepentido, aunque diga a diestra y siniestra que es creyente.

Por algo David, cuando esgrime una defensa propia en el Salmo 26, puntualiza que no se ha sentado, (Es decir que no ha tenido comunión, identificación, complicidad), con hombres hipócritas; y que los aborrece, – término de Dios -, por causa de su desprecio para con el pecado. Esto tiene que ver directamente con lo que Santiago, en el capítulo 1 verso 8, denomina como hombres de doble ánimo. Pensar de un modo y obrar de otro; predicar un mensaje fiel y hacer en la práctica lo opuesto. Lo que nuestra sociedad, hoy, llamaría doble mensaje. Una de las características más sobresalientes del hipócrita es que cuando habla, produce daño. El libro de los Proverbios lo señala cuando dice que el hipócrita, con su boca, daña al prójimo. Son indolentes, parece como que se las saben todas. Son confiados en su sabiduría humana, concuerde o no con la sabiduría de Dios, mentirosos, ya que para avalar sus conductas no vacilan en mostrarse de manera opuesta a lo que verdaderamente son, lo que en sí mismo, ya es un engaño, un ardid, una mentira. Escuchan siempre y con apariencia de calma, bondad y paciencia, pero son incapaces de oír nada que no adhiera a sus pensamientos, aunque simulen hacerlo.

Ahora bien: ¿De dónde nace la hipocresía humana? Ya me imagino: estás pensando en el mundo incrédulo, ¿No es así? En ese mundo pecador, promiscuo y endemoniado, ¿Verdad? Lamento decirle que al mundo le interesa muy poco que tú te des cuenta que no creen en nada. Es más; ¡Hasta publicita por donde lo dejen que no creen en nada! Es que en el mundo, no creer en nada, es un aceptable nivel de “inteligencia” y “raciocinio”. Tampoco le importa demasiado el pecado. Primero, porque no lo conoce, y segundo, porque piensa que si todos hacen lo que hacen y les va bien, ellos no tienen por qué hacer otra cosa. A la promiscuidad la llaman “libertad de conductas alternativas” y a los demonios no sólo los ignoran, o suponen que son delirios de místicos de gente vestida rara que anda con biblias bajo sus brazos, sino que incluso, los utilizan para los dibujos animados o cualquier otra “mascotita” dedicada a los niños. Entonces, ¿Para qué deberían simular? ¿Para qué tendrían que tomarse el trabajo de fingir lo que no es, si les importa bien poco lo que los demás puedan pensar? ¿Adónde nace la hipocresía, entonces? Lo siento. Sólo nos queda la iglesia…

(Jeremías 23: 9)= A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus santas palabras. (10) Porque la tierra está llena de adúlteros; (Te recuerdo que cuando la Biblia habla de adulterio, no solamente se refiere al humano, al carnal, al sexual, al físico, sino al espiritual; a una esposa que, en lugar de ser fiel, por ejemplo, se entrega a otro que no es su esposo), a  causa de la maldición la tierra está desierta; (Pero resulta que físicamente, ¡La tierra no está desierta! Está llena de gente, ¿Verdad? Entonces, ¿De qué tierra está hablando? ¿Del piso o de la carne?) los pastizales del desierto se secaron; (Pastizales hablan de lugar de alimento, el desierto es el lugar de la prueba y la sequedad significa desnutrición, hambre y debilidad) la carrera de ellos fue mala, (Pablo habla de haber terminado la carrera) y su valentía no es recta. (Valentía no es sinónimo de rectitud. Un delincuente no es recto, pero muchas veces demuestra ser valiente.)

(11) Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; (Está claro: en el mundo no hay profetas ni sacerdotes; habla de la iglesia) aún en mi casa (Casa siempre es iglesia en la Biblia) hallé su maldad, dice Jehová. (12) Por tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, (Empujados por quienes?) y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová. Después describe los desatinos de los profetas de Samaria, a los que se acusa de hacer errar el camino al pueblo profetizando por Baal y los de Jerusalén, a los que rotula de torpes, adúlteros, mentirosos y dignos de juicio. (15) Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: he aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. – Listo. La hipocresía – dice aquí -, salió de lo que entonces se llamaba Iglesia, no del mundo. Después, indudablemente, sentó escuela.

Ahora bien: ¿Cómo se puede detectar a un hipócrita? Está bastante claro: por discernimiento. No obstante, hay algunas pautas que Mateo marca en su evangelio que nos sirven de ayuda para, mientras esperamos recibir mayor discernimiento espiritual, podamos ir teniéndolas en cuenta para no equivocarnos. 1)= Publicitan y promocionan sus actividades bajo el barniz eclesiásticamente muy bien visto del testimonio; difunden la calidad y a veces hasta la cantidad de sus ofrendas. 2)= Aman que los oigan orar en público y arman verdaderas piezas literarias religiosas de esas oraciones. ¿Dios? Bien, gracias. En ese preciso momento, tiene otitis. 3)= Andan con el rostro compungido, mustios y pálidos para dejar bien en evidencia que están ayunando. 4)= Están permanentemente en acecho para detectar la paja en el ojo ajeno, (“¡Hermano! ¡Si no le da brillo a sus zapatos, no podrá ingresar a la casa de Dios!” “¡Hermana” ¡Su falda es demasiado corta!”), mientras  el tronco del árbol gigante que hay en el suyo, es ignorado.

5)= Privilegian y priorizan las tradiciones y costumbres por sobre los mandamientos de Dios, al cual honran de la boca para afuera pero no con sus corazones. 6)= Dicen conocerlo todo, pero viven buscando señales porque son incapaces de ver las señales de los tiempos presentes. 7)= Se manejan con tanto egoísmo que, con tal de no quedar mal parados, le cierran el cielo a los que llegan impidiéndoles entrar, aunque eso les cueste la entrada a ellos mismos. 8)= Agitan a la gente instándolas a rebelarse en contra de aquellas personas que no están de acuerdo con ellos. 9)= Se suelen aprovechar de la necesidad física, anímica, espiritual o material de la gente, creyendo solucionar todo después con larguísimas oraciones más destinadas a tranquilizar sus conciencias que a mover a Dios.

10)= llevan adelante un proselitismo casi partidista secular y que, en algunos casos, llegan a fabricar hijos del infierno con gente que se acercó buscando sinceramente al Dios verdadero. 11)= Cumplen con todas las reglas (Diezmos y ofrendas incluidas), pero no saben lo que es la misericordia, la justicia y mucho menos la fe. 12)= Viven obsesionados por lo externo: como te vistes, como te pintas, si tienes pantalones, si usas corbata, si tienes el cabello un poco largo, o si te has rasurado. Sepulcros blancos… por fuera. 13)= Tienen, generalmente, un rostro de bondad y de justicia que… ¿Quieres un consejo? Míralos recta y frontalmente a los ojos. No resisten eso. 14)= Intrigan en las sombras para derrumbar a los que traen la palabra del Señor, aunque externamente le den palmadas en la espalda y hasta lo bendigan. Hacen homenajes a los ungidos, pero, si pueden, los aniquilan con trampas o artimañas, neutralizando y abortando sus ministerios. ¿Nunca hemos visto cosas así?

Pero: ¡Animo! Dice también la misma palabra de donde saqué estas cosas, que a la corta o a la mediana, tendrán su castigo y que su parte será el lloro y el crujir de dientes. Jesús fue capaz de discernir esa hipocresía. Tú, estás capacitado por ese mismo poder para hacer la misma cosa. Y los compara con la levadura de los fariseos. Recuerda que la levadura, en sí misma, es una palabra que denota una acción de extenderse y quedarse con todo lo que toma. La levadura, en sí, no es ni mala ni buena, es levadura. Porque el Reino de Dios es como levadura, pero la religiosidad farisaica e hipócrita también: donde tú le permites entrar y crecer, al tiempo lo leuda todo y se queda con todo. El hipócrita, por reglas generales, es legalista. Puede llegar incluso hasta la crueldad amparado en un versículo bíblico. La Biblia dice que la Palabra de Dios es nuestra arma, ¡¡Pero no nos dice que tengamos que darle un bibliazo por la cabeza a la hermanita aquella que viene al templo vestida demasiado sexi!!

No sabe lo que es el amor de Dios y mucho menos con qué se come la misericordia. Les obligan a cumplir a los demás, reglas, leyes y estatutos que ellos mismos, en lo íntimo, dejan de lado si les conviene tomar por otro camino. Desprecian el poder de Dios refugiándose en las leyes dictadas por los hombres por una simple razón: como no están ungidos, jamás vieron ni verán el poder manifestado, por lo tanto se agarran de lo único que pueden comprobar con sus ojos: lo que dicen los hombres. Y sobre esto, hay un ejemplo que tiene como protagonista a un indiscutible hombre de Dios, mira: (Gálatas 2: 11)= Pero cuando Pedro vino a Antioquia, (Una ciudad de Siria), le resistí cara a cara (Dice Pablo), porque era de condenar (Cuidado: no te confundas; no habla de la persona de Pedro, habla de una actitud de Pedro.)

(12) Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; (Compartir un almuerzo o una cena con alguien, en aquella época, se consideraba como demostración clara y pública de amistad incondicional) pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. (Tenía miedo de ejercer su ministerio por causa de la clase religiosa). (13) Y en su simulación, (Quiero recordarte que está hablando del apóstol Pedro), participaban también los otros judíos, de tal manera que aún Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pedro era un fiel y sincero hijo de Dios que, sin embargo, así como en un momento de su vida fue exaltado por Jesús por discernir que Él era el Hijo de Dios, en otro momento mintió por temor a perder su vida y en esto, es clarísimo, fue arrastrado a una actitud hipócrita por cierta conveniencia en sus relaciones con los sectores religiosos. ¿Te das cuenta ahora por qué Pablo dice que los que tienen que tener cuidado de no caer son los que se creen estar firmes y no los débiles? Le puede pasar a cualquiera. Te puede pasar a ti, cuidado.

Si hemos visto que la hipocresía no nace en un mundo que no necesita implementarla porque le da lo mismo una cosa que la otra, ya que es ignorante de las leyes de Dios, sino en la iglesia, donde se suele poner en práctica un viejo refrán pagano que muchos cristianos le otorgan valor bíblico y que dice: No basta con ser bueno, sino que hay que parecerlo, es porque ese peligro está latente, en todo momento, y para todos: sin distinción. Y si no, mire lo que sigue:

(1 Timoteo 4: 1)= Pero el Espíritu dice claramente (Dice que es el Espíritu el que lo dice, no los líderes de alguna congregación, los pastores o maestros moralistas o simplemente un fulano queque tiene una Web: el Espíritu Santo lo dice) que en los postreros tiempos (¿Cuáles son los postreros tiempos? ¿Los de tu vida o los de la vida de la iglesia?) algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; (Muchos creen que esto es algo que tiene que suceder todavía. Si los postreros tiempos hablan de tu vida, hombre o mujer que tienes entre treinta y cuarenta años, efectivamente, los últimos tiempos deberían estar comenzando ahora y los espíritus engañadores y las doctrinas de demonios estarían por aparecer. Pero resulta que la palabra está escrita para la iglesia global, no para una persona, aunque la incluya. Y la iglesia tiene más de dos mil años de antigüedad, así que estos últimos tiempos podrían haber empezado a manifestarse hace… digamos… unos ciento cincuenta años. Eso nos estaría señalando que la prédica de esos espíritus engañadores y doctrinas de demonios, se estarían metiendo por las iglesias, dejando la Biblia de lado, desde hace cien años atrás, ¿Te das cuenta?)

¿Qué otra cosa podría ser, por ejemplo, ese humanismo científico, filosófico, intelectual y psicológico, totalmente apartado – y en algunos casos opuestos -, al poder sobrenatural de Dios, que hoy día todavía se predica y se enseña en tantos lugares llamados…cristianos?  (Verso 2)= Por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada (Dormida, anestesiada, paralizada, bloqueada, enceguecida, oscurecida) la conciencia, prohibirán casarse (¡Oh!) y mandarán abstenerse de alimentos (¡Oh! ¡Oh!) que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. (Tengo una sola pregunta: ¿Dónde están los creyentes y los que han conocido la verdad? ¿Están en el mundo, en iglesias paganas e idólatras, en sectas pseudo-religiosas o en la que conocemos como iglesia del Señor? Cuidado.)

No es mi intención cargar las tintas en contra de nada ni de nadie en especial. Sólo me tomo el trabajo, en el nombre de Jesucristo de Nazareth, de ayudarte a abrir tus ojos y saber discernir qué es lo que viene de Dios, realmente, y qué viene de las reglas, leyes y estatutos mentirosos creados por hombres que simulan oficiar una verdad que verdaderamente todavía no conocen, sin otra intención que echarte encima un espíritu de culpa que te obligue indefinidamente a estar sometido a un grado de esclavitud carnal que no forma parte del plan de Dios, sino a intereses temporales y personales, se llamen como se llamen, ministren donde ministren y tengan el prestigio que tengan. Nadie puede predicar lo que no vive en su vida personal. Ese es el modelo-Cristo. Cualquier otra cosa diferente no es Cristo. Y como no hay lugares grises ni neutros en el evangelio del Reino, si no es Cristo, es Anticristo. Porque: El que conmigo no recoge, desparrama…

(Santiago 3: 13)= ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? (Santiago está hablando con y para creyentes) muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. (¡Pero hermano! ¡No somos perfectos! Es cierto, pero por nuestros frutos nos conocen. Y no hablo de obras de caridad, – aunque no están excluidas -, hablo de integridad, de respaldar con nuestra vida cotidiana nuestro mensaje. De otro modo, vana palabrería…) (14) Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, (Santiago habla de la iglesia de aquel tiempo, supongo, porque hoy no es así, ¿Verdad? ¿Y qué les dice, que se suiciden?) No os jactéis, ni mintáis, contra la verdad. (¿Qué es la verdad? O mejor: ¿Quién es la verdad? El mundo no miente contra la verdad sencillamente porque no la conoce. Puede hablar mal – y de hecho lo hace -, pero cree sinceramente estar diciendo una verdad. Su verdad. Los que mienten contra la verdad tienen que ser aquellos que, conociéndola, igualmente no dudan en mentir en contra de ella. ¿Dónde están? ¿Afuera o adentro?)

15) Porque esta sabiduría (La que muestran estas personas), no es la que es desde lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. (Está claro, ¿No?) (16) Porque donde hay celos y contención (Entiende bien: contención no viene de contener, viene de contienda, que es discusión, puja, polémica, debate) allí hay perturbación y toda obra perversa. (Recuerda: obra perversa no es necesariamente mala obra. Es obra incorrecta, de acuerdo con el propósito de Dios. PERVERSO es TORCIDO, algo que no va al blanco previsto, sino a una imitación, a un paralelo, a un espejismo, en suma: errar el blanco. AMARTÍAS. PECADO.

(17) Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, (La pureza o transparencia es obrar cara a cara, no a escondidas, con murmuraciones, chismes, intrigas o dobles mensajes) después pacífica (No arremete, no ataca, exhorta, ama, ayuda, aporta, suma, pone el hombro) amable, (Esto es: digna de ser amada), benigna. (No persigue el mal de nadie, sino el bien común), llena de misericordia y de buenos frutos, (Integridad en su conducta y su carácter) sin incertidumbre ni hipocresía. (Cada uno sabe perfectamente y de primera mano qué es lo que se piensa de él, no se encuentra con un pelotón de fusilamiento sin previo aviso preparado de la noche a la mañana para ejecutarlo). (18) Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

(1 Pedro 2: 1)= Desechando, pues, (Dejando de lado, desestimando, ignorando) toda malicia, (De allí el ser como niños, ellos no tienen malicia. Hasta que se vuelven adultos e inteligentes) todo engaño, (El engaño es un espíritu satánico), hipocresía, envidias, (Si no puedo tener un ministerio como el de ese famoso ministro, trato de destruir al ministro) y todas las detracciones. (El hipócrita se lleva bien con una mayoría, pero nadie se escapa de sus “comentarios” detractores, generalmente hechos con personas que no son las afectadas). …desead, como niños recién nacidos, (Recuerda cuando recién te convertiste) la leche espiritual no adulterada, (Biblia pura, no dogmas humanos. Palabra de Dios, no ideas u opiniones de hombres inteligentes) para que por ella (Por la palabra pura, sin amputaciones, enmiendas, revisiones ni agregados humanistas) crezcáis para salvación. (Sin leche pura no hay crecimiento, hay información superflua, intelectual) si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

Punto final. Si piensas que todo lo dicho pertenece al pasado y que hoy no sucede absolutamente nada de lo que mostramos, esta idea de repetirlo fue mala y deberás anotármela en el “debe”. Pero si lo dicho se adapta perfectamente al hoy que todos estamos viviendo, antes y post pandemia, entonces creo dos cosas: que merezco que me anotes en el “haber” y que todavía nos falta un largo camino para ser santos perfectos, que es decir creyentes maduros, y que eso, me guste o no, fue, es y seguirá siendo responsabilidad  de nosotros, los que decimos tener un ministerio. No estamos haciendo lo que Dios nos ha pedido que hagamos. Y en alguna medida, le dimos el gusto al enemigo y también habremos sido hipócritas más de una vez.

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febrero 25, 2023 Néstor Martínez