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El Fabricante de Perlas

29.10-Alianza-piedras-de-color-Navas-700x400-700x400     Me agradaría que hoy te tomes el trabajo de leer una vez más, esta profecía de Isaías:

  ¡Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo! He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo y sobre zafiros te fundaré. Tus ventanas haré de piedras preciosas; tus puertas, de piedras de carbunclo, y toda tu muralla, de piedras preciosas.

   Todos tus hijos serán enseñados por Jehová, y se multiplicará la paz de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás lejos de la opresión, porque no temerás, y lejos del temor, porque no se acercará a ti.  (Isaías 54:11-14).

   ¡Qué maravillosa profecía! Las “piedras sobre carbunclo” mencionadas en el versículo 11 son joyas. Si tú tienes conocimiento sobre joyas, sabes que en algún momento el diamante fue una pieza de carbón que fue trabajada durante años por elementos químicos . La Palabra de Dios nos está diciendo: “¡Tus aflicciones te van a transformar en algo hermoso -algo preciado para mí!”

   Las “ventanas de piedras preciosas”  mencionadas aquí, son un tipo de cuarzo hecho cristalino por el fuego. El aspecto de las  “ventanas” tiene que ver con los ojos o visión. Dios nos está diciendo que al confiar en Él durante nuestras aflicciones,  Él  nos dará una clara visión y discernimiento. Las aflicciones nos permitirán ver lo invisible tan claro como un cristal transparente.

   Muchos eruditos creen que la frase “puertas de cristal” se puede interpretar mejor como “puertas de perlas.” Las perlas son formadas  de un grano de arena que se ubica en el vientre de una ostra. El grano es inyectado con fluido, después es rallado e irritado hasta convertirse en una perla.

   Por favor; medita en todo el proceso de rallado y de irritante fricción en tu vida. ¿Qué es lo que Dios está haciendo? ¡Él está creando una perla! Toda perla es un recuerdo de sufrimiento, dolor y fricción.

   Yo creo que en este pasaje Isaías está hablando de la belleza de Jesucristo. En otras palabras, cuando la presencia de aflicción es permitida con el objeto de alcanzar un propósito, ésta hace que la gente sea transformada a semejanza del bello carácter de Cristo. La aflicción nos hace más y más como Jesús. Pero deberé retornar a algo que es clave para no caer en gravísimas confusiones: esto es así cuando Dios permite que sufras. Nada que ver con buscar sufrir para lograrlo, eso no es Dios, es diablo.

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julio 17, 2018 Néstor Martínez