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El Salmo 119 y El Alef/Tav

Por: Leonardo Kowalczuk

El autor de este trabajo es un seguidor de nuestra Web llamado Leonardo Kowalczuk. Es nacido en Argentina, pero reside en USA desde hace quince años. Tiene cuarenta y dos años de edad y trabaja en cocina. Tiene una visión personal respecto a ciertos puntos del evangelio y en este trabajo la comparte. El Espíritu Santo guiará a toda verdad a quien lo lea y determinará lo cierto y lo erróneo, tal como lo hace con todo el resto del material aquí publicado.

Recuerdo cuando era niño, cerca de los ocho años de edad probablemente, que estaba escuchando en mi casa, lo que ahora resultaría antiquísimo: un LP o Long Play, más comúnmente conocido como un disco de vinilo. La canción era de Alan Parsons. Recuerdo vívidamente, que esta canción tenía un sonido de campanas, no recuerdo en que parte de ella, si era al final o al comienzo, pero lo que sí fue muy vivido, es la emoción que me produjo.

En mi casa paterna siempre hubo música, mi papa gusta de la música, mis primos, mayores que yo, gustan de la música y hasta tocábamos instrumentos. He tocado en grupos de música. La música fue y es en cierta manera, aun muy fuerte en mi casa. Esa canción, con sus campanas, recuerdo que me trajo el siguiente pensamiento a mi mente: «qué pasa cuando nos morimos, adonde vamos». Me pregunte si esto era todo, y como si fuera una película en alta velocidad se dispararon imágenes de un entierro, una fosa en la tierra, y después gusanos.

Las campanas seguían sonando y una ansiedad grande me llenó, que me trajo hasta las lágrimas. Sentí como un vacío al pensar que hoy estábamos vivos y mañana dejaríamos de existir para terminar en una fosa, enterrados, comidos por gusanos. Creo que ese momento marcó en mí un punto de inflexión en mi vida, que hoy puedo mirar hacia atrás y reconocer.

No estoy hablando que esto produjo un cambio brusco de comportamiento por el resto de mi niñez, por lo contrario, creo que tuve una muy buena niñez, y estoy hoy agradecido a Dios por eso. Pero más tarde me di cuenta que ese momento me llevó a ciertas búsquedas que, sin ser intensas, me acompañaron por un buen tiempo en mi vida.

De la misma manera, tengo la fuerte convicción que todos nosotros tenemos experiencias en nuestras vidas que demarcan una nueva dirección, en algún punto de nuestro caminar, que pueden llegar a manifestarse en una forma más evidente en unos que en otros. Y esto vale aclarar, se aplica en una vida secular, o una vida en el Señor.

En este caminar, nos encontramos con un montón de maneras de pensar, doctrinas, filosóficas y religiosas, todo tipo de ideas que se expresan a través de palabras. Y quiero que subrayemos en nuestro entendimiento esa palabra, PALABRAS. En nuestra búsqueda por la verdad, no podemos discernir lo que es verdadero o falso en lo estricto del significado.

Cada nueva supuesta «verdad», se declara valida a sí misma, o por los que la proclaman, pero para el hombre natural y en su dominio bajo el sol, es imposible discernir que es falso de lo que es verdadero simplemente por el hecho de que el hombre natural está muerto espiritualmente, y la verdad de verdades o la Verdad, como la voy a expresar de ahora en adelante, es espiritual. Sería como pedirle a una persona ciega que describiera como es su rostro mirándose en el espejo. Esta ciega.

La verdad en cualquier área de investigación es una. La Verdad es siempre absoluta. Podemos tener diferentes tipos de opiniones acerca de un tema específico, pero más allá de eso la Verdad es siempre un absoluto. Entonces, como preguntó Poncio Pilatos: «¿Que es verdad?»… Para un hijo de Dios la Verdad es Jesucristo. Jesucristo muestra el Padre, el Padre morando en Jesús, pero para el mundo no hay una Verdad, hay diferentes verdades que son todas validas porque para el mundo secular la Verdad no es absoluta, es relativa.

Hemos escuchado, probablemente muchas veces de nuestras bocas o de otras, las palabras: «Bueno todo es relativo«. Sucede que a lo que nos referimos como verdades son en realidad meramente opiniones humanas y por supuesto verdaderamente las opiniones son relativas, pero la Verdad no. La Verdad siempre es una. Ahora bien, esto es un trabajo muy delicado que Satanás siembra en las mentes de los hombres. Lo hace en todos los ámbitos. Satanás no hace nada nuevo hoy de lo que ya ha hecho en Edén. Él siempre está desafiando y manipulando la palabra de Dios.

Lo hace en diferentes maneras y en diferentes grados de engaño. Veamos: sabemos nosotros que existen dos reinos, con sus respectivos hijos. Para Dios existen dos tipos de hombres en este mundo, el hombre natural, y el hombre espiritual. Adam y Jesucristo. El hombre natural está muerto espiritualmente, su naturaleza es puramente Adámica y el hombre espiritual está vivo, tiene ahora la naturaleza divina en él, es nacido de arriba, está destinado a reflejar a Jesucristo. Para el hombre natural el engaño llega muchas veces, con palabras que se oponen lisa y  llanamente a las palabras de Dios.

Otras veces llega con palabras que suenan muy similares. Porque el que esta espiritualmente muerto tiene a su mente en enemistad con Dios, por lo tanto su vida es carnal. Por consiguiente, para este, es imposible entender y llegar a la Verdad aparte de Cristo, por lo tanto lo que el considera verdad es en realidad una mentira.

Vemos hoy que hay una gran variedad de doctrinas (palabras), que apelan a la carnalidad del hombre, estilos de vidas que se oponen diametralmente al estilo de vida que brota de la palabra de Dios. Para los hombres naturales que buscan lo «espiritual» en un sistema religioso o fuera, la respuesta viene con diferentes «verdades». Recuerden son siempre…PALABRAS.

Oh Yahweh, para siempre tu PALABRA está establecida en los cielos. Muchas de las doctrinas de este mundo, las llamadas verdades relativas de esta era son solo «verdades a medias». Estrictamente por definición una verdad a medias no es verdad si no una mentira. Pero vemos aquí el engaño. El relativismo es una herramienta fundamental que Satanás usa para establecer sus palabras en las mentes de los hombres. Vemos en este abanico del engaño multicolor, como palabras se siembran en las mentes de cada uno de los hombres que habitaron, habitan y habitaran este mundo.

Algunas de estas están basadas en las palabras de Dios, pero niegan otras verdades bíblicas establecidas allí también, como negar al Señor, su divinidad, y el destino del pueblo de Dios, etc. Estas doctrinas demoníacas, toman algunos de los principios, o leyes espirituales establecidas en los cielos y construyen otra doctrina que puede sonar escritural pero no es bíblica. Toman ciertas verdades expresadas en las palabras de Dios pero al mismo tiempo niegan otras fundamentales. Esto produce una nueva doctrina que suena muy similar a la Verdad pero niega conceptos básicos que establecen el diseño divino en nuestras mentes.

De esta manera para alguien que no conoce a Dios y es expuesto a estas palabras, y cae en el engaño, se le está negando, muchas veces, la salvación. No tiene parte en Jesucristo. Para el creyente, si Satanás no ha podido evitar la salvación, estas palabras impiden el establecimiento de la mente de Cristo en él, y por consiguiente del reino de los cielos en la tierra. En el Salmo 119:89 dice: Oh Yahweh, para siempre tu palabra está establecida en los cielos. Vemos este Salmo en el dominio físico totalmente expuesto. Vemos Su palabra establecida en la creación, vemos como las estrellas y los planetas giran en un orden preciso.

El agua se evapora y produce lluvias. Los vientos que traen y llevan masas de aire. Tan preciso es este orden que muchos hombres de ciencia se maravillan al entender que para que este universo físico como lo conocen se mueva en tan perfecta armonía, como si fuese una perfecta maquinaria de alta precisión donde no pueden existir errores, donde unas pequeña diferencia entre la distancia del Sol al Tierra provocaría que nos calcináramos o congeláramos, debe haber algo más o alguien más detrás de tanta perfección.

En sus mentes naturales no pueden entender que Dios en Su creación utilizo PALABRAS para crear, y que Su palabra está establecida por siempre. Las leyes físicas que hoy «descubren», los hombres de ciencia son nada más ni nada menos que la PALABRA de Dios que sostiene el universo por el poder de esta misma. Las leyes físicas y sus efectos son la manifestación de la PALABRA de Dios en el reino terrenal. La PALABRA de Dios rige el hecho de que una manzana caiga al suelo, o que el fuego y la luz den calor y luz.

Ahora bien para el hijo de Dios está claro que de la misma manera que la PALABRA de Dios tiene una manifestación física, terrestre, la PALABRA es espíritu y también es manifestada en el ámbito espiritual.  Es importante en este punto también recordarnos que Dios es Espíritu y en lo que concierne a los humanos, somos creados a imagen y semejanza.

Vemos que en el proceso creativo cada especie reproduce su semilla según su género. Dios crea, por Su divina voluntad según Su género, la raza humana, porque El los creo a imagen y semejanza de Él. Cabe decir entonces que parte de lo que hace la identidad de un hijo de Dios es entender que somos espíritu.

No somos humanos con un espíritu. Somos un espíritu con un cuerpo humano con un alma, por supuesto. No somos humanos teniendo una experiencia espiritual con Dios, sino  que somos espíritus teniendo una experiencia humana. No creo que estemos aquí tratando de jugar a ver quién es más espiritual, porque de esta manera nuestra identidad estaría adulterada por humanismo, lo que es carnalidad.

Somos espíritu y nuestro Padre es Espíritu. Esa es nuestra identidad El Padre nos está tratando de llevar a esa vida en plenitud, en la verdadera identidad en Cristo Jesús, El en nosotros la esperanza de gloria.  Como el Salmo mencionado dice, las palabras de la PALABRA están establecidas en los cielos, de las que se alimenta el pueblo de Dios, es celestial, estas palabras están siendo escritas en nuestras mentes y nuestros corazones. Él es el Alfarero que trabaja arcilla. El esta formándose en nosotros, para nosotros reflejarlo a Él en la dimensión terrenal. Nuestra identidad es lo que Él dice que somos, no nosotros o cualquier predicador bien intencionado.

Las mentiras más peligrosas son las que se parecen a la verdad. En la Iglesia del Señor, la cizaña, muy parecida al trigo, solo distinguible cuando el trigo madura. Como hijos de Dios nuestras palabras tienen poder también, con nuestras palabras establecemos, decretamos y profetizamos las verdades del reino de los cielos sobre la tierra.

En tanto las generaciones pasan, el estado almático del hombre se hunde más en las miserias humanas con sus decadencias, así como como la tendencia natural de las cosas es de auto destrucción, la madera se descompone, el metal se oxida, la roca se vuelve polvo, ocurre lo mismo en el dominio del alma. Los hombres ponen su fe en otros hombres. Los políticos de hoy en día, los que están puestos a gobernar, están más cerca de ser payasos que de ser hombres sabios. Así y todo, la gente continua depositando su fe en ellos. En Argentina, USA o cualquier otro país es exactamente igual.

Lo que se logra es un pueblo dividido por sectores que siguen a hombres corruptos en sus mentes, defendiéndolos apasionadamente como si fueran un tipo de dios, a ver quién les ofrece el pedazo de pan más grande, fallando de ver que no son más que hombres demagogos que en lo único que piensan es en ellos mismos.

Los sigue una generación que piensa con el estómago y los sentimientos, vacía de entendimiento. Hoy Argentina está dividida entre dos facciones, cada clan defiende a su líder fallando de ver que la política no gobierna el mundo sino el dinero, y como los hombres aman el dinero han corrompido sus mentes con ideas fútiles, volviéndose bestias, que lo único que hacen es satisfacer sus apetitos.

La única esperanza es Dios mismo, No religión, Dios. La religión es parte de este sistema babilónico de confusión, da una falsa esperanza, un tipo de anestesia, para la mente. Mantienen a la gente en sus reuniones semanales, dándoles actividades para entretener las ganas de ser buenos y haciéndoles creer que ya cumplieron con  el dios que los hombres han creado en sus escuelas teológicas. Pero el caminar con Jesús es la verdadera vida que separa de la corrupción de nuestra naturaleza humana. La luz que brilla en la oscuridad, y la oscuridad no puede entenderla. Allí vamos a entender cuán muertos estábamos, y cuán vivos estamos ahora.

Queremos justicia, pero la Justicia comienza en nosotros mismos, con nuestras vidas, después se extiende a otros. Allí veremos el reino de Dios en la tierra, por ahora solo la justicia de los hombres gobierna…con sus miserias que te acostumbras a vivir. Y como dice el viejo refrán, «en este mundo de ciegos el tuerto es rey».  Esto es más que evidente en el mundo secular, pero también ha contaminado a las instituciones eclesiásticas.

Todas estas llamadas verdades que tenemos dando vueltas hoy, se expresan en palabras. Las palabras tienen un poder mayor que el que entendemos regularmente. Con las palabras podemos destruir a alguien o edificarlo. Cuán importante son las palabras que las escrituras llaman a Jesús la Palabra de Dios, vemos que Dios crea a través de la expresión viva de la Palabra.

Algo muy interesante que se encuentra en el texto hebreo original, con un enfoque más místico, es Génesis 1:1 : «En el comienzo Dios creo…». En el hebreo se leería así: «Be Reshit Bara Elohim Et…». La palabra Et, está formada por dos letras, Alef y Tav que es la primera y última letra del alfabeto hebreo.

El alfabeto hebreo lengua semítica de los hijos de Sem, originalmente eran pictogramas, es decir los símbolos que representaban las características de algo que se quería expresar. Por ejemplo la palabra Padre son dos letras Alef/Bet, la primera y segunda letra del alfabeto hebreo.

Alef se representaba pictográficamente con una cabeza de buey, porque era el simbolismo de liderazgo, fuerza, primero. Místicamente denota lo divino.  La letra Bet representada por una tienda, lleva el significado simbólico de una tienda, casa o familia, lugar de residencia. Por lo tanto el padre  simbólicamente en el alfabeto hebreo  es definido como la fuerza, el líder de la casa o la familia.

Acorde con las enseñanzas místicas hebreas, el alfabeto hebreo es el vehículo de la creación, como si fuese el ADN o código genético, los bloques de construcción, de todo lo que existe en la creación. Cada código (letra) carga ciertas características que al unirse con otros códigos (letras), que a su vez cargan otras características forman un organismo (palabra) que cumple una función, con una cierta identidad dada por esos códigos, como en el ejemplo de la palabra «padre».

De la misma manera Dios crea el universo en existencia combinando las letras del alfabeto hebreo, donde cada una de las letras carga un significado, combinándolas para expresar las características de lo que está siendo creado.

Releyendo el texto ahora nos dice «En el comienzo Dios creo alef/tav, (el alfabeto, los códigos de construcción) los cielos y la tierra», Jesús dice en Apocalipsis 22:13, «soy el Primero y el Ultimo», soy el Alef/Tav. Soy el alfabeto. Una vez creado el Alef/Tav, los cielos y la tierra fueron creados, Dios habla y la realidad se manifiesta.

Yo se lo que están pensando, » entonces estas diciendo que Jesús fue creado por Dios Padre?!!!!»… No, estoy dando una interpretación, ahora cambia algo esto?, Jesús aún es Rey, y toda autoridad ha sido dada a Él. Mas allá de esto, no cambia absolutamente nada. Pero no hagamos lo que hace Babilonia, discutir argumentos una y otra vez, cayendo una y otra vez debatiendo mientras el propósito de Dios, manifestar la plenitud de Cristo en la Tierra, se pierde. Solo entendamos que para Dios Sus Palabras son más que importantes.

Las escrituras nos ensenan que Jesús es la Palabra de Dios, las palabras están formadas por letras de un alfabeto, desde la primera, Alef, hasta la última, Tav. Cuando Dios nos dice que no solo de pan (fruto de la tierra, de Adam) vive el hombre, pero de cada una de las palabras que salen de la boca de Dios…es solo poesía hebraica, o una realidad?.

Be Reshit Bara Elhim Et, Dios crea las letras que cargan las definiciones de lo que es real, la Verdad, Dios mismo define la realidad, lo que es y lo que no es, lo que es bueno y lo que no. Pero hay más. No solo Dios define los parámetros morales o leyes espirituales que rigen el universo, sino que define lo que es.

Me explico; una manzana es llamada manzana pero las letras que forman esta palabra no cargan ningún tipo de significado. Es decir en la palabra manzana no hay una descripción de las características de lo que una manzana es. La letra M, A o N por sí misma no definen nada más que un sonido. En el hebreo es diferente. Cada letra actúa como un bloque, un vehículo que carga un significado. Por ejemplo la palabra Adam, se escribe con tres letras, Alef/Dalit/Mem. Alef refiere a lo divino, la naturaleza divina en Adam, Dalit es símbolo de una puerta, Mem es agua o entorno.

Es correcto también indicar que Adam proviene de Adamah que significa suelo, porque fue formado del suelo. Pero un examen más profundo, escudriñando el significado de cada bloque de ADN (letra), muestra el propósito y significado del nombre dado. Una puerta comunica dos entornos, puertas en una casa.

Dios creo al hombre para dominar la Tierra y ser la imagen de Dios en ella. Alef (fuerza liderazgo), que pasa a través del puerta (Dalit), para dominar su entorno (Mem). La autoridad es la imagen de Dios en la tierra, Adam creado a imagen y semejanza de Dios, para dominar u sojuzgar la Tierra. No fue ese el mandato divino a Adam dado por Dios?. Que dice Jesús?, sea tu voluntad, venga tu reino, tu voluntad sea hecha en la tierra, como es en los cielos.

Y si Adam fue creado del suelo, de la dimensión terrenal, también podemos entender que también fue llamado a dominar su esencia, lo terrenal, y esto se ve también en su nombre, ya que Dam, significa sangre, y las escrituras dicen que el alma (Nefesh), o vida almática está en la sangre, y no comerás sangre ( Lev 17:11), simbolizando que el hombre no deberá alimentarse espiritualmente de la vida almática, pero de cada palabra que sale de la boca de Dios.

Dios nos dice que el poder de la vida y la muerte está en las palabras, y los que la amen serán satisfechos de ellas. La serpiente desafía la palabra de Dios con palabras. ”No debes comer del árbol del  conocimiento del bien y del mal, porque el día que lo hagas morirás»Básicamente, no te creas que tienes entendimiento para tú decidir lo que está bien o está mal. Dios pone las reglas espirituales con las que debemos vivir, no el hombre. Dios es el Creador y nosotros los creados. Pero al hombre le encanta jugar a ser Dios.

Si le dices a tu hijo que no coma de la sopa que hiciste porque es demasiado picante, tú estableciste una ley. Cuando él decide comer, rompe la ley y se quema la boca. Ahora sería justo de parte de tu hijo echarte la culpa?. Eso es lo que hacemos con Dios.

Decimos si Dios existiera no habría tanto dolor e injusticia en el mundo. Cuando Dios nos dijo como deberíamos vivir para evitar el dolor e injusticia. Pero como en el jardín del Edén, sabemos más que Dios…. Hoy gran parte de la «iglesia» actual, aun come de los frutos del árbol del conocimiento, alimentando los bueyes, produciendo muerte. Gracias que el mismo Juez que nos juzga nos redime y salva de nuestras propias miserias en Jesús. La opción está dada, la elección es nuestra.

Nuestro Padre es el creador y el que define la realidad. Mi propósito con este escrito es intentar edificar en nuestras mentes, un entendimiento más intenso de lo que significa vivir por la palabra de Dios, ya que él define la realidad, lo que es Verdad, Su PALABRA que está establecida en los cielos.

Una lectura fresca al Salmo 119, nos dará, con la ayuda del Espíritu Santo, un mayor entendimiento, de cuán importante es para nuestro Padre, entender porque debemos vivir acorde a Sus palabras, que están en las escrituras, y acorde a Sus palabras que hoy Él está hablando a través de sus ministros de llama de fuego. Alef/Tav, el Principio y el Fin, el Arche y el Telos, el rudimento y la consumación. Cristo en nosotros, la esperanza de Gloria.

En lo personal, miro hacia atrás, desde aquel día que aún mantengo en mi memoria, la angustia de esas campanas no es más, nuestro Padre fiel y bueno me ha guiado a Él, y continúa mostrándome Su camino. Después de casi veinticinco años finalmente encontré lo que estaba buscando, ¿O debería decir que Él me ha encontrado?

Tuve que ir a Babilonia, allí vi Su sombra, lo busque y lo busque y no pude encontrar más de Él, hasta que salí de ese gran imperio, con sus jardines y altas murallas, con su rio que la atraviesa por el medio, el cual usaran sus conquistadores, y estoy ahora caminando en el desierto, pero no estoy solo,

Él está conmigo más cerca que antes, con sus ministros, usando cuervos, animales impuros para el Israel religioso, para nutrirme y conocerle más aún. La búsqueda acabó, porque nadie busca algo que ya ha encontrado, Él me ha dado una identidad, se quién soy en El, sé de dónde vengo, y cuál es mi destino, pero el viaje continua, a subir, más allá del velo.

Para comentarios y/o consultas sobre este tema, escribir al autor a leokowal@hotmail.com

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julio 26, 2016 Néstor Martínez