Tiempo de Revelación

Ahora, por imperio cronológico de la ubicación de la expresión que estamos estudiando, debemos recurrir a una escritura antigua del Nuevo Testamento, pero que alude a un tiempo de revelaciones para estos tiempos que ahora vivimos, si es que creemos que son realmente los postreros.

(Hebreos 1: 1)= Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, (2) en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; (3) el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, (4) hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.

Dios ha hablado a los profetas y por intermedio de ellos, a nuestros padres. ¿Y como lo hizo? Dice que de muchas maneras. En el Antiguo Testamento están relatadas una gran mayoría de esas maneras: sueños, visiones, ángeles, una zarza en llamas y directamente por medio de la palabra.

Eso está claro. Siempre lo estuvo. Pero cuando dice que en estos postreros días lo ha hecho por medio de su Hijo, nosotros directamente relacionamos eso con el ministerio terrenal de Jesús, y omitimos pensar que en modo alguno a esos se los podía considerar postreros días, a menos que se entrara en la suposición de que eso se refería a días anteriores a la escritura de esta carta.

Sin embargo, la palabra original griega que da origen a esta expresión de “últimos días”, no es diferente a las anteriores aquí estudiadas dentro del marco del Nuevo Testamento, por lo que no necesitamos esfuerzo de entendimiento para saber que estamos hablando de los mismos últimos días que se habla antes, incluso como postreros tiempos, y que tiene que ver con este tiempo donde las babilonias falsas han comenzado a derrumbarse.

¡Pero no, hermano! ¡Dice que ha hablado por medio del Hijo! Basta. Nosotros somos el cuerpo ejecutivo del Hijo en la tierra. ¿Nosotros? Sí, nosotros La Iglesia. ¿Cuál de ellas? ¡Hay tantas! Perdón: no dije credos, no dije religiones, no dije denominaciones, no dije grupos: dije iglesia. E iglesia hay una sola, aunque el mundo hoy por hoy vea miles.

Yo soy iglesia porque soy genuino. Cuando abro mi boca, lo hago en el nombre de mi Señor y sin ninguna participación de mi intelecto en búsqueda de prestigio, fama, poder, dinero, éxito u otra faceta similar. ¿Tú estás igual, sientes lo mismo? Tú eres iglesia. Tú eres el Hijo hablando en este tiempo la misma cosa que el Padre habló a nuestros padres.

Muy pocos o ninguno entiende a esto de este modo. Es más, podría decirte que este texto que acabas de leer, siempre se ha puesto sobre un púlpito con la idea de hablar de las tremendas siete excelencias de Cristo que aquí se entregan para conocimiento y gloria de Él.

1 – A Él lo constituyó heredero de todo. ¿Qué es “de todo”? Eso: de todo lo que hay y ves.

2 – Por Él hizo el universo. No el planeta Tierra, ¡¡El universo!! ¿Adonde quedan tus OVNIS?

3 – Él es el resplandor de Su gloria. Cristo es la gloria de Dios. A ti no te pertenece eso.

4 – Él es la imagen misma de su sustancia. Cristo es la imagen de un Dios a quien nadie ha visto jamás.

5 – Él sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, que no es lo mismo que el poder de su palabra, que es otra cosa y sirve para otra cosa.

6 – Purificó nuestros pecados y se sentó a la diestra de la Majestad de las alturas. Trabajo único y exclusivo y sitial único y exclusivo. Único.

7 – Hecho tanto superior a los ángeles. ¡Un momento! ¡Le encontré una contradicción a la Biblia! ¿No dice en los salmos y aquí mismo en Hebreos, que Jesús fue hecho un poco menor que los ángeles? Como puede aquí decir lo contrario?

Es que a esos textos le falta algo que sí está en los originales. Allí dice que fue hecho un poco menor que los ángeles, por un poco de tiempo. ¿Por un poco de tiempo? Sí por el poco de tiempo en que estuvo oficial y humanamente muerto. Allí era como hombre y como hombre, menor que los ángeles. Pero en el resto de su vida anterior y posterior a la cruz, no.

Todo lo cual concluye con una apreciación y estimación sumamente clara: hay una iglesia real, genuina y sin corrupciones humanas o espirituales, que está hablando la auténtica Palabra de Dios en este tiempo, que es parte de los postreros tiempos.

¿Cuál es su intención? La misma que tenían aquellos profetas, llevar al hombre a Dios y proyectarlo así a la eternidad como salvo. ¿Pero no es que están las iglesias clásicas y tradicionales para ello? Mucho me temo que Babilonia no tiene intención de salvar a nadie, sino salvarse a sí misma si es que puede con dinero, política o promiscuidad.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez