Tiempo de Reinar

(Miqueas 4: 1)= Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.

Cuando se refiere al monte de la casa de Jehová, aquí, puede considerarse una referencia al reino espiritual de Dios, que Miqueas dice que vendrá en los postreros tiempos, un término que los comentaristas bíblicos han interpretado como el de la venida del Mesías.

Sin embargo, si observamos los comportamientos de las personas en aquellos tiempos y los trasladamos al hoy, es mucho más probable que esos postreros tiempos sean los actuales y que, realmente, sólo los que estén formando parte del Reino de Dios podrán superar.

Y dice que ese monte espiritual será más alto que los collados. Los collados eran colinas, promontorios elevados. Tierra que por distintos motivos se levantaba como un cerro, aunque menos elevada que un monte.

¿Qué pueblos son los que van a correr al monte de Jehová en los postreros tiempos? Si nos dejamos llevar por la interpretación clásica, aquellos presentes en el tiempo de Jesús. Sin embargo, hay mucho más depositado en este texto.

Porque convengamos en que durante todos estos miles de años de existencia de la iglesia, y si bien en muchos casos de ha hecho lo mejor que se ha podido, la realidad de pueblos corriendo hacia ella en búsqueda de solución para sus problemas, aún no se ha visto.

Entonces, lo único que cabe aguardar es algo que en estos tiempos estamos comenzando a vislumbrar. El pueblo de Dios, y hablo del legítimo y verdadero, claro está, está corriendo hacia los montes altos donde percibe, discierne, sabe y tiene certeza que hay algo más sólido que lo que ha visto y comido hasta ahora.

(2) Vendrán muchas naciones, y dirán: venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas: porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Hay que aclarar debidamente que, lo que aquí leemos como “la ley”, significa “instrucción”, “enseñanza” y no es de ninguna manera un término técnico con el que se pretenda hacer referencia a un determinado código mosaico.

Esto no es antojado ni mucho menos, ya que en muchos textos donde lo que se lee es la palabra “ley”, hoy sabemos muy bien que se trata de una referencia a la Palabra, que como todos sabemos, no se trata de un mero texto bíblico sino de todo0 aquello que dijo y enseñó Jesús durante su ministerio.

No obstante, vale la pena dejar bien aclarado que, cuando dice que desde Jerusalén saldrá la Palabra de Dios, se refiere concreta y puntualmente a lo que nosotros estamos llamando “la Jerusalén celestial”, que es la iglesia fiel y verdadera que emergerá en medio de las ruinas de Babilonia.

(3) Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni ensayarán más para la guerra.

(4) Y se sentará cada uno debajo de su vid (La vid representa al pueblo de Dios en su conjunto) y debajo de su higuera, (La Higuera representa al remanente santo) y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.

(5) Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su Dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.

Andar cada uno en el nombre de su Dios, alude a la identificación que se ha producido con esa deidad. Como los seres humanos dependen de sus dioses, tratan de imitarlos y no se avergüenzan de asociar sus nombres a ellos o confesarse sus seguidores.

Los fieles proclaman con todas sus fuerzas que el único Dios verdadero es su Dios, el Señor (Jehová). Este versículo constituye un enérgico recordatorio de que es algo futuro, porque la gente todavía adora a otros dioses.

En cuanto a la expresión para siempre que se lee en el último verso, la palabra original que la traduce, allí, es ‘AD, y significa Eternidad, perpetuidad, la continuidad del tiempo. Este sustantivo figura cerca de cincuenta veces en el Antiguo Testamento.

La primera vez que aparece es en Éxodo 15:18, donde dice: Jehová reinará eternamente y para siempre. Dios habita eternamente en Sión. Dios ocupa la eternidad. Aquí en este texto de Miqueas, dice LE OLAM VE ‘AD. Lo cual quiere decir Eternamente y para siempre.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez