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La Capacidad de los “Incapaces”

Por Junior Zapata

Junior Zapata vive en Guatemala y está al frente del Instituto Evangélico América Latina, la escuela cristiana más grande de Latino América. Se perfila como un filósofo y pensador cristiano abordando temas sobre el futuro de la iglesia y su relación con la cultura.

Él escribió en alguna parte este pequeño artículo que, tal el estilo de esta sección, compartimos y comentamos porque tiene que ver directamente con todo lo que hemos venido viendo y enseñando desde hace mucho tiempo en nuestra Web.

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Domingo a domingo nuestras iglesias se llenan. La tristeza es que muchos van solo porque es Domingo.

Hay muchas teorías con respecto a la reunión “cristiana” de día domingo. Yo creo firmemente que, al igual que muchas otras cosas que los evangélicos practican, se debe a prácticas tomadas del catolicismo romano con el fin de que quienes se convertían, no sintieran demasiado el “cambio”.

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Muchos llegan a hacer cosas en público que nunca hacen en privado. "Que vean que levanto mis manos, que vean que me quebranto, que aplaudo y grito: Gloria a Dios".

Luego la semana empieza y se olvidan de Dios.

Es que si tú ingresas a un templo y ves dos personas; una con sus manos levantadas y rostro de éxtasis y la otra rascándose la nuca y con rostro de no saber que hacer, no vacilarás en suponer que el más espiritual es el primero.

Sin embargo, Dios conoce y ve algo que ni tú ni yo podemos ver: su corazón. Y así puede saber, por ejemplo, que el de las manos levantadas está pensando en los negocios que hará cuando finalice el culto, mientras que el otro ha quedado en silencio de arrepentimiento y quebranto.

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El diablo se preocupa por los que están comprometidos. Se preocupa de aquellos que cada día viven para Dios. No de los que cada ocho días viven para su iglesia. Se preocupa de los que cada día escuchan a Dios, no de los que solo escuchan a su pastor cada Domingo.

Se preocupa de los que a diario caminan las calles predicando el evangelio, no de los que cada domingo solo se sientan a escuchar el evangelio. No se preocupa por los cristianos que domingo a domingo van a la iglesia esperando ser "llenados", como si la iglesia fuera una gran estación de gasolina.

¡Uf! Esto es tan cierto que en cada ocasión que alguien lo dice o lo escribe, nos sigue golpeando como una maza. Lo peor del caso, es que a todo esto que Junior describe tan bien aquí, ellos le llaman “congregarse”. ¡Y guay de ti si no lo estás haciendo!

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Esta clase de cristianos no representa amenaza para Satanás, porque solo los domingos entran en una comunión con Dios, y muchas veces fingida. Satanás ha logrado mantener ocupada a la iglesia, en discusiones vanas.

Mientras que los que no danzan critican a los que si lo hacen y mientras los que levantan las manos critican a los que no lo hacen, el diablo se lleva nuestra juventud. "Desecha las fábulas profanas y de viejas" (1 Timoteo 4:7).

Deja que los demás discutan como viejas, y tú vive día a día con Dios, por Dios y para Dios. Que lo que llegues a hacer en público, en la iglesia, sólo sea un resultado de lo que a diario haces en privado.

Totalmente cierto. A mí en algunos círculos me han llamado soberbio o arrogante, (Además de otras “bellezas” por el estilo) por causa de mi negativa tenaz y firme de debatir o polemizar.

No tengo absolutamente nada en contra de los foros cristianos y creo, de verdad, que algunos de ellos pueden ejercer un digno trabajo que permita que mucha gente pueda conocer verdaderamente a Jesucristo. Pero jamás me verás en uno.

Porque en el ámbito espiritual, discutir, debatir y polemizar sobre el tema que sea, es sencillamente una pérdida de tiempo total, para todos. Nadie “entiende” algo espiritual si sus ojos no han sido abiertos por el Espíritu Santo, que es como decir que Dios les ha despertado el espíritu para el entendimiento.

De otro modo, caemos en el error que ha llevado a mucha gente a nuestras iglesias, es cierto, pero no te podría asegurar que lleve, (A los mismos) al cielo en la eternidad, tal como lo están creyendo o suponiendo hoy. Están convencidos, no convertidos.

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Muchos están cómodos en sus iglesias. Aman su iglesia como organización y a su pastor como líder. Eso no es malo. El problema es que no aman a Jesús. Si lo amaran lo obedecerían. Muchas iglesias cantan "Firmes y adelante" como si estuvieran yendo a alguna parte.

Sin embargo, siguen en el mismo lugar de siempre. Jesús no nos mandó a sentarnos cómodamente en las suaves bancas de nuestra iglesia a contemplar la belleza de nuestro templo. No nos mandó a caminar los pasillos de nuestros santuarios teniendo conversaciones sin sentido con aquellos que llamamos hermanos.

Si nos llama a la comunión. Si nos llama al estudio de su palabra y a participar en la unidad del cuerpo. Desafortunadamente muchos se excusan en esto para no vivir y trabajar día para el Señor.

Comunión es “común unión”, es decir: una unión que se produce por causa de tener cuestiones espirituales en común. Y eso no puede ocurrir de ninguna manera, por ejemplo, entre alguien que adora a un Dios vivo y activo, con otro que lo llora colgado de una cruz como si ya no pudiera regresar de allí. No es discriminación, es discernimiento.

Y es real lo que aquí se dice. Y podría resumirse en algo que quizás el autor pensó pero que por alguna a razón que le compete no escribió: Jesús, sencillamente, no nos llamó a templos. Es más: dijo que Él no habitaba allí…

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Muchos seminarios teológicos, institutos bíblicos y escuelas cristianas gradúan cada año a cientos de jóvenes y adultos llenos de conocimiento teórico pero ignorantes de cómo trabajar en la obra.

Conocer mucho de la palabra de Dios sin conocer al Dios de la palabra siempre produce orgullo, orgullo que lleva a saber bien su doctrina sin hacer nada con ella. Dios no te va a pedir cuenta de "cuanto sabes".

Aquí tienes lo que yo llamaría un pequeño manual para conocer a un teólogo profesional. Ancianos venerablemente cabezones como para suponer que porque ellos decidan algo determinado como doctrina, Dios mismo se inclinará ante sus títulos y dirá “amén”.

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Te va a pedir cuenta de "cuanto obedeces" lo que sabes. Para que el mal prevalezca, todo lo que la iglesia del Señor tiene que hacer es cruzar los brazos, cuando el hombre de bien cruza los brazos, esta contribuyendo con el mal.

Tú eres dueño de entender esto que Junior Zapata ha escrito, como mejor te parezca. Yo prefiero verlo en el ángulo máximo, que abarca incluso a la organización interna de la mismísima congregación en la que estés. Puedes confrontar el error y el pecado. Claro, luego no te quejes si te expulsan. Así lo ha hecho la iglesia desde siempre con sus profetas…

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¿Están tus brazos cruzados? ¿Están puestos sobre el arado? Esta generación de cristianos es responsable de esta generación de almas. Al final de las predicaciones y de los momentos de adoración, los altares se llenan con jóvenes que en llanto dicen: "Jesús, úsame"

Pero luego como niños asustados se esconden detrás de las cuatro paredes de su iglesia. Quieren ser sal pero no salen del salero. Quieren que Dios los use donde "ellos" Quieren. Quieren "servir" donde otros los sirvan a ellos.

Todos Quieren predicar, cantar, grabar, danzar y viajar, pero nadie quiere lavar. Nadie esta dispuesto a lavarle los pies a nadie, excepto que sea una persona conocida e importante. Todos quieren estar en la plataforma, pero nadie quiere limpiarla.

Todos quieren tocar los instrumentos musicales pero nadie quiere cargarlos. La unción que ves en las personas que Dios ha usado para tocar tu vida no les vino por su bonita cara. Eso viene por la misericordia de Dios y por el diario caminar que ellos tienen con su Padre celestial.

Todos quieren ser como el rey David: músico, compositor, cantante y escritor. Quieren ser muy popular. Quieren ser como el que mató al gigante, pero no quieren ser como el que cuidó ovejas.

Es normal que esto suceda cuando la conversión ha sido, eminentemente, un acto de emocionalismo sumo, sin entrega real de nuestra vida al Señor. En suma: esto sucede cuando se vive un evangelio que es ESPIRITU dejándonos conducir por el ALMA.

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Mucho antes de que David fuera famoso, antes que matara a diez mil, antes que lo conociéramos como el "músico cristiano más famoso", David era tan solo un pastorcito de ovejas. Leyendo el capitulo 16 del Primer Libro de Samuel, podemos darnos cuenta de cómo Dios escoge a los que le sirven.

Dios le dijo al profeta Samuel "Me he provisto de rey". David tendría unos 15 o 16 años, pero Dios ya le tenía un lugar en su obra. Dios sabia que David era un adolescente, y, a diferencia de muchos que no dan ni un centavo por los adolescentes, Dios confió en uno y lo escogió para que fuera rey.

Tal vez te han dicho que "eres muy joven", que "todavía te falta", que "cuando madures mas…". Eso me lo dicen a mí desde que tengo 12 años y, ahora anciano, lo sigo oyendo. Sin embargo, ninguna de esas opiniones puede cambiar el hecho de que Dios ya me escuchó y tiene un lugar para mí en su obra.

Lo mismo es contigo. No te preocupes que te digan que "no estas listo". A Dios no le interesa si estas listo o no. Lo que le interesa es si estas dispuesto. De todos modos, lo más probable es que Quien te diga esto es alguien que no quiere que le quites su lugar.

Real. Cierto. Exacto. En lo personal, ese freno a mí me lo pusieron durante años con la excusa de: “debes capacitarte más”. Luego descubrí que, para desagradable sorpresa de muchos, Dios no viene a levantar a los capacitados; Dios capacita directa y personalmente a los que va a levantar.

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Eso a ti no te debe importar. Si Dios te ha escogido, aunque no estés "listo", aunque "te falte" y aunque necesites "madurar más", Dios te va a usar en su obra. El profeta Samuel llegó a la casa de Isaí. Este tenía 8 hijos y uno de ellos iba a ser ungido por el profeta como rey.

El primero que pasó, se llamaba Eliab. Este era alto y fornido como el rey Saúl, el que era rey en ese entonces. Se nos dice que Saúl era "hermoso… de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo" (1Samuel 9:2)

Entonces el profeta ha de haber pensado que como Eliab era alto y fornido, y tal vez era diestro con la espada, el fuera el mas indicado para ser el rey. Pero Dios no piensa como nosotros, ¡Qué bueno!, El no escoge mirando lo material como nosotros.

Cuando el profeta dijo "Este ha de ser", Dios le dijo: "No mires a su parecer, ni a lo grande de estatura, porque yo lo desecho, porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que esta delante de sus ojos, pero Jehová mira lo que esta en el corazón" (1 Samuel 16:7).

Lo que hay detrás de nosotros y lo que hay delante de nosotros, no es nada comparado con lo que hay dentro de nosotros. La diferencia entre un hombre de Dios y un hombre cualquiera es que este último se destaca en lo externo, mientras que el hombre de Dios se destaca en lo interno.

Yo ya he tomado debida nota de esto. Al igual que tú, debo haber leído este texto mil veces y me lo tienen que haber predicado otras tantas. ¿Me creerás si te digo que nunca antes se me había ocurrido relacionarlo con el tiempo actual que vivimos en la iglesia?

Lo que vemos y llamamos hoy “iglesia”, se mueve en base a lo que aquí se nos dice que no debemos movernos, ya que no es la forma en que Dios hace las cosas. Si algo nos conforma en lo externo, ya está: “es de Dios”, decimos. Y así nos ha ido hasta ahora por ello…

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¿Que es lo que hay dentro de tu corazón? Eso es lo que importa. Tus talentos, tus habilidades, tus planes, aunque le interesen a tu iglesia, a tus amigos y familiares, no le importan tanto a Dios. Lo que a El le importa es tu corazón.

Porque si tu corazón esta bien, el resto también lo estará. A todos les interesa como predicas, como cantas, como oras o como danzas, pero a Dios le interesa como le amas. Por eso Digo: de lo que hagas el Domingo no depende si Dios te usara o no.

Depende de lo que guardas y meditas en tu corazón día a día. Dios ve lo que esta adentro, porque allí mora su Espíritu Santo .Después de que siete de los hijos de Isaí pasaron en frente del profeta, Dios no había dicho nada aún.

Entonces Samuel le preguntó a Isaí: "¿Son estos todos tus hijos?". Entonces Isaí dijo: "Queda aun el menor". Ese era David.¿Cuantas veces te has sentido "el menor? ¿Cuántas veces te habrán dicho "no, todavía estas muy pequeño?

Como cualquier humano, Isaí cometió un error: hacer de menos al más pequeño. Pero no se te olvide que la palabra de Dios es muy clara: "De la boca de los niños y de los que maman, formaste la fortaleza" (Salmos8:2). Dios no necesita un gran guerrero.

Todo lo que necesita es un niño. Dios no necesita a un mayor. Usara a un "menor".Isaí mandó entonces a traer al "más pequeño". Cuando llegó, este adolescente venía de cuidar ovejas. No te olvides que David cuidaba las ovejas de su padre.

Mientras sus hermanos mayores Quizá estaban aprendiendo estrategia militar, el uso de la espada y de la armadura, David estaba cuidando ovejas. Un trabajo poco prestigioso. David llegó sucio, oliendo a oveja.

Pero aun así, adolescente y sucio, Dios dijo: "Este es al que yo he escogido".No creo que David parecía muy prometedor. No ha de haber tenido apariencia de guerrero. El versículo 12 solo nos dice que "era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer".

Sin embargo, ese adolescente era el escogido. Era el mas pequeño, pero para Dios era el mas grande. David no tenía mucho que ofrecer. No estaba preparado para ser rey. todavía no había ido a "estudiar" para ser ministro.

Aún no asistía al "conservatorio de música" ni a la "academia militar". Lo que David tenía no era preparación. David tenía disponibilidad. No creas que Dios te va a llamar por tus grandes talentos y habilidades.

No creas que Dios te va a poner en lugar prominente solo porque tienes preparación. La mayor parte de las personas que sirven a Dios como misioneros en lugares lejanos y en condiciones poco agradables son gente muy preparada.

Aunque se graduaron con honores de universidades y seminarios, no están en puestos prominentes. Sirven humildemente a Dios, sabiendo que podrían tener cualquier empleo que quisieran, y ganar mucho dinero.

Dios no te va a llamar porque estés preparado. Dios te va a preparar porque te ha llamado. Luego dice el versículo 13 que el profeta Samuel ungió a David "en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David"

.El profeta no le dijo a David: "Dios te ha escogido como rey y serás grande y famoso". El profeta solo lo ungió, no le dijo nada. Por donde Quiera que voy me encuentro con jóvenes que me dicen: "Dios me hablo, me mostró un ¡graaaaaaaan! ministerio" y extienden su mano como abarcando todo el mundo.

Nunca he oído decir "Siento que Dios me esta indicando que limpie mi iglesia" "Que vaya donde la hermana Chonita, la viuda, y le limpie su casa". Siempre oigo grandezas, pero nunca oigo pequeñeces.

Humildemente, a mi también me dicen muy seguido lo mismo. Decenas de correos me aseguran que han sido llamados para un Graaaan ministerio. Todavía no he recibido ninguno que me hable de un servicio menor.

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Neil Anderson, en su libro "Cuando andamos en la luz", cuenta que en una clase de seminario que el daba, un alumno le dijo que en su iglesia no habían oportunidades de servicio, a lo que el Dr. Anderson respondió: "Por supuesto que las hay".

Lo más probable es que estén rogando para que alguien enseñe a los muchachos del tercer. grado". La reacción inmediata del alumno fue "cualquiera puede enseñar a los niños de 3er. grado. Yo tenía en mente un puesto mas alto".

Neil entonces le replicó a su alumno: ¿¡Será tal vez un puesto dentro de la trinidad!?" Este es el problema. Siempre queremos un puesto más alto. Dios escogió a David cuando David no era nadie. "Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas para que fueras príncipe" (2 Samuel 7:8).

Quizás hayas oído mil veces hablar de un Gran Siervo de Dios. Escucha: no existe tal cosa. Si es grande no es siervo, porque si es auténticamente un siervo del Señor, es tremendamente pequeño…

Yo no sé si este ministerio nuestro quedará siempre así, disminuirá o crecerá. No lo sé. De todos modos, no me interesa. Sé que como ha sido armado por mi Señor, Él le dará la forma y el uso que corresponda. Ah, me olvidaba; jamás me dijo mi Señor que me daría un Graaaan ministerio. Yo, mientras, trato de administrar este lo mejor que puedo.

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David sabía que Dios tenía cosas grandes para El. Pero Después de ser ungido regresó a cuidar ovejas. Cuando el profeta ungió a David, este no se fue a sentar al trono. No empezó a decir con altanerías: "Yo sabía que Dios tenía grandes cosas para mí".

Humildemente regresó a las montañas palestinas a cantar, a escribir bellos poemas y, nuevamente, a cuidar ovejas. Tu dices que estas listo, que Dios tiene grandes cosas para ti, sin duda las tiene. Pero tienes que regresar a cuidar ovejas.

Oye: esto no es algo escrito dirigido a ese pastor que se le voló el humo de la cabeza y aspira a ser ordenado apóstol por la junta de notables de Ahá Uhú. Esto tiene que ver contigo, y cuidar ovejas significa, en este símbolo, perfil bajo, hacer lo más humilde y menos considerado por la sociedad secular y religiosa.

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Te llenas la boca diciendo: "Soy siervo de Dios", sólo porque predicas o diriges un ministerio. Pero eso no hace a un siervo. Sabrás que eres siervo por la actitud que tomes cuando otras personas te traten como su sirviente.

La persona que Dios más utiliza es la que ha aprendido el secreto de pararse bajo la sombra de la cruz señalando a Cristo en lugar de señalarse a sí mismos. Si no puedes dirigir una escoba, no puedes dirigir una multitud en alabanza.

Si no puedes orar en lo secreto de tu cuarto, no puedes orar por los enfermos y esperar que sanen. Ni lo dudes.

Si no alabas a Dios con tu vida diaria, no lo puedes hacer con tus labios los domingos. Amén.

¿Quieres ser un guerrero? Cuida ovejas. Y no molestes a los que han sido llamados a ser guerreros conforme al corazón de Dios.

¿Quieres ser ¡graaaaaande! en el reino de Dios? Cuida ovejas. …Y que no se te vea. Los grandes del Reino son como las plantas: crecen para abajo, echan buena raíz, mientras que por arriba no se ven.

¿Quieres ser usado por Dios? Cuida ovejas. Y procura ser aprobado por Dios, que en el final, es mucho más importante.

¿Quieres ser conocido en el infierno? Cuida ovejas. …Ser conocido en el infierno no significa figurar en sus libros como “miembro activo”, sino como enemigo público declarado.

No puedes gigantes derribar, si ovejas no aprendes a cuidar. Tal cual

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enero 1, 2015 Néstor Martínez