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Tu Enemigo Más Cercano

Sigo sosteniendo, con el correr de estos tiempos tan singulares que estamos viviendo, que hablar de diseños, de alguna manera sigue siendo hablar de Memfi y Boset. Sencillamente, y entre otras razones, porque en ellos había sangre real, ¿Recuerdas? Era un hombre que hoy rotularíamos como millonario, un hombre rico al que no le faltaba absolutamente nada de lo que necesitaba y más, casi que empezaba a sobrarle, cosa que en este mundo nuestro de hoy, resultaría poco menos que ofensivo.

Él era heredero de un abuelo que había sido colocado por Dios como rey. No fueron elecciones con los votos de personas manipuladas por los medios de comunicación sujetos a los grandes intereses monopólicos, tal como se usa en nuestros tiempos presentes, fue Dios quien colocó ese rey. Sin embargo, él se desvió en el camino y perdió la unción, perdió todo. Y al perderlo todo, sus hijos también murieron, lo mismo que toda su descendencia.

Pero Memfi-Boset se salvó, porque la mujer que lo cuidaba, la que se conocía como la aya, que era una persona que cuidaba su vida, lo agarró y salió corriendo para esconderlo. Él hizo lo que pudo y en cierta manera respondió, pero la carrera destruyó sus piernas y quedó lisiado. ¿Quieres saber como se sentía? Me ha tocado ministrar a mucha gente físicamente lisiada. Creyente y no creyente. Los creyentes intentan superar sus dramas interiores y aferrarse a las promesas del Dios Todopoderoso, pero los incrédulos no tienen esa posibilidad. de todos modos, ambos no dejan de sentirse como perro muerto.

Cuando lo mandaron a llamar, el que lo mandó a llamar fue David, recordando su amistad con su padre, el amado Jónatan, él le dijo: “Voy a hacerle bien a mi amigo, y si a alguien de su casa puedo hacerle el favor, lo haré para devolver el que a mi me hizo cuando yo estaba huyendo. Ahí siempre estuvo conmigo.” Por lo tanto buscó, y cuando fue encontrado, lo primero que le vino a la mente a Memfi-Boset, fue que lo iban a matar. Por eso, cuando le avisaron que el Rey lo llamaba, lejos de alegrarse mitad se entristeció y la otra mitad muy fuerte, se asustó.

Porque se dijo: “Tantos años escondido en un lugar de olvido, en un lugar de dolor, donde nadie o casi nadie prestaba demasiada atención en mí y ahora me acaban de encontrar, y el rey me mandó a llamar para exterminarme. Si hubiese sido un gaucho de nuestras pampas argentinas, hubiera exclamado: ¡Amalaya! ¡Suerte perra la mía!  Por lo tanto, él estaba creyendo que no iba a sobrevivir a esa visita real. Pero hete aquí que el rey lo mandó a llamar para restaurar y restaurarlo, porque en su sangre había realeza.

Es decir que en suma, lo mandó llamar para devolverle todas las tierras que fueron de su padre, Jonatán, y para regresarle la riqueza de un rey que a su juicio le correspondía por derecho adquirido. Y tiene que quedar en claro que él había crecido con una muy baja estima de sí mismo, por causa de su cojera, de su renguera fea y notoria, que hacía que muchos se burlaran de él al verlo y llegaran a la crueldad para lastimarlo. No te olvides que en esa época era muy duro tener un defecto físico, ya que eso se consideraba una maldición y nadie quería tenerlo cerca. Igual que a los leprosos.

Hoy, a grandes rasgos y tomando como base hipotética esta historia, las cosas siguen igual. El diablo, lo primero que hará con cada uno de ustedes, si puede, es quitarles su identidad. Cuando les quita la identidad de rey y la identidad de lo que Dios dice que ustedes son, allí tenemos un problema. Un problema que no es el diablo, no es la gente que te engañó en tu niñez, ni siquiera es el problema la gente a la que el diablo usa hoy para frenar tu carrera. Es cierto que la niñez es la marca más profunda y por eso es obligatorio salir de ella. Porque es la época en que nos estábamos formando y nos creíamos todo lo que nos decían. Y Satanás usó gente para venir a atormentarte y a destruirte, pero ya pasó.

Ese tiempo terminó, tu niñez ha concluido y tienes que salir de allí. Y a partir de allí, tendrás que encontrar la razón por la cual estás vivo. ¿Cuál sería, por ejemplo, el mayor privilegio para un ministro del evangelio? Predicar ante por lo menos veinte mil personas. ¿Sabes qué? Dios los mira y dice: son veinte mil cadáveres caminando. Respiran, se levantan, comen, duermen, se multiplican, se divierten, se reproducen, tienen hijos, pero sus almas están cautivas, Por lo tanto, nunca llegan a ejecutar el destino que Dios tenía para ellos. Se preguntan por qué sufren, por qué se sienten vacíos, aún teniendo todo lo que se supone que la gente debe tener. Cadáveres que respiran.

En primer lugar, tienen que salir sí o sí y de inmediato de esa esclavitud. ¿Y eso es posible o es una utopía que la decimos pero que no podemos cumplirla. Es fácil salir, sí, pero cuando tú colocas tu mirada en Cristo y le dices al diablo que hasta aquí ha llegado. De otro modo me temo que vas a estar gastando tiempo en cosas estériles y hasta dinero, si no estás prevenido. Lo que tienes que entender, es que cuando Dios nos dio el soplo de vida, Él nos hizo a Su imagen y a Su semejanza. En ese momento en que de alguna manera formó a la humanidad, la formó como algo diferente, nos llamó hijos, y nos llamó dueños de este planeta.

Y dice su propia palabra que nos puso como señores de este mundo, y nos dio la autoridad para dominarlo, gobernarlo y sojuzgarlo. Pero como hijos del Rey, la mayoría está teniendo más religión que relación con Dios. ¿Sabes por qué la mayoría de los líderes andan gritando que hay que reunirse sí o sí, como sea, pero hay que reunirse a pesar de la pandemia y todo lo que se nos aconseja desde el Estado? Porque no han entendido realmente que el Reino de Dios no necesita cuatro paredes para manifestarse. Esto a mí me ha demostrado que se están tocando mucho más vidas mediante las redes o internet, en este tiempo y obligados por estas circunstancias, que cuando se hacían esas enormes campañas donde se invertían miles de dólares. Es necesario entender eso. El Reino de Dios se establece por medio de nosotros.

Se necesita que el pueblo suba ya mismo al nivel de la unción y del poder del Espíritu Santo. Se necesita que el pueblo deje de buscar en fuentes que están secas. Que vayan a la fuente de agua viva, cuyo nombre es Jesucristo. Es este el tiempo de dejar a tras ir por las migajas y decidirse por el Cristo que tiene una mesa y un banquete para el pueblo. Mírate y procede conforme a como Dios te ve. Es correcto decir que tú no eres lo que dice Satanás, sino lo que dice Dios. Pero no es correcto decir que tú eres como te ve Dios y no como te ve Satanás.

Porque déjame decirte que Satanás te mira y te ve exactamente como te ve Dios, él no es ni ciego ni tonto. Sólo que luego tratará de convencerte a ti con sus mentiras para que termines creyéndole y viéndote una porquería cuando Dios dijo que eres su imagen y semejanza. Cuando Satanás te ofrece lo que te ofrece, te está mintiendo, nada le pertenece. Él es padre de mentira. ¿No le ofreció al mismísimo Jesús darle todos los reinos del mundo si postrado lo adoraba? ¿Y como iba a hacer para darle algo que no le pertenecía? Que tenga cierto dominio por causa de la ignorancia de la gente, puede ser, pero el dueño de todo el planeta es Dios y punto, no hay más nada fuera de Él.

(Salmo 24: 1) = Salmo de David. De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. (2) Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos. (3) ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? (4) El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. (5) El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. (6) Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

Yo me atrevería a decir con validez de certeza y palabra declarada, que por diferentes razones y motivos, esta es una generación que está buscando de verdad el rostro de Dios. Y que no puede de ninguna manera caer en el engaño de aceptar obsequios de un Satanás que no es dueño de nada. Lo dice este salmo, lo confirma Pablo, mira:

(1 Corintios 10: 23) = Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. (24) Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. (25) De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; (26) porque del Señor es la tierra y su plenitud. (27) Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. (28) Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.

Algo está más que claro, entonces. Nadie puede meterse en una guerra de este calibre si antes no cierra todas sus puertas espirituales. Puertas de maldición, puertas de hechicería, que siempre es manipulación de voluntades por distintos medios. Puertas que quizás están abiertas tal vez desde anteriores generaciones, a favor de la ignorancia de tanta gente que, buscando la verdad, fueron engañadas por Satanás y terminaron dependiendo y siendo cautivados por brujos y hechiceros.

Tú debes tomar definitivamente las riendas de tu vida. Deja que se te rían cuando les digas que eres amo de tu destino. O que te lo censuren duramente los religiosos diciendo que no, que tú no eres dueño de nada porque eres propiedad de Dios, lo cual es verdad, pero se olvidan que Dios te dio una mente y una voluntad y que, a partir de lo que nosotros llamamos “libre albedrío”, Él jamás habrá de oprimir ni obligar a pensar o a actuar de ningún modo específico. Tú conocerás la Verdad, la Verdad te hará libre, y en función de esa nueva libertad en Cristo es como vivirás. Ese es el diseño.

Porque sólo llegarás donde tienes que llegar, a partir de tus decisiones. Desde aquel día en que como yo, seguramente tú le dijiste al Señor que querías ser diferente, que ya no querías ser igual a como eras y que te llenara con Su Presencia. Y Él lo hizo de tal modo que sanó todas tus heridas, que seguramente eran tan profundas como las mías. Allí fue donde nos hizo recuperar nuestra estima, cambió nuestras vidas y nuestro futuro de eternidad. Eso que Él hizo por mí en aquella noche, hoy tiene recompensa con las vidas que pueden ser cambiadas y sanadas con la libertad que impone el Espíritu Santo a través de este ministerio.

Tenemos que entender de una vez y para siempre, que somos hijos del Dios de todos los dioses. Suena como esotérico decirlo así, pero no puedo ni quiero evitarlo, porque así es. En la vida vas a ver y comprobar que te presentan, te anuncian, te promocionan y hasta te venden varias calidades de dioses. No los escuches. Simplemente diles que tú eres hija o hijo del único Dios, del que es el Dios de todos los dioses. Y atención con esto: No somos miembros de una religión, porque una religión como tal, lo único que merece es morir, ya que ha sido la causante de la muerte espiritual de tanta buena gente fiel y sincera, pero demasiado débil y crédula, que no es lo mismo que creyente. Credulidad habla de ingenuidad e ignorancia. Creyente habla de Fe. Y la Fe viene de Dios, no hay nadie más que la brinde.

No tenemos ni tendremos jamás nada que ver con esos espíritus religiosos de manipulación y de control. Esos que controlan tu mente psicopateando tu vida diaria, diciéndote como al pasar que si te llegas a ir de ese grupo en el que has reunido, caerá sobre ti la maldición de Coré. Que matan tu vida hasta la esclavitud, que hasta te ordenan no escuchar voces que hablan otra cosa que es la opuesta a la que ellos quieren implantar. Voces que lo único que están diciendo, (Que estamos diciendo), es que dependan del Espíritu Santo, no de los hombres, porque es el Espíritu Santo y no los hombres el único capaz de liberar a los cautivos. Amo la unción, pero no para bailar en una plataforma o para deslumbrar a inocentes espectadores cristianos incrédulos. Yo amo la unción y la quiero para desatar las cadenas que atan a las vidas y no las dejan ser salvas ni tener destino de eternidad divina.

Es necesario que entiendas esto que no sólo es valioso sino también muy importante: cuando Dios entra en un corazón, pero te estoy diciendo que entra de verdad, no con simulaciones hipócritas y religiosas, produce cambios. Y cambios que, cuando son vistos por gente que conocía a esa persona, no lo pueden creer y por poco piensan que se ha vuelto loco. Porque escúchame lo que te digo ahora: un solo hombre con un corazón cambiado es capaz de cualquier cosa, esto ha sido probado largamente por la historia bíblica.

Un hombre como Moisés pudo revolucionar a los que estaban esclavos y sacarlos de la esclavitud. Un hombre como Nehemías pudo impactar realmente a un grupo que estaba derrotado e inyectarles la fe para levantar los muros caídos. Un hombre tan cobarde como era Gedeón, escondiéndose en el trigo, cuando vino sobre él la palabra que lo transformó y lo llamó hombre esforzado y valiente, fue capaz de levantarse y activar apenas a trescientos hombres, con los cuales de una manera increíble le ganó una guerra a treinta y cinco mil que se enfrentaron a él.

Por lo tanto, ni siquiera usó las armas, usó los actos proféticos. ¿Estás entendiendo? ¡Actos proféticos! Incomprensibles para la religión intelectual. ¡Dile a un doctor en teología recién salido de la universidad que la solución es un acto profético! Los actos proféticos son aptos y valederos para los que se mueven por fe. Quebrar una vasija, en aquel momento, era ese acto profético, levantar las trompetas de guerra, las teas encendidas y simplemente ordenar que se fueran. Y ahí fue donde el enemigo empezó a confundirse a sí mismo y terminó por ser destruido. Y Gedeón no era valiente, era muy cobarde y tenía miedo. Tanto como cualquiera de nosotros y más, todavía. Pero Dios lo llamó, lo levantó y lo puso como alto vencedor.

Hoy Dios te está llamando a ti, pero necesita que dejes de buscar ayuda. Que en lugar de acudir a ministros prestigiosos, a asambleas supuestamente poderosas o simplemente a profesionales de las ciencias que atienden la mente y el alma, empieces a buscarlo a Él en oración. Allí estará la autoridad. Y eso es lo que el pueblo necesita para liberarse y liberar. No es complicado liberar a un cautivo. Los demonios obedecen a la autoridad de Cristo y salen de las personas a las que están atormentando, pero no alcanza la gente que sea capaz de lograrlo, porque una gran mayoría de ellos todavía andan por oficinas pastorales o consultorios psicológicos tratando de solucionar sus propios cautiverios.

¿Cómo liberarán a los cautivos desde adentro del mismo cautiverio que ellos? Hay pecado adentro. ¿Cuál? Uno, no entender los tiempos de Dios. Otro, no creer en la sangre de Cristo. Otro más, no confiar en que el Señor les dice que son perdonados. Y otro, no entender que los hombres no son la respuesta de sus vidas. Aprende: es muy cierto que los demonios pueden entrar en una persona a través de un ser humano. Tan real y tan cierto como que también por medio de un ser humano lleno de la unción del Espíritu Santo, tienen que abandonar el lugar en el que están y huir de ellos.

Te daré un consejo sano, sabio y desinteresado aunque no me lo pidas. Deja ya mismo de unirte al plan que el diablo tiene para destruir tu vida y el diseño que Dios ha hecho para ti. Deja en esta hora de permitir que el reino de las tinieblas avance en tu generación. Deja de permitirle que haga contigo lo que le da la gana. Porque si en verdad quieres ser un guerrero de Jehová de los ejércitos, primero tendrás que ser libre tú mismo, y luego ejercitarte. Sin maniobras de entrenamiento, no hay guerra eficaz. Ningún ejército que se precie de sí mismo deja de hacerlas. Busca tu libertad, cierra toda puerta que se presuma abierta en el nombre de Jesús.

Y no estamos hablando de culpa. La culpa jamás viene de Dios. La culpa es un espíritu maligno que viene de Satanás. Él trae siempre culpa a los que han pecado, pero jamás arrepentimiento. Porque el arrepentimiento es el que lleva al perdón y a la redención, mientras que la culpa a lo que más próximo lleva, es a la degradación total o directamente el suicidio. La culpa te condena, la culpa te destruye, la culpa te arruina la vida. El arrepentimiento, mientras tanto, te hace llorar, pararte en medio del camino, darte la vuelta en ciento ochenta grados y volverte al principio de ese camino para empezar de nuevo con otra clase de vida. Dile como le dijo Job a Dios mismo.

(Job 42: 1) = Respondió Job a Jehová, y dijo: (2) Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. (3) ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. 4) Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. (5) De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (6) Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Vamos a ver: ¿Quién dice Dios que eres tú? Él dice que eres Su Creación, imagen y semejanza de Él. No lo que dice tu gente, no lo que dice el diablo, eres lo que Dios dice que eres, la niña de sus ojos, el tesoro más preciado de su corazón. El que compara con la perla preciosa. El que compara con el mercader que vendió todo para comprar el tesoro. No te mires como basura, no te veas como te ve el mundo. Dile a Satanás que de acuerdo, algún error podrá haberte arrojado a la basura, pero ahí en la basura donde estás, te das cuenta que eres una perla de gran precio, la cual el mercader vendió todo para poder comprarla.

Es muy probable que tú mismo o tú misma te hayas destruido, ¿Sabes por qué? Porque el verdugo más grande de tu vida, eres tú mismo, tú misma, cuando te levantas cada mañana maldiciendo lo que Dios te ha dado. Cuando te acuestas cada noche maldiciendo el día que has tenido. Cuando maldices lo que Dios ha bendecido. Cuando dices que vaya a saber si te alcanzará lo que Dios ya e dijo que supliría todas tus necesidades. Cuando con tus actos le estás mostrando a Dios que crees que otras disciplinas terrenales son más eficaces que su poder y su amor.

Cuando dejas cada mañana cuando sales de tu casa, que tu lengua se inflame con libretos del infierno, aunque ya has leído que el infierno inflama la lengua de toda la creación, no es novedad. ¿Sabes cuantos supuestos cristianos permiten que sus lenguas se inflamen en contra de otros cristianos, justificándose a sí mismos en razón de que suponen estar defendiendo a Dios? Saulo de Tarso hacía lo mismo. Tuvo que sufrir horrores para poder llegar a ser Pablo. No necesitas llegar a eso, estás advertido antes. A Saulo él le hizo saber por Ananías que le era necesario pasar por muchas tribulaciones si es que deseaba ser útil y de bendición para el Reino. Eso no significa que sea una regla común para todos, pero sí significa que, si te llega a tocar, tendrás que aguantártelas como el buen soldado que eres.

¿Conoces a algún soldado de los buenos que se haya puesto a llorar de miedo en el frente de combate? Es muy probable que el miedo se le haya metido hasta los tuétanos y le haya hecho correr un sudor helado por la cervical, pero ni siquiera los que estaban a su lado se dieron cuenta que él sentía eso. Aferró su arma con decisión, con valor y con coraje y allá fue, a jugarse la vida en medio de las balas enemigas, porque sabía que sabía que sabía que el ejército al cual estaba representando, tenía el mejor general del universo y una guerra ganada desde el principio de todos los principios.

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septiembre 24, 2021 Néstor Martínez