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Maldiciones: ¿Realidad o Ficción?

Entre la enorme cantidad de correo que a diario recibo, es frecuente que lleguen muchos que me consultan sobre la realidad, calidad, cualidad, efecto y formas de defensa de maldiciones. Entonces la pregunta que cualquiera se formularía, es: ¿Son las maldiciones una realidad hoy? Deuteronomio 28:45-46 dice: Sí!

(Deuteronomio 28: 45) = Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó; (46) y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu

La mayoría de los creyentes entienden cómo los pecados de Adán y Eva en el jardín del Edén trajeron una maldición sobre la humanidad y el mundo en el cual ellos vivían. El Señor pronunció maldiciones específicas relacionadas con la serpiente, la mujer y el hombre.

No es necesario que te lea los versos porque son bien conocidos, pero el caso es que la serpiente – se arrastraría sobre su vientre y habría enemistad entre ella y la mujer, y entre su descendencia y la de ella. Y que la mujer tendría dolor en el alumbramiento y fue puesta bajo la autoridad de su marido.

El hombre, en este caso representando a la humanidad, fue separado del árbol de la vida, y la tierra fue maldita con espinos y abrojos, por lo que el hombre tendría que trabajarla con dificultad, ganando su pan con el sudor de su frente, hasta su muerte. El hombre y la mujer fueron echados del jardín del Edén y Dios puso querubines y una espada de fuego para que guardaran la entrada.

Ahora bien; ¿Existen hoy día los resultados de esas maldiciones? Sí, existen, y nosotros continuamos sufriendo por su causa. De repente la calidad de vida de Adán y Eva cambió. Ellos ya no tenían el confort que tuvieron en el Edén y en la presencia de Dios. Sus bendiciones les fueron quitadas así como sus circunstancias se complicaron.

Estos son los efectos de las maldiciones, toma nota: 1) bendiciones perdidas, 2) capacidades limitadas, 3) posición y circunstancias reducidas, 4) la calidad de vida afectada, 5) futura posteridad también afectada. El cautiverio espiritual tiene todos estos efectos. Sin embargo, lo más valioso de todo esto es que cada uno de nosotros puede elegir entre bendición y maldición.

(Deuteronomio 11: 26) = He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: (27) la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, (28) y la maldición, si no oyereis loa mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

(Deuteronomio 30: 19) = A los cielos y a la tierra llamó por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; (20) amando a Jehová tu dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Cuando se tocan estos temas, inmediatamente surgen una serie de preguntas nacidas de no menos voluminosas dudas. Una de esas preguntas, general y mayoritariamente, es: ¿Cómo surten efecto las maldiciones? Yo digo: ¿Hay una respuesta humana para eso, o mejor deberemos dejar hablar a la propia Biblia, o palabra de Dios escrita si así prefieres llamarla?

(Malaquías 2: 2) = Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aún las he maldecido, porque no habéis decidido de corazón.

Algo surge a la vista y es más que notorio: el pecado hace efectiva las maldiciones. Del mismo modo que ocurrió con Adán y Eva. Hay algunas escrituras diversas que, de alguna manera, confirman y corroboran lo que he dicho.

(Salmo 119: 21) = Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos.

(Malaquías 3: 8) = ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

(9) Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

(Jeremías 17: 5) = Así ha dicho Jehová: maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

(6) Será como la retama del desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en la tierra despoblada y deshabitada.

(7) Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

(2 Pedro 2: 14) = Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.

La práctica del pecado puede exponer a las maldiciones a cualquier persona, incluso creyentes. Muchísimos creyentes están experimentando penurias de todo tipo en sus vidas y la de sus familias. Ellos no reconocen el pecado en sus vidas como el causante de sus circunstancias deterioradas. Dios permite que las maldiciones los afecten con la esperanza de llamar su atención para que ellos reconozcan su pecado, se arrepientan y se vuelvan a El…

(Lucas 6: 49) = Más el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu y fue grande la ruina de aquella casa.

Algunos cristianos de aterrarían si supieran que han pronunciado maldiciones cuando han deseado su propia muerte, o la muerte de otros. Cuando una persona dice "ojalá te mueras" u "ojalá le pase tal cosa…" ellos están pronunciando maldiciones.

(Santiago 3: 9) = Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

(10) De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Los que viven en obediencia a Dios no tienen que preocuparse de que las maldiciones los afecten. Dios protege a los rectos. Hay un texto que es y debe ser base de sustento a los temores y dudas que el enemigo siembra en los creyentes con relación a esto.

(Proverbios 26: 2) = Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.

Ahora bien; hasta aquí nos hemos informado con cierta claridad respecto a las maldiciones y sus orígenes. Muy teórico, muy interesante, pero es como que se discierne la pregunta natural: ¿Cuáles son las posibles evidencias de una opresión espiritual causada por alguna clase de maldición?

Como base, te pudo decir que hay que prestar atención a ciertos pensamientos compulsivos que quien los padece no acierta a saber muy bien de donde provienen. Por ejemplo: extremadamente baja imagen de sí mismo (indigno, un desastre, un fracasado – una constante sub-valoración de la propia identidad.)

Constante confusión en el pensamiento (a veces gran dificultad para recordar cosas) Incapacidad de creer (aun cuando la persona desea hacerlo) Pensamientos de burla o blasfemos contra la predicación o la enseñanza de la Palabra de Dios.

Distorsiones de la perceptividad – percibir enojo, hostilidad, en otros cuando no existen realmente – ver solamente juicio en las escrituras Horribles pesadillas que causan miedo (frecuentemente con imágenes demoníacas) Pensamientos violentos (suicidio, homicidio, incitantes al auto-abuso, etc.)

También vamos a encontrarnos con sentimientos compulsivos. Los más destacados al respecto, son: Odio y amargura hacia otros sin motivo justificado. Tremenda hostilidad o miedo al encontrarse con alguien involucrado liberación y profunda depresión y abatimiento (frecuente y periódicamente).

Asimismo, también se presentan temores irracionales entremezclados con los más difundidos ataques de pánico. –Fobias de diverso calibre, una llamativa ira irracional sin motivo aparente, complementada con ataques de -furia y culpas irracionales, llenas de auto-condenación extrema.

Todo esto nos lleva al encuentro de comportamientos compulsivos. Como ejemplo te doy los siguientes: Deseo de hacer lo correcto (incapacidad de sobrellevarlo). Cambios bruscos de personalidad y actitud (contrastes severos – aparenta esquizofrenia).

Una fuerte aversión hacia la lectura de las escrituras y la oración (especialmente la del tipo personal). Un semblante oscuro (mirada de aspecto profundo y duro – contracción de las pupilas – a veces cambios o contorsiones de los rasgos faciales – Incapacidad frecuente de mirar a los ojos de los demás directamente.

Mentir, exagerar, o robar compulsivamente (a menudo sin saber por qué). Abuso de drogas (especialmente cuando hay alucinaciones demoníacas). Obsesiones con la comida – bulimia, anorexia nerviosa. Pecados sexuales compulsivos (especialmente perversiones). Risa o llanto irracional.

Violencia irracional – compulsión de lastimarse a sí mismo o a otros. Verborragia repentina o hablar en una lengua desconocida (generalmente un lenguaje étnico ancestral). Reacciones contra el nombre y la sangre de Jesucristo (verbales o con lenguaje corporal). Inquietud desmedida (especialmente en un ambiente espiritual). Lenguaje incontrolablemente burlón e incisivo y acciones y lenguaje vulgares.

El mismo tema produce notorios problemas de conciencia, como ser: Pérdida de tiempo (desde minutos a horas, o terminar en un lugar, sin saber cómo llegó allí, hacer cosas regularmente sin recordar después). Somnolencia excesiva al atender asuntos espirituales.

Demostración de habilidades extraordinarias (Percepción Extra Sensorial o Telequinesis) Se escuchan voces en la mente (que se burlan, intimidan, acusan, amenazan o regatean) Una voz que habla desde el sujeto refiriéndose a él o ella en tercera persona. Experiencias sobrenaturales, percibir presencias, movimiento o desaparición de objetos, y otras manifestaciones extrañas.

La salud también recibe lo suyo. Los problemas médicos anormales más frecuentes, son: Ataques (demasiado duraderos y/o demasiado regulares) Dolor (sin explicación justificada – especialmente en la cabeza y o el estómago) Dolencias físicas que pueden ser aliviadas inmediatamente por un mandato de autoridad espiritual (ej.: ataques epilépticos, ataques de asma, dolores varios)

Interferencia repentina de funciones corporales (temporaria) – zumbido en oídos, incapacidad de hablar u oír, severa jaqueca repentina, hipersensibilidad en el oído o el tacto, repentinos enfriamientos o calor abrumador en el cuerpo, entumecimiento de brazos o piernas, parálisis temporaria.

Satanás y sus huestes trabajan pacientemente para hacer caer a hombres y mujeres en pecados y perversiones sexuales, porque éste es el ataque más directo a la única institución que Dios estableció antes de la caída, es decir, el matrimonio. Dios creó al hombre a su imagen.

Después que creó Adán y lo puso en el Jardín del Edén, "Y dijo Jehová Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo. Le haré ayuda idónea para él’"(Génesis 2:18). "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:24)

Hoy hay muchos que están tratando de redefinir el matrimonio casando hombres con hombres y mujeres con mujeres. Otros no ven nada malo en tener relaciones extra-matrimoniales. Ellos justifican sus acciones diciendo que éstas ayudan al matrimonio.

El matrimonio, como Dios lo ha ordenado, es el fundamento de una familia, y las familias son el fundamento de la sociedad. Cuando los matrimonios se destruyen, las familias resultan severamente dañadas y la sociedad eventualmente es afectada en forma adversa. Todo esto es parte del plan de Satanás para dividir y conquistar.

Dios habló muy claramente a través de Moisés cuando él advirtió a los Israelitas acerca de pecados sexuales. En Levítico 18 Moisés proveyó al pueblo de una colección de leyes para tratar con sus prácticas sexuales.

18:6 Ninguno se acerque a pariente cercano alguno, para tener relaciones sexuales.18:7 No deshonres a tu padre cometiendo pecados sexuales con tu madre.18:8 No tengas relaciones sexuales con la esposa de tu padre. (Madrastra)

18:9,11 No tengas relaciones sexuales con tu hermana. (Incluyendo hermanastra)18:10 No tengas relaciones sexuales con la hija de tu hijo o la hija de tu hija.18:12,13 No tengas relaciones sexuales con la hermana de tu padre o de tu madre.

18:14 No tengas relaciones sexuales con la esposa del hermano de tu padre.18:15 No tengas relaciones sexuales con tu nuera.18:16,18 No tengas relaciones sexuales con tu cuñada.18:17 No tengas relaciones sexuales con una mujer y su hija.

18:19 No tengas relaciones sexuales con una mujer en su período menstrual.18:20 No tengas relaciones sexuales con la esposa de tu prójimo.18:22 No te acostarás con un hombre como con una mujer; es detestable.18:23 No tengas relaciones sexuales con un animal. Es perversión.

Cualquiera que haga estas cosas detestables, tales personas deben ser cortadas de su pueblo. Guardad, pues, mi ordenanza, y no hagan las detestables costumbres que fueron practicadas antes que vosotros vinierais [de Egipto] y no os contaminéis con ellas. Yo Jehová vuestro Dios. (18:29-30)

La lista anterior no incluye todas las prácticas, pero pone un fundamento para entender qué cosas constituyen pecados sexuales.Nótese que en Deuteronomio 27:20-23 estos pecados sexuales están incluidos en la lista de pecados que liberan maldiciones sobre aquellos que los practican.

El impacto de las maldiciones a menudo nos obliga a soportar las consecuencias de nuestras acciones en su totalidad. Estas consecuencias disminuyen la calidad de vida de la persona. De esto se trata todo acerca del cautiverio espiritual.

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. (Romanos1:24-25)

Aún hoy, la gente continúa cambiando la verdad por la mentira. Dicen que las Escrituras han sido malinterpretadas y que los cristianos son exagerados e intolerantes en esta cuestión. Algunos niegan que cualquier actividad sexual sea pecado, sino un proceso natural.

El cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor de los muertos, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? (1 Corintios 6:13-15)

Aquellos que han venido a ser uno con Cristo deberían horrorizarse de exponer tan gloriosa comunión a aquello que es detestable para Dios. El Señor trató con esa persona en Corinto a través de su siervo, el apóstol Pablo. Un creyente de la iglesia se había involucrado sexualmente con su madrastra.

El pecado estaba siendo consentido porque la situación era conocida, pero los líderes no disciplinaban al hombre, excomulgándolo. Así que Pablo instruyó a la iglesia para que, en asamblea, el tal sea entregado a Satanás, para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1 Corintios 5: 5)

Muchos estudiosos nos dicen que esto fue sólo excomunión. Yo creo que aquí sucede algo más que poner al hombre fuera de la comunidad de creyentes. Creo que se lo apartó del poder protector del Señor y se lo puso bajo el poder de Satanás por un período de tiempo. Esto fue por amor de su alma. No sería la primera vez que el pueblo de Dios era puesto bajo el poder de su enemigo hasta que se arrepintiera de sus pecados.

pues la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros aprenda a controlar su cuerpo en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; y que en este asunto, nadie engañe ni agravie en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de tales pecados, como ya os hemos dicho y advertido. Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. (1 Tesalonicenses 4:3-8)

Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos. (Efesios 5:3)

Eso nos lleva a encarar un asunto que ha preocupado y aún preocupa a muchos creyentes llegados al evangelio de adultos: las ligaduras de una carne. Sin exagerar nada ni convertir al tema en una especie de tabú, se debe observar con atención a partir de lo que la misma palabra nos dice.

(1 Corintios 6: 16) = ¿No sabéis que el que se un con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: ‘Los dos serán una sola carne.

Imagínate llegar a ser una sola carne con alguien mediante el pecado, y esa persona ya está en cautiverio. Porque tú. eres ahora "una carne", eres vulnerable de compartir el cautiverio con esa persona. Vemos el resultado de esto continuamente. Dios permite que esto suceda. Si un creyente continúa en pecado sexual, esto es un acto definido de rebelión con el fin de gratificarse sexual y emocionalmente.

(Proverbios 5: 22) = Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado.

Esa ligadura tipo "una carne" es como una cuerda que maniata a la persona, en un cautiverio que fue activado mediante el pecado. Por eso es tan difícil romper esas relaciones. Las cuerdas del pecado las mantienen activas. Hay una ligadura. Sólo el arrepentimiento sincero permitirá a la persona ser libre.

Desafortunadamente, hay ligaduras tipo "una carne" que han sido impuestas mediante abuso, incesto y violación. No es de sorprenderse que los efectos de estas terribles experiencias parecieran no deshacerse nunca. El daño que recibe la persona es mayor que sólo psicológico. Hay también un factor espiritual que condiciona el aspecto psicológico. Hay una ligadura.

Todo esto parece injusto, y en verdad lo es. La guerra es injusta. Hay muchas víctimas. Pero nuestro Dios es un libertador, que puede romper tales ataduras, sanarnos, restaurarnos y transformar el mal en bien.

(1 Corintios 6: 18) = Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

Sin embargo, hay una palabra en Proverbios 26:2 que, al mismo tiempo que nos proporciona cierta tranquilidad, también nos brinda una clara y contundente advertencia. Allí dice que: Así la maldición nunca vendrá sin causa. Eso, de hecho, nos lleva a examinar posibles causas, y allí nos encontramos, entre otras, con el culto a los dioses falsos.

Vemos que las maldiciones son una de las maneras en que Dios trae juicio sobre los rebeldes y malos. La causa básica de tales maldiciones es la falta de escuchar la voz de Dios y hacer caso. Hay una palabra sencilla que lo describe, es: desobediencia.

La desobediencia puede tomar muchas formas. Entonces, es natural hacerse la pregunta: ¿Cuáles son algunas de las formas de desobediencia que especialmente provocan la maldición de Dios? La Biblia no deja duda acerca de la respuesta.

La forma de desobediencia que más provoca la maldición es el quebrantar los primeros dos, de los Diez mandamientos, que se encuentran en Éxodo 20:3′-5: No tendrás dioses ajenos delante de mi. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra, no las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecer.

¿Cuáles son los dos pecados específicos aquí? El primero, es reconocer cualquier dios antes o fuera del Señor. No es suficiente reconocer que el Señor es el primero o mayor de todos los dioses. Debemos reconocer que El es el único Dios verdadero. No hay otro fuera de El. En Isaías 45:21 el Señor declara que gran énfasis: No hay más Dios que yo;Dios justo y Salvadorningún otro fuera de mí.

El segundo pecado descrito en el próximo mandamiento, es: el hacer cualquier representación artificial de Dios y ofrecer adoración a él. En Romanos 1:20, 23, Pablo analiza lo que significa quebrantar estos dos mandamientos.

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios Incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves de cuadrúpedos y de reptiles. Y el verso 25 dice: ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.

Nuestra mente es lenta para comprender el terrible mal que ocasiona el adorar ídolos. El Dios verdadero, que, primero se reveló en la creación y después plenamente en las Escrituras, es: Santo, Temible Glorioso, Omnipotente.

El representarle en la semejanza de cualquier ser creado- ser humano o animal- es ofrecerle un insulto deliberado. Es una provocación calculada a su ira. Déjame ilustrar esto con un ejemplo patético. Suponte que alguien tomara una foto de un chupete y sobre la foto pusiera tu nombre ¿No tomarías eso como un insulto dirigido hacia ti? Cuanto mas terrible es el insulto dado a Dios por los que den su nombre a cualquiera de los seres creados, sea lo más noble o más bajo.

El juicio de Dios por quebrantar estos primeros dos mandamientos lleva la marca de una maldición continua de generación en generación. Los pecados que traen esta maldición sobre las generaciones no son solamente las formas más evidentes de idolatría.

Todas ellas incluyen; un segundo y más amplio, rango de prácticas que abiertamente no parecen: idolatría o religión. Son llamados: "oculto" (derivado de una palabra Latina que significa "escondido" o "encubierto"). Estas prácticas ocultas, siempre han tenido una poderosa fascinación para el hombre caído, y especialmente, en la presente generación. +++++++++++++++++++++++++++

Dos de los deseos más fuertes de la naturaleza humana, son: el deseo de tener conocimiento y el deseo de poseer poder. Hasta cierto punto, el hombre puede satisfacer estos deseos de fuentes naturales y por medios naturales. Si él no está plenamente satisfecho con lo que obtienen de esta manera, él buscará las fuentes sobrenaturales. Es en este punto, en que el hombre puede ser fácilmente atrapado por lo oculto.

La razón de todo esto, es que hay solo dos fuentes disponibles de conocimiento sobrenatural y de poder en el universo: Dios y Satanás. Toda forma de conocimiento sobrenatural o poder que no procede de Dios, entonces, viene de Satanás, y es ilegítimo.

Siendo que el Reino de Dios es el Reino de la Luz, sus siervos saben a quien sirven y qué están haciendo. Al otro lado, siendo que el reino de Satanás, es el reino de oscuridad. La mayoría de su reino, no conocen la identidad verdadera a quien están sirviendo, tampoco la naturaleza de lo que están haciendo.

Es éste deseo por el conocimiento ilegítimo, que empujó al primer hombre a desobedecer en el Huerto del Edén. Dios puso un límite invisible entre él y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Cuando el hombre cruzó este límite, él se encontró en el territorio de Satanás y llegó a ser cautivo de Satanás.

Desde entonces, este insaciable deseo por el conocimiento ilegítimo, ha atraído a los hombres hacia un área donde Satanás puede tomarles a su gusto como cautivos. Los que infringen en esta área están buscando de Satanás el conocimiento sobrenatural que Dios no permite que los hombres busquen de nadie, sino de El.

Al hacerlo, de hecho están reconociendo a Satanás como dios, junto con el único Dios verdadero; y, están quebrantando el primero de los Diez mandamientos. De esa manera, ellos están exponiéndose a la maldición que Dios ha pronunciado sobre todos que infringen este mandamiento – una maldición que se extiende hasta la cuarta generación.

Esta conclusión es tan importante que debe ser reenfatizada: Todo aquel que se involucre en lo oculto, está exponiéndose a la maldición pronunciada sobre los que infringen el primer mandamiento. En varios pasajes, la Biblia describe el acto de volver a dioses falsos como adulterio espiritual, y lo condena como si fuera un pecado mayor que el adulterio físico.

La hechicería o brujería es la rama de poder de lo oculto. Sus raíces son expuestas por una breve declaración en 1 Samuel 15:23: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación."

La hechicería es una expresión de la rebelión del hombre contra Dios. Es un intento del hombre de ganar sus propios fines sin sujetarse a la Ley de Dios. Su fuerza pujante es el deseo de controlar a la gente y las circunstancias.

Para llegar a este fin, puede usar presiones: Psicológicas o síquicas o una combinación de ambas. Hay tres palabras claves que descubre las actividades de hechicería: Manipular, intimidar (miedo), dominar. Dominar! es su propósito principal.

Las otras dos formas de lo oculto – adivinación y curanderismo- son motivadas por el mismo deseo básico: controlar a la gente y sus circunstancias. Adivinación, espiritismo y ocultismo, son ramas de conocimiento de lo oculto.

Ofrecen muchas y diferentes formas de conocimiento que no pueden obtenerse por medios naturales. Su forma más común, es: la adivinación, que incluye todas las formas falsas de revelación religiosa que reclama una fuente sobrenatural. ++++++++++++

Curanderismo, encantamiento y magia blanca operan por medio de objetos materiales o por otras maneras de impactar los sentidos físicos, tales como: drogas o música. 2 Timoteo 3:13 dice que en los postreros días los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor engañando y siendo engañados.

La palabra para engañador, es la palabra: "encantador". Lo siguiente es una breve lista de varias categorías de las herramientas usadas por los curanderos y encantadores: Cualquier objeto asociado con adoración idolátrica sea pagano o profesando ser Cristiano.

Cualquier objeto que representa cualquier tipo de religión falsa, secta o práctica satánica. Cualquier objeto que ha tenido poderes sobrenaturales invocando por algún practicante. (Sacerdote, curandero, etc.) Aun cuando éste poder este dirigido hacia el bien, como la sanidad; su fuente le hace una maldición.

Cualquier objeto que es expresión de superstición como: herradura, moneda de suerte, figuras de santos, etc. Los siguientes son algunas formas comunes de lo oculto, en nuestra cultura contemporánea.

1. La Rama de poder de lo oculto: Acupresión, acupuntura, proyección astral, hipnosis, levitación, artes marciales (los que invocan el poder espiritual sobrenatural), control de la mente, hechicería, satanismo, maldiciones, Pachamama, etc.

2. La Rama de conocimiento de lo oculto: Astrología, horóscopos, médiums, numerología, agorería, lectura de las hojas de coca, leer la palma, libros que enseña las prácticas de lo oculto, religiones falsas o sectas que reclaman revelación sobrenatural pero que contradice a la Biblia. (Testigos de Jehová, Mormones, Nueva Era, Rosacruz, Gnosticismo, Catolicismo, Bahaismo.)

3. La Rama de lo oculto que opera por medio de objetos físicos: Amuletos, ankhs (una cruz con un anillo en la parte de arriba), drogas alucinógenas, música rock, símbolos de suerte, herraduras del zodiaco, imágenes de santos, vírgenes, piedras santas, artefactos de hechicerías, cuadros con demonios, pentagramas, ch’alla, todos santos, etc.

Lo que piensa Dios de los involucrados en las prácticas mencionadas arriba, está claramente referido en Deuteronomio 18;10-13: ‘"No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, no quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas."

Fíjense que los que practican estas cosas están clasificados en la misma categoría que lo que sacrifican sus hijos en fuego a dioses paganos. Bajo la ley de Moisés, el castigo para tales prácticas era la muerte. Es importante reconocer que libros pueden ser canales del poder oculto. Cuando los cristianos en Éfeso fueron confrontados por el ministerio de Pablo, de la realidad del poder de Satanás su reacción fue dramática: (Hechos 19;19)

Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo, muchos de los que habían practicado la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. (En el dinero de hoy, sería como 200.000.- dólares americanos.)

La única manera apropiada para tratar con tales materiales ocultos, es destruirlo completamente -por fuego o cualquier medio apropiado- aunque el valor de la materia destruida sea muy grande. No cometa el error de enterrarlo en su propiedad, pues la maldición va a quedar allí.

Quizás hay padres que con profundo dolor se dan cuenta de sus transgresiones en lo oculto y de las maldiciones traídas sobre sus hijos causándoles a que sean cautivos de Satanás. Para lo padres que se arrepienten y buscan a Dios con todo corazón, El ha dado una promesa especial en Isaías 49:24-25.

¿Será quitado el botín al valiente? Será rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.

¿Y qué de nuestra mente? Es notorio que ese es el sitio clave de la enorme batalla que prácticamente libramos durante toda nuestra vida en la tierra. Porque de una y mil maneras, el enemigo intenta hacernos caer víctimas de su arma preferida, el engaño. Los demonios suelen personificar a Dios en nuestros pensamientos.

(2 Corintios 11: 14-15) = Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Los espíritus religiosos se manifiestan a la gente como una "voz interna" de Dios. Ellos vienen como "ángeles de luz" diciéndoles a algunos: "Tú eres especial para Mí." "Tú eres diferente de otros. Te daré conocimiento especial – una asignación especial." Ellos halagan a la gente con estas palabras, incitándolos al orgullo espiritual. Así es como nacen generalmente las sectas.

Los espíritus también personifican al Espíritu Santo, y tratan de infligir un gran sentimiento de culpa. En vez de traer convicción amorosa, ellos golpean con acusaciones tales como qué malvados e indignos somos. Ellos atormentan con pensamientos como haberse alejado de Dios y perdido la salvación. Asimismo, ellos también personifican nuestros propios pensamientos, utilizando nuestras propias expresiones.

Pensamientos extremadamente negativos tales como: “Soy un desastre", "Soy fea", "Soy indigno", "Nunca tendré éxito", "Dios no me ama", "Soy un desubicado, No le importo a nadie."Pensamientos de orgullo: "Soy mejor que los otros", "Soy más viva que ella", "Soy más espiritual que ellos", "No necesito a nadie".

Pensamientos de rebelión: "Tengo el derecho de hacer lo que quiero con mi vida", "Nadie me va a decir lo que tengo que hacer".Pensamientos de odio: "Nunca los perdonaré porque . . .", "Quiero que ellos sufran como me hicieron sufrir a mí."

Pensamientos de suicidio: "Estaría mejor muerto", "Total, a nadie le importa si me muero", "Ellos se entristecerán cuando me muera", "¿Y si me estrello con el auto?"(¿Son estos pensamientos siempre satánicos? No. Pero muchos tienen su origen en los demonios.) Ellos también personifican la presencia de Satanás.

Muchas veces los espíritus toman alguno de los nombres del diablo y confrontan a la víctima como el mismo Satanás. Ellos tratan de intimidar a la persona inyectando miedo por creer que están siendo confrontados por el "príncipe de este mundo." Ellos dicen: "Yo soy fuerte y tú eres débil", "Te voy a atormentar hasta que te rindas, sométete a mí y me detendré.".

Con la esperanza de paralizar a la víctima y sumirla en la inactividad, ellos frecuentemente dicen: "Dios no te puede ayudar, Te voy a destruir." Esto forma parte de una tremenda batalla que se desarrolla en la mente y la voluntad.

Satanás sabe que si él logra convencernos o intimidarnos a través de alguna de estas formas de ataque, él tendrá una gran ventaja. El trata de controlar nuestra mente y voluntad con mentiras y engaño.Si estamos enterados de sus tácticas, vamos a poder discernir cuando esos ataques vienen contra nosotros.

Estos ataques son mucho más engañosos de lo que parecen. El hecho de que se manifiesten en nuestros pensamientos los hace muy personales. Estamos acostumbrados a permitir que nuestros pensamientos nos dirijan. Lo que debemos hacer es aprender a examinar los pensamientos que nos surgen con la Palabra de Dios. Tengan los pensamientos su fuente en nuestra carne o en los demonios, examinarlos a la luz de la Palabra es siempre una defensa efectiva.

Si las maldiciones surten efecto a través del pecado, entonces, un arrepentimiento sincero debe ser el punto de partida para romperlas. Sólo entonces se puede ejercitar efectivamente autoridad espiritual para quitar los efectos de las maldiciones.

Y los que queden de vosotros decaerán en la tierra de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos. Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. (Levítico 26:39-42)

Reconocemos, oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado . . . Acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros. (Jeremías 14:20,21)

Confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. (Nehemías 1:6)

Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. (Daniel 9:8)

Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo. Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad. Y él les dio lo que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos. (Salmo 106:6,7, 13-15)

Nótese que la confesión de pecados no siempre garantiza que haya arrepentimiento sincero. Sólo cuando el arrepentimiento es de corazón la confesión de pecados es efectiva. Muchos son rápidos para confesar sus pecados, pero sólo para recibir alivio del dolor que están experimentando.

Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! (2 Corintios 7:10-11)

A menudo, la presencia demoníaca que está trabajando en la vida de una persona tratará de construir un argumento en su mente para racionalizar y justificar sentimientos y acciones del pasado, por lo que la persona no ve su pecado en el asunto. En consecuencia, no hay arrepentimiento, la atadura es afirmada, y la persona queda con una vacía auto-justificación.

Uno de los ejemplo usados anteriormente por aquel hombre quien dijo a su esposa: "Me enferma la manera como sirves las comidas" le ocasiono lo siguiente: Por estas palabras, el sin darse cuenta trajo sobre sí la maldición de indignación que le siguió por el resto de su vida.

Con este ejemplo en la mente, podemos examinar más esta área de maldiciones auto-impuestas. Esto es de suma importancia para todos que se preocupan de su bienestar personal. Esto expone el poder temeroso de las palabras que hablamos acerca de nosotros. Frecuentemente, como: el bumerang que viene volando hacia atrás para golpear al que ha hablado.

En Mateo 12:36-37 Jesús nos da una advertencia solemne acerca del peligro de las palabras habladas descuidadamente, ‘Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" Jesús, aquí, está enfocado -"palabras ociosas"-, palabras habladas descuidadamente, es decir, sin pensarlo. A menudo, cuando una persona dice algo necio o negativo acerca de sí mismo, se excusa diciendo: "No estaba hablando en serio".

Sin embargo, es precisamente contra las palabras de este tipo que no fueron habladas en serio que Jesús nos advierte en contra. El hecho del efecto de sus palabras. Ni nos hace menos responsables. En Proverbios 6:2, Salomón, advierte que el que ha hecha garantía por sus vecinos, se hace trampa: ‘te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios".

En Marcos 14:66-72.. Escribe, cómo en la corte del sumo sacerdote, Pedro negó que fuera discípulo de Jesús. Para reforzarlo, él comenzó a maldecir, y a jurar. En otras palabras, él invocó una maldición sobre el mismo.

Pedro volvió muy triste, con remordimiento y es probable que él no comprendiera todas las implicaciones de sus palabras. Tres días después delante de la tumba vacía, los ángeles dijeron a las mujeres: "vayan y digan a mis discípulos – y a Pedro.

Pedro, no estaba contado como uno de los discípulos. Por sus propias palabras el había perdido su posición como discípulo de Jesús. Más tarde, en Juan 21:15-17, Jesús abrió la puerta a Pedro, para recuperar su posición de discípulo.

El preguntó a Pedro tres veces si le amaba. Cada ve Pedro contestó afirmativamente. Se sintió triste que Jesús le preguntara tres veces le preguntara tres veces, pero el no se dio cuenta que Jesús estaba guiándolo en revocar su anterior maldición.

Cada vez que el hacia una confesión mala, El ahora hacía la confesión correcta. Sobre esta base, él fue restaurado como discípulo. La manera que Jesús trató con Pedro establece un modelo para todos quienes necesitan ser librados de la trampa de una mala confesión. Hay tres pasos sucesivos: Arrepentir – Revocar – Reemplazar.

Primero, debemos reconocer que hemos hecho una declaración equivocada y arrepentirnos.Segundo, debemos revocarla, esto quiere decir, que debemos cancelar y/o desecharla.Tercero, debemos reemplazar la declaración o confesión con la correcta. Estos tres pasos tomados en fe puede librarnos de la trampa.

Génesis 27:12-13 provee otro ejemplo de una maldición autoimpuesta. Rebeca estaba persuadiendo a su hijo, Jacob, para engañar a su padre para obtener la bendición que Isaac iba a pronunciar sobre su otro hijo. Jacob quiso mucho la bendición pero expresó su temor de ser descubierto:

‘Quizás me palpará mi padre y me tendrá por burlador, y traeré SOBRE MI maldición y no bendición’ Y su madre respondió: hijo sea sobre mi tu maldición: solamente obedece a mi voz y ve y traémelos."

El plan de Rebeca tenía éxito, pero sus propias palabras le expuso a ella a una maldición que evito que ella goce de os frutos de su éxito. Su emoción pronto llegó a ser pesimista y cínica. Poco después, la encontramos a ella diciendo: Jacob toma una mujer de las hijas de esta tierra, ¿Para qué quiero la vida?

Casi en seguida Jacob tenía que abandonar su hogar para escapar de la venganza de su hermano, Esaú, y él tarda como veinte años. La Biblia no nos dice nada del resto de la vida de Rebeca ni como ella murió. Parece que ella nunca tenía la satisfacción de ver a Jacob gozar de la bendición que el había conseguido por su decepción.

Un ejemplo mucho más trágico de una maldición auto-impuesta se encuentra en Mateo 27:20-26. Contra su buen juicio, Pilato consciente soltar a un asesino, Barrabás, y sentenciar a Jesús la muerte en su lugar. Para librarse de este acto, él se lava las manos delante de la muchedumbre y dice: "Soy inocente de la sangre de este hombre justo". La muchedumbre respondió: "Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos."

Estas palabras combinaron dos formas de maldición: una maldición auto-impuesta y una maldición generacional, una maldición sobre sus descendientes. La historia objetiva confirma que ambos funcionaban. Dentro de una generación, el ejército de Roma había destruido Jerusalén y dio muerte o vendió esclavos a toda la población.

Desde aquel tiempo, por XX siglos, han sufrido por la maldición auto impuesta. Cuando Dios llamó a Abraham, el puso una maldición sobre los que maldijeron a él o a sus hijos. Dios lo hizo para proteger a Abraham. Dios pudo proteger a Israel contra las maldiciones pronunciadas por otros, pero hubo una maldición del cual El no pudiera protegerlas.

La maldición que Dios no pudo para las maldiciones que pronunciaron sobre sí mismas. Lo mismo se aplica a los cristianos gentiles, quienes han llegado a ser herederos de la Bendición de Abraham por el nuevo pacto iniciado por Jesús. Incluido en las provisiones del pacto es el derecho de invocar la protección de Dios contra las maldiciones que proceden de fuentes externas. Dios no puede proveer protección para las maldiciones que los Cristianos pronuncias sobre sí mismos.

Esta es una de las maneras en que los cristianos frecuentemente traen sobre si varios tipos de problemas que no pueden comprender la fuente de origen. Por hablar palabras negativas acerca de sí mismos, separan las bendiciones de Dios y se exponen a las maldiciones.

La historia de Israel también provee un ejemplo en los capítulos 13 y 4 de Números. Moisés envió a los doce espías para espiar la tierra de Canaán, pues, Dios había prometido a Israel esa herencia. Josué y Caleb volvieron con un informe positivo: mientras, el resto era totalmente negativo. Dijeron: "no podemos ir en contra tal gente, son más fuertes que nosotros."

Las palabras habladas por cada uno, sobre si mismos, determinas su destino. Números 14:28: "Diles: Vivo yo, dice Jehová que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros".

Los que dijeron que podían entrar en la tierra, entraron; y, los que dijeron que no podían entrar no entraron. Para guardarnos contra una maldición pronunciada sobre nosotros, debemos reconocer y guardarnos contra las malas formas de hablar.

La siguiente lista son siete condiciones que pueden indicar una maldición y abajo hay ejemplos, malas expresiones que pueden producir las condiciones para una maldición.

1. Colapso mental y o emocional "Estoy volviéndome loco" "No puedo aguantar más" "Me enoja solo al pensar…"

2. Enfermedades repetidas o crónicas (especialmente si es heredado) "Cuando hay un virus, yo siempre lo encuentro" "Estoy enfermo y cansado de…" "Es en la familia, probablemente yo voy a ser el próximo".

3. Esterilidad, una tendencia abortar, o relacionado con problemas femeninos "Yo creo que nunca voy a concebir" "Ya tengo la maldición de nuevo" "Ya sé que voy a perder esto–siempre pasa esto"

4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar "El adivino dijo que mi esposa va a dejarme" "De ninguna manera siempre sabía que mi esposo iba a encontrar otra mujer" "En nuestra familia siempre peleamos como perro y gato"

5. Insuficiencia financiera que persiste "Yo nunca puedo alcanzar el presupuesto–mi padre era igual" "No gano lo bastante para diezmar" "Yo odio a los ricos que siempre consiguen todo lo que quieren y nunca esto pasa conmigo"

6. Una tendencia a tener accidentes "Esto siempre pasa conmigo" "Yo sabía que había problemas adelante…" "Yo siempre soy muy torpe"

7. Una historia de suicidios y muertes inexplicables y no naturales "para que seguir viviendo" "Sobre mi cuerpo muerto" "prefiero morir a seguir como soy"

La gente usa este tipo de lenguaje inconsciente está invitando a espíritu malos para tomar control de su vida. El tipo del espíritu que responde es determinado por el lenguaje usado. Hay clases de espíritus que corresponden a cada uno de las categorías de arriba.

Un tipo de espíritu que especialmente responde al tipo de hablar como está arriba, bajo suicidios, es el espíritu de la muerte. Produce una sensación de que la vida no tiene sentido y sin esperanza y una tendencia a enfocar los pensamientos en la muerte. A menudo se manifiesta en una serie sin fin de enfermedades físicas que no tienen curación.

Al fin, este espíritu de muerte, empujará a la persona a suicidarse o causar su muerte natural. Recuerden los pasos de la liberación: Arrepentirse–Revocar–Reemplazar.

Algunas personas traen una maldición sobre sí mismos cuando llegan a ser miembros de una sociedad secreta que requiere que los miembros juren bajo maldición a nunca revelar los secretos de la organización.

La siguiente es una lista de siete tipos de problemas mencionados en Deuteronomio 28, que nos indica que una maldición está trabajando:

1. Un colapso mental y/o emocional.

2. Enfermedades repetidas o crónicas (especialmente si es heredado).

3. Esterilidad, una tendencia a abortar, o relacionado con problemas femeninos.

4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar.

5. Insuficiencia financiera persistente.

6. Una tendencia a tener accidentes.

7. Una historia de suicidios y muertes inexplicables y no naturales.

La presencia de sólo uno o dos de estos problemas no será suficiente en si para establecer positivamente que hay una maldición. Pero cuando varios de los problemas están presentes o cuando cualquiera de ellos tiende a repetirse, la probabilidad de una maldición aumenta proporcionalmente. En el último caso, es sólo el Espíritu Santo, quien puede proveer un diagnóstico correcto.

1. Problemas mentales y/o emocionales.

Las frases que corresponden a Deuteronomio 28, son: locura, turbación de espíritu, enloquecimiento, confusión del corazón y confusión de la mente.(28,34) Corazón temeroso y tristeza de alma.

Las áreas afectadas son descritas, como: el corazón, el alma o la mente. En otras palabras son las partes interiores de la personalidad humana que han sido afectadas por las fuerzas hostiles.Tales personas no tienen control completo sobre sus propios pensamientos, emociones o reacciones, y se sienten perseguidos, controlados por algo y se desesperan.

Hay dos palabras claves: confusión y depresión. Estas, casi siempre tienen sus raíces en alguna forma de lo oculto. A menudo, hay actividad demoníaca. En la mayoría de los casos, es necesario, tratar con el involucramiento en lo oculto, antes de revocar la maldición.

2. Enfermedades crónicas o que se repiten (especialmente si son hereditarias).

Las frases que corresponden Deuteronomio 28, son varias: enfermedades que consumen (21), de fiebre malignas, inflamaciones (22), llagas, tumores, sarna y tiña, y no podrás curarte de estas enfermedades (27), ceguera (28), llagas malignas en las rodillas y en los muslos y en todo el cuerpo sin que puedas ser curado (35), y todo tipo de otra enfermedad (59).

Esta lista no necesariamente indica que toda forma de enfermedad es el resultado directo de una maldición. Hay ciertas palabras claves que aparecen: plaga, incurable, extraordinario, temeroso, prolongado. Estas sirven como señal de peligro. El las crean lo que podemos llamar un "ambiente de maldición". Sugieren que hay fuerzas malas trabajando.

Hay otro término no usado explícitamente en Deuteronomio pero es un término médico, que es: maligno o malignidad.La definición primaria de maligno, es: tener o mostrar el deseo de hacer daño a otros".

Obviamente, este describe a una persona, y no, a una condición física. Otro término, es: hereditario. Describe una condición que pasa de generación en generación. Esta, es una de las marcas más comunes de una maldición.Esto nos está enseñando que cuando oramos por alguien que tiene una enfermedad hereditaria, debemos siempre tomar en cuenta, la posibilidad de una maldición.

3. Esterilidad, una tendencia a abortar o problemas femeninos relacionados con el problema.

La frase clave aquí, de Deuteronomio 28, es: "Maldito el fruto de tu vientre". (v.18). Esta maldición puede afectar a cualquiera de los varios órganos o funciones involucrados en la reproducción. Este, puede incluir la inhabilidad de concebir, la tendencia abortar, la falta de menstruación, la menstruación irregular, los calambres menstruales exagerados, la frialdad , los quistes, los tumores u otros crecimientos conectados con el proceso de reproducción, a veces, esto, afecta a todas las mujeres de una familia.

4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar

Un efecto de la maldición es descrito en Deuteronomio 28:41: "Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. Muchos padres han visto a sus hijos e hijas, tomados en cautiverio por una subcultura rebelde, dedicados a drogas, sexo, música satánica y toda forma de lo oculto.

Malaquías 4:5-6, habla del tiempo antes del día de Jehová: "He aquí yo os envió al profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no seas que yo venga y hiera la tierra con maldición".

Malaquías, describe: una fuerza mala que trabaja enajenando a los padres de los hijos y produciendo un colapso en la relación familiar…. Debemos tomar los pasos necesarios para revocar la maldición y soltar a los cautivos.

Malaquías pone su dedo sobre el problema social más urgente. A menos que Dios intervenga, el advierte que, esta maldición que está destruyendo la vida familiar será extendida a la tierra entera, trayendo desastre.

5. Insuficiencia financiera que persiste.

Las frases de Deuteronomio 28, son: " Maldita tu canasta y tu artesa de amasar" v.17 "no serás prosperado en tus caminos" v. 29, "o no tendrás éxito en lo que haces".

El resumen de esta maldición se encuentra en el v. 47-48: "Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviaré Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y el pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte."

Moisés, aquí presenta dos alternativas opuestas. Servir a Dios con alegría, con gozo de corazón en la abundancia de las cosas o servir a los enemigos en pobreza. El enemigo principal del hombre, es el diablo. La esclavitud al diablo y a los vicios es una maldición muy pasada. Tomados los dos juntos v.47-48, indican que la prosperidad es una bendición; y, la pobreza es una maldición.

2 Corintios 9:8, dice: "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas lo suficiente, abundéis para toda buena obra".

En esta oración Pablo resume toda la abundancia de las provisiones de Dios, para los cristianos. Pablo, enfatiza aquí, la generosidad de las provisiones de Dios para su pueblo. La palabra "abundar" aparece dos veces y la palabra "todo" tres veces. Pobreza y abundancia deben ser definidas.

Pobreza, es tener menos de todo lo que se necesita, para hacer la voluntad de Dios en su vida. Abundancia, es tener todo lo que se necesita parta hacer la voluntad de Dios y dar algo para dar otros.

La abundancia de Dios no es provista para derrochar sobre indulgencias carnales, el criterio de cada creyente debe ser determinado en relación a la voluntad de Dios para su vida.

Estas conclusiones acerca de la pobreza y abundancia deben ser explicadas aún más. Primero debemos reconocer que la fe para recibir la abundancia de Dios va a ser probada. Pueden ser períodos cuando debemos contentarnos con lo mismo. (Tales períodos deben ser temporales). Una vez que nuestros motivos han sido purificados y nuestra fe ha sido probada; Dios, nos dará su abundancia en la medida que el puede confiar en nosotros para uso de su gloria.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez