Estos de ninguna manera son tiempos sencillos donde todo se hace con serenidad y sin prisas angustiantes. Muy por el contrario, el mundo entero observa el paulatino desgaste y derrumbe de sus más altas y hasta aquí indestructibles fortalezas. Es como si nada de lo plantado tuviera la suficiente seguridad. Sólo la Palabra de Dios y su Divina unción redentora es la que puede proyectarnos con confianza a un futuro incierto y cargado de nubarrones que presagian tormentas. (Esdras 1: 1) = En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: (2) así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. (Puedes anotarte por allí que en 2 Crónicas 36:22-23, recuentan los mismos datos).
Ciro era un hombre mundano, un rey mundano, y decretó que Israel saliera del cautiverio de Babilonia y reedificara el templo. Babilonia, tú ya lo sabes, es la palabra hebrea babel, que significa “confusión por mezcla”; y en el griego es babulon, que significa simplemente confusión. Zorobabel es el hombre que saca el primer grupo de remanente de Babilonia. Ahora, escucha: Babilonia, para nosotros, significa varias cosas; pero hemos entendido ya por medio de varios mensajes, que la ciudad es usada por Dios como una analogía, para mostrarnos cómo opera su Espíritu. La misma palabra nos dice que está dividida en tres partes: política, religión y economía. Se sienta sobre las muchas aguas, y Apocalipsis nos dice que las aguas son muchas naciones, linajes, muchas tribus de toda lengua.
O sea: Babilonia no es una denominación, Babilonia no es una secta, babilonia no es la Iglesia Católica. Es un espíritu y una actitud en creyentes en todas las iglesias, sectas, fuera del mundo, en el mundo, fuera de la iglesia, en la iglesia y en cualquier parte. Es una mentalidad que trabaja en contra del propósito de Dios. Salvo o no salvo. Es una que dice que no será viuda, que no ve que su primer marido ha muerto, sin embargo piensa casarse con Cristo. Está vestida igual que la iglesia, con los mismos colores y las mismas perlas. Babilonia es una iglesia falsa dentro de otra iglesia. Es una mentalidad, ¿Me explico? Ahora bien; salir de Babilonia, tiene varias dimensiones. Podemos salir de Babilonia saliendo del mundo; podemos salir de Babilonia saliendo de la religión; o puedes salir de Babilonia cambiando tu mentalidad allí, donde ahora estás. Si logras acceder a esta última, las dos anteriores están solucionadas.
La realidad es que no sé ni puedo saber en qué nivel de esos andas tú. Lo que sí sé es que Dios dice que salgas de Babilonia. Porque Él dice “pueblo mío”, así que no le está hablando al mundo, te está hablando a ti, si es que tú aceptas ser pueblo de Dios. Ese es el tiempo que estamos viviendo. Cuando Babilonia comienza a caerse, todo el mundo anda enojado, menos los profetas y los apóstoles. ¿Por qué? Porque Babilonia destruye a los profetas y a los apóstoles, porque son los únicos que la pueden discernir. Babilonia es la doctrina que te enseña que no hay ninguno en la iglesia. Babilonia es inmensa. Es gigantesca, pero está cayendo. Y los únicos que están celebrando esto, son los apóstoles y los profetas. Todos los demás son mercaderes. Y la palabra dice que los mercaderes llorarán, porque se beneficiaban de ella.
Babilonia sí está cayendo. Babilonia es una ramera. Una ramera es una persona que no se compromete con nadie. No tiene compromiso, pacto ni alianza con nadie. La ramera es una persona que nunca te enseña su verdadera identidad. ¿Conoces tú gente así? La ramera es una persona que quiere que las cosas se arreglen de la noche a la mañana. Estas no son cosas literales. Son adjetivos y analogías que Dios usa para que tú puedas discernir cómo opera aquello que viene en contra de su propósito. Babilonia está en nuestro medio todo el tiempo. En Apocalipsis capítulo 2, Babilonia es una doctrina, se llama Jezabel. Que seduce a los líderes de la iglesia. Lo dice la palabra. Que le enseña esa doctrina, dice. ¿Dice o no dice? Sí dice.
Entonces, Babilonia es una doctrina. Y en ese caso, se llama Jezabel. Y nosotros la hemos reducido a dos o tres viudas en la iglesia. Lo que una mujercita viuda puede hacer en una congregación, no tiene nada que ver con lo que Babilonia puede hacer desde el mismo púlpito. Ciro es un rey mundano y dice: vamos a salir de Babilonia. Ciro es tipología de Cristo. ¿Y en qué puede Ciro ser tipología de Cristo, si Cristo no tiene nada con ser mundano? Sin embargo, es indudable cuando lo investigas, que Ciro es tipología de Cristo. El nombre de Ciro significa “sol”. La lumbrera esa que sale por el este todas las mañanas. Mira Malaquías capítulo 4. (Malaquías 4: 2) = Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Ahí estamos viendo el adjetivo Sol, con mayúscula, refiriéndose a Cristo. Sol es la traducción del nombre Ciro. Pero no es conveniente determinar una tipología en base a una sola escritura, así que vamos a respaldarla con algo que está en 2 Pedro. (2 Pedro 1: 19) = Tenemos también la palabra profética más segura, (Ese es Cristo, del cual dice que lo vieron y palparon) a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana (Esta no es ninguna estrella grande como ahora lo llamamos, sino el sol, de eso se habla aquí) salga en vuestros corazones.
Vemos que Ciro es un rey mundano, pero que sin embargo lo que su nombre significa, se le aplica a Cristo. Ahora bien, una vez más quiero saber: ¿Cuándo y cómo Cristo puede ser emparentado con lo mundano? Simple: cuando está en la cruz, y el cáliz de tu pecado y el mío es puesto en Él, y Él se convierte en pecado. Allí es mundano. Es la muerte de un rey gentil la que nos saca de Babilonia. Cuando Jesús es puesto en la cruz, sin pecado, en la cruz se le imputa el pecado tuyo y mío. En ese momento, entonces, ya no es sin pecado. Ahora es pecaminoso. Y en ese momento, Él es Ciro, y en ese decreto de “está consumado”, nos sacó de Babilonia.
Recuerda que Babilonia es confusión. Esta gente que son excluidos del ministerio, lo son no porque no estén en la misma onda que los demás, sino que hay unos cambios que están ocurriendo. Esta conciliación se hizo en el tiempo de reforma. Porque siempre que hay reforma, las vestimentas tienen que cambiar. Porque para cada mover de Dios que ocurre, hay una nueva unción y un nuevo vocabulario que la acompaña. Y no simples métodos para traerlos. Si recuerdas a Josué, que también es tipología de Cristo, en el libro de Zacarías, que es un libro de reforma. Cuando también se está reconstruyendo el templo, una vez más, con la unción de Zorobabel, y ahí vemos a Esdras y a toda esta gente trabajando una vez más unidos, vemos que ahí está el famoso refrán de: “El Señor te reprenda, Satanás”, cuando él está parado frente al trono, y hay una transición.
Y de repente, el sacerdote, está parado frente a Dios, (Y los sacerdotes somos nosotros, porque dice que Él y sus amigos serán señales para los tiempos finales). Ese es el hombre-pámpano, o el remanente, o la manifestación de los hijos de Dios, que está por manifestarse en este tercer día en el cual estamos desde el año dos mil en adelante. Cuando se para delante de Dios y oran por él, parte del cambio es quitarle las vestimentas viles. Recuerden que él está vestido de sacerdote. Son las vestimentas más sagradas del Antiguo Testamento. Pero en el momento en que hubo un cambio, aquello que era sagrado, ahora es vil. Era sagrado, él era levita. Y como levita, los mantos que traía, eran sacerdotales. Pero en el cambio, que está escrito en la carta a los Hebreos, que no es de lo levítico, sino de una tribu de la cual Moisés no escribió nada, y según el orden de Melquisedec y no de levítico, le cambia las vestiduras de gala, que no son las vestiduras de un sacerdote, sino las de un rey. Porque Melquisedec es sacerdote y rey. Y el cambio es que ahora, la unción que los cubre no es la sacerdotal de ministrar a gente, sino agregada de autoridad gubernamental. Hay un cambio. Se ponen mitra, se ponen corona, es sacerdote.
(Zacarías 3: 2) = Y dijo jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es este un tizón arrebatado del incendio?
(3) Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.
(4) Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: mira que te he quitado (¿Qué cosa?) tu pecado (Pecado es la palabra armatías, o sea: estás en error. ¿Por qué? Porque Dios salió del templo y ahora anda por allá, y tú todavía estás ministrando acá. Y ahora, lo que estabas haciendo, aunque era bueno en ese momento, ya no lo es. Ahora es pecado. ¿Cómo pecado? Porque es algo incorrecto y no estás dando en el blanco.
Armatías. Pecado. Pecado no significa fumar marihuana; pecado significa no dar en el blanco. Y fumar marihuana, en todo caso, es no dar en el blanco. Pero no es lo único en lo que no se da en el blanco. La mayoría de la iglesia está en pecado. Y no fuma marihuana…supongo.) Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: quitadle ahora esas vestiduras viles. Y a él le dijo: mira que he quitado de ti tu pecado, y te hecho vestir de ropas de gala. (¿Ropas cómo? De gala.)
(5) Después dijo: pongan mitra limpia sobre su cabeza. (La mitra es para los reyes) Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.
(6) Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: (7) así dice Jehová de los ejércitos: si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.
(8) Escucha, pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. (Está hablando del tiempo de Melquisedec, de tú y yo, hoy.) He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.
Mi siervo, uno; el renuevo, muchos. O sea: el multimiembro cuerpo de Cristo. El remanente. Él es la vid, nosotros los pámpanos. Si vas a Isaías 11, dice que el espíritu de sabiduría, espíritu de ciencia, el espíritu de conocimiento de Jehová, el espíritu de temor a Jehová, está sobre él. Pero si lees el verso 1, dice que él es el tronco de Isaí, y de la raíz del tronco salen vástagos. Claro, dicen que el vástago es Cristo, pero lo que es cierto de Cristo, hoy, es cierto de ti, porque tú estás en Cristo, ¿O no? Porque dice que del tronco de Isaí, y el tronco de Isaí, es David. Y de ese tronco saldrá una raíz, y esa raíz es Cristo. Y de allí un vástago, y ese eres tú. Y sobre él, (No la raíz, sobre él) el vástago. ¿Qué vástago? El hombre-vástago. ¿Quién es ese? Cristo. ¿Y quién es Cristo? Nosotros en Él, y Él en nosotros, un solo cuerpo.
Son varones simbólicos de algo que acontece hoy. ¿Cuántos pueden verlo? Hay un cambio que nos dice que quitemos esas cosas sacerdotales y pongamos ropa de gala. Y cambia la forma en que se ministra. Y no es poco. (Isaías 6: 10 = Toma de los del cautiverio a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías.
(11) Tomarás pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. Un momento. ¿Estoy leyendo que dice que de plata y oro harán coronas? Sí, eso dice. Y dice que esas coronas serán colocadas sobre una cabeza? Cierto, eso dice. ¿Y cómo haremos para colocar coronas, con ese, muchas, sobre una sola cabeza?
Es que no es una, somos muchos. Es que está hablando de Cristo. Es que estamos en Él. Es que no podemos hablar de Cristo sin hablar de ti. Porque somos su cuerpo, de carne, dice la palabra. Somos su cuerpo de carne. Y no es un dicho, es una realidad. Somos el vaso y Él es el agua. (12) Y le hablarás, diciendo: así ha hablado jehová de los ejércitos, diciendo: he aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces., y edificará el templo de Jehová. Un varón cuyo nombre es el renuevo. ¿Cuántos candeleros hay? Uno. ¿Cuántas luces hay en el Lugar Santo? Una. ¿Cuántas extensiones tiene? Siete. ¿Son diferentes o son parte del candelero? Es el mismo candelero. ¿Son siete partes o una sola pieza de oro? Una sola pieza de oro.
¿Cuántas luces hay? Una. ¿Cuántas luces son? Siete. ¿Son una o son siete? Son una y son siete. Somos uno, somos el candelero, la iglesia. Él es la caña y su expresión está en los brazos. Va a ser necesario que te de todas las tipologías, para que no te sientas mal cuando se te diga que Cristo y tú están unidos. Hemos hecho un Cristo tan inalcanzable, que nadie piensa alcanzarlo. Por eso nadie piensa que nadie va a ser perfecto aquí. Por eso pensamos que Él tiene que venir para que esto se perfeccione. Porque lo dibujamos de una manera que no entendemos. Tenemos un evangelio que no termina. (13) él edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos.
Dice que se sentará, y que habrá sacerdote a su lado. ¿Quién crees tú que será ese sacerdote? Nosotros. Y consejo habrá entre ambos. Allí estás viendo claramente la tipología del cambio. Ciro es tipología de Cristo. ¿Cuántos están entendiendo eso? ¿Qué te estoy diciendo, entonces? Que nos hace salir de Babilonia, es la muerte de un rey lleno de pecado. Tienes que entender esto, porque este es el fundamento de los cristianos. (Efesios 2: 1) = Y él o dio vida a vosotros, (¿Cómo que me dio vida? ¿Estabas tú muerto? Recuerda: Cristo es el primogénito entre los muertos, sin embargo Lázaro resucitó primero. El hijo de la viuda, también, y el que cayó sobre los huesos secos allá en el Antiguo, también.
Entonces, pregunto: ¿De qué muerte es que Él resucita primero? Espiritual. Entonces, si resucita de muerte espiritual, ¿Cuál es el requisito para resucitar de muerte espiritual? Morir espiritualmente. Es que tenemos un hermoso enredo. Recuerda que en el Edén, es decir, en el GAN de Dios, no hay elevación, pero por causa de la visión, para que tú lo veas, Adán está caminando por allá, y cuando peca cae por acá. No cayó a ningún lugar, está parado en el mismo lugar y ocupando el mismo espacio. Su postura, su conciencia cayó. Él estaba ahora aquí, consciente de lo espiritual y casi inconsciente de lo natural. Tan inconsciente de lo natural, que no se está dando cuenta que está desnudo. En el momento en que cae, lo primero que hace es cubrirse, porque está más consciente del exterior que del interior.
O sea que él caminaba allí guiado por el interior, de la misma forma en que hoy tú te guías por el exterior. Antes que todo termine, nosotros vamos a estar en el mundo físico, guiados por el mundo interior. Eso es mejor que un don. Pero eso requiere carácter, y un entendimiento de qué pasó en la muerte. Estamos hablando del tercer día de Dios, no es más de lo mismo. Es otro día. El tercer día no mejora el Pentecostés, nos mueve al tabernáculo. No es la misma fiesta. La gloria mayor, no es más de la misma gloria. Si la tipología es correcta, y todo lo del Antiguo Testamento es sombra y tipo de lo que Dios está construyendo en el mundo del espíritu para el futuro, entonces, la primera gloria de Salomón fue mucho más grande que la de Zorobabel.
Porque la gloria de la casa de Zorobabel, no era externa, era interna. Y los materiales no fueron regalados, había que subir al monte a buscarlos, uno por uno. Era más trabajosa y más costosa la de Zorobabel que la de Salomón. La gloria era de otra clase. No era de esa que nos hace exclamar “¡Wow!”; era otra gloria. Es la gloria que nos hace su habitación. Es la gloria que nos hace su morada. Y sigue diciendo Efesios 2: cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. Esa muerte es espiritual, no es muerte física. Todos estábamos en ese nivel donde cayó Adán. Y el primero que cayó allí, ¿Cuándo cayó allí? ¿Cuándo Cristo cayó allí? Cuando se le imputó el pecado. Y murió. A eso vino. Por un hombre entró, por un hombre sale. No es que por un hombre entró y por un Dios sale.
Y Él es el primero que va ahí, pero vuelve y sube. Es el primogénito de entre todos los muertos. Es el único que ha hecho eso. Nadie ha hecho eso antes; nadie lo ha hecho, más que Él. Entonces, tú nuevo nacimiento es colocarte dentro de Él, porque en la tierra hay dos hombres: el primer Adán, el último Adán. Y tú estás en el uno o en el otro. O sea que salvación, no es que tú naces de nuevo, sino que seas trasladado de un reino a otro. (2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Presta atención, está diciendo que “éramos” hijos de ira. O sea: no somos pecadores salvados por gracia. Hoy, si pecamos, pecamos por ignorancia, por negligencia, por obstinación o por rebeldía, pero no por naturaleza. Porque dice aquí que, por naturaleza, éramos. Te voy a enseñar que no se ha levantado el hombre viejo, porque si se te levanta el hombre viejo, no has nacido de nuevo. Porque a eso vino Él, a eliminar a Adán. Adán era el hombre de pecado. El hombre de pecado, Adán, hay dos hombres en la tierra. El primer Adán, el último Adán. El primer hombre, el segundo hombre. Dios está construyendo un hombre. El hombre es algo que está aquí; lo que está aquí es un ser humano. Hay una diferencia. El hombre camina en el GAN de Dios; el ser humano, no.
Por eso Pablo les recriminaba a ellos que se comportaban como meros hombres, y les decía: ¿Qué? ¿No saben que han nacido de nuevo? La única entidad que está en la tierra y que no es de la tierra, es la iglesia. Somos nacidos de arriba. No es que viniste de arriba, sino que has nacido de arriba. Y no de arriba en elevación, sino de clase, de superioridad. (4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) Ahí está la vivificación. (6) y juntamente con él nos resucitó, (¿Qué nos hizo qué? Nos resucitó. ¿Eso está escrito en pasado, verdad? ¡Nos resucitó!) y asimismo nos hizo sentar (Otra vez en tiempo pasado), en lugares celestiales con Cristo Jesús, (Lugares celestiales: Ouranos, asiento de poder y todo lo eterno, anótalo. Cielos.
No tiene nada que ver con nubes, no tiene nada que ver con elevación, y sí tiene que ver con dimensión: cielos. Morada de Dios. Desde el infinito para arriba, al infinito para abajo, el infinito a la derecha, el infinito a la izquierda, ocupando el mismo espacio que el mundo natural, está en el mundo espiritual. De esta dimensión hemos nacido. Ouranos. Asiento o fuente de todo lo que tiene verdadero poder y es eterno. Los dejó sentados en un lugar celestial. Y ahí mismo nos dejó todas nuestras bendiciones espirituales en lugares celestiales. Ahí mismo, nos dice en Efesios 3:10 que daremos a conocer la multiforme sabiduría de Dios en ese lugar. También nos dice que en ese lugar, vamos a tener guerra. Eso es aquí. Mucha guerra, porque donde esté Él, no es.
Es más; en Juan capítulo 3. Cristo habla de lo mismo y dice: Nadie ha subido al cielo sino el mismo que desciende del cielo, el que está hablando contigo que está en los cielos. ¿No lo entiendes, verdad? Calma, yo tampoco por ahora, pero ahí está. Mira bien: Juan capítulo 3, hablando con Nicodemo, y Nicodemo le pregunta: Oye, ¿Cómo entro? ¿Cómo salgo? ¿Cómo vuelvo a nacer? ¡¡¡Explícame el nacimiento!!! Es la misma pregunta que yo hice y seguramente también tú has hecho. Pero Él sí se lo dijo. Escucha, Nico; no estamos hablando de que tú vuelvas a entrar en el útero de tu mamá, esto es otra onda. En el verso 12 le dice: Si os he dicho de cosas terrenales, y no creéis, ¿Cómo creeréis si os dijere las celestiales? (13) Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
¡Bueno! ¡Pero la nueva Jerusalén desciende del cielo! ¿Sí, eh? ¿Y cuántos son parte de la nueva Jerusalén? ¿Cuántos subieron al cielo para descender? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre que está ¿Dónde? En el cielo. ¿Pero, no estaba hablando con Nicodemo en la tierra? El Hijo del Hombre que está en el cielo. Es una dimensión. Le quiere decir que está parado en una dimensión que el otro todavía no tiene. Tú estás parado en una dimensión que aquel que no es salvo, no tiene. ¿Dónde estás? En lugares celestiales.
