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¡La Palabra Nunca Muere!

Si tenemos coherencia con todo lo que hemos venido viendo y estudiando en los últimos años, podremos ver que aunque no terminemos de darnos cuenta por estar del lado de adentro del asunto, estamos viviendo tiempos muy importantes. Tiempos de pre-ordenación.

Dios en este tiempo está pre-ordenando distintos tipos de hombres y mujeres para distintas estaciones. Hombres y mujeres capacitados con distintas capacitaciones espirituales. En todas las generaciones de Dios, Él decide levantar al tipo de individuo, o el género de persona indicada para resolver el problema de ese tiempo.

En 1906, Dios levantó un ejército de hombres que estaban equipados para derramar el bautismo del Espíritu Santo sobre la tierra. Y rápidamente se esparció a través del planeta un movimiento llamado “el movimiento protestante, o movimiento del bautismo del Espíritu Santo”, y el poder del Espíritu comenzó a hacer muchas obras alrededor de la tierra.

Luego, pasaron muchos años hasta que, en los albores del 1940 y tantos, Dios visita la tierra nuevamente, y en lugar de llevarnos, levanta otra generación con un espíritu distinto, un espíritu carismático, y empezamos a ver otro tipo de manifestación. Y hubo sanidades y prodigios, y todo el mundo corría de campaña en campaña.

Se podía ver la manifestación del ministerio evangelístico en todo el planeta, y todo el mundo era sanado con sólo entrar en aquellas tiendas. Otro mover del Espíritu. Sin embargo, yo estoy fielmente convencido que hoy dios está levantando otro género.

Y este no es el género que está para traer el bautismo del Espíritu Santo. Este tampoco es un ejército que se está levantando para llevar a cabo grandes señales y prodigios de forma de sanidad en campañas evangelísticas. Más Dios está levantando una generación de un pueblo que tiene un corazón determinado para conseguir la meta para la iglesia de Dios.

Un corazón que tiene la vista fija en destino. Un corazón que quiere coronarlo rey para tirar sus coronas a sus pies. Un corazón militantes y de alto contenido bélico, espiritualmente bélico. Son equipamientos distintos. Quizás, viviendo en estos tiempos pensamos y decimos que mal que andan las cosas, pero Dios no se equivoca.

Hay una preparación dentro de nosotros que es adecuada para llevar adelante esta obra. Tú puedes decir al igual que yo: Yo estoy aquí, porque Dios me puso aquí. Y Dios no se equivoca. Lo que estoy queriendo decirte es que, si tú hubieras sido un poco más pasivo, no hubieras nacido en estos años.

Hay personas que siguen insistiendo con el antiguo “Dios es amor”, como si Dios fuera solamente eso, y ni piensan en algo que se llama guerra, pero pierden de vista algo muy importante: Dios no se equivoca. Isaías 41, dice que Dios pre-ordena las generaciones cada cual en su tiempo.

Y Dios siempre levanta una generación de hombres que resuelva el problema o el dilema presente. Fíjate en esto: cuando Dios trae una verdad, hay tres tipos de reacciones. El primero, está conformado por aquel que paga el precio, a veces hasta con su vida, para establecer la revelación.

Detrás de ellos se levanta otro tipo de persona que recibe la revelación, no tuvo que pagar el precio por ella; sólo la recibe por mano de otro. Este solamente la mantiene viva. Entonces hay una tercera generación, que tiene la oportunidad de reavivar lo que introdujo la primera generación, o abortarlo del todo y dejarlo opacar.

A mí me parece que estamos en medio de la tercera generación, donde Dios nos está poniendo una decisión en nuestro frente: o revivamos lo que nuestros padres pagaron el precio para establecer, o lo dejamos caer del todo. En toda la Biblia vemos el mismo principio.

Abraham, con una sola palabra, se atreve hasta sacrificar su propio hijo. Sale en busca de una tierra extraña, cuyo arquitecto y fundador es Dios. Sale por tierras lejanas, sin saber dónde iba, sólo con una palabra, sólo con una voz que ni conocía. Era un adorador de dioses ajenos, pero la voz de Dios lo mueve, y este con su vida, con su tiempo, con toda su familia, paga el precio para establecer una verdad.

Su hijo Isaac la mantiene, Jacob termina siendo un usurpador. Vemos también a Noé, que es un predicador de justicia, un pionero en sus tiempos, sus hijos la mantienen, y ya para el tiempo de sus nietos, había gran decadencia en los hijos de Noé.

Vemos también en el Nuevo Testamento, en el tiempo de los apóstoles, ellos pagan el precio con martirios en sus propias vidas. Pagaron el precio para fundamentar una iglesia. Cristo fue a la cruz y, con su vida, fundamenta los apóstoles, la carga por revelación de Cristo, y para el noventa no existe la iglesia en su primera generación. La deja caer. Es notorio que hoy el pueblo de Jesucristo está ante una decisión con Dios. O reavivamos lo que Dios nos ha dado, o lo dejamos caer del todo.

(1 Crónicas 12: 1) = Estos son los que vinieron a David en Siclag, estando él aún encerrado por causa de Saúl hijo de Cis, y eran de los valientes que le ayudaron en la guerra.

Los valientes, dice. Yo sé que muchos de ustedes han oído muchos mensajes sobre guerra espiritual, pero con este trabajo yo quiero depositar una simiente profética en tu vida, de una manera u otra activar en ti, que tu corazón esté girando con el corazón de Dios en esta hora. Dios es un varón de guerra, y este es Su nombre.

(2) Estaban armados de arcos, y usaban de ambas manos (De ambas manos. A esta gente no había cómo entrarle; como quiera que le entraras, ellos sabían usar las manos. Eso de izquierda o derecha, no existía con Dios. Eran ambidiestros) para tirar piedras con honda y saetas con arco. De los hermanos de Saúl de Benjamín; (3) el principal Ahiezer, después Joás, hijos de Semaa gabaatita; Jeziel y Pelet hijos de Azmavet, Beraca, Jehú anatotita, (4) Ismaías gabaonita, valiente entre los treinta, y más que los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad gederatita, (5) Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías harufita, (6) Elcana, isías, Azareel, Joezer y Jasobeam, coreítas, (7) y Joela y Zebadías hijos de Jeroham de Gedor.

(8) También de los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, (Lugar fuerte), hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas.

(Verso 21) = Estos ayudaron a David contra la banda de merodeadores, pues todos ellos eran hombres valientes, y fueron capitanes en el ejército.

(Verso 24) = De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, listos para la guerra.

(25) De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres, valientes y esforzados para la guerra. (Esforzados)

(Verso 32) = De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, (No había confusión, entiendes?) cuyo dicho seguían todos sus hermanos.

(33) De Zabulón cincuenta mil, que salían a campaña prontos para la guerra (Estaban preparados) con toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón. (Dice que estaban dispuestos)

(34) De Neftalí, mil capitanes, y con ellos treinta y siete mil con escudo y lanza.

(35) De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos.

(36) De Aser, dispuestos para la guerra y preparados para pelear, cuarenta mil.

Fíjate cómo se repite la palabra disposición. Disposición. Esto no es algo que viene y te mueve, esto es una disposición. Esto no es algo que Dios viene y te bautiza con ello, esto es disposición. Este no es un mover de Dios que viene de repente y tú sales saltando como una gacela. Disposición.

(37) Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y gaditas, y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda clase de armas de guerra.

(38) Todos estos hombres de guerra, dispuestos.

Pregúntate a ti mismo: ¿Estás dispuesto? Pregúntale a todos los hermanos con los que te encuentres: ¿Estás dispuesto? No es casual. Los que han recorrido mucho mundo lo saben. En todo el planeta Tierra, la sangre más cálida que se encuentra es la latina. En lo natural. En el espíritu, no.

Algo pasa cuando nacen de nuevo, yo no sé qué les pasa. En cualquier país latinoamericano tú andas por las calles y si las mujeres saben ser bien mujeres, pues ahí tienes a los hombres mostrándose bien hombres. Pero tú entras a una iglesia y te encuentras con hombres que parecen mariposas escuálidas volando de pétalo en pétalo.

¿Cristo les hizo eso? Jamás haría lo que no hizo con Él mismo. ¿O alguien va a venir a poner en duda la masculinidad de Jesús, sólo porque no se le conocieron amoríos. ¿Dónde compraron ese machismo? En los súper market del infierno, porque el evangelio no vende ese producto.

Entiende: Dios no quiere alterar, modificar ni invertir tu carácter, sólo quiere santificarlo. Cuando Dios llama a un valiente en la calle, lo llama para que sea valiente en la iglesia. Hay gente que vivió toda su vida prometiendo darle una paliza al que lo arruinaba en la calle, pero cuando entra a la iglesia permite que Satanás le haga cualquier cosa sin pelearlo.

Tiene una cuota de humor lo que te dije, pero es tristemente cierto. Y además peligroso, porque si a Satanás le dejas una puerta suficiente abierta, te mata. Sólo que él te mata corporalmente. Te da mucha cuerda, y luego te ahorca con ella.

(38) Todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón perfecto a Hebrón (Tenían un corazón perfecto, o sea: maduro) para poner a David (Escucha: David siempre es tipología de Cristo. O sea: vamos a olvidarnos de David y vamos a hablar de David, hoy, representando a Cristo. Este ejército estaba dispuesto, a que Cristo fuese rey) por rey sobre todo Israel. (Sobre todo Israel, no sólo sobre una parte restaurada) asimismo todos los demás de Israel estaban en un mismo ánimo para poner a David por rey.

Noten que esto no era sólo el ejército. Porque hay gente que tú sabes, siempre tiene una excusa. “¡No! ¡Es que él tiene ese llamado!” – “¡Qué bonito ora el hermano1 ¡Parece que el Señor le ha dado una gracia especial!” No. Disposición. Ahora di en voz alta el nombre del lugar donde vives. Por ejemplo, yo, Rosario. Y luego añade: Cristo es el Rey de tu nombre. Pero eso no sucede casualmente.

Pero noten conmigo el verso 16 del mismo capítulo: Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte. Otra vez ten en cuenta tu lugar de residencia y di en voz alta: ¡Este lugar es fuerte! (17) Y David salió a ellos, y les habló diciendo: si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, (Aquí viene Cristo y está diciendo: aquellos que vienen voluntariamente a nacer de nuevo) mi corazón será unido con vosotros;

Noten el requisito para ser miembro del ejército de Dios. El corazón unido en propósito con Él. No tu talento, no tu profesionalismo, no tu habilidad, no tu dinero, no tu gracia, no tu llamado; tu corazón determina tu posición con Cristo. Tú puedes ser ungido para cualquier cosa, pero si tu corazón no está en orden con Dios, no vas a tener éxito en esta hora.

Hay muchos ministerios microondas, que de la noche a la mañana andan por ahí haciendo yo no sé qué. Y le dan, y le dan, y avanzan y avanzan; suenan igualitos, se ven igualitos, parecen ser reales, pero no lo son. ¡No hay nada en el espíritu! ¡Está vacío en el espíritu!

Las mismas canciones, las mismas palabras, pero sin efecto alguno en la dimensión del espíritu. Es tiempo que el pueblo de Dios se levante con convicción personal, y que sus palabras sean palabras de reyes. Porque la palabra de rey es ley cuando se decreta. Esto no viene casualmente, tampoco es un llamado. Tienes que tener disposición.

Esto se practica. Los que van a la guerra, primero se entrenan. Esto es una cosa diaria. Diestro para la batalla con ambas manos. Listo, pronto. Cuando te reúnes donde sea en una forma corporal. Sus voces, sus ojos, sus manos, sus rostros, indican que no están aquí. Esa es la milicia que libera la ciudad. Sólo hay una forma de militar, y es de acuerdo con la Palabra de Dios.

Tú puedes ser un excelente músico, o puedes saber orar que eres una barbaridad haciéndolo y, así y todo, no estar haciendo nada en la dimensión del espíritu. Lo único que prevalece en tiempo de milicia y contradicción, son los principios de Dios y un carácter que te lleva consigo como revelación personal.

Su palabra tiene que ser revelada en tu corazón en esta hora. Es tiempo en que la Palabra de Dios, ya no sea un mensaje. Es tiempo que las conferencias ya no sean campañas. Es tiempo en que cada ministración sea adecuadamente elegida para hacer algo específico, y que esa canción o esa ministración haga algo, y que no se detenga hasta que no se abra la brecha.

Es tiempo en que cada vez que un grupo fuerte se reúne por dos o tres horas, hagan algo de efecto que afecte el destino de la ciudad donde se encuentran. Es tiempo de no perder el tiempo. Es tiempo de levantarnos con convicción y revelación personal de lo que estamos haciendo.

Quizás muchos de nosotros estamos en Cristo, pero lo cierto es que Cristo está en muy pocos de nosotros. Es la condición de tu corazón la que produce una fe agresiva. Fe agresiva. Esa es la fe que altera demonios. Es tiempo de tomar una decisión. Es tiempo de poner presión en la esfera del espíritu.

Tenemos que alcanzar lo que nos corresponde. Es muy fácil adaptarse a fórmulas. Si lo haces así, funciona así. Si lo haces de otra manera, funciona de otra forma.  Sólo un problema: las fórmulas carecen  de poder si no tienes revelación presente. No hay fórmula en la dimensión del espíritu. ¡Es una vida!

Una vida y una relación. Es una disposición de fluir con lo que el Espíritu está haciendo. ¿Sabes? Derribar fortalezas es cansador, no es divertido. No es una bendición orar en lenguas por espacio de una hora hasta que no te da más la garganta. Uno no se levanta con ese deseo.

Ese no es un llamado, es una disposición. No interesa si no te gustan algunas de las cosas que debes hacer, tienes una disposición que te hace levantar cada mañana diciendo: ¡Aquí voy! Solamente somos vasos para que Él los use. ¿Y tú?

No es una fórmula de fe, es una convicción divina. Revelación de la naturaleza del carácter de Dios. Tenemos que empezar a conocer a Dios en todas sus facetas. Dios es un varón de guerra y nunca pierde una batalla. Los seminarios nos han enseñado cientos de fórmulas casi mágicas y principios espectaculares. Yo sólo sé que Satanás sigue avanzando.

¡Algo está mal! O este asunto funciona, o desechamos la Biblia, ¿Qué vamos a hacer? Si Dios dice que todo lo podemos en Él; si Dios dice que Él es cabeza y nos pone por sobre de todo; si Dios dice que toda rodilla se dobla ante el poder de la Palabra, mi pregunta es: ¿Por qué no están doblando?

Miles de corazones genuinos gimen por ver a una iglesia no sólo en excelencia y prosperidad, sino también en un avance estratégico sobre la ciudad hasta que Cristo sea coronado rey en ella. No es una fórmula, es un estilo de vida en el espíritu. Una convicción divina, que nos lleva a la victoria. Tenemos que tener pacto con esa revelación.

Fíjate que Dios no tiene pacto con fórmulas; Dios no tiene pacto con movimientos; Dios sólo tiene pacto con lo que es rhema en tu vida. Cuando es rhema en tu vida, Él responde a tu voz. Ahí Él está determinado a fluir. Los hombres que serán usados en estos últimos días, son hombres determinados. Obviamente, lo que digo incluye a las mujeres, lo de hombre es genérico.

Hombres apasionados por el rostro de Dios, no por sus manos. Porque son muchos todavía los que buscan sus manos, no su rostro. Hombres que van a ser militantes, pero al mismo tiempo sensibles, y llenos de amor por el rey. Conocemos su naturaleza, y podemos amarlo siendo hombre. Podemos amarlo siendo mujer.

Hombres y mujeres que son motivados por causa y por comisión, y por la responsabilidad a la misma. Toda tu vida, todos tus planes, todos tus deseos, todas tus estrategias para el año, dependen de la causa de Dios. Vive para ser necesario en todo lo que Él quiere, y no para lo que a ti te da la gana.

Hombres que pagan el precio por llevar a cabo la obra de Dios. Esa es la iglesia que va a vencer. Necesitamos fe agresiva. Necesitamos que nuestra voz sea estandarte en la esfera espiritual. Que nuestras voces no sean címbalos que retiñen, sino que sean saetas, que sean arcos, que sean flechas llenas de las llamas ardiendo del trono de Dios que establece su palabra.

Mi especial motivación en este trabajo, es activar tu corazón. Tu mente tendrá que quedar inútil para que eso sea posible. Estoy hablándole a tu corazón. Es la inversa de lo que normalmente conoces. Apréndelo, aprovéchalo. Alimenta tu corazón. Es tiempo de abandonar la zona confortable.

¿Sabes qué? Necesitamos probar lo que creemos, para realmente creer en lo que creemos. A veces decimos que creemos en algo, y como nunca lo hemos visto, no terminados de estar seguros si creemos en ello. Necesitamos probarlo, para por lo menos caminar convencidos de que sí funciona.

Espero que todas estas cosas te sirvan para tu maduración y estrategia, pero recuerda que todos mis trabajos van dirigidos a la iglesia corporal y genuina, que en muchos casos tiene relación y vinculación con congregaciones cristianas, pero que en otros tantos no se le parece ni por asomo.

Convengamos en que la iglesia, en su gran mayoría, no ha experimentado todavía una gran victoria sobre la oscuridad, desde hace varias décadas. Tanto ha sido el tiempo en que el poder de Dios no habita en nosotros como debe habitar, que por falta de discernimiento le estamos llamando poder de Dios a lo que ni siquiera tiene nada que ver con Dios.

Y cuando nos ponemos a orar y le preguntamos a Dios por qué pasan todas estas cosas, entre otras consideraciones, el Señor suele decirnos que para tener victoria debemos tener un corazón como el de David, que era un corazón que palpitaba conjuntamente con el corazón de Dios.

David era un hombre tras el corazón de Dios. Lo que Dios pensaba, David pensaba. David llegó un día y sus hermanos le dijeron: ¡Oye! ¿A qué has venido, a ver la batalla? Y David dijo: ¿Qué batalla, manga de cobardes, si aquí nadie está peleando? Y tú, grandote ordinario, ¿Quién te crees que eres para hablarle a mi papá de ese modo? Seas ejecutado por el poder divino, ¡Ahora! ¿Lo fue o no lo fue?

Y ahí estaba todo Israel, creyendo que estaban en batalla. Y llevaban cuarenta días escondidos. El gigante riéndosele en la cara a la iglesia. El espíritu humanista trayendo desafíos circunstanciales y aparentemente ganadores. ¿Y ahora qué vas a hacer? Voy a equilibrar el valor del dólar.

¿Escuchaste? Todavía hay Goliat gritando burlas. ¿Dónde estarán los David del día de hoy? ¡Es verdad! ¡Funciona! Si una iglesia de forma corporal comienza a atacar y a bombardear la esfera espiritual, identificando las potestades correctas, con una voz convincente que sea rhema, retrocede la tiniebla.

Muchos me deben estar escuchando como no creyendo que es cierto. Sin embargo, está escrito en toda la Biblia, ¿Qué vamos a hacer? No lo creemos porque no lo hemos visto. Porque cantar, lo cantamos. ¡Oh! ¡Cristo es Rey! ¡Los muros caen! Es tiempo que la iglesia se levante.

Hermano; ¿La vida te presenta hoy muchos obstáculos? Dale gloria a Dios. La fe sólo se mueve y se manifiesta ante la presencia de obstáculos. ¿Cuántos sabían eso? La fe, sólo funciona si hay un obstáculo. Porque so no hay obstáculos, no hace falta fe.

Eso es lo mismo que la valentía, sólo existe en medio del temor. La valentía nunca existe fuera del temor. Uno se hace valiente cuando está asustado. El territorio está perfecto, hay mucho temor. ¿Dónde están los valientes? Por eso es que la fe se nos dio para conquistar e invadir. No para mantener.

¿No has escuchado esos que oran y dicen: ¡Gracias, Padre, porque hasta aquí nos has traído vivos! ¿Cómo que hasta aquí? ¡Si Él dijo que tendríamos vida en abundancia! Eso es básico, y ahora, ¿Qué vas a hacer con ella? La fe es para invadir y conquistar.

La fe no es para cantar y profetizar en la iglesia. La fe es para el cántico nuevo y la palabra profética. La fe no es para darle una profecía a un hermano que, aunque fallemos, es seguro que no nos va a delatar. La fe es para profetizar en la plaza más grande de tu ciudad.

La fe es para profetizar en un noticiero de la televisión. La fe es para profetizarle al presidente de tu país. La fe es un arma, no un escudo. Y no me escribas ahora para decirme que la palabra dice que debemos andar con el escudo de la fe, no me escribas, por favor. La fe se nos dio para invadir, no para mantener.

 (Números 13: 17) = Aquí vemos la misión de los doce espías, cuando Moisés los envía a la tierra. Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: subid de aquí al Neguev, y subid al monte. (Hay que subir para reconocer) (18) y observad la tierra como es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o es débil, si poco o numeroso; (19) cómo es la tierra habitada, si es buena o es mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas.

Vemos aquí que Moisés los envía para hacer tres cosas: Dime cómo está la tierra, cómo es la gente y cómo son sus ciudades. Tres cosas quería saber Moisés: cómo está la tierra, si es fértil o no, si es buena o no; cómo está la ciudad, si son fortificadas o no, qué tipo de gobierno tienen, cómo son sus leyes, si están en contra de nosotros o no, y cómo es esa gente. ¿Son gente poderosa o son gente débil?

(Verso 23) = Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos.

(24) Y se llamó aquel lugar Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.

(25) Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. (Noten conmigo que todos, los doce, vieron lo mismo. Los doce vieron lo mismo).

(Verso 27) = Y les contaron, diciendo: nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y éste es el fruto de ella.

(28) Más el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, (Este “más” que leemos aquí, equivale a nuestro “pero”. Vamos a ir allí, pero… Podemos intentarlo, pero…) y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.

Vienen y le dan el anuncio. Le dicen: mira; la tierra esa produce que es una barbaridad. Sólo un pequeño problemita; las ciudades son muy fortificadas y esa gente no son latinos, son mucho más grandes, tipo mongoles, tirando a gigantes, ¿Viste?

(Verso 30) = Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés; (Principio número uno para tener victoria en la esfera del espíritu: tienes que silenciar las voces negativas, tienes que silenciar todo lo que no es de Dios. En una palabra: Si no tienes nada para decir, con fe, ¡Cierra la boca! Caleb, lo primero que hizo, fue silenciar las voces) subamos luego, (Número dos: ¡Actúa rápido! No lo dejes para mañana. Esto quiere decir: ¡Ahora! ¡Hoy es el día de salvación!) y tomemos posesión de ella, (Tres principios poderosos en la dimensión del espíritu: 1- Silenciar las voces negativas. 2- Actuar en el momento. 3- Tomar posesión. Ningún líder está autorizado a tomar posesión por ti. Tampoco te puede enseñar la posesión, tú tienes que tomarla.) Porque más podremos nosotros, que ellos.

(31) Más los varones que subieron con él, dijeron: no podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. (Fíjate: todos vieron lo mismo)

(32) Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: la tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores, (¡Un momento! ¿Dónde vieron ellos eso? ¿Quién les dijo eso que ahora declaran como verdad absoluta? Ni te tomes el trabajo de buscarlo, fue simplemente su imaginación dictándoles eso. En ningún momento alguien les dijo: miren, esta tierra es tierra que se traga a los moradores. Ellos sólo asumieron eso. Fíjate, el diablo siempre va a inventar cosas amenazantes para amedrentar a los que están por fastidiarlo, y mientras ellos se las crean, él no va a cambiar su estrategia.) y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.

(33) También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, (O sea: ellos se vieron así) como langostas, y así les parecíamos a ellos.

(Números 14: 1) = Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. (Noten que el temor es contagioso. Y además es expansivo. Al temor hasta los perros lo reconocen. Cuando tú te aceras a un perro, vas a ver que él te mira como analizándote. ¿Sabes qué? Está observando si le temes o no. Y su reacción será acorde a lo que haya descubierto. Un perro jamás atacará a alguien que demuestra no tenerle miedo. A lo sumo, hará mucho ruido ladrando, pero nada más. Ahora imagínate, si un perro es capaz de tener ese discernimiento, imagínate los demonios.)

(2) Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojala muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojala muriéramos! (Noten que esto fue un pensamiento de ellos, que sería mejor estar en el otro lado que acá. ¡Y qué pasa? Que eso es muy peligroso, porque mira lo que dice en el final del capítulo)

(Verso 26) = Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: (27) ¿Hasta cuándo oiré a esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?

(28) Diles: vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. (¿Dónde murieron ellos? En el desierto. ¿Qué desearon ellos? Morir en el desierto. ¿Dónde murieron? En el desierto. Lo que tú permitas, Dios permite. Si tú permites, Dios permite. Lo que tú atas, Él ata. Lo que tú desates, Él desata. Si estás tranquilo y conforme, Él se queda tranquilo y conforme. Si estás cansado de la situación, entonces sé dispuesto.)

(Hebreos 4: 1) = Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. (Nota que el reposo se alcanza)

(2) Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe (¿Por no ir acompañada de?) en los que la oyeron.

(3) Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.

(4) Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: y reposó dios de todas sus obras en el séptimo día. (5) Y otra vez aquí: no entrarán en mi reposo.

(6) Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, (7) otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David como se dijo: si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.

Ahora bien; si el reposo fuera el cielo, como tantos han enseñado por allí, ellos no estarían juzgados por no entrar en Canaán. Canaán es la herencia divina de Dios en la tierra. Está llena de gigantes, ¡Y en el cielo no hay ninguno! Pregunto: ¿Dónde vives? Donde quiera que vivas, repite lo que ahora yo voy a decir como mío, cambiando lo que debas cambiar: Canaán, es Rosario, es Argentina.

(Verso 9) = Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.

(10) Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

(11) Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. (¿Cuál ejemplo de qué desobediencia? De Israel, que no poseyó la tierra.)
Eso es revelación.

El ejemplo que está usando es el de Israel, negándose a entrar a lo que Dios ya les había dado. Aquí, la palabra Reposo, es la palabra katapausis, en griego, y significa colonia espiritual, morada, un estado de presencia. No habla de descanso. La palabra no habla de descanso, sino de un lugar que provee descanso.

O sea que es un lugar en Dios sobre todo principado, potestad, sentados en lugares celestiales, bendecidos con toda bendición espiritual y con todo bajo nuestros pies, pero aun estando aquí y trabajando. Es un reposo mental, porque esa posición, esa disposición, esa postura, te paz en la mente, porque estás convencido de la victoria todo el tiempo.

Es una colonia, una dimensión. Romanos 5 dice que reinamos en vida. Podemos reinar en vida. Nosotros no estamos restringidos de su presencia y de su paz, a causa de nuestra escatología. A pesar que hay una paz futurista y eterna, también hay una provista para ti, Hoy.

Y la iglesia tiene que entrar en esa dimensión.  Tenemos que entrar en una dimensión en donde haya suficiente paz mental para la iglesia, para poder operar con victoria. Bajo la nube de confusión y tribulación, no vas a tener ninguna victoria. Tenemos que estar sobre la situación.

La situación existe, siempre va a existir, pero estamos puestos para estar sobre de ella, no en medio de las circunstancias. Es una posición en la dimensión del espíritu, que sólo viene por revelación personal. A esa no te la va a dar ninguna estrellita del tele-evangelio, a esa la vas a tener que obtener tú mismo.

Esa no se obtiene el domingo cuando vas a la iglesia, es un estilo de vida. Satanás, últimamente, está atacando vidas individuales, porque en lo corporal no va a venceré. Entonces te va a tacar cuando estés solo o sola, en tu casa, y no tengas a nadie que te ayude. Y si no estás en ese reposo, ahí es donde uno por uno pueden caer.

Ahora; en el verso 9, es la única vez que la palabra “reposo” significa sabático, o habla del reposo futurista, o del milenio, o del reinado de Cristo en la tierra y todo lo demás, cualquiera que sea tu formación doctrinal que no vienen al caso en esta hora.

Pero esa es la única vez que la palabra “reposo” se refiere al futuro, y es la palabra sabático o descanso. Pero el verso 10 es muy singular ya que parece una paradoja, porque dice: Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

O sea: si no entras en el reposo, no vas a reposar. ¡Pero eso se sobreentiende! ¿Entones, eso a qué se refiere? A que hay una clase, una forma o un estilo de reposo, que asegura el otro reposo. Hay un reposo, ahora, que asegura el otro. Y luego te dice ¡Procurad! La palabra en griego es ¡Militad!

¿En qué quedamos, reposo o milito? Ambas cosas, ¡Milita para reposar! La palabra es procurar o laborar para no caer en semejante ejemplo, como Israel. Parece una dicotomía, una paradoja. La palabra dice que el Reino de tu dios es justicia, paz y gozo. Pero luego dice que Él no vino a traer paz. ¿Entonces en qué quedamos, viniste a traer paz o no viniste a traer paz?

Él dice que es el príncipe de paz, ¿Sí? Pero después te dice que es varón de guerra. No parece tener demasiado sentido el asunto, o eres paz o eres guerra, decídete. Bienaventurados los pacificadores dice por ahí, pero en otra parte te manda a que te pongas toda la armadura de Dios.

¡Por favor! ¡Decídete! ¿Una o la otra? ¡Es que no va a haber paz sin milicia! La paz nunca llega en ausencia de guerra. No puedes mantener lo que no existe. A la paz hay que introducirla. Entones salen algunos y te dicen que no, que ellos están manteniendo la paz. Me pregunto: ¿Qué Paz?

No hay paz. Vivo en una ciudad que es hermosa y con gente muy cálida, pero a ciertas y determinadas horas no puedes andar por ciertos y determinados lugares, si es que no quieres que te sacudan un poco y te roben lo que llevas. ¿Qué paz?

¡Es que estamos labrando la paz! ¿Qué paz? ¡Es que somos pacificadores! ¿Ah, sí? No sé tú, pero yo me considero en guerra permanente. Porque la verdadera paz, jamás es independiente de guerra. Porque la paz, en todo caso, es el resultado de haber resuelto un conflicto de cualquier forma.

Y no te confundas, la pasividad no es paz. La pasividad, en todo caso, es ignorancia de guerra, rebelión para con la guerra o, lo más triste, cobardía disfrazada elegantemente. ¡Es que ser guerrero no es mi llamado! ¿Ah, no? Fíjate, yo creía que todos éramos parte de un mismo cuerpo.

Tenemos que derribar las fortalezas en nuestra vida. Decimos que la iglesia se está restaurando, y sin embargo todavía cultivamos doctrinas que producen creyentes pasivos, casi estoicos. Tenemos esperanzas futuristas de libertad de nuestro dilema presente.

A mi modo de entenderlo, yo creo que hay demasiados espíritus culturales y sus influencias habitando en la iglesia. ¿Países que eligen gobiernos muy progresistas con libertades discutibles? Iglesias que se ponen permisivas con la fornicación, el adulterio, el aborto y la homosexualidad, “para estar a tono”… ¿Y el pecado?

Tenemos que destruir todas esas fortalezas y poner todo eso bajo nuestros pies. Baja auto estima. Ritualismo eclesiástico. ¡Es que nos hemos restaurado de eso! Sí, pero no sería extraño que cayeras en nuevos ritualismos restaurados. Eso cansa y determina que mucha gente se aburra y no quiera volver. ¡Es una misa con más ruido!

La palabra dice que son bienaventurados los pacificadores, no los pasivos ni los pacifistas. Pacificadores son los hacedores de la paz. En otras palabras, bienaventurados los que hacen la paz. ¿Y cómo se hace la paz? Ganando guerras. Claro, ahora da a entender que el príncipe de paz, también es varón de guerra.

Y que no vino a traer paz, sino división. Él trae una espada. Él no vino amando a las ovejas, Él vino como un profeta, trayendo división en los círculos religiosos. Él se manifestó a los suyos, no al mundo. Él vino a la iglesia y la partió por la mitad. Y todavía está tratando de hacer lo mismo.

Ahora; nosotros hemos podido decretar que ahora viene el príncipe de este mundo, pero gracias a Dios yo no estoy en adulterio, no soy inmundo, estoy limpio y aleluya, en mí no va a encontrar nada porque yo no tengo pecado. ¿No encontrará temor?

Cristo dijo: aquí viene el príncipe de este mundo y no tiene nada en mí. ¿Encontrará temor en tu vida? Porque si encuentra temor, encuentra nada menos que la raíz de su reino. Porque el temor es la raíz de la fluidez de Satanás. Lo que intento decir es que debemos levantarnos a una dimensión en la que no haya terreno común. Si hay temor en tu vida, Satanás tiene una autopista para correr en ella.

Sí, no me digas nada, ya lo sé; te quedaste bien calladito o calladita. ¿Habrá temor en algún área de tu vida? ¿Le temes al avance satánico? ¿Le temes a la recesión? ¿Temes profetizar? ¿Temes manifestar tu ministerio? ¿Temes comenzar con esa empresa que Dios te dijo hace diez años que debías empezar?

Porque si tienes temor, cualquier clase y medida de temor, en temor es donde reina Satanás. ¿Estás recibiendo algo de este trabajo? Lo difundí porque me dispuse a romper algo en el espíritu con esto. Porque antes de ministrar las vidas y llenarlas de la presencia de Dios, debemos sacar de ellas todo lo que molesta y no permite que sean llenos cómo deben ser.

Dios ha dicho que la iglesia ha llegado a ciertos niveles, los mantiene por cierta cantidad de tiempo, y luego los deja caer. Lo único que cabe es poner presión, alta presión, para ir más allá. Se ha llegado como a un tope en el espíritu, y cada vez que damos contra él, el ruido es grande y nos hace retroceder. Esto es un estilo de vida, no solamente corporal sino también en cada una de sus casas.

(1 Crónica 12: 8) = También los de Gad huyeron y fueron a David, al lugar fuerte en el desierto, hombres de guerra muy valientes para pelear, diestros con escudo (Recuerda que el escudo es la fe) y pavés; (Pavés era ceñir los lomos con el cinto. Habla de ceñir los lomos. Representa el área reproductiva de tu vida. Por eso en otra parte dice: ceñid los lomos de vuestra mente. Tienes que poseer tus pensamientos para tener productividad en Dios. Porque el hombre de doble ánimo no consigue nada con Dios. Tenemos que ceñir nuestros pensamientos, llevando cautivo que se exalta contra lo que la Palabra dice. Llevarlo cautivo) sus rostros eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre las montañas. (¿Cuántos han visto correr a una gacela? Ultra liviana y tremendamente rápida, en el espíritu).

Saber qué estás haciendo. Tenemos que aprender a movernos en el espíritu, que tiene una velocidad muy superior a cualquier movimiento en la carne. Hay veces que la manifestación de Dios viene, y nadie sabe qué hacer con ella. Tenemos que aprender a trabajar con Dios, se puede aprender. Él es el Paracleto, vino para vivir contigo, y darte tiempo para que lo conozcas.

(Verso 32) = De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, (Entendidos en los tiempos, tenían discernimiento para este tiempo presente.)

No digo que eran escatológicos. Sabían lo que estaba aconteciendo en su día. Por eso es que más abajo dice que sabían qué hacer. Hay que saber qué hacer y cómo hacerlo. Es posible recibir esa revelación. Pero hay que militar para tener una convicción personal.

No puedes cantar cuando es tiempo de adorar. No puedes pretender adorar cuando hay ruido. Los demonios se te ríen en la cara y ridiculizan lo que tú llamas La Iglesia. ¡La iglesia del Señor no es ridiculizada por ningún minúsculo demonio creado!

Es necesario el discernimiento para obtener la victoria en esta hora. Satanás no es bruto. Él no perdió su sabiduría, sólo la pervirtió. Tenemos que aprender a operar como ejército y como nación. Todavía no hemos aprendido esas facetas de la iglesia. Milicia no es ruido, aunque lo incluya: es parte de la convicción personal de cada uno.

Dice el verso 33 que estaban prontos para la guerra con toda clase de armas. No sólo algunas, todas, y dispuestos a pelear sin doblez de corazón, o sea que todos tenían un mismo pensar, venían a lo mismo. El verso 38, dice: todos estos hombres de guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con un corazón maduro a Hebrón. Hebrón es el lugar de unidad y de pacto.

Una iglesia de pacto, donde todo el mundo está dispuesto a hacer lo que sea necesario, cuando sea necesario, como sea necesario, con tal de que Él sea glorificado. Un corazón noble, entero, dispuesto, guerrero. En suma: un corazón que palpita con Él.

(Hebreos 4: 11) = Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

(12) Porque la palabra (Primero nos dice que militemos, y luego nos muestra qué es lo que tenemos. La palabra. No la imposición de manos, el soplar o hacer algunas otras triquiñuelas. La palabra. El énfasis de Dios en esta época, es la palabra) Porque la palabra de Dios, (No la de tu doctrina, la de Dios) es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; (Es más cortante que toda espada de dos filos) y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

(13) Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;

Número uno: la palabra es viva. Eso significa que ES viva. No es que tiene vida, porque todo lo que tiene vida, muere. Pero la palabra ES viva, es eterna, no regresa vacía. Donde tú decretes la palabra, tiene que hacer lo que le enviaste. Hasta que no lo haga, no regresa. No se retracta, no se arrepiente, no se detiene.

Ella tiene vida para seguir existiendo por sí sola. La palabra de Dios, ES viva. No es algo que tiene vida, ES viva. La puedes enterrar en la doctrina, la puedes enterrar en religión, la puedes enterrar en la cultura, y aparentemente no ha hecho efecto, pasan los años, empieza un terremoto y resucita, porque la Palabra de Dios, ES viva.

La puedes enterrar en alguna ideología de moda, la puedes enterrar en el homosexualismo, la puedes enterrar en el liberalismo, la puedes enterrar en el humanismo y en todos los “ismos” que se te ocurran, pero cuando la palabra llega al grano de la perfección, sigue subiendo, porque ES viva. No es “a lo mejor”, ES. Pero todo eso depende de si tú lo crees o no lo crees cuando lo dices. Porque la palabra que no regresa vacía, es la de Dios. Y la palabra de Dios es la que Es viva en ti. Por eso no ha funcionado.

Número dos: Dice que es eficaz. Eso significa que es poderosa. La palabra eficaz es la palabra energeia, y no tiene que ver con energía, como lo inventaron algunos esotéricos, significa que es enérgica, que tiene fuerza. No la podemos atar, ninguna junta de notables la puede detener, ninguna ley del concilio, tampoco.

Tampoco la detienen la recesión, ni la depresión, ni el anticristo, ni el gobierno que te tocó puede amarrar la palabra. Ella tiene poder y se desata sola. La palabra de Dios es poderosa. Y después vienen a decirme que Satanás está venciendo a la juventud. Y no están equivocados, pero ¿Sabes cual es la causa? Que la iglesia no sabe qué hacer con esa juventud.

Hermano mío, puedes enterrar la espada del Espíritu en el corazón de tu hijo. Pasa uno, pasan dos, pasan tres, pasan cuatro; quizás pasen dos décadas y esté perdido en los suburbios sucios del mundo, casi dando con su frente en la cuneta llena de lodo.

Pero un día esa palabra empieza a temblar, empieza a cortar, y se desata, y empieza a usar su poder y, ¿Sabes qué? ¡No regresa vacía! Puede tardar veinte años, no interesa. ¡La palabra no muere! Tenemos que creer lo que predicamos, para que funcione.

Número tres: dice que es cortante. Eso significa que divide, separa, tiene un filo, corta la lógica y produce fe, divide el alma y el espíritu, no está restringida a sistemas doctrinales. Tiene un filo que corta y se libera ella misma. Pero esa es la espada del Espíritu, no la espada del hombre.

El espíritu siempre sabe qué hacer con la palabra. Me pregunto cuántos serán los hombres que verdaderamente sepan qué hacer con ella. ¿Sabes cuál es nuestra labor con la palabra? Ponerla en movimiento. Es lo único que necesitamos. Lo único que ella quiere, es que lo decretemos.

Pero con fe, porque sin fe es imposible. Muchos tomaron la espada del espíritu y se la dieron al hombre. Entonces, ahora la espada se llamaba “doctor en la palabra”. Y esos doctores, un día, dijeron que la palabra ya no liberta, y que la sangre ya no funciona, que la restauración no existe y que lo único que sirve es la prosperidad. Pero como la palabra sí existe sin doctorados, se ha desatado de la mano de los hombres y busca una generación que la decrete con fe para hacer lo que vino a hacer.

Hay una reforma espiritual que se está levantando, y está quitando el mando de la espada de la mano de los hombres, y la está poniendo en las manos de una generación,  de un ejército que es ambidiestro en el espíritu. Un ejército que entiende los tiempos y sabe qué hacer con ella.

La palabra de Dios es eficaz, Es vida y es poder. Dice que tiene dos filos, también. Y aquí te paso un secreto: hasta que la espada no sea un instrumento quirúrgico en ti, jamás funcionará en otro. La palabra dice que nuestras armas son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, llevando cautivo todo pensamiento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, cuando, nuestra obediencia sea completa. De otro modo, son palabras vacías.

No hay cosa creada que no sea manifiesta. La palabra es reveladora. O sea: ella manifiesta lo que está oculto. Expone todo lo que es Dios y quema todo lo que no es Dios. Es una palabra que revela el propósito de Dios. Cada mensaje, cada estudio, cada predicación debería afectar un destino.

Recuerda a Ester. Ester era huérfana, venía de Babilonia, igual que nosotros. Se encontró con un hombre llamado Mardoqueo, que la adoptó. Nosotros también somos adoptados, ¿Cuántos se acuerdan de eso? Y Mardoqueo le dice: “Oye, Ester; ¿No te has dado cuenta que hay una revuelta en la ciudad?” Ahora tú que me escuchas, piensa: ¿No te has dado cuenta que hay una revuelta en la ciudad?

Pero fíjate que Ester estaba ya cómoda, porque ella ya vivía en el palacio y tenía todo lo que necesitaba para sentirse bien y segura. Es decir que estaba aparentemente completa. Sin embargo, había olvidado el propósito por el cual había sido adoptada, y no se dio ni cuenta que Satanás estaba más que activo.

Y un día Mardoqueo viene y le dice: “Oye, ¿Tú que te crees? ¿Qué estás en Egipto? ¿Tú te crees que yo te traje aquí para que te la pases todo el día pintándote las uñas? ¿No te has dado cuenta que Satanás está destrozando la ciudad?” Ester, ¿Cuántos se acuerdan de ella?

Le dice: “Ester, tú saliste del anonimato, pero fue con un propósito. No fue para que te sentaras allí y tontearas todo el día y los fines de semana. El propósito no era que tú mejoraras tu aspecto externo y buscaras parecer más bonita. ¡Nadie te mandó a ser una estrella!”

Ester dijo en un momento: Quizás para esto fue que yo fui salvada. Quizás Dios te trajo ahí donde estás oyéndome, ahora, para hacer algo al respecto. No para que tuvieras fe para hacer que otro lo hiciera. Quizás te trajo a ti para hacerlo. Quizás.

¿Habrá algo, en la tierra, que tenga suficiente valor como para que tú te atrevas a dar la vida por ello? ¿Habrá algo que nos motive a hacer algo? ¿Será que hay una situación lo suficientemente grave, como para usar los principios bíblicos y ponerlos por obra?

El mundo paga el precio con los puños, y la iglesia amando a Dios. El mundo se levanta en manifestaciones y protestas porque está hasta la coronilla de abusos y la iglesia saltando alegremente y hablando en lenguas, cuando la única entidad en la tierra que tiene el poder para dividir, para separar acciones e intenciones humanas, es la palabra de Dios. Ninguna nación tiene dinero para salir de sus deudas, ninguna nación tiene dinero para terminar con el pecado, porque la única solución del pecado es la sangre del cordero.

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noviembre 14, 2018 Néstor Martínez