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La Hora de la Conquista

Hay un principio divino que es irrefutable: hasta el momento en que tú no vives en el nivel que Dios quiere que tú vivas, no vas a tener reposo. Siempre, en una guerra y pese a que estan más expuestos, los que pelean son los que van al frente. Si Dios no fuera omnipresente, Él seguramente estaría en las filas del frente. El Reino no es un templo, donde las que están en las primeras filas son las damas y los hombres allá al fondo, casi junto a la puerta de salida, como sintiendo vergüenza de que alguien los vea como débiles por tener fe en Dios. Esa es una mentalidad muy diferente a la de los hombres. Es la mentalidad del Reino de Dios. Es el mensaje que el Reino tiene para el mundo. Un mensaje que algunos falsificaron lo suficiente como para convertirlo en un arma de la política terrenal, que aunque en sí misma pueda ser buena o positiva, no es ni puede ser el tema central que ocupe nuestra Gran Comisión.

(Lucas 11: 1)= Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
(2) Y les dijo: cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino
. (Venga tu reino. Venga tu reino) hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. (3) El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. (4) Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. (O sea que nuestros pecados son perdonados cuando nosotros perdonamos las ofensas de otros. Hay veces que las personas no quieren perdonar a alguien hasta que ese alguien no venga y se disculpe. No cobres tu perdón. Dios no te cobró por perdonarte a ti) y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.

Vemos aquí que cuando los apóstoles le preguntan al Señor: ¿Cómo debemos orar? Él les dice que oren de la siguiente manera: pídele al Padre que aquello que opera en el cielo, opere en la tierra. Pídele al Padre que según funciona el Reino de Dios en el cielo, queremos verlo en funciones aquí en la tierra. Venga tu Reino. El mayor problema y el más grave, quizás, que ha vivido la iglesia en todos estos años, es que nunca llegó a entender de qué manera funciona al Reino en los cielos, para poder instaurarlo aquí en la tierra. Y aquí surge otro problema anexo que no es menor: que perdemos totalmente identidad y entidad como creyentes, porque fíjate que es justamente a eso a lo que vinimos a este planeta, a instaurar el Reino de los Cielos y reproducirlo. Y como ese Reino hoy está usurpado, lo sabemos, nuestro trabajo era recuperarlo y devolverlo a su legítimo dueño. Pregunto: ¿Hemos estado haciendo eso? No, nos hemos estado entreteniendo con diversas actividades que, en muchos de los casos, representaban exactamente lo opuesto a ese Reino que era nuestro principal objetivo.

A través de la historia podemos observar que se han levantado grandes controversias en el pueblo de Dios. Cada vez que Dios revela una verdad a su pueblo o a su nación, se levantan extremos. Hay un extremo en ese pueblo, que se opone a la verdad que se revela. Hay otro extremo en ese mismo pueblo que arroja a la basura todo lo que había aprendido y hace convertir todo lo que acaba de aprender. No mantiene un fundamento firme. Y el péndulo comienza a balancearse entre los tercos, porfiados y obstinados que dicen: “No puede ser de Dios, esto; yo llevo veinte años aquí y siempre se pensó, se enseñó y se hizo así”, y aquellos que dicen: “Tú eres un anticristo, y nada de lo que tú haces sirve y todo se hace así”. Los dos están mal. Son dos extremos y todos los extremos son malos y es considerado pecado. No te olvides nunca que cuando decimos extremismo, no estamos expresando una mala palabra o un insulto, porque extremismo, hasta donde yo sé, es simplemente la sobre exageración de una verdad. Eso es extremismo.

Pero entonces allí aparece lo que se puede llamar como un remanente, que es un pueblo que recibe una verdad, la madura y la ejecuta y ya, al ejecutarla se siente en deuda y sigue buscando más verdad. Entonces le llega la próxima verdad; no desecha la que aprendió sino que acrecienta su conocimiento y continúa creciendo de gloria en gloria. Toda la verdad de Dios está presente, pero la revelación es progresiva y debe utilizarse para expandir el Reino. Ahora bien: ¿Qué es esto que vamos a expandir, un grupo de religiosos? ¿Un montón de iglesias en cada esquina adorando a Dios? ¿Eso es el Reino? ¿De verdad estás convencido que eso es el Reino de Dios y su Justicia? No, ¿Verdad? Y entonces, ¿Qué es el Reino? ¿Hay alguien confiable que tenga una respuesta a esta pregunta? No sé si será buena mi respuesta, pero lo intentaré. En lo que sí puedes quedarte tranquilo, es en mi calidad de confiable. Loas que me escuchan y me conocen, saben que no estoy mintiendo ni haciendo alarde de nada. Soy un hombre confiable.

Cuando tú dices “prosperidad”, por ejemplo, alrededor de eso se conglomeran gentes de distintas concepciones doctrinales que ahora siguen creyendo en esa forma de prosperidad y la han llamado, incluso, “El movimiento de la prosperidad”. Pero es indiscutible que son cosas de hombre. No le hace. Es cierto, a pesar de lo falso que haya en eso. El hecho de que eso existe y es falso, sólo indica que tiene que haber algo que es verdadero. Porque no puede haber algo falso que no haya sido copiado de algo verdadero. No existe una copia si no hay primero un original de donde sacarla. Nadie puede pervertir ni tergiversar lo que no existe. Para que el infierno saque ventaja con alguna cosa rara, es imperativo detectar de qué cosa real y genuina sacaron eso para torcerlo y engañarnos.

Esto, fíjate, nos tiene que servir para no ser engañados por falsas voces. Recuerda algo: cuando hablamos de un falso profeta, no es nada diferente de hablar de un falso pastor o un falso evangelista. Siempre hablamos de falsos profetas como si fueran los únicos. También hay falsos maestros. Y lo que es falsa es la persona, no el don. El que es falso es el profeta. Un falso profeta es un hombre que usa el don con malas motivaciones. Una cosa es que yo te de una palabra profética porque te amo y quiero ser de bendición para tu vida, y otra muy distinta es que te cobre 50 dólares por esa palabra, ¿Me entiendes?  Si tú conoces a la persona, ya dejó de ser falso lo que sea. Hay falsos mecánicos, hay falsos plomeros. En todo reino hay buenos y malos. Hay falsos maestros en la escuela pública. Hay quien va a esa escuela solo para para recibir un salario, y hay quien va por amor a la enseñanza y a los estudiantes que la reciben, se es o no se es. Pero no podemos quemar una verdad por temor a los extremos.

Muy bien; La palabra “Reino”, tú ya lo sabes porque lo he enseñado, es la palabra BASILEIA, y significa: “Fundamento de poder” o “Una influencia”. Es un territorio o una jurisdicción. Es el dominio de un rey. Son los súbditos que se someten a un rey. Se constituyen como su Reino. Es un ámbito o una dimensión. También puede ser una especie. Usamos la palabra Reino para decir “El reino animal”, o “El reino vegetal”, o “El reino mineral”. Y estamos hablando de una especie, de un grupo definido. Cuando hablamos de Reino, aquí, y al menos yo, estoy hablando de la jurisdicción o del área donde tú tienes dominio. No es un lugar geográfico. Lo incluye, a lo mejor, pero no se restringe a él. En suma: el Reino de Dios es la jurisdicción en donde Dios tiene influencia. Pregunto: ¿Tiene influencia Dios en tu vida? ¿Sí? ¡Aleluya! Porque si es así, entonces tú eres el Reino y puede decir como Jesús al predicar: “El Reino de los Cielos se ha acercado. Arrepiéntanse.”

(Salmo 145: 13)= Tu reino es de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones.

Muchos siguen hablando y enseñando, todavía que el Reino está suspendido hasta el milenio. No voy a entrar en discusiones ni debates teológicos, no es lo mío y no me inetersa, pero si no leo mal, aquí dice que el Reino es en todas las generaciones. Pregunto: ¿Es esta una generación? Lo es. Listo, no se habla más, asunto aclarado.

(Salmo 146: 10)= Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sión, de generación en generación.

Esto te deja más que en claro que el Reino de Dios no es un lugar al que alguna vez y si nos portamos bien vamos a llegar cuando nos muramos. El Reino de Dios es aquí y ahora, porque de otro modo no sería de generación en generación, sino dentro de muchas generaciones, ¿Te queda claro?

(Hebreos 2: 7)= Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; (8) todo lo sujetaste bajo sus pies.

¿Cómo está escrito esto, en qué tiempo de verbo? ¿Qué te está diciendo? Es cuándo regrese o cuando subió? Está más que claro, es cuando subió; O sea: ya pasó. No es futuro, es pasado. ¿Verdad que se te acaba de morir una vaca sagrada?

(Mateo 28: 18)= Y Jesús se acercó y les habló diciendo: toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. (¿Mañana? No… ¡Ya se le entregó! En el cielo y en la tierra también.)

(Colosenses 1: 13)= El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, (Potestad, aquí, equivale a derecho legal) y trasladado (Tiempo de verbo pasado) al reino de su amado hijo (Ya llegó. Por eso estás tú allí)

Les dijo a los judíos que el Reino de Dios les sería quitado y entregado a otra gente. ¿Gentiles? Gentiles. Tú eres parte de esa otra gente. Ya les fue quitado y a ti te fue entregado. Son escrituras. Esto ni siquiera podría parecerse a una predicación. Esto es solamente un hombre leyendo la Biblia.

(Lucas 12: 32)= No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. (¿Manada pequeña? Sí, manada pequeña. ¡Pero aquí somos muchísimos! ¿Sí? Manada pequeña. Remanente si tú quieres. Pero es imposible darte algo que tiene que venir mañana, no? Porque Él dice: Buscad primeramente el reino. ¿Y cuándo vas a buscar el Reino, mañana cuando te mueras? ¡No! Cuando te mueras no vas a poder buscar nada, ¡Es ahora! Busca primeramente el Reino, te dice; de su influencia, de su poder, de su autoridad, de su propósito, de su objetivo, pensar como un rey o un embajador primero, y yo me hago cargo de todos los gastos. Los embajadores no se preocupan por sus gastos, todo lo cubre su nación.)

(Mateo 11: 12)= Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

¡Un momento! En las nubes no hay violencia. ¿A quien se le ocurrió decir y hasta enseñar que era una nube donde íbamos a ir a tocar la lira cuando nos muramos? Porque es el Reino DE los cielos, no el Reino EN los cielos. En Mateo 13, en los versos 1 y 2, Juan el Bautista viene predicando y dice: arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado. Claro que se ha acercado, todavía no ha nacido nadie de nuevo, pero está ahí. Cristo dice: Si nacieres de arriba, puedes ver el reino, puedes entrar en el reino. Es decir que tú entras cuando naces, no cuando mueres. ¿Naciste de nuevo? ¡Ya entraste en el Reino! Ahora sólo te falta manifestarlo. ¿Y cómo no vas a poder si está aquí? Cristo decía: Si con el dedo de Dios echo fuera demonios, ciertamente el reino de Dios ha venido sobre ti. El Reino no es una nube. Una nube no sale por ningún dedo. El Reino es una autoridad delegada.

Yo tengo la certeza, después de leer los evangelios y también de comprobarlo en el libro de los Hechos, que si para la iglesia primitiva, concretamente Jesús y Pablo, el mensaje del Reino fue básico y central, hoy debe ser restaurado. Y muchos se han equivocado y no han entendido la restauración, porque el producto de nuevas alabanzas o formas estéticas de culto, no por la innovación de nuevas rutinas o nuevos instrumentos, sino de una nueva mentalidad. El evangelio del Reino, legítimo, único e insustituible que predicó Jesús, llegó para cambiar el corazón del hombre, y este a su vez con un corazón renovado, cambiar su vida, su casa, su familia, su zona, su región, su ciudad, su nación. Pero desde la conducta íntegra de honestidad, rectitud y justicia, no desde la política secular bajo nombres raros como dominionismo o algo así…

La razón por la cual hoy por hoy estamos como que no sabemos para donde ir, es porque hemos restaurado todo, menos el mensaje. Entonces empezamos al revés porque es el mensaje el que restaura tu manera de pensar. Y al cambiar la forma de pensar cambia tu estilo de vida y el de tu ministerio. Lo que necesitamos entender, entonces, es cuál es el mensaje del evangelio. Créeme o no, el setenta por ciento de la iglesia lo desconoce. Cuando la iglesia predica destrucción en el tiempo final, ese no es el mensaje de las Buenas Nuevas, esa no son buenas noticias. El tema jamás será el ancla para traer a la gente al Reino de Dios. Toda palabra que no trae esperanza, no viene de la boca de Dios. Y la esperanza, reitero, está en el poder sobrenatural manifestado de Dios mediante cada uno de sus hijos, no en un grupo quizás bien intencionado de hombres, pero más preocupados en sus prestigios personales y sus fortunas familiares que en la nación que habitan. ¿Soy claro?

(Marcos 1: 14)= Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: (O sea: de esto consta ese evangelio. Lo predicaba diciendo lo siguiente. Es decir: lo que estoy por decir describe el mensaje. Dice, citando a David:) El tiempo se ha cumplido, (Esto Significa que la esencia del mensaje del Reino, es que no tenemos que esperar nada, que lo que tenía que pasar, ya pasó.) El reino de Dios se ha acercado; arrepentios, y creed en el evangelio. (¿Cuál? ¡El evangelio del Reino! ¿Y cuál es la noticia del Reino? Habrá un rey llamado Satanás y ya no será rey. Va a ser destituido. Yo voy a ser instituido y comienza un nuevo Reino: el Reino de Dios)

De manera que el Reino tiene mucho que ver con un tiempo ya cumplido. Un tiempo que ya está vigente, un tiempo que ya comenzó. Sigue aumentando progresivamente y no cancela manifestaciones literales futuras. Pero Dios es el mismo ayer, hoy, mañana y siempre. El rey tiene súbditos ayer, hoy, mañana y siempre. No tiene principio, no tiene fin; es de generación en generación. No lo puedes suspender con tu doctrina. Si Dios no tuviera poder hoy, muchos de los que escuchan esto, todavía estarían chapaleando en el barro del pecado y la inmundicia. Pero no lo están, y no porque eran maravillosos y supieron salir a flote solitos, fue porque Dios los agarró fuerte de sus manos y tiró hacia arriba y finalmente logró sacarlos del pozo negro y fétido en el que estaban. Yo era uno de ellos. ¿Vos no?

Jesús utilizaba parábolas para hablarle a su gente. ¿Qué es una parábola? Un relato literal y físico que encierra un principio espiritual. Entonces nos encontramos con la parábola del sembrador. ¿Qué tiene la parábola del sembrador? Tú la conoces muy bien y por causa del tiempo, no la voy a reproducir. Dice que alguna cae junto al camino. O sea: junto al evangelio, no dentro. Otra dice que cae pero que no tiene mucha raíz; habla de la inconstancia. Hay muchos creyentes que tienen mucha inconstancia. Otra dice que se ahoga por las cuestiones del mundo, es decir: la avaricia. Y una cuarta parte de este terreno da fruto, y de esta cuarta parte, sólo una tercera parte produce cien, o sea: en la minoría siempre está el remanente, siempre está el terreno fuerte y bueno. ¿Vas a seguir estando orgulloso, cuando todo esto pase, de pertenecer a la congregación más grande de tu ciudad? ¿De verdad te va a alcanzar con eso? ¿A eso es que has venido?

Y él comienza a predicar esta parábola. Y luego continúa y le habla de la parábola del trigo y la cizaña en el verso 24. ¿Y por qué te menciono esta palabra? Porque todas te están explicando qué es el Reino de Dios.

(Mateo 13: 24)= Les refirió otra parábola, diciendo: el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; (25) pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

(26) Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

(27) Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

(28) Él les dijo: no, un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?  

(29) Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquen también con ella el trigo.

(30) Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; (La cizaña y el trigo crecerán juntos. Eso significa que va a haber guerra hasta el fin. Usted no va a tener nunca una paz total, así que acostúmbrese a ser militante. La cizaña va a estar a nuestro alrededor hasta el fin.) y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. (Listo. Ya no busque más comentaristas ni teólogos. Ya no revise tesis ni ponencias. Está claro: la cizaña se va primero.)

Continúa hablando del Reino de Dios y dice: es como una semilla de mostaza. Y allí nos habla de la reacción múltiple de tamaño del Reino, que comienza insignificante, a lo mejor con un hombre o una mujer recibiendo una enseñanza y poniéndola por obra de inmediato y por fe, pero termina arrasando con todo, de ningún modo huyendo en una gran fuga. Esa fue una doctrina que castró una generación de jóvenes, no dejándolos estudiar, capacitarse y hasta casarse porque Cristo venía ya y todos se iban en un rapto. No interesa en donde siembran esa semilla, está destinada a quedarse con todo. Esa es la enseñanza de la parábola. Luego comienza a decir la parábola de la levadura, de las tres medidas, que no es otra cosa que el ósmosis del Reino de Dios. Empieza por un sector y lo leuda todo, porque es un Reino que trasciende. Es más poderoso que todos los Reinos de la tierra. Cuando tú lo crees, claro. Porque si no lo crees, no sólo que no eso, sino que ni siquiera sabes dónde estás parado y para qué viniste a este mundo.

Tenemos más fe en una hipotética destrucción que en una probable y profética restauración. Se nos hace más sencillo creer en catástrofes que en una restauración social. ¿A qué Dios estás sirviendo? Y no es teología, eh? Es lógica. Los discípulos se quedan un poco atontados y dicen: este hombre me está dañando mi teología. Explícame bien la palabra esa porque ando medio enredado; yo venía aprendiendo según la ley y según los otros escribas y tú no me enseñas como los escribas, tú enseñas con autoridad. ¿Qué traes? Se queda un grupo pequeño después que se van todos los que han venido por los peces y los panes y preguntan: Maestro: explícame bien este asunto. Y el Maestro comienza a explicar el Reino de Dios. ¿Tenes tus oídos espirituales abiertos? Oye, acepta, asume, cree y pon por obra. Principios básicos del Reino.

(Verso 36)= Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: explícanos la parábola de la cizaña del campo. (37) Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre (¿Quién siembra la semilla? El Hijo del Hombre. ¿Y quién es el Hijo del Hombre? Cristo Jesús.)

(38) El campo es el mundo; (¿Quién es el campo? El mundo.) la buena semilla son los hijos del reino, (¿Quiénes son los hijos del Reino? Puedes decir: soy una buena semilla.) y la cizaña son los hijos del malo. (39) El enemigo que la sembró es el diablo. (Recuerda que diablo no es uno de los nombres de Satanás. Diablo es la persona usada por Satanás. No es un espíritu, es una persona. Judas Iscariote, por ejemplo. Era diablo, dice la escritura sobre él. Seguimos matando vacas sagradas, verdad?) La siega es el fin del siglo; (De la era, del cosmos, del sistema) los segadores son los ángeles. (40) De manera que (Igual que; de la misma forma que; si se entiende como se hace uno, se entiende que esto se hace igual) se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será el fin de este siglo. (41) Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad.

¿De dónde dice que va a recoger lo malo? De su Reino. ¿Y cuál es su Reino? ¡Nosotros! Tú, si aceptas vivir por la Palabra y no por una doctrina que no siempre la respeta. Yo, si en lugar de dar grandes clases de teología simplemente me dedico a obedecer y decir en voz alta lo que el Señor me dice a mí en voz suave y apacible. Por eso enseño lo que enseño y predico lo que predico. No es por rebeldías personales ni por explotar una veta revolucionaria entre ovejas díscolas, es porque entendemos que el juicio comienza por la casa de Jehová. ¿Cómo vamos a juzgar al mundo si operamos en el mismo espíritu que el mundo?

Va a recoger de entre su Reino, dice, a todo lo que parece pero que no es. A la forma de religión que niega el poder de Dios por encima de sus estructuras. Hay un clamor por excelencia espiritual. Es que el mundo… ¡No está hablando del mundo! ¡Está hablando de su iglesia! ¡Y dice que va a limpiar su casa, primero! Recogerá de SU reino todos los que sirven de tropiezo. A todos los porfiados, los que hacen iniquidad, a los que se aprovechan de la gente, a todos los que no dejan hacer lo que Dios quiere que se haga, etc. ¿Por qué enseño lo que enseño y predico lo que predico? Porque quiero que la mayoría se convierta en trigo antes que la cizaña sea segada. Amo al mundo porque mi Padre ama al mundo, pero mi llamamiento es para hablarle a su pueblo. ¿Sabes por qué? Porque hay muchos en este pueblo que no son pueblo. Alguien los tiene que alcanzar. Alguien los tiene que confrontar.

(42) Y los echarán al horno de fuego; (Yo no puedo entender qué es lo que hace la gente con estas escrituras. No sé si las ponen en el baño o qué es lo que hace) allá será el lloro y el crujir de dientes.

(43) Entonces, (¿Cómo que entonces? ¿Entonces cuando? Está claro. Entonces, cuando ya la cizaña no esté en el medio de  la escena, jugando a ser cristiana y no estorbe) los justos resplandecerán (Y claro, antes no podían resplandecer porque, cada vez que se mira la iglesia, se ve doble ánimo, cizaña, doble mensaje. Se ven algunos buenos y otros pésimos. Y eso no atrae a nadie. Pero cuando Dios la limpie y los justos resplandezcan, las naciones van a venir porque van a ver, al fin, la gloria de Dios en la iglesia. Hoy, todavía apenas se ve algo de la gloria del hombre) como el sol en el reino de su padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

(44) Además, (Aquí, en casi todas las Biblias, aparece un título, un subtítulo relacionado con la parábola del tesoro escondido, pero a mí me parece que esto debería ser, todavía, la continuación de lo anterior. Porque cuando uno dice ADEMÁS, es porque todavía no terminó de decir lo que venía diciendo) el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Vimos que el que siembra la semilla, ¿Es quién? Cristo. Dijimos que la semilla son los hijos del Reino. Dijimos que la cizaña son los hijos del malo. Dijimos que el enemigo es el diablo y que la siega es el fin del siglo. Mira ahora otra vez el verso 24. Allí dice que el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró la buena semilla en su campo. Es decir que no salió a sembrar buena semilla en cualquier parte. La sembró en SU campo. Fíjate el verso 31: el reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; Mira el verso 41: Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles y recogerán de su…reino. Aquí cambió la palabra CAMPO por la palabra REINO. ¿Te has dado cuenta? Estaba sembrando en su campo, pero después vino a recoger de su Reino.

Les dije que Reino no es solamente los súbditos, o sea: la iglesia, el pueblo, sino también la jurisdicción donde funciona el poder de Dios. Todas partes. Su jurisdicción. ¿Adónde funciona el nombre de Jesús? En todas partes. En Alemania, en China, en Japón, en el cielo, en la tierra y en el infierno. Toda rodilla se dobla. No hay otro nombre más alto. ¿Estoy en lo correcto? Entonces eso significa que tú eres una parte del Reino de Dios, pero no eres TODO el Reino de Dios. Hay miembros, en el Reino de Dios, que no son redimidos: los ángeles. Son parte, son compañeros tuyos, son ministradores para los herederos de salvación.

Dice que un hombre, Cristo, encontró un tesoro. Y que lo vio pero lo escondió. Por eso Cristo habla en parábolas. Interprétalo. Cristo camina y comienza a percibir el verdadero propósito. Recuerda que Cristo fue ungido del Espíritu y nace y tiene que vivir como vives tú, y va madurando en las Escrituras. Comienza a reconocer que Dios tiene un propósito y que hay un tesoro, que son los hijos de Dios, reinando en su creación, en el planeta. Pero no puede divulgarlo, porque dice la Palabra que, si Satanás o cualquiera de los príncipes hubiera sabido que Cristo venía para hacer lo que hizo, nunca lo hubieran crucificado. Tenía que callárselo. Encontró una verdad, encontró un tesoro, encontró una revelación, pero no les pudo tirar las perlas a los cerdos. Tenía que guardarlas. Y la esconde de nuevo. Es como si tú te encontraras un algo especial, un producto que es único en una tienda, pero no llevas encima el dinero para comprarlo. ¿Qué harías? Lo escondes, vas y buscas el dinero y te vienes a comprarlo. ¡No me vas a decir que nunca lo hizo!

Cristo encuentra una verdad, la esconde, comienza a hablar en parábolas para que los que son de Dios entiendan, pero los que no son de Dios, siempre salen confundidos. Los fariseos siempre se enojaron, se enojan y se seguirán enojando mientras existan, pero los sencillos siempre aprendieron, aprenden y aprenderán mientras haya quien les enseñe. Entonces está gozoso y entiende que hay un principio y que Dios quiere que sus hijos reinen, pero se acuerda que Satanás tenía derecho legal de la tierra, que el mayordomo del planeta es Adán. Adán tenía la mayordomía terrenal, pero en desobediencia le había entregado el título de la tierra a Satanás. Entonces, Cristo no podía hacer nada en cuanto a su revelación, porque no le pertenecía la tierra para hacerlo. Entonces, gozoso por lo que encuentra, la entierra de nuevo y, dice Hebreos 12, que por el gozo que había delante de Él fue hasta la cruz, y Filipenses nos dice que dejó toda reputación y que no escatimó ser igual a Dios y se redujo a semejanza a hombre y fue hasta la cruz y compró el campo y compró la tierra.

Por eso la tierra tiembla a media tarde, por eso se avergüenza el sol. Cuando su sangre toca este planeta, redime el título de la propiedad para entregárselo a los verdaderos hijos de Dios. El Reino de Dios es ahora. Tu ciudad, tu provincia, tu estado, tu región, tu continente te pertenece. Es tiempo de salir a conquistarlo definitivamente, con la única pero inmejorable garantía que el más grande de todos los tiempos, está de tu lado. Es tu Rey. El Rey a quien le rindes cuentas de todo.

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enero 24, 2021 Néstor Martínez