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Hora de Doblar Rodillas

Es mi intención que te prepares en este día para recibir una bendición, una ola apostólica, un espíritu militante que ha de bautizar a cada creyente, no al cristiano, al creyente, para que pueda ser uno con aquel que es pionero, y conquistar nuestras ciudades. Es un tiempo de conquista, dice el Señor. Ya no vamos a ser más un Reino peregrino que está pasando por ahí rumbo a un destino tan lejano, que mucha gente ni siquiera entiende dónde está.

No somos un Reino peregrino, somos un Reino que trasciende todos los reinos del mundo. De todos modos, soy consciente que hay mucha gente linda y buena en la iglesia de Dios, que probablemente no va a entenderme. Los altos rangos de milicia en la iglesia de Dios, están reservados para aquellos que tienen la habilidad de comunicar agresivamente el verdadero consejo de Dios.

Ha llegado un tiempo al pueblo de Dios, en donde los niños y los hombres, serán separados del espíritu. Hay cosas en el ámbito espiritual, en donde los niños espirituales, no pueden participar. Dios quiere traer madurez al cuerpo de Cristo. El mensaje de hoy, tiene dos principios, dos puntos que vamos a ver. Dos puntos que nos van a enseñar a nosotros el tiempo en el cual estamos viviendo, y por qué razón estamos allí.

Recuerda: es tiempo de conquista. Ya no se va a encontrar la bendición bajo el arbusto del hermano. Ya el maná no va a seguir cayendo del cielo para que tú recibas tu bendición cuando te levantes por la mañana, simplemente recogiéndola de un arbusto. Al cruzar el Jordán, tú empiezas a comer lo que siembras, y participas de lo que tú mismo cosechas.

Jericó es sólo el diezmo, Argentina es sólo el diezmo, Argentina es sólo la primicia. Queremos a Argentina como nuestra herencia. Tú tienes la libertad y el derecho divino de declarar y decretar lo mismo, con el nombre de tu país.

(Hebreos 3: 1) = Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; (2) el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.

(3) Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo. Nota que Cristo es el que la hizo a la casa de Dios. No es algo que estás construyendo cuando tú llegas, sino que ya está hecha. La casa de Dios es la iglesia. Pero como cuerpo, grupo, gente, no mampostería y paredes. Eso es templo. Y un templo puede ser iglesia o puede ser club religioso)

(4) Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. 

(5) Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; 

Déjame decirte algo que te va a ayudar a entender el resto de lo que hablemos aquí. Moisés es sombra, Moisés es tipología. Aún de importante como es Israel, todo el Antiguo Testamento, sus leyes, y todas aquellas enseñanzas y ritualismos del Antiguo Testamento, todo es sombra que señala a un cumplimiento que ha de manifestarse en ti.

Él fue fiel sobre la casa de Dios, sólo como testimonio de lo que se iba a decir. Pero Cristo, como Hijo sobre Su casa, y no son pocos los que seguramente arquearon sus cejas cuando dije que la iglesia era la casa de Dios, porque prefieren pintarlo con un templo en otra parte, dice que el Hijo de Dios fue fiel sobre Su casa, la cual Somos, somos nosotros; di conmigo: ¡Somos la casa de Dios!

Gloria a Dios por eso. Es una bendición tener por dentro la Deidad del Altísimo. Pero, somos la casa de Dios, si retenemos… (¿Cuántos hubieran querido que la palabra se hubiera terminado allí, con un punto?) Somos la casa de Dios, si retenemos, firmes, y no tambaleando y haciendo columpio sobre un palito; firmes hasta el fin. ¡Hasta el fin!

(6) pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

Esta es una carretera de dos manos, de dos carriles y en dos direcciones. Hay gente que entra, y al ratito vuelve y sale. 1 Pedro nos dice que los profetas del Antiguo Testamento allá por el versículo 10 y hasta el 12 del capítulo 1 de 1 Pedro nos menciona que ellos anhelaban ver las cosas que hoy estás participando.

Y dice que hasta los ángeles anhelaban verlo. No estamos en tiempos caóticos, no estamos en tiempos malos. Estamos en un tiempo estratégico que hasta los apóstoles quisieran estar. Porque ellos participaron sólo del primer avivamiento, pero la última gloria será mayor, y tú tendrás el privilegio de participar en ello. Si te mantienes firme, claro…

Dice que Cristo fue fiel sobre la casa de Dios la cual somos nosotros. Cuando buscamos para ver cuándo y de qué manera Cristo fue fiel, nos encontramos con que no fue por consecuencia secundaria. Fíjate que el problema no es que alguien tenga un problema de drogas, o alcohol, o quizás lujuria, o perversión.

No tengo escrituras con qué respaldar lo que voy a decir, pero en honor a la verdad, no creo que Cristo haya andado batallando con la lujuria, o que andaba enamorado de cada jovencita que iba a verlo predicar. No creo que ese haya sido el problema. No creo que Él haya tenido que ser fiel en cuanto a su forma de pensar. Lo que sí creo, es que Cristo era un hombre recto.

Entonces, ¿Cuál fue la fidelidad de Cristo que le otorga a él ser Sumo Sacerdote tras la orden de Melquisedec? Hemos descubierto que lo que Cristo luchó por mantener y que por poco no mantiene, era el hacer la voluntad de Dios. En toda la Biblia, aparentemente, había una sola voluntad. Si me ha visto a mí, ha visto al Padre. Porque el Padre y yo, somos uno. Y yo sólo hago lo que el Padre hace.

Pero, llegó un día en que Él dijo: no se haga mi voluntad, sino la suya. O sea: hubo una batalla, una guerra interna, para ver si había que hacer lo que el Espíritu Santo quería hacer, o hacer lo que la carne quería hacer. Y Jesús batalló grandemente con este problema. Tenía que vencer el deseo de no estar en uno con el Espíritu de Dios. ¿Podrán dos caminar unidos si no están de acuerdo? ¿Cuántos saben que Cristo venció?

(Hebreos 5: 7) = Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 

Su oración fue escuchada no porque andaba quejándose, sino porque tenía temor reverente, que es muy distinto a tener miedo. Diría que lo opuesto. ¡Dios no se mueve por lástima, se mueve por fe! ¡Si pudiéramos aprender eso! Ningún lamento podrá mover a Dios. ¡Es imposible agradarle sin fe!

(8) Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; (De hecho, aquí tendremos que asumir que, si tuvo que aprender obediencia, es porque no nació obediente. Estamos hablando de Cristo.) (9) y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 

Es decir que, tal como lo lees, no era perfecto, sino que se perfeccionó. ¡Hay que entender la humanidad de Jesús! El Libro de los hechos, dice en su capítulo 10, que fue ungido del Espíritu Santo. Y como sabemos que Dios no puede ser ungido, Jesús tiene que haber sido todo hombre. Es difícil de explicarlo, pero sólo se te pide un momento de confianza y luego podrás comprobarla por ti mismo.

El luchó con la voluntad de Dios, pero por lo que tenía que luchar fue que aprendió a obedecer. Nosotros luchamos igual que él cuando se nos presenta la voluntad de Dios y las otras alternativas. El problema o, mejor dicho, la diferencia entre nosotros y Él, es que Él aprendió con las luchas, mientras que nosotros seguimos luchando las mismas batallas.

No hay nada que nos saque más de quicio a los creyentes más o menos maduros, que el ver a una persona con el mismo problema todos los días. Escucha: esta es una escuela donde Dios no aplaza a nadie. te sigue y te sigue tomando el examen hasta que lo apruebas y lo pasas.

Si aprendiéramos lo que tenemos que aprender con cada circunstancia, no la volverías a tener. O, por lo menos, no te caes en el mismo hoyo dos veces. Él vence la tentación de no hacer la voluntad del Padre. Y yo deseo, a través de este trabajo corporal, porque no estoy buscando fallas en personas desde lo individual, porque no es ese mi trabajo, enseñarte donde está la justicia, sencillamente para que el pecado se quede atrás.

Pero, la iglesia de Dios, y no soy quien yo para especificar quienes la componen o quienes no, ese es Dios el que lo va a definir, tiene que estar plenamente convencida desde lo más íntimo, que lo que tiene que hacer es todo lo que sea la voluntad del Espíritu Santo de Dios. Y esta, créeme, es la guerra más grande que todavía, por estos tiempos, tiene esa iglesia en su conjunto.

¿Haremos lo que tenemos que hacer? ¿Calculamos el costo? ¿O, por el contrario, seguiremos especulando para ver si eso nos conviene o no ministerialmente, que es como decir que nos conviene o no en lo personal, lo privado, lo particular?

(Hebreos 3: 7) = Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, (8) No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, (9) Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. (¡Cuarenta años!)

(10) A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, (¡Qué triste que Dios se disguste sólo con una persona! ¿Pero que escoja disgustarse con toda una generación? Y fíjate, que estamos hablando corporalmente. O sea: que tú estés de acuerdo o no estés de acuerdo con este mensaje, no equivale a nada: porque aquí, o seguimos todos o, mientras la mitad no siga, el resto no va a poder funcionar y todos vamos a andar mal) Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, (O sea: sin propósito, sin dirección. No son iglesia, sólo van a la iglesia. ¡Ah, no, hermano! ¡Nosotros siempre venimos al templo, no faltamos siquiera a un culto! Está bien, pero: ¿Y cuál es, para ti, el propósito de esos servicios, cultos o reuniones?) Y no han conocido mis caminos. (Aquí la palabra no implica sendero literal, sino forma, modus operandis, estilo de trabajo. Te lo paso en limpio: conocer los caminos de Dios, es simplemente saber cómo opera Dios en cada caso. Entender tanto la operación de Dios, que puedes confiar en ella. Cuando todo el mundo dice que todas las cosas andan mal, tú sabes, que sabes, que sabes, porque sabes cómo está pensando Él.)

(11) Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. (A ver si te queda claro: Dios juró, que no entrarían en el reposo. Ahora bien; fíjate más atrás, una vez más, el verso 8. No endurezcáis vuestros corazones, (Aquí es donde todos, a coro, deberíamos declarar que no endureceremos nuestros corazones) Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 

Y este verso fue el que me catapultó una búsqueda, porque no mencionó un tiempo cualquiera. A pesar que Israel siempre andaba tentando a Dios, se metía en problemas y luego aullaba y clamaba pidiendo que los sacara del problema. Sin embargo, hubo un día tan especial, que fíjate que tiene un título: El Día de l Provocación. Y no hay dos, ¡Era uno!

Hubo un día en que lo que se hizo fue tan tremendo, tan malo delante de Dios, que Dios los miró y dijo: ¡Se acabó! ¡No van a entrar! ¡Están muertos, no existen! ¿Te das cuenta? ¿Cuántas veces te hablaron de esto? Sí, a mí igual. Por eso yo quiero saber qué cosa fue la que enojó tanto a Dios, más allá de todo lo histórico y el estudio, fundamentalmente para no cometer yo mismo el error de hacer lo mismo.

¿Cuántos crees que costará descubrir qué cosa fue la que hizo este pueblo, que llevó a Dios a ponerle título al día? El Día de la Tentación. No uno cualquiera. El día, pronombre personal, el día de: la provocación. Ven un momento conmigo al salmo 95. Deja marcado este pasaje de Hebreos porque será nuestro texto central. Salmo 95.

(Salmo 95: 7) = Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, (8) No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, (Muy bien; ahora sabemos dónde fue. Fue en Meriba) Como en el día de Masah en el desierto, (9) Donde me tentaron vuestros padres,
Me probaron, y vieron mis obras.

(10) Cuarenta años estuve disgustado con la nación, (¡Qué día tan terrible! ¡Le produjo a Dios cuarenta años de enojo! Y aquí es donde algunos eligen echar un vistazo a la numerología bíblica, ya que cuarenta significa tiempo indefinido, tiempo de tribulación, tiempo de perfección. Es un tiempo de transición. En suma: el tiempo que le corresponde al pueblo, arrepentirse. O sea: si lo trasladamos al hoy, al presente, Dios podría disgustarse hasta que tú cambies. Ahora; ¿Cuarenta años, es suficiente?) Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, (O sea: que anda sin propósito. Por eso repite la frase) Y no han conocido mis caminos. (Mira el Salmo 55)

(Salmo 55: 19) = Dios oirá, y los quebrantará luego, El que permanece desde la antigüedad; Por cuanto no cambian, Ni temen a Dios.

Noten que cambio, tiene que ver con temor a Dios, y el que no cambia, -dice la Escritura- es porque no teme a Dios. Y, lo reitero una vez más, no temor de miedo, sino de reverencia, Y reverencia no es ir a un lugar un fin de semana y cerrar los ojos y hacer volar tu imaginación flotando por los aires. Esa, en todo caso, podría ser una postura de alguien que verdaderamente está en reverencia, pero no un método a copiar.

Reverencia, significa que tú confías tanto en Dios, que si Dios te envía a un lugar que tú no conoces, tú vas sin pensarlo, porque sabes que, aunque tú no conozcas el camino para donde tienes que ir, sí conoces los caminos de Dios. El que teme a Dios, le sigue. Por eso dice que por cuanto no cambiaron, no temieron a Dios. No fabriquemos métodos ni sistemas. Hablar de cambio en el Reino de Dios, es hablar lisa y llanamente de un estilo de vida.

Ahora; me pregunto yo: ¿Cuántos tienen las mismas circunstancias, mismas amistades, mismo estilo de vida, mismo empleo, mismo todo, por espacio de veinte años? Porque, dice que temer a Dios, tiene que ver con cambios. Y en el Salmo 95, se mencionaba a Meriba, que significa Murmuración o Rencilla. Y el terreno de Masah, que significa Provocación.

Esto quiere decir que hubo un día en que el pueblo de Dios provocó tanto a Dios, que por espacio de cuarenta años Dios los paseó como a la congregación de los muertos vivos. Es decir: existían, pero no tenían vida. ¿Se entiende lo que digo? ¡Congregaciones muertas! ¿Hay alguna que tú conozcas por allí, verdad?

Vamos a Números 14 y no te canses, porque hay veces en que pasear por la palabra es recibir alimento e instrucción, todo al mismo tiempo. Y queremos ver esto, porque si Dios se enojó con una generación por tanto tiempo, es menester que nosotros, hoy, nos ocupemos en tener mucho cuidado de no caer en la misma actitud o disposición espiritual que ellos.

(Números 14: 20) = Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. 

O sea: hicieron lo que hicieron, y Moisés intercede por ellos, diciéndole a Dios: ¡Por favor, no los mates! ¡Porque los iba a matar! ¡Se enojó tanto que iba a matar al pueblo!

(21) Mas tan ciertamente como vivo yo, (¿Cuántos saben que Dios vive! Este es el más alto juramento existente, porque siempre se cumple) y mi gloria llena toda la tierra,

¡Qué bonito que está hablando ahora! ¡No me interesa las suciedades de la política y la economía mundial. No me interesa la recesión; ciertamente como vivo yo, mi gloria llena toda la tierra. Por eso, antes de decirte nada, aunque estoy disgustado contigo porque has desobedecido a la voluntad que yo te exijo, ciertamente vivo yo que te digo ¡Que la tierra, estará llena de mi gloria!

(22) todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, (23) no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.

¡Qué raro! Porque en Hebreos juró que no entrarían en el reposo, pero aquí no habla del reposo, ¡Habla de la tierra! ¿Cómo se entiende esto? ¿Será que está confusa mi Biblia? No, la Biblia no es confusa, y mucho menos la palabra de Dios encerrada en ella. Vamos a confirmarlo una vez más. Estos temas necesitan por lo menos dos o tres escrituras para confirmarlo y probarlo como correcto.

(Deuteronomio 1: 34) = Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: (35) No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, (Aquí cambia las formas y la llama “mala generación) la buena tierra (Importante para tener siempre presente y en cuenta: la tierra es buena que juré que había de dar a vuestros padres.

Dijo que no entrarían en la tierra. Sin embargo, vemos que en Hebreos, se nos dice que en donde no entrarían, es en un reposo. Tiene que haber algo relativo, porque en el cumplimiento o en la interpretación de los apóstoles, refiriéndose a la misma anécdota del Antiguo Testamento, con la autoridad de la inspiración, porque 2 Timoteo 3:16 dice que toda palabra de Dios es inspirada por el Espíritu, inspirados por Dios, entonces, cambian la palabra Tierra, por Reposo. ¡Acá sí que se puso bueno, esto!

Dos millones y medio de israelitas salen de Egipto, salen del mundo, son nacidos de nuevo, experimentan la pascua, como la mayoría de nosotros, que fuimos presos del enemigo. Experimentan una luna de miel, Miriam viene danzando proféticamente, ¡Gloria a Dios, somos libres! Están en plena luna de miel con Dios, dos años, caminan algunos trescientos veinte kilómetros y llegan a una tierra llamada Cades-barnea.

Y desde este desfiladero pueden ver al otro lado, a lo lejos, la tierra de Canaán. Es entonces que la cabeza de aquel pueblo, como si fuera el pastor de aquel día, envía a doce espías. Cuatro por tres, doce. Cuatro por la tierra, cuatro puntos cardinales. Tres por la divinidad, Padre, Hijo, Espíritu. Doce es número de gobierno; doce apóstoles, doce tribus. En el día de hoy, a eso se lo conoce como el movimiento apostólico.

Envía a doce apóstoles, o envía a una delegación apostólica, a espiar la tierra de Argentina. Diez de ellos regresan con una imagen absolutamente negativa y pesimista. Diez es el número de la tribulación, el número de las pruebas y de completamiento. Doce, en cambio, habla de pacto profético

Dos regresan con una imagen totalmente positiva y optimista. También en la Biblia es muy importante y cuando hablamos de gobierno, la Biblia nos menciona que en los últimos días habrá dos profetas. Y el movimiento apostólico y profético se está moviendo en la tierra, hoy. Dos vienen declarando que se puede poseer la tierra, que se puede poseer a Argentina, que se la puede conquistar. Pero diez vienen negativamente y comienzan a decir que no se puede cumplir con la voluntad de Dios.

Dios levanta un movimiento apostólico y profético que nada tiene que ver con ordenamientos casi en familia o por simples amiguismos de personajes que buscan honrarse los unos a los otros, en muchos casos, a espaldas de Dios. Y es un movimiento levantado para espiar la tierra, y traen las buenas nuevas al pueblo, y se levantan diez mensajeros, diez voces.

Y esto es muy importante, porque cuando Él escogió  a los doce espías, eligió a un referente de cada grupo. Escogió al conductor de cada tribu. Eran, de alguna manera, los doce líderes de las doce tribus y diez de los líderes, no querían entrar en la tierra porque tenían temor. Sólo dos querían entrar.

Diez vienen negativos porque le tenían miedo a los gigantes, le tenían miedo a la tribulación, inventaron la doctrina del rapto, dijeron: ¡No queremos entrar en la tierra! ¡Vamos a volver a Egipto! ¡Somos gusanos! ¡Señor! ¡Sácanos de aquí! Escúchame: Canaán, no era en el cielo. Canaán es una dirección física, pero a su vez, profética. Habla del ahora y del después del Reino de Dios. Hay un Canaán, ahora; y hay uno profético para el mañana.

No se trata de discutir el cielo. Amar el cielo, no es malo; abandonar la tierra, sí lo es. Te propongo hacer un estudio de la ciudad de Cam. Canaán, es producto de los hijos de Cam. Una generación que fue maldita por Noé. Era la tierra que Dios le había dicho a Israel que tenía que conquistar.

Las ciudades, tenían carácter monárquico. Los reyes, fijaban impuestos altos. Reclutaban ejércitos. Controlaban la religión y todo el comercio. Noten ustedes que Canaán, era una ciudad muy parecida a las ciudades de hoy. La unidad básica y central de Canaán, era la familia.

Habían tres clases sociales: la clase alta, los patricios, la clase baja y los siervos. ¿Se parece o no se parece, y mucho, a las ciudades de hoy? Hubo una confrontación apostólica y profética, cuando los espían van a espiar la tierra, y vienen a confrontar al pueblo para poseerla. Usualmente, se levanta una mayoría negativa.

La mayoría, usualmente, están equivocados. Estos, no solamente fueron religiosos, sino que también fueron políticos. Justamente, después de este evento, se levantan doscientos cincuenta hombres de renombre, para entrar y despojar a Moisés de su posición. No solamente no quisieron entrar. No les gustó la doctrina, sino que dos capítulos después, deciden echar al líder.

Y se levantaron doscientos cincuenta hombres de renombre, y la tierra se los tragó vivos, con todas sus credenciales, sus títulos, sus riquezas, sus poderes y sus doctrinas, porque Dios sí quiere poseer a Argentina, Dios sí quiere poseer a América, Dios sí quiere poseer la tierra completa.

Es el espíritu de Coré. Enseguida eligen un comité y comienzan una nueva doctrina para justificar no moverse con el Espíritu. Normalmente nos dicen que aquellos que traen un nuevo mensaje, son los que traen la nueva doctrina. ¡No, señor! La nueva doctrina es aquella que se manifiesta para justificar el quedarse atrás, y no seguir adelante con la nube. ¡Dios se está moviendo, y hay que continuar caminando con su nube!

Queremos paz, no queremos guerra. Fíjate, se trata de que Canaán es poseer una posición espiritual de descanso, en medio de una tierra de gigantes. No se habla de sobregirar gobiernos, se habla de tener un Reino trascendente. Porque algo que trasciende, es algo que es superior. Mis leyes, mis constituciones, los principios por los cuales yo rijo mi vida, siempre vencen el sistema del mundo. Cuando lo crees, claro.

Porque, convengamos en que, la parte del evangelio que tú no puedas o no quieras creer, jamás se te manifestará. Experimentar la salvación, no es suficiente. La salvación es progresiva. Hay un desafío después de la salvación, que se llama la Vida, el Reino. ¡Bienvenido a la Vida!

Alguien nos mintió o exageró cuando nos dijo que nacer de nuevo iba a ser algo color de rosa. ¡Es mentira! Pablo oraba hasta que cada creyente tuviera a Cristo formado entre nosotros. Lo que pasa es que esta generación no quiere entrar a la tierra, porque está llena de gigantes. Sin embargo, Cristo nos dice en Juan 3:17: ¡No los saques de la tierra, sólo protégelos de los gigantes!

¡No les tremas a las tribulaciones! Porque dice que tendrás tribulaciones, no que en una de esas tienes mala suerte y tienes alguna. Pero yo he vencido al mundo, te asegura al final. Serás casa de Dios, si retienes firme hasta el fin. Si no hubiera nada fuerte en el camino, no habría que estar tan firme, ¿No crees?

Esta, y tú lo sabes, es una palabra verídica, sencilla, que a lo mejor atropella algunos pensamientos muy tradicionales, pero no le hace; es genuina y te va a activar para que tomes posesión de tu herencia. 2 Corintios nos dice que la tribulación momentánea. No dice la paz y el amor de Dios, dice la tribulación momentánea, trabaja para nosotros.

Aunque te parezca increíble, pero todo lo que está pasando a tu alrededor, está trabajando a tu favor, no en tu contra. Si tú lo crees, de hecho. Trabaja para nosotros un eterno peso de gloria, cuando vivimos nuestra vida de acuerdo con lo que no se ve, y no de acuerdo a lo que se ve. Porque lo que se ve no es la realidad, sino una imagen. Lo que es eterno, es lo que no se ve.

Tú naces del mundo invisible y trabajas en el mundo visible. Pero tú eres espíritu, y las leyes espirituales, siempre vencen a las leyes físicas. Porque todo lo físico, proviene de lo espiritual. Por eso, es tiempo de aplicar los recursos espirituales que tenemos y entrar en una dimensión de reposo espiritual. Un nivel del arca de Noé, si me permites decirlo así.

Producir en nuestras vidas, una tierra de Gozén, entrar en una dimensión de madurez, donde podemos empezar a hacer la voluntad de Dios, sin ser afectados exteriormente y sólo motivados de adentro para afuera. Sólo de esta manera vamos a poder consumar lo que se está desarrollando en el transcurso de este milenio.

Ahora imagínate esto: Dios acaba de sacar a dos millones y medio de creyentes, están frente a la tierra de promesa. Me imagino el corazón de Dios en aquel día. Se le debe haber roto el corazón cuando el pueblo dice: ¡No queremos entrar! Dios los mira y les dice: ¡Ustedes no me entienden! ¡Yo no los saqué de allí para dejarlos en el medio de la nada! ¡No te saqué para que te quedaras en clara desventaja!

¡No te dije que tus armas carnales no servían y eran inútiles, para después darte unas armas espirituales que no sirven! ¿Cómo se te ocurre? No te saqué del mundo para que fueras como un paréntesis apático y sin propósito, como sin saber para dónde ir, y si acaso te atreves a mencionar para dónde vas, no sabes cuándo ocurrirá. Escucha: ¡No te llamé para eso!

No te saqué de Egipto para que anduvieras vagando en la tierra, esperando vivir de la soberanía de Dios. Cuando un grupo decide no seguir la nube; cuando hay dos o tres que dicen enseguida: ¡Vamos a poseer la tierra! Y la gran mayoría dice: ¡No podemos! ¡Somos gusanos! ¿No te das cuenta? ¡Hay desempleo! ¡Hay recesión! ¿Cómo vamos a edificar escuelas si ni siquiera hay trabajo! ¡Somos gusanos!

Entonces dicen: ¡Vamos a inventarnos una nueva doctrina! ¡Vamos a declarar que Cristo viene ya mismo, que nos va a rescatar de todo el problema, y así podremos mantener a la gente con nosotros! ¿Y sabes lo que pasa? Que a Dios se le quebrantó el corazón, porque: ¿Sabes lo que significa la palabra Canaán en hebreo? ¡Doblar las rodillas!

¿Te imaginas con qué cara el pueblo le habrá dicho a Dios: no queremos poseer al pueblo que dobla rodillas? Canaán, literalmente, significa: “Ser humillado delante de ti”. Canaán significa: “Serán sojuzgados y conquistados”. ¡Con qué cara puede, un pueblo dotado del poder de Dios, pararse frente a Dios y decirle: no queremos poseer a los que ya son poseídos! ¡Es cobardía! ¡No es casualidad que diga que los cobardes no entran! Canaán es tu ciudad, Canaán es tu herencia. ¡Toda rodilla doblará ante el Reino de mi Padre!

Volviendo a Hebreos capítulo 3. Esto provocó a Dios a tanta ira, que dijo: ¿Sabes qué? ¡No vas a entrar en la tierra! ¿No quieres entrar? ¡No vas a entrar! Pero, Hebreos dice que el que no entra, no reposa. ¡Qué problema! ¡Para reposar, tengo que pelear! Si no peleo, no reposo. Parea reposar, hay que entrar. ¡Pero no se trata del cielo!

(Hebreos 3: 11) = Por tanto juré en mi ira, no entrarán en mi reposo. (Y ahora vamos a ver de qué se trata)

(12) Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

Fíjate que el problema no es la escatología, el problema es la incredulidad. Cuando no se cree, se construyen nuevas doctrinas para justificar tu falta de fe. Por eso, te digo que Canaán no es un lugar físico, pero sí es un dominio y una autoridad en medio de un lugar físico. Porque en el cielo no hay gigantes. Los gigantes están aquí.

Por eso, David tuvo que tomar una piedra, la roca del Hades, y darles en la cabeza a los gigantes que había en la tierra. No era una historieta de escuelita dominical, era una sombra para tú luchar, no con la armadura tradicional, sino con la piedra del hade, la roca que fue cortada sin mano, y herir la cabeza de la simiente y destrozarla para siempre, en el nombre de Jesucristo de Nazaret.

Escucha esto: Dios crea la tierra en seis días, y en el séptimo día, descansó, reposó. En el sexto día, creó al hombre. El número del hombre en toda la Biblia, es el seis. Y la perfección de Dios, es el siete. Ahora, míralo así: cuando el hombre ha consumado todos sus seis elementos de fuerza; cuando ha hecho todo lo humanamente posible; cuando la iglesia ha hecho todo lo que le vino en gana hacer para conquistar, allí es donde Dios visita y consuela a todos aquellos que están frustrados por sus incapacidades.

Y allí será donde el pueblo podrá entrar en un reposo espiritual, en tanto que el poder de Dios arrasa con el planeta y millones y millones de personas vendrán a conocer como gran siega, gran cosecha, la herencia de las naciones, para la nueva Jerusalén. Dios va a traer un mover en esta tierra, pero no antes de que la iglesia haya hecho todo lo que humanamente se debía y se podía hacer.

Depende de nosotros, sí mi amigo. Y te estoy diciendo que lo vamos a vencer. Pero, claro, cuando yo termine mi parte, ahí comenzará la de Él. Y en el séptimo día, reposaremos. ¿Cuántos lo creen? Mira nuevamente lo que dice el verso 12. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; Lo que provocó a ira a Dios, fue un pueblo que no quiso conquistar Argentina.

¿Por qué? Porque si dos no están de acuerdo, no pueden caminar juntos. ¡Ese es el propósito del Espíritu!. Y el verso 13, dice: Antes exhortaos los unos a los otros, cada día, entre tanto que se dice: Hoy. Para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

El escritor de Hebreos, es contemporáneo. Él está hablando de estas cosas, después de la resurrección, en el tiempo que está ocurriendo. Sin embargo, los judíos todavía celebran y observan el Antiguo Testamento. Él está introduciendo un Nuevo Pacto y no firma la carta, la escribe a oscuras, en un sótano, y habla en forma de tipología, para que sólo la iglesia entienda.

Y nos está diciendo aquí: mira, no endurezcas tu corazón; tienes que poseer a tu país, a tu nación, a tu ciudad, mientras tanto se diga: hoy. Sin embargo, hoy, jamás se escribe con letra mayúscula. Pero este hombre, sí le puso una hache mayúscula. ¿Y por qué le puso una letra mayúscula en medio de una oración a una palabra? ¡Si las palabras no llevan letras mayúsculas en medio de la oración!

¿Sabes por qué? Porque es un nombre; no cualquier día. Era un día llamado: Hoy. La mentalidad hebrea y de los escribas de aquel entonces, extraían de las escrituras más antiguas que tenían en su poder. Y era comúnmente entendido lo siguiente: que la palabra siempre se escribía, antes de la venida de Cristo, en forma de tipología o de sombra.

Y basado en que Dios llamó a aquella generación en el desierto, Hoy, dijeron que Hoy era un período de cuarenta años. Y todos los Rabí de aquel tiempo, todos los maestros, todos los sacerdotes, entendían y sabían este principio. Que aquel tiempo que la generación se perdió de entrar en la tierra, se constituyó en una especie de zona, de ventana, de lapso que se tituló: Hoy.

Porque todos los días decían: ¡Hoy oyó su voz! ¡Hoy vino su palabra! Y todo ese Hoy, duró cuarenta años y no escucharon. Entonces, Hoy, quedó escrito como una ventana de cuarenta años. Entonces, ellos pensaban que aquello que fue real, era tipología para el tiempo en que ellos vivían. Este escritor, es escritor contemporáneo. Está escribiendo más o menos treinta años después de la resurrección de Cristo.

Él está escribiendo, para el 60 después de Cristo, y en su mente, él está pensando, como todos los hebreos de aquel entonces,   que desde el momento en que Cristo fue sacrificado, instituía la Pascua, equivalente al día en que Israel salió de Egipto, que fue la Pascua.

Y había una ventana para entrar a la tierra, y la titularon Hoy, y duró cuarenta años. Cristo, entonces yendo a la cruz se constituía, proféticamente, en la Pascua de sus días, la Pascua verdadera. Pero ya van treinta años desde que Cristo fue Pascua y, en su mente, le quedan diez años para esta ventana profética.

Bien lo dijo Cristo en mateo 24, y profetizaba que habría de venir una tribulación como nunca había antes y como nunca hubo después. Y para ver si las palabras proféticas de Cristo se cumplen, que para el año setenta después de Cristo, un rey llamado Tito, sitió la ciudad de Jerusalén, (¡Mira qué casualidad!) durante tres años y medio-

Sitió a Jerusalén. Y luego entró, y en cuarenta y ocho horas, destrozó a toda Jerusalén. Todos los creyentes de aquel día, advertidos por la palabra de Dios, en mateo 24 cuando Él profetizó, y dijo: Cuando van a Jerusalén rodeada, huid a los montes, porque sabed entonces que el tiempo está cerca.

Cuentan los historiadores, y aquellos de los arqueológicos, que ningún creyente fue tocado por aquella masacre del rey Tito, pero toda Jerusalén fue aplastada. Y si recuerdan aquello, dijo que no quedaría una piedra sobre otra. Y cuando entraron allá al templo y encendieron fuego a la ciudad, el oro que había en el templo se había derretido entre las paredes, y había caído entre medio de las piedras.

Y como la avaricia era una de las debilidades de los romanos, usaron unas barretas bien grandes, y sacaron cada piedra del templo para extraer todo el oro, de tal manera que no dejaron de cavar y de extraer piedra, hasta que todo el oro fue extraído. Cumpliéndose literalmente un período de tribulación en el año setenta después de Cristo.

Él está escribiendo en el sesenta después de Cristo, y está diciendo: ¡Iglesia de Dios, déjate de ritualismos! ¡Iglesia de Dios, no endurezcas tu corazón! ¡Iglesia de Dios, tienes que poseer la tierra, mientras tanto se diga: Hoy!

Entones, ahí viene donde tú te rascas la nuca y me preguntas a la distancia: Oiga, Néstor, ¿Y eso que tiene que ver conmigo? Pasado en la misma tipología. Y la misma mentalidad. ¿Estás listo para esto? Mira; cuando Cristo vino a la tierra, vino a proclamar un nuevo método de años. Dijo que vino a proclamar el año Jubileo. Este año no dura doce meses, ¡Dura cincuenta años! Cada cuarenta y nueve años se celebraba el año Jubileo.

Desde el tiempo que Cristo fue Pascua, hasta el fin de este milenio, serían cuarenta Jubileos. Eso no te dice otra cosa que hace ya más de dieciocho años que se cerró ese año llamado: Hoy. Es el tiempo en que concluyó el anterior milenio. Y la unción especial que se aguardaba para poseer tu país como herencia, ya pasó y fue utilizada o no, según los distintos entendimientos. En Argentina hubo un despertamiento, pero no alcanzó para extenderlo al resto de Latinoamérica. Se pusieron a jugar con la unción y la desperdiciaron en conferencias huecas y liderazgos corruptos.

Por eso, esto lejos de concluir en aquel momento, sigue adelante, continúa. Así que será muy bueno que recuerdes esto: si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón. ¿Es cómo que decir estas cosas produce algo importante que puede incluso emocionarte, verdad? De acuerdo, pero no te olvides que la ciudad está allá afuera. Y espera la manifestación de los huios de Dios. Sus hijos.

(Hebreos 3: 14) = Porque somos hechos participantes de Cristo, (O sea que participamos de todo lo que él participó) con tal que retengamos firme (Y lo repite dos veces, por si acaso alguien no lo hubiera escuchado la primera) hasta el fin nuestra confianza del principio, (¡Es el mismo esfuerzo vencer que perder, es el mismo esfuerzo ganar que ser derrotado! Entonces, ¿Por qué no vencer? Dios es un Dios de restauración, no seamos gente negativa. Dios es un Dios de misericordia. Él no quiere que nadie perezca, pero que todos llevemos vida eterna con nosotros. Pregunto: ¿Cuántos de ustedes tienen familiares que no son salvos? ¿Y para dónde vas tú sin ellos? ¿No puedes creerle a Dios por ellos?)

(15) entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

(16) ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? 

(17) ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 

(18) ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?

(19) Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. (El problema no es la doctrina; el problema es creer que se puede)

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junio 27, 2019 Néstor Martínez