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¿Cuál es el Camino?

Satanás habita en los reinos de este mundo, y sutilmente nos está robando el potencial de tener el dominio que debemos tener como iglesia. A veces nos pone en desventaja, o nos roba de impacto; en fin: nos inhabilita por medio de engaños sutiles que nos llegan a nosotros, los creyentes. Ahora bien; la Palabra dice que Satanás no puede vencer a la iglesia. ¿Por qué? Porque nuestra ciudadanía está en los cielos. Esa escritura no dice que vivimos en el cielo, sino que es en el cielo donde tiene origen nuestra ciudadanía. Es como si yo digo que soy ciudadano argentino, pero eventualmente vivo en otro país. Somos ciudadanos del cielo, pero habitamos en la tierra. Pablo dijo que unos y otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre, y eso es exactamente lo que determina que ya no seamos ni extranjeros ni advenedizos, sino ciudadanos del Reino y nada menos que miembros de la familia de Dios. Los ángeles también son familia de Dios, y nosotros juntamente con ellos, somos familia de Dios.

 

Abraham, Isaac, Jacob, los padres de la fe, todos son familia de Dios por medio de Cristo, en el día en que Él bajó y libertó a los cautivos, y subió al cielo, y ellos subieron con Él, se convirtieron en familia. Nosotros, aun estando aquí, somos familia con ellos. Una familia, una ciudadanía. Por eso se nos dice que las puertas del Hades no prevalecerán. Esa palabrita “puertas”, allí, significa los portones de la ciudad. En el Antiguo Testamento, en las puertas de la ciudad, se sentaban los jueces y los ancianos, y los que estudiaban las estrategias del enemigo. Eran los que enjuiciaban, los lugares de autoridad o el gobierno. El lugar de gobierno de la ciudad, eran las puertas. Allí se efectuaban los juicios. Ahora, nota lo que dice Cristo con ese entendimiento: “El gobierno del infierno no prevalecerá contra la iglesia”. El gobierno, la estrategia, la sabiduría, el juicio, la ejecución del infierno no vence a la iglesia que Cristo fundó. De manera que, si tú fueses Satanás, y tuvieras como labor detener la iglesia, que es invencible, ¿Cómo lo harías? Tendrías que meterte adentro y engañarla, de modo que no pueda entender lo que posee, y no implemente el dominio que le corresponde.

 

La famosa y muy conocida parábola de la cizaña es una muestra. Fue sembrada en el campo y el campo es de Cristo, pero el enemigo vino, sembró la cizaña entre el trigo y se fue. No la sembró afuera o en el campo vecino, la sembró en el nuestro. Ya sabemos que la buena semilla somos nosotros y la cizaña los hijos del malo. Personas, no semillas. En el mismo campo. Y dice que, en el fin del sistema, sus mensajeros recogerán del reino toda cizaña. Y lo harán mediante la Palabra. A todos los que sirvan de tropiezo. Me cambió la palabra “cizaña” por “los que sirven de tropiezo”. ¿Dónde? Dentro de la iglesia. Porque, -repito- si tú fueses Satanás y tuvieras que detener a la iglesia, te vestirías de ángel de luz. ¿Cómo? Y…de creyente o de ministro. Y envenenar a la iglesia o engañarla para que no vea cuál es nuestra herencia a la cual tenemos derecho, y elegir vivir a medias. Ese es el mensaje más importante que vas a escuchar en tu vida.

 

La cizaña era una semilla bastarda muy parecida al trigo. Se viste igual, lleva la misma Biblia debajo del brazo. Tenían que apretar y zarandear el trigo trece veces para asegurarse que, al caer el trigo al otro lado, no cayera la cizaña. Porque envenena. Era difícil reconocerla hasta que llegaba el tiempo donde los niños se separan de los hombres. O sea: el tiempo de madurez. Hay lugares en el espíritu dónde los niños no nos pueden acompañar. Para donde vamos a este lugar, muchos niños no pueden venir. La semilla bastarda era venenosa, tanto para los animales como para los seres humanos. Por eso tenían tanto cuidado que no cayera ni siquiera una, mezclada con las buenas. Oye: podía haber un barril completo de trigo, pero bastaba un solo granito de cizaña para que se te envenenara cualquiera que comiera de ello. Los síntomas eran: mareo. Si a eso lo llevas al ámbito del espíritu, estamos hablando de gente que no tiene visión. Y hoy hay muchos que no pueden ver más allá de sus narices. Produce malestar y diversas enfermedades y debilidades del cuerpo. Producía debilidad en el cuerpo, confusión y, finalmente, muerte.

 

Son los síntomas de la iglesia de hoy. Confundida, sub dividida. Uno dice una cosa, el otro dice otra totalmente opuesta. Nadie sabe para dónde va y, como no tienen nada para hacer, se ponen a buscarle cinco patas al gato a gente que sí está haciendo algo de valor. Dice que Él vendrá y sacará a los que sirven de tropiezo. Y la palabra tropiezo es la palabra proskuneo en griego, que significa un tronco, como de un árbol, cortado bien bajito y cercano. La palabra nos identifica a nosotros como árboles. Y cuando la palabra habla de troncos, está hablando de lo mismo, o sea: son parábolas, semejanzas y está hablando de gente. O sea que el tropiezo es producido por algo que tú no ves porque está tan cerca, que cuando vas no lo ves, porque está ahí. Y tropiezas, y caes. La implicación en griego, es: “una persona de confianza, una persona tan cercana a ti, que tú jamás pensarías que te está engañando”. Y al descubrirlo, la caída es grande, porque no la esperabas. No necesariamente adrede, sinceramente lo hacen, pero sinceramente equivocados.

 

Y en ignorancia. Muchos en ignorancia. De manera que el diablo tiene que trabajar de adentro, debilitando nuestra alimentación. Hebreos 5 del 11 al 14, dice que es imposible manifestar la palabra de justicia, mientras estemos bebiendo leche. Que hay que comer carne para poder discernir. Y aquí es donde yo quisiera mencionar algunos aspectos o formas sutiles de engaño, que nos detienen o nos roban de nuestra herencia o ciudadanía espiritual. Como ciudadano argentino, yo tengo derechos. Y esos derechos, en mi país, me dan poder. Y cuando la iglesia no entiende sus derechos, entonces Satanás se los roba porque no tienen poder. Primer engaño: Falta de comprensión espiritual. Nos engañan en cuanto a lo que es la Biblia y la aplicación espiritual que posee. Existen dos dimensiones: espiritual y natural. Celestial y terrenal. Reino de luz, reino de tinieblas. La esfera divina, la esfera carnal. Lo invisible, lo visible. Dos dimensiones operativas.

 

Y cada dimensión, o ámbito, es gobernado por un sistema de principios, o leyes, que los rigen. En el mundo del espíritu, ciertas cosas, se hacen de cierto modo. En el mundo natural, las mismas cosas, se hacen de otro modo. Son dos principios. Conjuntos de leyes que gobiernan el ámbito o la dimensión. Y no hay más que dos, no existe ningún punto intermedio, ese es el problema. Hay gente que dice “yo no me meto con uno ni con el otro”, ese es el problema. Porque tú eres un vaso y siempre te llenas de algo. Y sólo hay dos ámbitos, dos contenidos para llenar ese vaso. Hay dos reyes. Rey de tinieblas, Rey de luz. Hay dos cuerpos: cuerpo de Cristo, cuerpo de anticristo. Y la palabra, el libro entero, de Génesis hasta Apocalipsis, está escrito en términos naturales, porque ahí habita. Somos ciudadanos de allá, pero vivimos aquí. Entonces, está escrito en términos entendibles por esta dimensión. Pero sólo para reflejar principios que rigen en la otra dimensión, y trascienden esta. Cuando una persona que vive aquí, vive de acuerdo con los principios con los cuales se vive allá, aquí es invencible.

 

No se trata que seas ultra, híper, macro espiritual y andes caminando entre nubes. No. Principios. Leyes, métodos de hacer cosas que funcionan en el cielo. Hágase su voluntad, aquí, en Argentina o en donde sea que tú estás escuchando esto, igualito a como se hace allá en el cielo. De manera que Dios, a través del libro, nos muestra o ilustra, cómo es la vida del Reino. Para que los hijos del Reino tengan derecho a la herencia de su ciudadanía, ahora. Cuando yo soy ciudadano de un país, uso los beneficios de ello, aunque no esté en mi país. ¡Y funciona! ¡Cuánto más los principios del Reino de Dios! Si tú fueras Dios y quisieras describir la mentalidad que debes poseer para ser del ejército de Dios, en el cielo y en la tierra, dirías que se debe ser como una hormiga. Siempre está preparada. ¡No estoy hablando de hormigas, las estoy usando como ejemplo! Tienes que ser como el conejo, que se esconde en la roca. Tienes que ser como la araña, que se deja caer encima del banquete. Puede haber enemigos en todo alrededor, pero Dios le tiende una mesa aún en medio de todos sus enemigos.

 

¿Eres araña? ¿Eres hormiga? No, pero debes comportarte como si lo fueras. Entonces, el hecho de que Dios te diga hormiga, no te reduce a una hormiga. Tienes que ser como la langosta, que marchan en grupos organizados y son obedientes. Y no rompen sus filas. Las langostas, en la Biblia, no son demonios, son tipologías de gente organizada. La iglesia es comparada en la Biblia con un ejército. ¿Eres tú un soldado? No. ¿A qué se refiere? A que tienes que ser obediente, como en un ejército. Te compara con un cuerpo, refiriéndose a la unidad que tienen las células y los miembros que tiene un cuerpo. ¿Cuántos han visto que una mano golpee su propia cara sin que el dueño de la mano la mande a hacerlo? No existe. ¿No existe tampoco en el ámbito espiritual? Así anda la iglesia. ¿Motivo? Todavía no ha podido entender qué cosa significa ser parte del cuerpo de Cristo. Sigo. Te llama novia, siendo varón. Sigue siendo novia, y pide intimidad con el Dios Altísimo. Te llama árbol, pidiéndote que des frutos y seas firme, y no andes saltando de un lado al otro.

 

Te llama ciudad, para que entiendas tu derecho como ciudadano. Te llama nación, para que aprendamos gobierno y no seamos llevados por cualquier viento de doctrina. Nos llama Hijos, para que podamos ser herederos. Si no somos hijos ¿Cómo vamos a heredar? Son parábolas de Génesis hasta Apocalipsis. El engaño es debatir el mundo natural, y perderse toda la moraleja que Dios quiso traer. Ese es el mundo teólogo, religioso. Doctrinas y dogmas de hombres. No tiene nada que ver con lo que Dios quiere hacer con su pueblo. Usa eso simplemente como un envase, como un recipiente, para traerte una verdad o un principio. Dice mi Biblia que el Padre nos hizo aptos para participar de la herencia. Noten que dice nos hizo, en pasado. ¿Cuántos lo pueden ver? Dice que nos hizo aptos, ¿Para qué? Para participar de la herencia. ¿Cuándo? Si nos hizo aptos en el pasado, ¿Cuándo es la herencia? Ahora. Es ahora. Para ahora.  Pero, al no entender para qué Dios usa la palabra, y no es para debatir palabra y doctrina, no es para memorizar textos como papagayos, es un vehículo que nos dice: mira, Cristo te hizo apto, ya tienes lo que necesitas para comenzar a heredar. Ya, no tienes que esperar nada.

 

Y luego te dice que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al Reino de Su Hijo. Potestad, que es exousia, significa derecho. Nos ha librado. O sea: ¡No tiene derecho! Cualquier cosa que en el foro civil o penal a ti te hagan en la tierra, tú concurres a un buen abogado y este, con pocas palabras, determinará que un juez te dé la razón porque alguien ha invadido tus derechos. La iglesia se deja golpear a placer por Satanás porque ignora sus derechos. Somos ciudadanos y somos aptos para heredar lo que es el beneficio de nuestra ciudadanía, ahora. ¿Cuántos lo estarán viendo tan claramente como lo veo yo? Dice este verso que nos libró del derecho, (La palabra potestad, repito, es la palabra derecho). Y después dice que nos trasladó, no que nos va a trasladar un día, sino que ya nos trasladó, en tiempo pasado, ¿Dónde? Al Reino. ¡Oh! ¿Serás entonces un Testigo de Jehová por creerlo así? No me embromes. Por causa de ciertas tergiversaciones doctrinarias falsas, la iglesia ha abandonado creencias genuinas.

 

Porque la palabra dice que ya estás allí. ¿Dónde dice que nos trasladó? Al Reino. El Reino significa: el gobierno del rey. Nos metió al reinado de Él, o sea: Quién gobierna tu vida, ahora; ¿Satanás? ¿Quién reina tu vida? Entonces, ¿Bajo qué reino estás? Si estoy bajo el Reino, y tomo las influencias, las leyes, los principios de mi rey, estoy en el Reino de Él. El Reino no es un lugar, es la influencia que ejerce el rey. Fuimos hechos aptos para participar, y trasladados de ciudadanía. Tenías ciudadanía en tinieblas, eras miembro de la nación de las tinieblas. Ahora eres miembro de la nación de luz. De manera que tus derechos cambiaron. En el reino de las tinieblas, para hacerte rico guardas y no le das nada a nadie. En el de luz, si no das, vienes directamente a pobreza. En el reino de las tinieblas, si quieres ser grande, vas a pisarle la cabeza a todo el mundo. En el Reino de luz, te humillas y Dios te exalta. ¡No funciona igual! Y si no entendemos que los principios han cambiado, mientras estabas acá te funcionaban, pero al mudarte para acá, no puedes usar los principios de allá.

 

Y hay gente que quiere dar un paso para acá, y conducir su vida bajo el reino de esa dimensión. Y entonces, dan un testimonio que no es el de la iglesia. Pero la gran mayoría está en esa fachada, y han dañado el testimonio, la agresividad, el impacto, la implementación, el acercamiento. El señorío de Cristo en la nación no se respeta, porque la gente que dice estar en este Reino, todavía no ha entendido cómo es que se vive en ese Reino. Porque la palabra, para ellos, es un debate teológico, doctrinal, de dogmas, historia y futuro. Nada práctico para el presente. Ese es el primer engaño. Segundo engaño: Entender que hemos sido cambiados de ciudadanía. Di conmigo: Yo soy ciudadano del gobierno de Dios. ¿Amén? ¡Amén! Pregunta: ¿Cuántos de verdad están creyendo eso? No grites ¡Amén! Sin pensar. Somos tan rápidos para decir “amén”. Pablo dijo que era prisionero de Cristo, pero no porque estuviera en cadenas, sino porque sólo hacía lo que Dios le enviaba hacer.Usa cosas naturales, que entendemos, para enseñarnos principios que operan en su Reino, para que tú los vivas ahora.

 

Dios está buscando una gente capaz de convertirse voluntariamente en prisionera de Cristo, no del pastor de la mega iglesia. ¡Fuimos comprados por precio! ¡Es que no tengo tiempo! – Lo que no tienes es revelación. – ¡No, de verdad no tengo tiempo! – No entiendes el llamado del Reino. Por eso a Pablo le fue declarado el misterio. ¿Qué es un misterio? Algo que no se sabe. Algo que está escondido. No es misterio para Dios, si Él fue el que lo escondió. No es nuevo para Dios, es nuevo para nosotros. Eso significa que la revelación es progresiva y no está toda dicha, como andan enseñando algunos por ahí. Pablo dice que les va a hablar sobre algo que estaba escondido, pero que ahora está abierto. ¿Cuándo? Cuando yo lo diga. La ministración se recibe de espíritu a espíritu, porque las cosas naturales no comprenden las cosas que son del espíritu. El análisis quiebra el mundo del espíritu. El análisis es de la mente, del alma, no del espíritu. O sea que Pablo habló de cosas que antes de Pablo eran un misterio, no se habían dicho. Por eso, cada tanto le decían hereje también. No le hace, seguía siendo Dios el que hablaba por su boca. La revelación es progresiva.

 

La verdad siempre está presente, está aquí. Pero es como si Dios te quitara de repente de delante de los ojos como una cascarita de cebolla, y ahí ves lo que nunca antes habías visto. ¿A cuántos les ha pasado de leer una escritura que la pasamos anteriormente mil veces sin que ocurriera nada y de pronto, un día, te salta frente a tus ojos como si tuviera vida propia? ¡Mira lo que dice aquí! No es nuevo lo que dice, siempre estuvo allí. ¡Es nuevo para ti! Está escrito. No se cambian los textos bíblicos mensualmente. Ahí tenemos la primera revelación. Que los gentiles y los judíos eran miembros del cuerpo de Cristo, no sólo los judíos, como todavía piensa una gran parte de la iglesia. Esa es una mentalidad judaica que enseña que el gentil entró porque el judío no quiso entrar. Pero que después viene el judío otra vez y nosotros pasaríamos a ser un pedazo de jamón entre dos panes. Arroja eso a la basura. Escúchame. Estas son enseñanzas inescrutables, o sea: no las vas a conseguir en una concordancia, ni con la Biblia Thompson, ni con la Plenitud, ni con la Textual ni con la NVI.

 

Y añade que tendrá que aclarar a todos cual sea la dispensación. La palabra es koinonía. Tiene que ver con comunión familiar. Tal lo quería revelar, el entendimiento de lo que es una relación espiritual, por encima de las relaciones naturales. Fíjate que Dios creó a Adán y Eva para tener comunión con ellos, y para que ellos tuvieran dominio. Desde el principio. Si Dios hubiera querido tener una generación de gente en el cielo, las hubiera creado en el cielo y nunca los hubiera puesto en la tierra. Hay fragmentos de nuestras doctrinas tradicionales que son incomprensibles. Pensamos y creemos como si diéramos por sentado que Dios es analfabeto y que hace ciertas cosas porque sí y de modo incoherente. ¿Cómo se supone que Él iba a crear un reino en una nube? ¿Para qué iba a crear un planeta? Y nos hace pasar por todo este dolor como si fuera cruel y sádico, y se gozara en vernos sufrir. Pensar que Cristo viene a resolver el problema terrenal, es como decir que Dios se goza con nuestra tribulación presente. ¡Eso no es Dios!

 

Entonces significa que está en nuestras manos, porque si estuviera en las de Él, su misericordia hubiera hecho algo ya. ¡Es que estamos esperando que Cristo venga! ¡Porque cuando Él venga va a hacer todo! ¡Va a limpiar las calles, va a hacer esto, va a hacer lo otro! Y luego nos va a rescatar y… ¿Y todos los que murieron esperando? ¿Y todos los que sufrieron? ¿Y todos los que no estén vivos cuando a Él le dé la regalada gana de venir? Es indudable que algo lo detiene, y ese algo es la iglesia. La iglesia y su testimonio, la iglesia y su conocimiento, la iglesia y su avance, la iglesia engañada por los factores sutiles del enemigo. Satanás está adentro de la iglesia, trabajando como cristiano y hasta le damos ofrendas. Hasta que la iglesia no comprenda la plenitud del dominio, jamás seremos un testimonio adecuado en la tierra. Es por eso que estamos fragmentados, divididos y, a veces, hasta derrotados. Dios quiere que internalicemos la verdad, y entonces la expresemos a través de una vida llena de dominio.

 

Dios quiere que internalicemos la verdad, y entonces la expresemos a través de una vida llena de dominio. ¿Cómo es ese dominio? El que vive en esta dimensión, guiado por aquella dimensión, vence en esta. ¿Cómo estás? En victoria. ¡Bendecido! Payasos. En la Biblia se encierran principios que yo quiero que tú aprendas. Y a este lo voy a llamar “El principio de la semilla”. Pregunto: ¿Quién da semilla? La hierba. Dios creó un principio, ya sea humano o vegetal, para que luego en su crecimiento, dentro de la cosa, hubiese una semilla. Y que la semilla produjere según su especie o género. Las uvas producen uvas, las manzanas producen manzanas, los perros producen perritos, los gatos, gatitos, ¿Y Dios? Dios produce gente a su imagen y semejanza. Por eso, la reproducción del hombre, tiene en su interior la semilla del hombre. Pero la semilla que produce el primer hombre viene de Dios. Participantes de la naturaleza de Dios, lo dice Pedro. En su primera y en su segunda carta. Lo dice en todos sus escritos.

 

“¡Es que yo apenas soy un miserable hombrecillo!” – Sí, engañado por Satanás, nunca pasarás de esa categoría. Pero aferrado de la mano de Cristo, serás mucho, muchísimo más que eso y hasta le pisarás la cabeza a Satanás. ¡Está escrito! Ahora bien; para entender que eres hijo de Dios, tienes que entenderlo por encima de la verdad de que eres hijo de tu padre. Hay gente a la que las relaciones naturales, los atan. Los atan de tal manera que les impide ejercer el poder divino que hay en ellos. Ahora pregúntate: si Adán no hubiera caído, ¿Qué hubiera estado produciendo? Entonces tú me dices: “Sí, pero cayó” Y yo te digo: Sí, pero Cristo lo restauró. Porque Cristo es el último Adán, pero es el segundo hombre. Pablo, a los Corintios, les dice que Cristo es el último, el postrer Adán, pero luego dice que es el segundo hombre, no el último, sino el segundo. ¿Por qué dice que es el segundo hombre y no el último?

 

Porque tú eres el tercero, y yo soy el cuarto, y tu hermano vecino es el quinto y su esposa el sexto, ¡Y todos somos iguales! Es el último Adán, o sea: la última puerta. Pero es el primogénito entre muchos hermanos iguales a Él. Hechos en semejanza a Dios. Si Satanás te roba esa verdad, tú nunca vas a poder expresar el dominio de Dios en la tierra. Porque donde te arroje algo Satanás, ahí te caes. Satanás nos ha robado este entendimiento. El dominio que proviene de nuestra naturaleza. Tenemos que transicionar de la mente del espíritu al alma, y eso es muy difícil. Porque estamos hablando de intelecto y emoción. El proceso de decisiones tiene que cambiar para ser guiados por el Espíritu. Y según prospera nuestra alma, entonces dominar el cuerpo. Y ahí es donde se puede entrar en salud divina. Habrá una generación que vencerá la muerte, que será transfigurada, y no conocerá muerte. Cuando venga Cristo, la generación que esté viva, no experimenta muerte. Serán cambiados en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué no tú? Todo depende si llegas a esa estatura.

 

Jesús fue la primicia de un estilo de vida que la iglesia tiene que demostrar. Va a haber una generación que les diga a las aguas: “Detente”, y las aguas se detendrán. ¿Cuál? La que esté funcionando cuando Él venga. Porque Él viene cuando esté funcionando. “¡Ah, no, no! ¡Nosotros vivimos como queremos, nos guardamos en un templo y tratamos de portarnos bien, hasta que Cristo venga y nos rescate! ¡Y la tierra que se vaya al infierno con todos los sobrinos que no son salvos, con todos los que no conocen a Dios, y con todas mis amistades que ahora andan perdidas! ¡Que se vayan al infierno! Esa es mi doctrina. Pregunto: ¿Describe eso el corazón de Dios? Tercer engaño: Poseemos una semilla incorruptible. El engaño es hacerte creer que no la vas a recibir hasta que llegues al cielo. Toda la Biblia abraza una sola promesa: Génesis 3:15, ¿Cuántos la conocen? Que la semilla de la mujer aplastará la cabeza de Satanás. La cabeza es el gobierno. Las puertas, la estrategia, la sabiduría, las obras. Una semilla. Cada semilla produce según su especie, pero la semilla de una mujer, la iglesia, va a producir una generación que le aplaste la cabeza al gobierno de Satanás.

 

Tú y yo, si lo crees. Si no lo crees, ahí andamos. Dios no tiene prisa, si Dios es eterno. El que tiene los tiempos acotados es el hombre. Sin ella, la Biblia no tiene sentido. Si tú arrancas la página donde está Génesis 3:15, la Biblia no tiene sentido, porque toda ella, desde Abraham para acá, es la batalla entre semillas. La semilla de los buenos, la semilla de los malos. Y cuando llega para el tiempo de Cristo, la semilla entre los buenos y los malos, era dentro de la iglesia. Era Cristo contra los fariseos. Cristo contra la iglesia de su día. Cristo contra el sistema. Hasta que derrotó el sistema. Se cayó Jerusalén y se levantó una iglesia espiritual en el aposento alto. Y presta mucha atención, porque cuando Dios dice a SU simiente, no dice a LAS simientes. No habla de muchos, habla de UNO. Linaje, simiente. ¿Quién es la simiente de Cristo? La iglesia. Él dijo: si el grano de trigo no muere, permanece solo, pero si muere produce mucho, según su especie. ¿Y entonces qué hizo Él? Murió por ti. Vamos a leerlo nuevamente, verso 16.

 

No dice y las simientes, como si hablase de muchos. Sino que se refiere a tu simiente, la cual es Cristo. Verso 29. Y si ustedes son de Cristo, ¿Son de Cristo ustedes que están ahí del otro lado? Ciertamente linaje de Abraham, y herederos según la promesa. ¿Cuántos podrán verlo? Una semilla incorruptible, la iglesia de Dios. Una semilla incorruptible se refiere a una familia no natural, que no viene de linaje por voluntad de hombre. Somos nacidos de arriba. Es una gente con nivel de embajadores. ¿Qué es un embajador? Alguien que viene de otro lugar. Comunión de descendencia espiritual, no natural. Soy hijo de mi Padre celestial, por encima de ser hijo de mi padre natural. No estamos atados a lazos familiares naturales, escúchame con el corazón, para que no te ofendas.

 

Debemos asumir nuestras responsabilidades para con nuestras familias, no estamos subestimándolas en absoluto. Solamente gente espiritualmente madura comprende la separación e importancia de estas dos dimensiones. Gente infantil no atraviesa este puente, se quedan atados en lo natural. Es que yo tengo esa enfermedad porque ya la tenía mi abuelito, mi papá y un tío. Eso si tienes una semilla corruptible, porque si has accedido a la incorruptible, tú eres sano y libre de todo eso. Mi abuelo y mi padre eran poco más que analfabetos. Yo viví toda mi vida y me gané mi sustento en base a mi talento creativo en las letras. Soy una semilla incorruptible y, como tal, tengo total y absoluto derecho a ir mucho más allá.

 

¿Pero los ama a su padre y a su abuelo? ¡Por supuesto! ¿Los cuida, los atiende mientras están vivos? ¡Claro que sí, al máximo! Pero si un día llegaran a obstaculizarme de hacer lo que Dios quiere, hasta ahí llegamos juntos. Semilla incorruptible. Estamos hablando de una generación que va a ver la venida del Señor. Y no de una generación que sólo quiere sentarse a esperar cantando coritos en una congregación. Si ese eres tú, estamos fuera de onda, esto no te incumbe. Porque hay dos familias, la familia natural y la familia espiritual. Y la ciudadanía espiritual trasciende a la ciudadanía natural. Y hasta que no entendamos ese principio, nos quedamos atados. La ciudadanía terrenal tiene su propósito, tiene su lugar, tiene su plan, dentro del plan eterno de Dios.

 

O sea que Dios me da una familia para efectuar un propósito dentro del plan de Él. Cuando mi familia no está dedicada al plan de Él, mi familia no tiene cómo tener vida en abundancia. Porque sólo existe para eso.  La relación conyugal, lo que es esposo y mujer, todo es un complemento para poder avanzar en el Reino, y cuando eso no está ahí, nunca hay una paz como la paz de una familia espiritual. Por eso hay gente que quiere estar en la iglesia todos los días de la semana, porque en la casa no hay paz. ¡Como la va a haber, sino has entendido tu linaje espiritual! Repito: nadie desea subestimar el cuidado familiar, el sacerdocio del hogar, la provisión o la cobertura, pero cuando la Biblia habla de que no caminemos según la carne, no significa que te portes bien o no te portes mal, porque todos andamos en la carne.

 

Porque así es como lo dice 2 Corintios y que pocos la predican: Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. ¿Pero andamos no andamos en la carne? Andamos. Fíjate como la gente suele torcer la palabra.  Cuando dice que no caminemos conforme a la carne, lo que te está diciendo es que no camines conforme a tu linaje natural. Porque tú eres de una familia divina, superior al linaje natural. Eso es más profundo que un mal comportamiento. Herencias por lazos familiares naturales, reacciones, limitaciones, enfermedades, temores. Eres libre de esa dimensión. A propósito de esto, me gustaría dar algunos ejemplos si es que el tiempo me da chance de hacerlo.

 

En su carta a los Romanos, Pablo les dice:  Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; Vamos a ver: ¿Quiénes eran esos hermanos de Pablo? Los israelitas. Según la carne, obvio. Pero no hizo eso, sino que siguió con su derrotero espiritual y dejó a los israelitas atrás. Parece muy duro, muy cruel y hasta ultra religioso, si quieres verlo así. Pero es un indicador de algo que no siempre tenemos en cuenta. O sea que lo que él dijo fue que quisiera, en su carne, no tener nada que ver con Cristo, para poder hacer algo por Israel. Pero no lo hizo. Existen lazos familiares que nos traban y obstaculizan, causándonos impotencia para manifestar la semilla que va a derrotar el gobierno de Satanás.

 

Queremos manifestar esa semilla que va a derrotar la perversión, la droga, las bacterias y todo lo que de alguna manera nos acosa hoy. Claro, si en tu mente tú nunca crees que eso vaya a acontecer, tú nunca serás parte de eso. La parte del evangelio que tú no creas, no se te manifiesta. Si tú no crees en sanidad divina, nunca serás sano. Si no crees en prosperidad divina, jamás tendrás un centavo. No estamos hablando de los extremos del materialismo. No te dejes llevar por lo malo, porque la verdad siempre prevalece. Aunque haya gente que lo manipule y lo lleve a un extremo, nunca existe nada falso, sin que primero se copie de algo real. No puede haber una copia, sin un original. No puede haber un extremo, sin un punto de partida.  ¡Es que esa gente es muy materialista! Y bueno…misericordia…sólo se fueron a un extremo de algo que es cierto. ¡Es que ese es un falso profeta! Ah, claro, pero eso pasa porque hay verdaderos, y se está copiando.

 

(Lucas 20: 27) = Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección, le preguntaron, (28) diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. (29) Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos. (30) Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos. (31) La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia. (32) Finalmente también murió la mujer.

 

(33) En la resurrección, pues, (Es decir: en esa otra dimensión, que todos sabemos que existe, a la que todos sabemos que en algún momento iremos, pero de la que en honor a la verdad, no sabemos absolutamente nada, porque a Dios no se le antojó jamás hablarnos del después, sino que n os ministró de modo permanente para el ahora, ya que entiendo que el después es total y absolutamente una cosa entre cada uno de nosotros y Él) ¿De cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? (Noten con cuidado la contestación que les va a dar Jesús. No interesa cuantas veces la has leído y ni siquiera interesa si te la han predicado o no. Lo que voy a decirte, ahora, es clave en toda medida, porque nos vamos a ir mucho más profundo de lo que estás acostumbrado a oír. Tenemos que ir a la dimensión que estamos estudiando.

 

(34) Entonces respondiendo Jesús, les dijo: los hijos de este siglo (Siglo, aquí, es mucho más que Sistema, tal como lo hemos aprendido. Aquí siglo también es dimensión, que es ámbito natural, presente, visible, palpable. Ese en el que casi todos nosotros, muchas veces, elegimos para creer y confiar porque la otra dimensión, en la que Dios habita, no la podemos ver y, los griegos plantaron la enseñanza en las escuelas terrenales, que dice que lo que no se ve ni se palpa, no existe) se casan, y se dan en casamiento; (35) más los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo (¡A esto hay que alcanzarlo! Hay unos hijos que van a ser aceptados como hijos. Hay una generación que van a ser contados como dignos de alcanzar la otra dimensión, aquí. Y no es ni una fantasía ni un delirio, está escrito. ¡Siempre estuvo escrito!) y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.

 

(36) Porque no pueden ya más morir, (¿Escuchaste bien? Ya no pueden morir. Sólo se muere una vez en esta dimensión) pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Queda claro. Eres un ser humano, un hombre, una mujer, con sus pies adheridos al suelo porque estás sujeto a la ley de la gravedad del planeta. Eso en esta dimensión. Cuando pasas a la otra, eres como los ángeles, esto es: un espíritu libre y poderoso. Aquí vemos dos conceptos que Cristo separa. Uno, las familias naturales, atadas por limitaciones. Tienes que casarte con Fulano, porque si no te casas con Fulano…Pero pone la segunda y dice: para ser convertido en la generación que no experimentará muerte, tienes que vivir más allá de esos conceptos.

 

Más allá del gusto personal, más allá de los problemas familiares, una gente que vive más allá de los límites naturales. Hasta los matrimonios cristianos cambian cuando se tiene conocimiento pleno del propósito de Dios. Las prioridades y los deseos tradicionales se modifican. No hay demandas. Y tú sabes muy bien que no exagero ni digo nada que todos no hayamos visto o lo peor, vivido en carne propia alguna vez. ¿De verdad te creíste esa falsa predicación que te asegura que si te casas con la jovencita que va a la iglesia todos los domingos, ya tienes resuelta tu vida de familia y tu futuro? Es obvio que la aparición de tu futura esposa va a darse en un ambiente de creyentes, porque así tiene que ser. Pero la única garantía respecto al destino futuro de tu familia y tu felicidad con ella, es que ella sea una hija de Dios, no simplemente una jovencita que va a la iglesia. Gracias a Dios me ha permitido ver mucho de lo primero, pero lamentablemente tengo que reconocer con dolor que de lo segundo he visto en más cantidad.

 

(Lucas 8: 19) = Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud. A ver: ¿Has visto cuando llega a un determinado lugar una figura muy famosa, y entre el batifondo que mete la prensa que quiere entrevistarlo, como la gente que se agrupa para verlo de cerca, tocarlo, pedirle una foto o una firma, que la figura en cuestión por momentos queda apretujado sin poder avanzar? Eso es lo que estaba sucediendo aquí, con el mínimo aditamento que no había ni periodistas ni fans de cuerpos activos y cerebros fosilizados, sino personas comunes, gente a las que las cosas que le había visto hacer y decir a Jesús, los habían impactado tanto que necesitaban no separarse de Él, buscarlo a cada momento, tenerlo a la vista, cerca. Muy bien; ellos lo hicieron en lo literal y en su tiempo, pero nosotros deberíamos seguir haciéndolo hoy, del mismo modo, sin despegarnos de Él. ¿Dependencia? Sí, pero a Jesús el Cristo, no a estrella de la televisión cristiana.

 

(20) Y se le avisó, diciendo: tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. (21) Él entonces respondiendo, les dijo: mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen. Ahora entendiste el verso, ¿Verdad? Y te salta la primera duda: ¿Es que no respetaba a su madre? ¡Sí! ¡Claro que la respetaba! ¡Pero había algo superior! Yo me pregunto para cuantos, de ustedes, hoy, puede haber algo superior a padre, madre, esposa, esposo o hijos. Cuidado; la Palabra dice que TODO lo que se anteponga a Dios en nuestras vidas, es idolatría. Y cuando dice todo, es eso: TODO. Noten la comprensión de este principio que corta y evita la revelación de que eventualmente va a haber una generación que sí va a terminar la obra de Dios. En nuestra mente se nos ha inculcado que todos vamos a vivir tal como estamos, hasta que un día vamos a ser interrumpidos por Dios. ¡No!

 

Familias naturales que funcionan aparte del entendimiento de lo que es ciudadanía espiritual, siempre les crean conflicto a la iglesia y a Cristo. Manipulaciones emocionales dentro del matrimonio o entre padres e hijos. Demandas egoístas. En Mateo, Jesús dice que aquel que encuentra su vida, la pierde. Y el que la pierde por mí, la gana. El engaño tan poderoso que nos ata y nos limita para manifestar el dominio. Vivir desde el concepto de que somos una nueva creación, es para gente madura. Somos una nueva creatura. “¡Pero es que yo te veo igual, no me parece que hayas cambiado!” – No sé, pero yo ya no pienso igual, y según el hombre piensa, el hombre es. No es según el hombre desea ser, es según el hombre piensa que es ahora, es.

 

La semilla incorruptible está vigente ahora. Discernir las dos audiencias. O sea: la familia natural, y la familia espiritual. Satanás nos roba la capacidad de discernir las dos audiencias. El Reino de Dios debe aprender a caminar en relaciones naturales, y mantener su vida en el espíritu. La gran pregunta que siempre está a punto de surgir y no surge por vergüenza de los cristianos que no se atreven a formularla, aquí es: ¿Cómo hacemos para mantener nuestras vidas en el espíritu y no en la carne? Claro, lo que pasa es que se nos enseñó que caminar en el Espíritu era andar volando entre nubes con cara de éxtasis permanente. Eso no es caminar en el Espíritu. Caminar en el Espíritu es caminar una vida en el mundo natural, gobernada por los principios de la otra dimensión. Si alguien te invita a beber una copa de vino en su casa, lo aceptas, te acomodas con ellos y te la bebes. Si ves que van por una segunda, te sonríes, agradeces, pero lo declinas. Recuerda que aquellos diáconos no tenían prohibido beber vino. No tenían que ser afectos al MUCHO vino. Una cosa fue Jesús compartiendo vino con los publicanos, y otra, andar borracho y pretender leerles la Biblia a los sobrios.

 

Se nos decía que el espiritual era el que ayunaba cuarenta horas semanales. Pero es el mismo que controlaba a su mujer y manipulaba a sus hijos. Son dos ámbitos opuestos y tenemos que aprender la diferencia. Por ejemplo: Pablo estaba en cadenas, y adoraba a Dios. No negó a los que estaban a su alrededor la audiencia natural que tenía cadenas. Pero cuando escribía sus cartas, le decía: ¡No seas cobarde! ¡Timoteo, esfuérzate! ¡Los valientes sufren violencia y arrebatan el Reino! Y él estaba preso. La verdad no niega la realidad, la cambia. La hipocresía y la simulación nunca van a mover a Dios. La presunción tampoco. Pablo decía: “Sí, estoy en cadenas, pero Timoteo, escúchame, Dios no te ha dado espíritu de temor.” No parece una carta de un hombre preso. En Romanos 14, Pablo comienza a decir que unos comen carne, otros no comen carne. “¡Yo soy libre y como lo que me da la gana!” Esa era la declaración de un hombre a la audiencia espiritual. Pero se da cuenta que hay audiencia natural que es débil, y dice: “Pero no todo me conviene”.

 

Lo dijo por los débiles, al maduro no le importa. Vamos más allá. Cristo, muere Lázaro, amigo natural. Y se encuentra, cuando viene, que deliberadamente espera a que muera y apeste. Llega y, a la entrada de la ciudad, se encuentra con Marta y María. Su audiencia natural. Y ellas comienzan a condenarle. ¡Si hubieras estado aquí, mi hermano Lázaro no hubiera muerto! Cristo ignoró todo eso. Eso es la mente del hombre que anda en otra dimensión. No dijo nada. Por eso cuando llega allá, llora. Está atendiendo a la multitud natural. Luego dice: Padre, nosotros estamos en otra dimensión, pero para que vean esta sarta de cabezones cuál es tu poder, voy a orar para que ellos oigan. Dos audiencias. Tratamos la natural, pero vivimos por la espiritual. Atendemos lo natural, pero no regimos nuestra conducta por el linaje natural. Pero vivimos exactamente donde debemos vivir, por lo espiritual. ¿Bajo qué Reino estás? Es importante que lo sepas. Tu futuro de hoy, aquí y ahora depende de ello, y el de eternidad también.

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agosto 5, 2023 Néstor Martínez