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Antecedentes

Hay gente, (Que no es poca, lamentablemente), que piensa que, si un animal no tiene pedigrí, no tiene valor alguno. Y que es lo mismo que sucede con un hombre o mujer que no tiene currículum. Eso no es ninguna novedad para mí, hoy está en plena vigencia ese pensamiento. Una cosa es un hombre con currículum y otra cosa es un hombre sin currículum. Si lo tienes y lo presentas ante una empresa, posiblemente tendrás un trabajo. Si no lo tienes y no puedes presentar nada más que tus buenos deseos y tu necesidad de trabajo, quien sabe qué será de ti laboralmente. Ahora bien: si tú eres un creyente que ha ingresado al servicio en el Reino de Dios, tengo una noticia para ti. La Biblia dice que necesitas de un currículum especial para ser aceptado como miembro activo e integrante de ese Reino.

¿Qué? ¿De verdad dice eso? ¿Acaso un Doctorado en Teología? ¿Un Master en Divinidades? ¿Un Post grado en universidades en las materias relacionadas con la teología sistemática? ¿Cursos en distinguidos seminarios? Ni lo sueñes. Eso es lo que el hombre ha inventado para reemplazar las exigencias del “jefe” de este Reino, que viene a ser el Rey mismo. Y de la misma manera en que se debe ser muy cuidadoso a la hora de elaborar un currículum con el que esperas acceder a un puesto de trabajo, así también será en tu vida de creyente. El currículum es la tarjeta de presentación del solicitante y Dios necesita contar con ella. Me parece estar oyéndote. ¡Ah, no! ¡A esto no me lo han predicado nunca! No le hace. ¡Son tantas, pero tantas las verdades auténticas que no nos han predicado! No quita que siga estando escrito en la Biblia y que sea una verdad indestructible.

De todos modos, siempre habrá alguien que te mire con curiosidad no exenta de compasión, ya que creen que te estás volviendo rematadamente loco. ¿A quién se le ocurriría pensar, y mucho menos decir o pretender enseñar, que en la Biblia se habla de currículum? Pero sí se habla, y ahora lo vamos a comprobar. Veamos: ¿Cómo es que se elabora un currículum? Se toma en cuenta el resumen de los datos personales, académicos y profesionales de una persona, y se los inscribe en una especie de lista ordenada. Muy bien, pero: ¿De qué se trataría, si es cierto que existe, un currículum de creyente, si tenemos en cuenta que no estamos hablando de estudios intelectuales formativos sistemáticos al respecto? Exactamente de lo que hemos estado intentando mostrar: condiciones, valores, puntos clave. ¿Y eso de que nos sirve? Casi nada. Nos sirve como salvoconducto para entrar al Reino de Dios, servirle y ser parte activa de él.

 Entonces, es obvio que eso no se consigue inscribiéndose como miembro de una iglesia evangélica.  De acuerdo, admito que esa ha sido durante muchísimos años la enseñanza clásica en cualquiera de nuestras congregaciones. Está en todas las doctrinas denominacionales y aún hoy, cuando alguien dice otra cosa, despierta antipatías en personas bien intencionadas y sinceras, pero también: sinceramente equivocadas. No son pocos los cristianos que, en su intimidad, no dejan de pensar que el día que pasen a la eternidad se van aburrir como ostras, porque… ¿Qué se supone que hagan en ese “más allá”? ¿Te das cuenta lo que queda de nosotros cuando se nos saca el hacer, ¿Verdad? Mal que les pese a los que jamás han aceptado lo que la misma Biblia enseña y han preferido quedarse con doctrinas humanas que poseen más lógica y “pies sobre la tierra”, el Reino de Dios es aquí y ahora, ya que eso es lo que tanto Jesús como los otros predicaban.

 ¿O no decían que el Reino de los Cielos se había acercado? Por lo tanto, si el Reino no es una nube con arpa, camisón blanco o lira, y aun aceptando como válida y seria esa casi ridícula enseñanza, ¿Cómo entendemos que en un momento dado se acerca a ti demandándote arrepentimiento para perdón y redención? ¡Oh! ¡Somos tan ingenuos! Y lo peor es que nos hemos convencido de que ingenuidad es sinónimo de fe en lo invisible. Fui bastante generoso y elegante al decir ingenuos ¿Verdad? Entiende: Dios, a lo largo de toda la Escritura, (Que, aunque haya sido delineada por hombres y mujeres de distintas épocas, clases sociales y culturas, es inspirada por Él), se encarga de enseñarte cuál es la clase de fe que te vincula a Él y cual no lo es.  Por ejemplo: cuando te hace decir que es maldito el hombre que confía en el hombre, no es para que tú te conviertas en un pesado, odioso y agrio desconfiado, sino para que no pongas a ningún hombre en primer lugar en tu vida creyéndole todo lo que te dice sin pasarlo por su Palabra.

Los miembros permanentes y activos del Reino de Dios son gente que ha sido levantada por Dios mismo, (Recuerda que, según sus propias palabras, suele ser mayoritariamente lo vil y lo necio para avergonzar a lo sabio), que han aprendido obediencia fiel a los decretos del Rey y que deben contar con ciertas condiciones muy singulares. La Biblia en todo su contexto, te entrega las bases suficientes para que armes ese currículum que Dios exige a quien desee servirle. Jesús lo tuvo. Y Él no provenía de ninguno de los sacerdocios conocidos, sino del de Melquisedec, uno sin ninguna preparación ni capacitación intelectual o terrenal.

De hecho, esta es una asignatura pendiente dentro de la iglesia en su conjunto. La infiltración griega en el evangelio ha sido tan pesada que influyó grandemente a que el intelectualismo académico se adueñara de casi todos los púlpitos considerados más importantes. Sin estudios serios e importantes de teología, (No hablo de cursos, hablo de carreras o materias), es casi imposible para un creyente acceder a una posición jerárquica eclesiástica. Y tanto peso tiene eso, que son realmente muy pocos los que se atreven a cuestionar esa postura. Yo soy uno, pero casi onda de aquel que clamaba en el desierto. ¿Es que nadie recuerda que es el Espíritu Santo el que nos guía a toda verdad, y no un seminario o universidad por alto prestigio que tenga? Recuérdalo siempre: Dios no levanta a los capacitados, Dios capacita a los que va a levantar.

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agosto 11, 2023 Néstor Martínez